Natsuki Chronicles, an¨¢lisis con aroma a cl¨¢sico

?? Adem¨¢s de un estudio poco conocido en occidente, Qute Corporation debe ser un lugar bastante especial si es que tiene oficinas permanentes. Seg¨²n parece, adem¨¢s de dise?ar shoot¡¯em ups, hablamos de una empresa que ofrece labores de consultor¨ªa en ¨¢reas como la salud o el dise?o gr¨¢fico. Es casi seguro que nos sorprender¨ªamos si vi¨¦semos por la rendija todas las cosas en las que ha trabajado este sello independiente japon¨¦s, pero la cuesti¨®n es que su legado en videojuegos ya es suficiente como para otorgarle un lugar de m¨¦rito entre lo mejor de los ¨²ltimos a?os en un g¨¦nero. Recapitulemos, pues: aparte de sus t¨ªtulos para la port¨¢til Wonderswan -dise?ada por Gunpei Yokoi¨C, hablamos del estudio que ide¨® uno de los shmups verticales m¨¢s hipn¨®ticos y bien llevados a cabo que hemos visto nunca, el sensacional Eschatos. Ahora sabemos que aquel t¨ªtulo ¨Cque mereci¨® mejor suerte y deber¨ªa ser reeditado para las consolas de ahora¨C era la primera piedra de un proyecto a largo plazo. Tras aquel vertical que hac¨ªa gala de un ritmo de juego diferente a todo lo visto hasta entonces, Qute ha seguido disparando con oro y diamantes para el que guste de los matamarcianos. Porque, teng¨¢moslo claro desde el principio, tanto Ginga Force ¨Clanzado hace unos meses en occidente¨C como este Natsuki Chronicles son obras grandiosas, cada una a su manera, para el que no se canse de pilotar navecitas en un plano bidimensional.

?Un estudio de culto?

Los tres grandes shmups de Qute comparten un pu?ado de rasgos que les dan una identidad propia muy cuidada. En todos ellos tenemos un disparo principal, otro secundario y un tercer artilugio que casi siempre ser¨¢ un escudo pero que tambi¨¦n puede usarse para atacar, sobre todo a medida que vamos comprando mejoras. Se identifican con facilidad dise?os enemigos que aparecen en todos los juegos y, en general, los tres inciden en paleta de colores luminosa que nos transporta a un universo de anime, cielos azules y m¨²sica pop japonesa con un apartado t¨¦cnico que cumple sin m¨¢s. Con semejantes rasgos, perfectamente podr¨ªamos pensar tras un par de partidas que estamos ante t¨ªtulos menores, casualizaciones de un g¨¦nero que siempre ha brillado ante la dificultad elevada, pero estar¨ªamos equivoc¨¢ndonos por mucho. Natsuki Chronicles es el ejemplo m¨¢s refinado de un enfoque para todos los p¨²blicos en el que Qute parece profundizar con cada lanzamiento. Es una suerte que Rising Star Games est¨¦ publicando en occidente estos juegos que ya han alcanzado estatus de culto ¨CEschatos sali¨® hace ya diez a?os¨C para los m¨¢s forofos del g¨¦nero: los juegos de Qute ped¨ªan con urgencia una distribuci¨®n a la altura para salir del nicho. Incluso dentro de un g¨¦nero que ya es de nicho en nuestro tiempo.

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Qute se enfrenta a la horizontalidad

Anunciado en 2014 y con un desarrollo prolongado, hasta tal punto que parec¨ªa que no iba a terminar de cuajar, Natsuki Chronicles es el primer intento de Qute dentro de la variante horizontal, aunque parece deber m¨¢s a Darius y Thunder Force que a los m¨¢s tradicionales Gradius y R-Type. Una salida de la zona de confort que no llega precisamente en un momento con pocos t¨ªtulos de nivel en este estilo, sobre todo con lo que hemos visto venir desde la escena indie europea de los Super Hydorah, Rigid Force Redux o Devil Engine. La principal caracter¨ªstica de Natsuki Chronicles es que se trata de un juego pensado para satisfacer por igual -y esta vez es de verdad- a cualquier principiante que quiera iniciarse en el g¨¦nero, sin olvidar por supuesto al virtuoso que lleva a?os trag¨¢ndose todo lo que la escena independiente le ha permitido llevarse a la boca. Spoiler: ha sido suficiente como para una indigesti¨®n muy severa.

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De entrada, Natsuki Chronicles plantea muy bien dos modos de juego que pueden parecen similares -en ambos recorremos los mismos diez niveles- pero terminan por no parecerse en nada. Qute ha acertado con un modo historia que divide el juego en actos independientes con una peculiaridad que fomenta la rejugabilidad a niveles de absoluta demencia: podemos atacarlos en cualquiera de las cuatro dificultades a medida que las vamos conquistando, pero siempre obtenemos recursos para comprar armas y nuevos escudos que nos van facilitando la misi¨®n si queremos que as¨ª sea. Esto nos va proporcionando una sensaci¨®n de progreso que se siente tan nueva como bien integrada en un juego as¨ª. El anterior Ginga Force ya apuntaba en esta direcci¨®n, pero todo est¨¢ mucho m¨¢s maduro en esta ocasi¨®n, y se nota con claridad la evoluci¨®n.

