An¨¢lisis de Pacific Drive, un roguelite sci-fi de conducci¨®n y supervivencia ¨²nico

Hay videojuegos que podr¨ªamos recomendar al gran p¨²blico sin temor a equivocarnos, ya sea por su calidad objetiva o por pertenecer al g¨¦nero del momento. Sin embargo, hay otros t¨ªtulos cuya propuesta es tan diferente o particular que ya no son tan f¨¢ciles de proponer, m¨¢s all¨¢ de valores de producci¨®n m¨¢s o menos elevados. Este es el caso de Pacific Drive, el peculiar debut de los estadounidenses Ironwood Studios junto a Kepler Interactive, t¨ªtulo que despert¨® el inter¨¦s de muchos en su presentaci¨®n oficial que propone vivir una aventura roguelite de corte survival y ciencia ficci¨®n al volante de un destartalada ranchera de los a?os 60, todo ello en un entorno verdaderamente inquietante. Desde luego, la combinaci¨®n es de lo m¨¢s llamativa, aunque una ejecuci¨®n tan ¨²nica merece un repaso concienzudo de sus pros -muchos- y sus contras -menos, aunque relevantes- en nuestro an¨¢lisis para PC y PS5.

El aut¨¦ntico amor por las cuatro ruedas

Lo primero que debemos tener claro es que si no sentimos un m¨ªnimo de atracci¨®n por los coches o la conducci¨®n, no tenemos nada que hacer en Pacific Drive. Ahora bien, aquellos que gusten de trastear con su veh¨ªculo, repararlo, mejorarlo, cuidar de ¨¦l y conducir -con todo lo que conlleva su vertiente de simulador- ya tienen una gran parte ganada; pero no toda. Aqu¨ª, nuestro vetusto familiar es algo as¨ª como una extensi¨®n de nuestro avatar en el juego, un personaje m¨¢s al que tenemos que prestar toda la atenci¨®n posible si queremos sobrevivir a las amenazas de la Zona, escenario en el que se desarrolla el juego. Un lugar inh¨®spito, cerrado a cal y canto y protegido por altos muros, en el que se suceden toda clase de fen¨®menos sobrenaturales. Un entorno peligroso que puede acabar con nosotros al m¨ªnimo error o despiste.

Sin entrar en muchos detalles de la trama, nuestro personaje aparece dentro de la Zona y ahora es nuestra misi¨®n entender qu¨¦ sucede y c¨®mo escapar con la ayuda de ciertos personajes misteriosos que se comunican por radio. Por suerte contamos con un veh¨ªculo con el que explorar y un taller a modo de base en el que reparar y mejorar nuestro coche, as¨ª como desarrollar diferentes actividades al m¨¢s puro estilo survival, como la investigaci¨®n y el desarrollo de nuevos objetos, recursos y cachivaches que podemos usar en nuestro beneficio y mucho m¨¢s. Y es desde nuestra base desde la cual iniciamos las diferentes incursiones en la Zona, ya sea en niveles que nos permitan avanzar en la historia o en otros en centrados en la exploraci¨®n y la obtenci¨®n de recursos, siempre generados de forma aleatoria; de ah¨ª su condici¨®n de roguelite, en la que cada ¡°excursi¨®n¡± es diferente a la anterior, algo que queda plenamente justificado si tenemos en cuenta los entornos cambiantes del lugar.

Como decimos, todo gira alrededor de nuestro coche, por lo que tendremos que estar continuamente pendientes de su estado. Desde reparar su carrocer¨ªa, puertas, motor y otros elementos como faros, parachoques o neum¨¢ticos a sustituir piezas por otras mejores, m¨¢s resistentes o con atributos especiales; adem¨¢s, podemos usar diferentes gadgets como un generoso GPS situado en el asiento del copiloto, un taller m¨®vil o la posibilidad de aprovechar su maletero para almacenar m¨¢s objetos y recursos. Incluso podemos otorgar ¡°superpoderes¡± a la ranchera previo desbloqueo. En este sentido, la interacci¨®n con el coche es tambi¨¦n exigente, por lo que tendremos que estar continuamente pendientes de ciertas acciones como encender y apagar el motor -para as¨ª ahorrar gasolina-, activar o desactivar los faros o los limpiaparabrisas, accionar el cambio autom¨¢tico para arrancar o aparcar y bajarnos del coche... Son rutinas con las que hay que lidiar siempre; otra cosa ser¨¢ si son de nuestro agrado o no.

