Wolfenstein: Cyberpilot
- PlataformaPS45PC5
- DesarrolladorMachineGames
- Lanzamiento26/06/2019
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorBethesda Softworks
Wolfenstein: Cyberpilot, an¨¢lisis. Las mascotas de los nazis
Analizamos el ¨²ltimo spin-off de la saga Wolfenstein, que parte de una propuesta inmejorable (matar nazis en realidad virtual), pero no est¨¢ a la altura.
La saga Wolfenstein est¨¢ de vacaciones. Ha hecho las maletas y se ha ido de viaje. Quiere tomarse un descanso entre el lanzamiento de Wolfenstein II: The New Colossus, que sali¨® en 2017, y el de su tercera entrega, ya confirmada por Bethesda. Y claro, todos sabemos lo que significa irse de vacaciones. Destinos ex¨®ticos, camisas horteras, sangr¨ªa, canciones que no reconoceremos haber bailado y, sobre todo, ganas de experimentar y probar cosas nuevas. En el caso de Wolfenstein, esto se traduce en un viaje de autodescubrimiento que no pasa por chiringuitos y caipiri?as, sino por el mundo cooperativo y la realidad virtual. Son dos ¨¢mbitos en los que quiere probar suerte y hacer fortuna antes de volver con lo que de verdad importa: el fin de la trilog¨ªa de Blazkowicz. Pertenecientes a las fiebres veraniegas de ese interrail nos llegan ahora Wolfenstein: Youngblood y Wolfenstein: Cyberpilot, propuestas muy distintas a lo habitual y amores de verano que, curiosamente, salen a la venta el mismo d¨ªa.
No cabe duda de que la hermana que acapara los focos y baila en el escenario principal es Wolfenstein: Youngblood, spin-off cooperativo del que pod¨¦is leer un an¨¢lisis aqu¨ª. Podr¨ªa parecer un fallo que Bethesda publique ambos juegos en la misma fecha, pero no lo es. Lo cierto es que si Youngblood es una entrega menor dentro de la serie, Cyberpilot es un proyecto a¨²n m¨¢s pobre y austero. En nuestra ya lejana vida escolar, todos hemos presentado alg¨²n trabajo que hemos realizado deprisa y corriendo el d¨ªa de antes porque nos hab¨ªamos olvidado de ¨¦l. Por desgracia, eso es lo que parece Cyberpilot para su desarrolladora, un t¨ªtulo hecho deprisa y corriendo que coincide con la salida de Youngblood porque, si es eclipsado por ¨¦ste y nadie se acuerda de ¨¦l, casi que mejor.
Todo el juego es solo un tutorial
Wolfenstein: Cyberpilot es un juego de realidad virtual que vale 19.99 euros, apenas dura dos o tres horas y ha sido desarrollado por los 27 miembros de Arkane Studios Lyon, el segundo equipo de los creadores de Prey y Dishonored. Por momentos parecen los castigados de la propia Arkane, aquellos a los se ha relegado a trabajar sin apenas presupuesto o herramientas. Porque eso es lo que caracteriza cuanto hemos probado, la falta de recursos y de ambici¨®n. El t¨ªtulo nos pone en las manos de un agente an¨®nimo, enemigo de los nazis, que hackea tres de las m¨¢s letales creaciones alemanas (un panzerhund, un dron y un zitadelle) y las vuelve contra ellos. A grandes rasgos, la obra se compone de un tutorial para aprender a manejar cada uno de estos bichos y de una misi¨®n con los tres juntos... que se corta a la mitad y hace saltar los cr¨¦ditos. El juego es un tutorial gigante cuya lista de nombres y agradecimientos final (con Machine Games y Zenimax como autores del delito) dura m¨¢s que las propias misiones.
