La Francia de los JASP y un Mundial para la historia
La selecci¨®n francesa es una de las m¨¢s j¨®venes entre las que alguna vez fueron campeonas del mundo, un a?o menor que la media hist¨®rica. Si se asientan en la ¨¦lite sus nuevas figuras como todo indica, podemos estar ante el verdadero rival a batir del pr¨®ximo decenio. Son insultantes, sobre todo, las fechas de nacimiento de los cuatro integrantes de la l¨ªnea defensiva, el lugar del campo donde la experiencia siempre es indicativa de mejor rendimiento. El jefe ah¨ª es Varane, quien a sus 25 a?os ya podr¨ªa retirarse si su ambici¨®n fuera simplemente completar todos los t¨ªtulos relevantes del palmar¨¦s. Se ha pasado ya el videojuego, esa es la broma que el central madridista reconoci¨® que le hab¨ªa dicho Demb¨¦l¨¦ durante la celebraci¨®n del domingo. La edad de los colosos del centro del campo tambi¨¦n invita a pensar que llegar¨¢n a Qatar en plenitud de condiciones. Igualmente, Griezmann, el genio del equipo, el futbolista m¨¢s completo visto por tierras rusas en este mes de locura futbolera. Y no hablemos de Mbapp¨¦, jugador llamado a marcar una ¨¦poca, con, al menos, si le respetan los contratiempos, tres Mundiales m¨¢s por delante. Si no cuatro. El tiempo lo dir¨¢.
En la ¨²ltima d¨¦cada del pasado siglo, cuando precisamente los galos ganaron la primera estrella, se hablaba de un fen¨®meno sociol¨®gico, los JASP. J¨®venes, aunque sobradamente preparados. La calidad mental a la que se refiri¨® el domingo Deschamps para explicar este ¨¦xito es la demostraci¨®n, una vez m¨¢s, de que el f¨²tbol se ejecuta con los pies, pero se juega con la cabeza. Lo normal es que la inteligencia y la templanza se muestren cuando se acumulan temporadas y te vas aproximando a la treintena, pero hay excepciones. Como esta Francia, nueva campeona mundial gracias al secreto m¨¢s viejo del f¨²tbol, muy sencillo de decir, pero tan complicado de encontrar: saber qu¨¦ hacer, c¨®mo y cu¨¢ndo, en todas las fases de un partido. Enhorabuena, vecinos.
Rusia 2018. El presidente de FIFA afirm¨® que ha sido el mejor Mundial de la historia. Organizativamente, seguramente s¨ª, seg¨²n la multitud de alabanzas de los que all¨ª han estado. Futbol¨ªsticamente, en cambio, el debate es mucho m¨¢s amplio. Dejando a un lado los gustos de cada cual, lo que s¨ª es cierto es que ha habido mucha m¨¢s emoci¨®n de lo que estamos acostumbrados en estas grandes citas, alimentada principalmente por la cantidad de sorpresas que hemos vivido. Que tanta selecci¨®n favorita y tanta estrella individual cayeran a las primeras o segundas de cambio puede ser significativo de poco nivel general del campeonato. O no, puede ser visto como lo contrario, como una igualdad por arriba, gracias al aumento de competitividad de la clase media y baja. El hecho incuestionable es que este Mundial ser¨¢ recordado por todo ello, y as¨ª entra en la historia. Necesitamos perspectiva para sacar conclusiones definitivas. En cualquier caso, es un aviso a navegantes sobre todo para las potencias hist¨®ricas. Ya se ganar¨¢n muchos menos partidos de selecciones por el nombre o el escudo. Eso s¨ª, esta competici¨®n, la m¨¢s legendaria, contin¨²a virgen de campeones sin pedigr¨ª en su lista de honor. El Nottingham puede ganar la Copa de Europa, el Leicester la Premier y Grecia o Dinamarca una Eurocopa, pero para ser campe¨®n del mundo de f¨²tbol hay que labrarse durante a?os un prestigio antes de que los dioses del Olimpo te permitan entrar en el para¨ªso. Bien lo sabe para siempre Croacia.
El ¨²ltimo comentario es para el VAR. Acato su implantaci¨®n y le doy un notable a su aplicaci¨®n y ejecuci¨®n en esta puesta de largo internacional. Ahora bien, me reafirmo en lo escrito aqu¨ª hace un a?o. La tecnolog¨ªa no va a erradicar la pol¨¦mica ni a alejar las injusticias de nuestro querido juego. S¨ª aumentar¨¢n los aciertos arbitrales gracias a su ayuda, lo que ya de por s¨ª respalda su uso. Pero la interpretaci¨®n de muchas jugadas trascendentes revisadas (y muchas m¨¢s aparentemente intrascendentes y no revisadas, como la discutible falta sobre Griezmann que dio origen al primer gol de la final) sigue obligando a profesionales y aficionados a hacer un ejercicio de comprensi¨®n que ha costado de siempre a la mayor¨ªa. Este es un deporte marcado por los errores, ya sea el de Lloris al creerse Beckenbauer en la final de un Mundial o del ¨¢rbitro de turno que ve un agarr¨®n donde el resto de los mortales no. Con VAR o sin VAR, es penalti cuando el ¨¢rbitro lo dice. Y punto.
Ha sido un placer hacer el esfuerzo para acompa?arlos asiduamente durante el Mundial. Seguiremos escribiendo y luchando con la motivaci¨®n, entre otras, de poder ver alguno m¨¢s.
Carlos Matallanas es periodista, padece ELA y ha escrito este art¨ªculo con las pupilas.