Watchmen, la saga completa. El mejor c¨®mic de la historia en una edici¨®n de lujo

Watchmen no es solo uno de los mejores c¨®mics de la historia, sino tambi¨¦n una de las creaciones literarias m¨¢s importantes e influyentes de la literatura mundial del siglo XX. La novela gr¨¢fica de Alan Moore cambi¨® para siempre la narrativa y la industria del c¨®mic y su lectura ofrece tantos ¨¢ngulos que son numerosos los libros y ensayos dedicados a la obra. Su tem¨¢tica, su narrativa, su est¨¦tica y su tratamiento del tiempo han tenido una influencia que ha ido m¨¢s all¨¢ del mundo del c¨®mic para impactar en otras obras: El club de la lucha, The Boys...

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Una obra poli¨¦drica

Sin desmerecer al resto de relatos que ofrece la recopilaci¨®n de ECC la principal raz¨®n para adquirir esta edici¨®n sigue siendo Watchmen, la obra cumbre del c¨®mic. Una lectura obligada para cualquier amante del g¨¦nero. Publicada originalmente por DC entre 1986 y 1987 en doce n¨²meros con formato de grapa, el relato de Moore ofrece muchos y distintos niveles de lectura, que van desde una deconstrucci¨®n minuciosa del g¨¦nero de superh¨¦roe hasta un revisionismo marxista del ejercicio del poder, pasando por un tratado sobre el tiempo, la creaci¨®n literaria, el concepto de dios, la delgada l¨ªnea entre realidad y ficci¨®n y el relativismo de los conceptos del bien y del mal.

Todo ello en un relato complejo, que desaf¨ªa al lector para que vaya descubriendo en cada relectura los m¨²ltiples secretos que Moore ha ido dejando escondidos en sus vi?etas y muchos de los cuales solo cobran sentido cuando se ha percibido la obra en su totalidad.

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?Qui¨¦n vigila a los vigilantes?

Moore parte de un hecho simple, el asesinato de un vigilante (en ning¨²n momento se hace referencia a la palabra superh¨¦roe), para construir en un primer momento un relato al modo tradicional. Una investigaci¨®n que poco a poco va llevando al lector a un terreno desconocido cuyas reglas narrativas nada ten¨ªan que ver con lo que se hab¨ªa hecho en los c¨®mics hasta 1986.

Su visi¨®n de los personajes es en realidad una revisi¨®n de las figuras que hab¨ªan desfilado por las vi?etas de las editoriales durante los ¨²ltimos 40 a?os. De hecho, en una primera idea pensaba emplear los personajes de la reci¨¦n adquirida editorial Charlton (1986), pero Dick Giordano, entonces director ejecutivo de DC, viendo lo que quer¨ªa hacer con ellos le pidi¨® que creara un universo completamente nuevo como marco para la obra, algo que a la postre se ha visto que fue todo un acierto.

A diferencia de los relatos tradicionales de superh¨¦roes, el guionista ingl¨¦s sit¨²a la acci¨®n en una Tierra real en la que la intervenci¨®n de los vigilantes como agentes activos del gobierno ha cambiado el r¨ªo de la historia. En esta ucron¨ªa Nixon es reelegido presidente, Estado Unidos gana la guerra de Vietman gracias a la intervenci¨®n del ser m¨¢s poderoso del universo, el Dr. Manhattan, que participa de manera activa en el conflicto, y de otro vigilante cuya moral est¨¢ en relaci¨®n inversa a su patriotismo, el Comediante.

Como paradoja esta utilizaci¨®n de los superh¨¦roes como arma de destrucci¨®n masiva lejos de acercar la paz pone a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y a Estados Unidos al borde de la guerra nuclear. Alan Moore parte de una situaci¨®n real, el miedo a un conflicto nuclear fue la gran amenaza para los ciudadanos durante la d¨¦cada de los 80, para dar verosimilitud a su relato.

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Trasuntos de DC

Todos los vigilantes de Watchmen se agrupan en torno a un grupo, The Minutemen, una especie de Liga de la Justicia. A los ya conocidos Dr. Manhattan y Comediante, se a?aden Ozymandias, Espectro de Seda II, B¨²ho Nocturno y Rosarch. Todos ellos comparten en mayor o menor medida similitudes con los principales personajes de DC.

De todos quiz¨¢ el m¨¢s interesante sea Rosarch, un detective al que Moore dio vida para convertirse en un ser odiado por todos, incluidos los lectores, pero que termina convirti¨¦ndose en uno de los pocos protagonistas que se mantienen fiel a su c¨®digo. Su personalidad psic¨®tica le acerca al Batman de DC. Moore en La obra asesina (1988) volver¨ªa a desarrollar la teor¨ªa de que villanos y h¨¦roes est¨¢n hechos del mismo material y solo una fina l¨ªnea les separa del bien y del mal. Situarse en un lado u otro de esta se trata m¨¢s de una cuesti¨®n m¨¢s de azar que de integridad moral.

Los buenos aqu¨ª son capaces de las mayores atrocidades, sin siquiera cuestionarse la moralidad de los actos, la mayor¨ªa de los vigilantes de Watchmen no est¨¢ para salvar a la humanidad, est¨¢ para pastorearla.