Durante esas dos o tres horas, la estructura del juego es siempre la misma. Empezamos en una silla de ruedas ante un escritorio que hace las veces de base central. La realidad virtual sigue empe?ada en que hagamos de Or¨¢culo y no de Batman. Apretando botones y tirando de palancas nos vamos moviendo on rails por las distintas plantas de la base y se nos plantean un par de... ?puzles?, ?minijuegos? Es igual, pruebas muy r¨¢pidas e insustanciales que, a¨²n inspiradas en las mec¨¢nicas de Job Simulator, resultan mucho m¨¢s limitadas y torpes. En ellas se nos presenta a las mascotas de los nazis: los perros rob¨®ticos (panzerhund), drones y mechas (zitadelle). Despu¨¦s nos ponemos a sus mandos y, tras aprender sus controles en un tutorial (hay dos tipos de ataque y una habilidad especial), nos lanzamos a una misi¨®n con ellos. La mayor parte de estas misiones (cuatro en total) consisten en avanzar por un pasillo, hacer punter¨ªa y arrasar con todo cuanto lo que cruce en nuestro camino, como en Until Dawn: Rush of Blood. Wolfenstein: Cyberpilot quiz¨¢s no sea un juego sobre ra¨ªles, pero por momentos lo parece.
Una idea que promet¨ªa
La propuesta jugable no es mala y, de hecho, a veces resulta divertida. En parte porque matar nazis siempre es divertido y en parte porque las tres m¨¢quinas, muy diferenciadas entre s¨ª, permiten acabar con ellos de formas muy variadas. Quemarlos, aplastarlos, desintegrarlos, convertirlos en un coladero... Especialmente destacables son las fases con el dron, que no solo son las m¨¢s llamativas visualmente (quiz¨¢s porque son interiores), sino que adem¨¢s a?aden un ligero componente de sigilo y un curioso minijuego de pirateo. Los controles de cada bestia son accesibles a intuitivos. Siempre se nos va a hacer raro movernos pulsando botones y no usando un stick, que es mucho m¨¢s c¨®modo, pero al margen de eso, el manejo es muy preciso.
Wolfenstein: Cyberpilot nos permite utilizar Dualshock 4 o PlayStation Move, no habiendo color entre lo primero y lo segundo. El mando cl¨¢sico solo nos permite apuntar en una direcci¨®n y los controles de movimiento, al ser independientes, permiten atacar con el brazo derecho hacia un sitio y con el izquierdo hacia otro. Las dificultades m¨¢s altas son directamente imposibles con el Dualshock. Hay tres, por cierto, normal, dif¨ªcil y desaf¨ªo. Recomendamos la segunda, porque normal es poco menos que un paseo y hace a¨²n m¨¢s ef¨ªmero el juego. En cuanto al temido motion sickness, nosotros no hemos tenido ning¨²n problema. Es un juego relativamente lento para ser un first person shooter (nada que ver con Doom VFR, por ejemplo) y los tiroteos se reducen a un tiro al plato con encuadre estable m¨¢s que a movernos y girar la c¨¢mara.
Ni como juego de VR, ni como Wolfenstein
Entonces, si a veces es divertido, las mec¨¢nicas tienen ideas curiosas y los controles no van mal... ?qu¨¦ es lo que falla? Lo que dec¨ªamos antes, la ambici¨®n y la falta de recursos. Los niveles son un pasillo (Wolfenstein siempre ha sido lineal, pero esto parece Final Fantasy XIII), sus escenarios est¨¢n completamente vac¨ªos, duran un suspiro, la inteligencia enemiga brilla por su ausencia y todo se siente y nota como un tutorial gigante, como el pr¨®logo de un juego que nunca empieza. Excepto las fases del dron, todo es pulsar ¡°hacia delante¡±, apuntar y disparar. Pero al contrario que juegos como Until Dawn: Rush of Blood, por ejemplo, aqu¨ª no hay factor sorpresa ni desaf¨ªo alguno. Todo es simple, mon¨®tono y predecible; una mala recreativa. Parece una demo o un extra oculto de Youngblood antes que un juego en s¨ª mismo. F¨¢cilmente olvidable y nada rejugable. Quiz¨¢s sus trofeos salven un poco esto ¨²ltimo (por la campana).
