Del misterioso Mosc¨² al misterio Bale
El Madrid juega en Mosc¨², espacio misterioso en el imaginario de mi generaci¨®n. All¨ª acab¨® el oro de Espa?a, all¨ª no quiso ir Espa?a a jugar en 1960, cuando le toc¨® en la primera Eurocopa, y eso le cost¨® la eliminaci¨®n. La primera vez que jug¨® nuestra Selecci¨®n all¨ª, ya en 1971, aquel viaje fascin¨® a los expedicionarios, porque aquel era un mundo secreto y prohibido. Hoy, claro, ya no es as¨ª. Mosc¨² es la capital de un pa¨ªs que ha organizado el ¨²ltimo Mundial y por el que ha circulado sin incidencias mucha gente. Mir¨ªadas de turistas se han retratado en la Plaza Roja y todo lo que haya de saberse del CSKA lo saben los t¨¦cnicos madridistas.
Menos se sabe de Bale, convertido en el nuevo arcano. El otro d¨ªa sali¨® en el descanso porque ¡®le dol¨ªa algo¡¯. Ahora se sabe que lo que le duele es ¡®nada¡¯. Al menos no hay parte m¨¦dico que explique por qu¨¦ fue sustituido en el descanso del partido ante el Atl¨¦tico, ni por qu¨¦ no ha ido a Mosc¨². La salud de Bale es en el Madrid una especie de secreto de Estado, dif¨ªcil de mantener como tal secreto porque falta a muchos partidos, demasiados como para edificar sobre ¨¦l un proyecto. Tiene cosas de Cristiano: la velocidad, el disparo, el salto y hasta esa condici¨®n de verso suelto del portugu¨¦s, que no engranaba con el equipo, pero lo engrandec¨ªa.
Sin Bale ni Sergio Ramos lleg¨® el Madrid a Mosc¨². ?Por qu¨¦ no ha ido tampoco Sergio Ramos? Lopetegui dice que porque ha jugado hasta ahora todo, y eso es as¨ª. El caso es que el Madrid afronta el partido de Mosc¨² sin dos de sus elementos m¨¢s distinguidos, y tambi¨¦n sin Marcelo, tan c¨¦lebre ya por sus agujeros atr¨¢s como por sus penetraciones arriba, ni Isco. A la misma hora, por cierto, el Valencia acosar¨¢ a Mourinho en Old Trafford. Un Valencia que viene de menos a m¨¢s, que se viene centrando tras un flojo inicio de temporada frente a un United en el que cada vez hay m¨¢s gente harta de Mourinho. Una buena jornada europea, en fin.