Review
An¨¢lisis de Massira, una obra necesaria dentro de un juego con demasiadas taras
Una hermosa y necesaria propuesta con una ejecuci¨®n decepcionante
¡°?Deben ser los videojuegos divertidos?¡± volvi¨® a ser el en¨¦simo debate c¨ªclico que goz¨® de un protagonismo reciente en las redes sociales. Entre el ruido, se dieron diversos puntos de vista dispares, y alguno muy certero se?al¨® el problema sem¨¢ntico con el concepto de diversi¨®n como sin¨®nimo de entretenimiento. Independientemente de su valor como producto de consumo, el videojuego nos ha mostrado que puede ser tambi¨¦n un medio de expresi¨®n art¨ªstica sin que esto contradiga la anterior condici¨®n. Dentro de esta ¨²ltima categor¨ªa, nos encontramos con los serious games, un g¨¦nero que contempla el videojuego como una disciplina a trav¨¦s de la cual ofrecer una experiencia que conciencie sobre un tema social. En este marco, nace Massira, la obra ¨®pera del estudio espa?ol Frost Monkey, ya estrenada en PlayStation 4 bajo el paraguas de PlayStation Talents y que ha llegado a Steam recientemente. Hoy en MeriStation analizamos esta aventura narrativa con puzles que tiene como misi¨®n concienciar al p¨²blico sobre la realidad de los refugiados sirios.
Siria, la crisis olvidada por la prensa
Massira se hab¨ªa lanzado en 2019, cuando la guerra de Siria a¨²n ten¨ªa presencia en las portadas de los medios de comunicaci¨®n. En esta aventura, Frost Monkey nos pon¨ªa en la piel de Numi, una ni?a que huye junto con su abuela Yara despu¨¦s de que la guerra les arrebatara su hogar. Como bien dec¨ªa el eslogan de Fallout, ¡°la guerra nunca cambia¡±, y la experiencia de Massira sigue siendo vigente en 2024, con el genocidio palestino y la inminente guerra de Israel contra Ir¨¢n.
El periplo de Numi y Yara est¨¢ narrado desde los ojos de la peque?a, que no entiende por qu¨¦ han bombardeado su ciudad, por qu¨¦ la milicia le da caza cuando intenta regresar a casa del colegio y por qu¨¦ los desconocidos son tan crueles con ella. Con unos intenciones gr¨¢ficos low-poly, en la est¨¦tica de Massira se difuminan el realismo y lo on¨ªrico bajo el velo de un mal recuerdo, donde los rostros no est¨¢n definidos, pero las formas y colores transmiten cada escenario. La banda sonora complementa con discreci¨®n la tristeza que subyace en lugares tan hermosos pero ocultan el horror y el ego¨ªsmo del ser humano.
Se trata de apenas 2 horas de juego que narran la traves¨ªa de nieta y abuela desde Siria hasta Alemania, pasando por Turqu¨ªa, Austria, Mitilene y otras zonas. En su camino se entretejen diferentes g¨¦neros, como las plataformas, los puzles, el sigilo y hacen que cada nivel sea una nueva sorpresa tanto para el jugador como para las refugiadas. Cada escenario est¨¢ muy marcadamente diferenciado del anterior, tanto en estilo art¨ªstico como en sus propias mec¨¢nicas, y se despierta la curiosidad de aprender qu¨¦ nuevas reglas aprender para proseguir con la misi¨®n de la huida. ?Sortear a los guardias de la c¨¢rcel? ?Ayudar en las tareas de un campamento? ?Avanzar entre los muros de humo mientras esquivamos en la frontera?
Excelentes ideas en una desafortunada ejecuci¨®n
Lamentablemente, Massira se trata de uno de esos juegos con excelentes intenciones y excelentes ideas, pero con una p¨¦sima ejecuci¨®n. La misma premisa resulta m¨¢s que interesante, y el propio Frost Monkey se ha esmerado en una admirable labor de documentaci¨®n, donde ha colaborado codo con una ONG de apoyo al pueblo sirio para incorporar escenarios y vivencias aut¨¦nticas. La sensibilidad con la que se abordan temas como la explotaci¨®n infantil, el abuso de poder son dignas de elogio, y el resultado es un juego que expone al jugador a una realidad lejana, pero muy presente, y consigue conmoverlo sin recurrir al morbo barato.
