La pelota est芍 en el tejado del f迆tbol de posesi車n
A los amantes ac谷rrimos del f迆tbol de dominio, creativo y radicalmente ofensivo: no se alarmen. A los estudiosos del juego escrupulosamente t芍ctico y que saca petr車leo de privilegiar la fase defensiva: no canten victoria.
Deschamps perdi車 una Eurocopa en casa siendo protagonista con bal車n y dos a?os despu谷s traz車 una estrategia basada en dejar que la iniciativa la llevara el otro. Teniendo jugadores para ambas propuestas, el caso es que ha sido esta segunda la que convierte a Francia en un combinado temible. Por alg迆n vestuario escuch谷 un consejo: m芍s vale que te llamen cien veces malo que una vez tonto.
Evidentemente que un Mundial marca tendencia y ahora asistiremos a la aparici車n de equipos imitadores de marca blanca de Francia. Pero tambi谷n ocurri車 cuando rein車 nuestro excelso juego de posesi車n. Y no todos pueden jugar de una u otra forma. Intentar hacer lo que no sabes es jugar mal, tengas o no tengas la posesi車n.
En realidad, hay una lucha eterna que hist車ricamente es lo que ha hecho evolucionar el juego. Nuestros padres y abuelos nos hablaban de la MW, la t芍ctica est芍ndar cuando Di St谷fano y su Madrid dominaban en Europa. Pocos defensas puros para frenar a cinco atacantes, no sal赤an las cuentas. En Italia, en los 60, cortaron por lo sano y decidieron poblar la parte trasera del sistema de forma grosera y tosca si lo analizamos con los ojos de hoy. El catenaccio gan車 campeonatos, aunque la excelencia t谷cnica de Brasil segu赤a sin ant赤doto, m芍s all芍 de las patadas sufridas en el Mundial de Inglaterra. Pero en los 70 vino la revoluci車n. Apareci車 la ocupaci車n racional del terreno de juego y se empez車 a achicar espacios con un c車mplice en el reglamento que hab赤a estado un siglo como mero elemento pasivo, el fuera de juego. Holanda fue vanguardia y Brasil qued車 obsoleta en s車lo cuatro a?os. El f迆tbol alem芍n dio un paso al frente gracias a la preparaci車n f赤sica.
El dinamismo de los clubes ingleses domin車 el cambio de d谷cada hasta que en la segunda mitad de los 80 el f迆tbol italiano ech車 el freno. Aquel calcio, plagado de estrellas mundiales encorsetadas en un rigor f赤sico y t芍ctico nunca visto, fue una f車rmula indescifrable para el resto de equipos del mundo durante muchos a?os. All赤 donde se venera la parte defensiva, los grandes delanteros brillaron por una exigencia exagerada, donde marcar quince goles en una liga era una proeza. Ante las mejores defensas, Maradona o Van Basten pulieron un juego impresionante. S車lo as赤 era posible destacar. Y s車lo as赤 se explica la aparici車n de Roberto Baggio y dem芍s atacantes que dominaron los 90. El Mil芍n de Sacchi dio un giro m芍s de tuerca a la optimizaci車n de la ocupaci車n de los espacios. En ese ecosistema, Brasil gan車 en el 94 con un juego efectivo parecido al de esta Francia. El marcaje zonal cambi車 el f迆tbol para siempre. La l赤nea de cuatro atr芍s se universaliz車. Pero el ant赤doto para el 4-4-2 lleg車 con los tres centrales y dos carrileros, modernizaci車n de sistemas antiguos que en la actualidad est芍 siendo de nuevo reinterpretado. As赤, y sin aspavientos, gan車 Alemania la Eurocopa del 96. El cambio de siglo nos trajo cierta indefinici車n y la victoria de Italia en 2006 fue el canto del cisne del calcio. Nunca se hab赤a visto una crisis de identidad tan profunda como la que releg車 a la liga italiana a esta traves赤a por el desierto de la que ahora empieza a salir.
Tras la Espa?a de Luis y de Del Bosque, el Barcelona de Guardiola o la Alemania de L?w, Francia gana ahora con una receta que anula a ese juego de posesi車n tan llamativo, que ya el Atl谷tico de Simeone hab赤a demostrado su val赤a.
En este proceso de acci車n y reacci車n, la pelota est芍 ahora en el tejado del f迆tbol que propone y ataca principalmente, para vencer esa fortaleza t芍ctica y mental demostrada por Francia, que con tan poco es capaz de hacer tanto da?o. Hay que buscar alternativas y visiones innovadoras. Para eso se ha elegido a Luis Enrique como seleccionador, por ejemplo. Y no faltan grandes clubes europeos con entrenadores capacitados para afrontar el desaf赤o.
Lo importante es transmitir y emocionar, y esto se puede lograr con cualquier estilo si se desarrolla con honestidad y pasi車n. El buen jugador (inteligente o h芍bil) siempre tendr芍 cabida en cualquier 谷poca y lugar. La variedad de alternativas es cada vez mayor y los grandes equipos deben dominar cuantas m芍s, mejor.
El f迆tbol es mucho m芍s que el estilo con que se juega. Este Mundial s車lo ha sido una foto en la historia. El proceso de avance contin迆a. Jam芍s una forma de jugar vencer芍 definitivamente a su contraria. Y es apasionante la incertidumbre de lo que est芍 por venir. Como siempre ha sido y siempre ser芍.