El ¨²ltimo nivel es el ¨²nico que puede considerarse un nivel propiamente dicho. En ¨¦l manejamos a las tres mascotas nazis y empieza a vislumbrarse por d¨®nde podr¨ªa ir el juego. Y pinta bien, de verdad, pero de pronto alguien cierra el grifo y le pone punto y final. Una pena. En su momento, Wolfenstein: Cyberpilot hubiera sido una primera incursi¨®n curiosa en el mundo de la realidad virtual, pero hoy d¨ªa, cerca del tercer aniversario de PlayStation VR, su propuesta es demasiado parca. Existen muchas opciones m¨¢s profundas y con m¨¢s contenido dentro del g¨¦nero. Da a¨²n m¨¢s rabia que se desperdicie as¨ª el nombre de Wolfenstein y que no se aprovechen las puertas que ¨¦ste abre. De hecho, el juego cierra con un amago de c¨®mo ser¨ªa un juego de la saga normal con VR, y son unos segundos, s¨ª, pero ya pone los dientes largos. Como dec¨ªamos, una pena.
Por ¨²ltimo, lamentar tambi¨¦n que la historia carece del punch habitual de la serie. El humor negro y la socarroner¨ªa est¨¢n reducidos al m¨ªnimo, y se echan de menos las situaciones tan alocadas y divertidas que encontramos a cada dos pasos en las entregas normales. Aqu¨ª ¨¦stas son inexistentes y la trama, anecd¨®tica y vac¨ªa. A nivel audiovisual, Wolfenstein: Cyberpilot es discreto, sobre todo en lo sonoro. Los tiempos de carga y ese planteamiento tan lento tampoco ayudan a la inmersi¨®n. Visualmente los interiores s¨ª que son algo m¨¢s vistosos, y el fuego y alg¨²n efecto de part¨ªculas es capaz de llamar nuestra atenci¨®n, pero no salvan el conjunto. Definitivamente, no es un t¨ªtulo que tire cohetes en ninguno de sus apartados. Los robots los tiran por ¨¦l.
*An¨¢lisis realizado con su versi¨®n de PS4 y PlayStation VR.
Conclusi¨®n
Wolfenstein: Cyberpilot es como estar ante el escaparate de una tienda que est¨¢ cerrada y que ha sido traspasada. El escaparate est¨¢ algo vac¨ªo y tiene un aspecto muy pobre, pero a¨²n as¨ª hay cosas que nos gustan al otro lado del cristal. Por la decoraci¨®n se intuye que alguien trabaj¨® all¨ª y que trat¨® de ser original y distinto, quiz¨¢s porque no contaba con muchos recursos. Por desgracia, al haber cerrado ya, nunca podremos comprar ninguna de las cosas que nos han llamado la atenci¨®n. Nunca podremos entrar a verlas de cerca o a prob¨¢rnoslas. Con Wolfenstein: Cyberpilot ocurre algo parecido. Las dos horas y pico que dura son el tutorial de un juego que nunca podremos comprar. Una sucesi¨®n de ideas y propuestas que, a veces m¨¢s, a veces menos inspiradas, por momentos prometen y hasta divierten (matar nazis siempre lo hace). Sin embargo, no dejan de ser una exposici¨®n, un escaparate, y nos quedamos en la superficie, siendo la experiencia demasiado precaria y simplona. En cuanto parece arrancar va y se acaba. La puerta al juego completo, el de verdad, est¨¢ cerrada. No existe. Solo su introducci¨®n; solo las escaleras de entrada. La sensaci¨®n de que le faltan tiempo, recursos e inter¨¦s siempre est¨¢ ah¨ª. Se le ven tanto las costuras que ni siquiera le quedan el humor, la personalidad y la irreverencia de los ¨²ltimos Wolfenstein. Cyberpilot es una apuesta menor y desaprovechada. Hay muchas tiendas en el mundo de la realidad virtual con las puertas abiertas y m¨¢s contenido en sus escaparates.
Lo mejor
- Matar nazis.
- Los controles funcionan bien y la idea no era mala. La ¨²ltima misi¨®n y las fases con drones promet¨ªan.
Lo peor
- Dura menos de tres horas y todo el juego da la sensaci¨®n de ser un mero tutorial.
- Carece del humor, el atrevimiento y la capacidad de sorprender y divertir que se le presuponen a un Wolfenstein.
- Sus propuestas son demasiado simples y mon¨®tonas. Todos sus apartados pecan de pobres.
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejar¨¢ huella. S¨®lo recomendable en caso de sequ¨ªa de este g¨¦nero de juegos.