Incluso la misma narrativa ofrece una bifurcaci¨®n de escenarios que se originan en una decisi¨®n ¨¦tica dentro de la partida, y que dibuja el viaje de Numi y Yara por diferentes rutas, con lo que aporta cierto valor rejugable. Los coleccionables, donde se hallan objetos de valor cultural y testimonio en forma de carta o peri¨®dico, complementan el mensaje del juego, transmitido desde la delicadeza pero sin pervertir su gravedad.
Y, sin embargo, Massira falla precisamente en su valor jugable. Se trata de uno de esos t¨ªtulos que, desde sus primeras presentaciones, quer¨ªamos que saliera bien y nos duele que no haya sido as¨ª. Ante nosotros tenemos un t¨ªtulo m¨¢s propio de una versi¨®n beta que una obra finalizada y pulida. La imprecisi¨®n de los controles y la cuestionable posici¨®n de la c¨¢mara hace que algunas secciones sean frustrantes y el mismo dise?o de algunas partes necesita alguna nueva pensada, como el tiempo de respuesta del medall¨®n en la fase del laberinto. Las animaciones, como la de la propia Numi corriendo, o la de los perros del campamento en el minijuego dan cierto aire de comedia no pretendida.
En ocasiones, la informaci¨®n que se facilita sobre los puzles es insuficiente y se aprende a trav¨¦s de prueba y error, como el caso de pasear los cervatillos. Esto no es negativo, puesto que entendemos que detr¨¢s hay cierta intenci¨®n de hacernos sentir tan perdidos como Numi, que aprende a manejarse en terrenos adultos. No obstante, a veces la informaci¨®n sobre los puzles est¨¢ mal implementada, como el minijuego de llenar los pozos de agua, donde la relaci¨®n de cada bot¨®n con cada tuber¨ªa es confusa. Y, sobre todo, da especial rabia cuando detr¨¢s de la tosquedad t¨¦cnica se halla una idea maravillosa que, por otro lado, otros juegos han sabido plasmarla mejor en un rompecabezas. Para colmo, Massira no tiene autoguardado, lo cual es una mala combinaci¨®n con los fallos t¨¦cnicos que, sin ser habituales, suceden ocasionalmente y nos obligan a salir del juego. En este caso, debemos reanudar todo el cap¨ªtulo desde el principio.
Massira evidencia el caso de un buen proyecto elaborado en un calendario estrecho. Con el tiempo suficiente para pulir sus aspectos t¨¦cnicos y jugables, se tratar¨ªa de un serious game muy inteligente, donde el jugador ir¨ªa descubriendo junto con Numi c¨®mo superar cada desaf¨ªo y c¨®mo cada uno de ellos est¨¢ construido sobre un subg¨¦nero totalmente diferente al anterior. El dolor de dos supervivientes, la fuerza construida desde la desesperaci¨®n y la voluntad de voluntad, y la hermosura de lugares nuevos donde Numi y Yara pueden iniciar una nueva vida merecen ser contadas de nuevo, con un Massira edificado en mejores condiciones y herramientas.
Este juego se ha analizado en su versi¨®n para PC (Steam).
Conclusi¨®n
Massira se trata de uno de esos juegos que est¨¢ construido sobre excelentes ideas e excelentes intenciones, pero que es v¨ªctima de una p¨¦sima ejecuci¨®n. Seguramente debido a un calendario estrecho, la ¨®pera prima de Frost Monkey se nota a medio cocer, con falta de pulimiento en el aspecto t¨¦cnico que vuelve frustrantes ciertas secciones del juego que ya ten¨ªan cierto desaf¨ªo intencional y en consonancia con una Numi que est¨¢ perdida y casi sola. Por otro lado, Massira transmite con gran sensibilidad y belleza temas muy duros como la supervivencia de los refugiados sirios, el horror de la guerra y el sufrimiento de los ni?os. Con un poco m¨¢s de tiempo de producci¨®n, estar¨ªamos ante un serious game ejemplar.
Lo mejor
- La variedad de puzles y minijuegos en cada nivel.
- La sensibilidad con la que se abordan temas muy duros.
Lo peor
- La falta de pulidez en el aspecto t¨¦cnico y c¨®mo afecta a la jugabilidad
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