La cara m¨¢s amarga de la caza
La caza es la actividad m¨¢s antigua del mundo. Tantos a?os tiene como el hombre. Y a d¨ªa de hoy, por suerte para los que amamos el campo, sigue vigente.
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La caza es un esparcimiento fundamentalmente din¨¢mico. El morral hay que sudarlo. La cacer¨ªa se monta sobre madrugones inclementes, ¨¢speras caminatas, comidas fr¨ªas en una naturaleza inh¨®spita, lluvias y escarchas despiadadas... Pero hay algo que compensa al cazador de tantas contrariedades. [...] Una pieza en perspectiva basta para que toda molestia se disipe y se produzca en el cazador una profunda remoci¨®n ps¨ªquica. [...] la caza, m¨¢s que una afici¨®n, es una pasi¨®n. [...]. Miguel Delibes.
La caza es la actividad m¨¢s antigua del mundo. Tantos a?os tiene como el hombre. Y a d¨ªa de hoy, por suerte para los que amamos el campo, sigue vigente.
Somos miles de practicantes los que lo hacemos de manera legal, con permisos, licencias, seguros, y luego est¨¢n los que prefieren situarse al otro lado de la ley, amparados en la oscuridad de las noches serranas y en la amplitud de los montes, escondidos durante horas aguardando una buena pieza, un venado, un corzo. Son los furtivos, una lacra para los montes que hacen un da?o irreparable a nuestra fauna por alimentar su ego.
Aunque la acci¨®n de estos piratas no entiende de estacionalidad, es en septiembre, el mes de la berrea de los venados, cuando m¨¢s proliferan. No suelen ser cazadores de la zona que buscan una pieza de la que poder sacar unos kilos de carne con los que alimentar a su familia, sino que lo que persiguen es m¨¢s el trofeo, las numerosas puntas de la cornamenta de un buen ejemplar para exhibirlo orgullosos en sus casas y la adrenalina de lo prohibido.
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El furtivo s¨®lo guarda un com¨²n denominador. El de cazar sin ser cazado. Doble riesgo, doble emoci¨®n.
Durante el mes de celo, de apareamiento en las entra?as de los montes y sierras, los venados le pierden el miedo a todo. Su pensamiento est¨¢ en lo que est¨¢. Y los hombres, y sus palos que vomitan fuego, lo saben.
Pese a las multas, pese a que si les pillan ("que Dios les pille confesaos"), los furtivos por desgracia, no cesan.
La caza furtiva puede ser considerada por las leyes espa?olas como delito o simplemente infracci¨®n administrativa. La Ley de Protecci¨®n de Flora y Fauna proh¨ªbe cazar en una finca sin permiso de sus due?os, o hacerlo fuera de temporada.
El furtivismo ha estado presente en estos momentos hist¨®ricamente. Podr¨ªa decirse que es un mal end¨¦mico que se traslada de padres a hijos con t¨¦cnicas muy similares. Los expertos consideran que la caza reglada hace una labor de equilibrio y conservaci¨®n en los montes.
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Porque el ¨²ltimo objetivo de todos los furtivos es siempre el mismo: matar, no cazar. Por ende, un furtivo NO ES UN CAZADOR.
Amo la naturaleza porque soy un cazador. Soy un cazador porque amo la naturaleza. Son las dos cosas. Adem¨¢s, no s¨®lo soy un cazador, soy proteccionista; miro con simpat¨ªa todo lo que sea proteger a las especies.Dicen que eso es contradictorio, pero si yo protejo las perdices tendr¨¦ perdices para cazar en oto?o. Si no las protejo me quedar¨¦ sin ellas, que es lo que nos est¨¢ pasando. De manera que no hay ninguna contradicci¨®n (Miguel Delibes).
?Salud y buena caza!