An¨¢lisis del DLC de Alan Wake 2: Night Springs, el nuevo chiste de Remedy

Con los DLC y las expansiones ocurre lo mismo que pasaba en su d¨ªa con el c¨®mic y la novela gr¨¢fica. Ambas cosas son lo mismo, pero hay un t¨¦rmino que tiene m¨¢s lustre que otro. En el caso del noveno arte existe toda una historia de elitismo y censura detr¨¢s, mientras que en los videojuegos se debe a que resulta complicado explicar que Alan Wake 2: Night Springs y Elden Ring: Shadow of the Erdtree sean lo mismo. Ambos contenidos son como la noche y el d¨ªa y el primero nos recuerda que, por m¨¢s simp¨¢ticos que nos caigan Sam Lake y Remedy, los fineses toman de vez en cuando muy malas decisiones.

A veces es un proyecto equivocado como CrossfireX. Se entiende. A todos nos pasa. En otras ocasiones son pr¨¢cticas algo m¨¢s dif¨ªcil de justificar. Como lo de no lanzar Alan Wake 2 en f¨ªsico de salida para vender dos veces el juego a tus seguidores. Y en el caso de Night Spring, las dos afirmaciones le pegan. Por un lado es un DLC que apunta a una serie de bromas a menudo sin demasiada gracia y, por otro, no se vende suelto y te obliga a comprar por 20 euros el pase de temporada que lo incluye. Estamos ante una ¡®expansi¨®n¡¯ de 2 horas que no aporta demasiado a la experiencia y que a¨²n resultando sopor¨ªfera a los mandos, al menos te saca un par de sonrisas con sus chistes e ideas.

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Night Springs, o como se conoce en Espa?a, La Noche Se Levanta, es un DLC compuesto por tres episodios independientes en los que manejamos a tres personajes distintos del universo Alan Wake. Cada cap¨ªtulo dura unos cuarenta minutos y recicla un par de escenarios del juego original. La mec¨¢nica de los tres es la misma: avanzar por zonas lineales arrasando a todo enemigo que veamos con armas que parecen ametralladoras y munici¨®n infinita. Lo de la linterna ya ni hace falta en seg¨²n qu¨¦ cap¨ªtulo. ?C¨®mo? ?Que eso no suena a Alan Wake? Efectivamente.

Adi¨®s a cualquier atisbo de terror, a la tensi¨®n de sus tiroteos y a cualquier trama y dise?o de niveles que invite a explorar y hacer pesquisas. Como dec¨ªamos, esto son tres chistes. Entre combate y combate hay un pu?ado de cinem¨¢ticas con momentos de lo m¨¢s surrealistas que tratan de compensar las carencias jugables con una buena dosis de originalidad y estupidez (dicho en el mejor de los sentidos). Son simp¨¢ticas e inofensivas, pero tambi¨¦n se les hacen largos los 40 minutos que duran y parecen un salvoconducto para que Remedy gane algo de tiempo hasta la expansi¨®n de verdad, la de finales de a?o, La Casa del Lago.

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El primer episodio, ¡®Fan n¨²mero uno¡¯, nos pone en la piel de Rose Marigold, la camarera del Oh Deer Diner enamorada del pobre Alan. Rose tiene una visi¨®n del escritor en apuros y decide sacar la escopeta que tiene en la trastienda y echarse al bosque en busca de su querido Stephen King. Por el camino se encuentra con el Sr. Scratch y se ven obligada a luchar contra varias hordas de monstruos para imponer sus deseos y sentimientos.

Es el m¨¢s aburrido de los tres y es una l¨¢stima porque empieza siendo la mar de divertido y acaba con un par de peleas cuanto menos curiosas. L¨¢stima eso, que en medio haya media hora de deambular por caminos manteniendo pulsado el gatillo y sin tensi¨®n ni inter¨¦s alguno.

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El segundo episodio se llama ¡®Estrella Polar¡¯ y nos pone a los mandos de Jesse Faden, la protagonista de Control. Se desarrolla en Coffe World, el parque de atracciones que visit¨¢bamos durante la historia de Alan Wake 2 y donde Jesse acude en busca de su hermano. All¨ª no topa con nada que le permita avanzar su propia trama, pero se da de bruces con una desternillante secta de adictos al caf¨¦ y con una serie de pruebas para llegar hasta la mente maestra detr¨¢s de todo.

Es m¨¢s entretenido, tiene m¨¢s puzles y exploraci¨®n que acci¨®n, y se siente como un nuevo y genial vistazo al multiverso de Remedy, pero queda la sensaci¨®n de que termina donde deber¨ªa empezar. Cuando despega es cuando saltan los cr¨¦ditos. Adem¨¢s, creemos que hubiera ganado entero si hubi¨¦ramos jugado con los poderes de Jesse y no con la linterna y pistola. Pero en fin, al menos resulta m¨¢s entretenido que el anterior.

Por ¨²ltimo tenemos ¡®Destructor del tiempo¡¯. Es la joya de la corona, la guinda del pastel. Un episodio en el que Remedy parece marcarse su propio Kentucky Route Zero y va dando saltos de un g¨¦nero a otro. A veces es un juego de acci¨®n en tercera persona, como el propio Alan Wake, otras una visual novel y en ocasiones se convierte en un shooter de supervivencia en 2D y hasta en una aventura de texto. Encima la historia es fascinante y permite encajar Control y Quantum Break en un mismo universo (a su loca y rocambolesca manera). Porque s¨ª, est¨¢ protagonizado por Jack Joyce, el protagonista de Quantum Break, y aporta lore de lo m¨¢s interesante.

Este episodio es una continua caja de sorpresas y es una l¨¢stima que no sea un poquito m¨¢s largo y profundo. Ojal¨¢ hubiera sido como uno de los episodios de Kentucky, mismamente. Al final se queda como un caj¨®n de sastre y como un experimento que condensa todo el talento de Remedy en 40 minutos. Da ganas de rejugarlo y debatirlo. Da ganas de un juego base s¨®lo de esto.

Resumiendo, este primer DLC de Alan Wake 2 parece una maniobra de distracci¨®n para ganar tiempo hasta la segunda expansi¨®n. Ofrece tres relatos independientes sobre personajes secundarios del universo Alan Wake y apenas dura dos horas. Es casi como cobrar por niveles descartados o por mostrar bromas internas de la desarrolladora. Porque son eso, un pu?ado de chistes de calidad muy dispar que reciclan por doquier y en ning¨²n caso tan inspirados como el cap¨ªtulo del baile en la aventura original. A¨²n as¨ª resultan made in Remedy. Alocados, originales y seguro que simp¨¢ticos para los fans del juego. El tercero de ellos hasta tiene su aquel y merece un vistazo, aunque no deja de ser caf¨¦ para muy cafeteros.