Los shoot¡¯em up ¨C en especial los horizontales¨C llevan tiempo plante¨¢ndose qu¨¦ hacer con su legendaria dificultad para no frustrar al jugador que no desea ser humillado pero s¨ª llegar a ver el final del juego, una meta poco menos que imposible en los viejos salones donde proliferaron estos juegos. Con la idea de evitar esta frustraci¨®n siempre presente, el primer asalto a cualquier nivel o modo de dificultad en Natsuki Chronicles puede ser un fracaso, pero siempre hay una mejora en los escudos ?¨Cson las vidas de este juego que no las tiene¨C o el juego nos permite comprar una nueva pieza de equipamiento que seguramente querremos probar de inmediato. En estas circunstancias, con un ritmo de desbloqueos y una curva de dificultad tan cohesionados entre s¨ª, el modo f¨¢cil resulta perfectamente asequible a cualquier jugador¡­hasta tal extremo que no dudar¨ªamos en recomendar este t¨ªtulo a quien lleve veinte a?os sin jugar absolutamente nada de este g¨¦nero, o siempre haya pensado que la fiesta termin¨® en 2004 con Gradius V.

Para todos los p¨²blicos

Quien se atreva a seguir m¨¢s all¨¢ de ese tutorial que es el modo f¨¢cil, ir¨¢ encontr¨¢ndose poco a poco con todo lo que realmente brilla en los shoot¡¯em up de Qute. Las oleadas enemigas, los diferentes patrones de ataque, las velocidades de los proyectiles y el dise?o de los diez niveles empiezan a mostrar su cara m¨¢s exigente, que aun as¨ª sigue siendo justa y superable. Incluso el modo normal, que en juegos recientes como Devil Engine termina y¨¦ndose m¨¢s bien a la vertiente hardcore, podremos ir superando los cap¨ªtulos a medida que las recompensas lo van haciendo posible, y esa es una fant¨¢stica noticia, porque Natsuki Chronicles sube de inter¨¦s cuando hemos desbloqueado los suficientes ¨ªtems. Es entonces cuando se ve lo bien hecho que est¨¢ todo en este t¨ªtulo.

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A lo largo de los diez niveles asistimos a otra lecci¨®n magistral de pacing, algo en lo que Qute es experta, con el a?adido de que podremos usar una variedad realmente imponente de formas de jugar sin que nada se resienta en ning¨²n momento. Esto nos parece muy destacable porque los niveles tienen de todo: disparos hacia atr¨¢s al estilo Darius, momentos de scroll vertical o invertido, esquiva de rayos masivos y zonas intrincadas de puertas y entornos estrechos en los que nos podemos golpear con las paredes. No son elementos precisamente novedosos, pero todos se utilizan con la precisi¨®n del experto en un juego que podr¨ªa encararse con cualquiera de los mejores en este aspecto. Si a todo esto le sumamos que cada nivel de dificultad crea, en realidad, un escenario nuevo, valoraremos en su justa medida la cantidad de horas que podr¨¢ dedicarle el usuario m¨¢s completista que se decida a variar su estilo de juego unas cuantas veces, porque el juego incita precisamente a eso. Por ¨²ltimo, quien quiera olvidarse de la historia podr¨¢ jugar de primeras en un modo arcade que sacrifica esta progresi¨®n a cambio de un enfoque m¨¢s tradicional y contrastante, que sin embargo mantiene esa accesibilidad. En ¨¦l, cada partida completada nos proporciona un cr¨¦dito adicional ¨Ccon lo que la sensaci¨®n de recompensa sigue ah¨ª¨C pero los power ups nos otorgan tambi¨¦n mejoras en los escudos. Sobre el papel parece poco cambio, pero realmente es otro juego el que nos plantea y llega a una profundidad estrat¨¦gica muy curiosa en los niveles elevados.

Calidad de vida

Natsuki Chronicles es obviamente un juego que no deja atr¨¢s a los asiduos del g¨¦nero, que encontrar¨¢n en ¨¦l razones para profundizar gracias a muchas sutilezas que pueden pasar desapercibidas, aunque siempre han sido marca de la casa para Qute. Por citar algunas, recordaremos los diferentes niveles de velocidad al estilo de Thunder Force: han sido reducidos a la posibilidad de combinar dos de ellos dejando al jugador la posibilidad de elegir entre ocho diferentes, pero al mismo tiempo se nos permite alternarlos de dos formas que ¨Csorpresa¨C pueden llegar a transformar por completo nuestra manera de jugar. Tambi¨¦n nos ha llamado la atenci¨®n la posibilidad de visualizar la trayectoria de las balas, realmente ¨²til para quienes quieran memorizar los patrones m¨¢s salvajes de las dificultades elevadas, si bien resultan un poco confusas como para tener esta opci¨®n activada todo el tiempo. Pese a todo, la interfaz de usuario y las posibilidades que nos brinda son otro punto en el que Qute tambi¨¦n lo clava mejorando lo visto en Ginga Force. Sobre todo, porque deja abiertas posibilidades que no siempre hab¨ªamos tenido a mano y se integran en el juego mucho m¨¢s de lo que parece.

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