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El manejo tambi¨¦n tiene su miga. Depender¨¢ en buena parte del estado del coche y los neum¨¢ticos, en terrenos con barro o grava patinar¨¢ m¨¢s f¨¢cilmente que en asfalto; como nota curiosa, las sensaciones h¨¢pticas del DualSense en PS5 est¨¢n bastante logradas. Por otro lado, no siempre estaremos sentados frente al volante, ya que continuamente tendremos que abrir la puerta y salir de la protecci¨®n que nos brinda su carrocer¨ªa para aventurarnos en los inh¨®spitos parajes de la Zona, ya sea para conseguir m¨¢s recursos -su variedad no es muy elevada, por cierto-, realizar ciertas acciones o investigar, siempre estando pendientes de las amenazas presentes a nuestro alrededor.

Desde inquietantes maniqu¨ªes con bombas que estallan al m¨ªnimo contacto a robots vig¨ªa que sobrevuelan los bosques de la Zona en busca de objetivos que eliminar -nosotros-, pasando por fen¨®menos cu¨¢nticos, radiaci¨®n, tormentas de origen desconocido, peque?os robots que se pegar¨¢n a la carrocer¨ªa para deteriorarla... Desde luego, no nos aburriremos en la Zona. ?O s¨ª? En este sentido, Pacific Drive, como buen simulador de corte survival, demandar¨¢ de nuestra paciencia a trav¨¦s de mec¨¢nicas sosegadas, en ocasiones tediosas y repetitivas, con la necesidad de buscar recursos continuamente que nos puedan servir sobre el terreno o para el desarrollo de diferentes tareas que se nos propongan en la base.

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La aventura se desarrolla siempre bajo el mismo patr¨®n: elegimos un nivel a explorar en el taller, salimos del mismo conduciendo y fundido a negro. Instantes despu¨¦s aparecemos en el nivel aleatorio, el cual nunca tiene salida como tal y en el que debemos realizar las diferentes tareas que se nos propongan o consideremos. Para salir del mismo, tambi¨¦n debemos seguir una mec¨¢nica muy concreta, a trav¨¦s de la cual tendremos que buscar unos orbes energ¨¦ticos marcados en el mapa, activarlos en un mecanismo situado en el interior de nuestro coche para abrir un portal de regreso al taller; la gracia del asunto es que tendremos un tiempo l¨ªmite para alcanzar dicho portal antes de que nos engulla una colosal tormenta radioactiva. Si lo logramos regresaremos a salvo con todos los recursos que hayamos podido recoger; de lo contrario, regresaremos moribundos con el coche pr¨¢cticamente destrozado, con el consiguiente reinicio de tareas del nivel fallido.

Un mundo sumido en lo sobrenatural

Y no, no podemos guardar la partida siempre que queramos; tan solo podemos hacerlo mientras permanezcamos en el taller, por lo que debemos calcular muy bien los tiempos y decidir si tendremos tiempo para completar una ¡°run¡± antes de guardar nuestro avance, incursiones que pueden alargarse entre 20 o 30 minutos y una hora o incluso m¨¢s, dependiendo de cada una. Todo ello hace que Pacific Drive sea una experiencia ¨²nica, s¨ª, pero no para todo el mundo debido a un ritmo sosegado, que demanda cierta exigencia en las tareas y rutinas a completar. Debemos ser muy cuidadosos con cada acci¨®n, a lo que demos sumar una trama densa que se nos cuenta a trav¨¦s de las voces de la radio en ingl¨¦s y unos subt¨ªtulos en castellano a los que no siempre podemos prestar atenci¨®n si no queremos estrellarnos al volante. Todo ello aderezado con una puesta en escena sobria aunque atractiva, muy al estilo de otras propuestas como Outer Wilds o Firewatch, con las que comparte una personalidad cr¨ªptica e intrigante.

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