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Crepuscular

En la deconstrucci¨®n que de hace del g¨¦nero de superh¨¦roes Moore repasa a lo largo de las p¨¢ginas de Watchmen sus distintas etapas y sus conceptos morales. B¨²ho nocturno y Espectro de Seda II representan la decadencia del g¨¦nero, dos personajes d¨¦biles y llenos de dudas cuyos mejores tiempos ya han pasado.

En las ant¨ªpodas est¨¢ Ozymandias, el ser m¨¢s inteligente del universo, cuya capacidad de raciocinio le convierte en uno de los mayores asesinos de la humanidad y a su vez en su salvador. Esta dicotom¨ªa moral est¨¢ presente en toda la obra. El concepto de bien y mal se diluyen en aras del bien com¨²n. Maquiavelo llevado hasta sus ¨²ltimas consecuencias.

Dentro de las muchas perspectivas que aborda Moore est¨¢ la de humanizar a sus superh¨¦res, son personas con problemas y complejos, algunos de ellos son seres reprobables y psic¨®ticos y no duda en ponerles en situaciones nunca vistas en un c¨®mic de superh¨¦rores, como en el caso de la violaci¨®n de la primera Espectro de Seda, que adem¨¢s mantiene una relaci¨®n compleja con su atacante.

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El superhombre de Nietzsche

Otro de los temas que aborda es la naturaleza del hombre y de dios, el doctor Manhtann es un ser que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de su naturaleza, que ya no est¨¢ sujeto a las tradiciones morales del cristianismo y que es trascendente ya que no est¨¢ sujeto a las cadenas del tiempo. Ve el universo como un conjunto de ¨¢tomos donde el pasado, presente y futuro son una unidad. Ha alcanzado tal poder que ha perdido por completo cualquier empat¨ªa por la humanidad, cada hombre tiene el mismo valor que un grano de un reloj de arena, ambos est¨¢n construidos de la misma materia.

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Dave Gibbons, el ¨¦xito de la sencillez

El brit¨¢nico ten¨ªa ya un importante bagaje en DC antes de abordar este proyecto. Por sus l¨¢pices hab¨ªan pasado los principales personajes de la editorial: Batman, Superman y Green Lantern, pero su consagraci¨®n le lleg¨® con Watchmen. Antes se hab¨ªa fogeado en 2000 AD, como la gran mayor¨ªa de autores ingleses, donde cre¨® junto a Gerry Finley-Day y Rafael Boluda Vidal Rogue Trooper.

Su estilo de dibujo cl¨¢sico se adapta a la perfecci¨®n a la naturaleza del relato de Moore, que exige muchos detalles en cada vi?eta. Para cada una de ellas, Gibbons recib¨ªa un folio con instrucciones minuciosas sobre su montaje, el encuadre y la cantidad detalles que hab¨ªa que colocar.

Para la novela emple¨® una estructura cl¨¢sica de 9 vi?etas por p¨¢gina, sin salirse de los m¨¢rgenes de estas. Aunque la obra est¨¢ repleta de gui?os que el lector deber¨¢ descubrir, como el desarrollo de la entrega quinta, dedicada a Roschar, en la que las p¨¢ginas son sim¨¦tricas en clara referencia a las manchas del test.

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Consecuencias de Watchmen

El primer gran efecto de Watchmen, pese a que en su origen fue un c¨®mic de grapa, es la consolidaci¨®n de la novela gr¨¢fica como un formato de referencia. Ese mismo a?o aparecen tambi¨¦n Born Again y Batman: The Dark Night Returns, ambas de Frank Miller, y entre las tres conducen al c¨®mic hacia un relato m¨¢s adulto, menos inocente y m¨¢s oscuro. La industria se llena de relatos m¨¢s profundos, a la vez que otra corriente se fija solo en el car¨¢cter violento de los personajes de Moore y convierte a los superh¨¦roes en vigilantes crueles y excesivos.

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El resto de la edici¨®n

Durante m¨¢s de 25 a?os la novela gr¨¢fica permaneci¨® inalterable, todo lo que hab¨ªa que contar se hab¨ªa ya contado y ni Moore ni Gibbons ten¨ªan raz¨®n alguna para continuar un relato que por su estructura de cinta de Moebius no ten¨ªa fin. La ¨²ltima vi?eta conecta directamente con la primera.

DC intent¨® que abordaran varios proyectos ubicados en ese universo. Incluso en 2010 le ofreci¨® a Moore devolver la titularidad de los derechos de la obra a cambio de aceptar realizar una precuela y una secuela, pero les respondi¨® que hab¨ªan llegado diez a?os tarde.

As¨ª que DC abord¨® sin contar con sus autores originales proyectos para cada uno de los personajes principales: Rorschach, Minutemen, Dr. Manhattan, Comediante, Espectro de Seda, B¨²ho Nocturno, y Ozymandias, agrup¨¢ndolos bajo el ep¨ªgrafe Before Wathcmen. Para la empresa cont¨® con guionistas y dibujantes de primera l¨ªnea: Michael Straczynski, Brian Azzarello, Darwyn Cooke Len Wein, Lee Bermejo, J. G. Jones, Adam Hughes, Andy Kubert, Joe Kubert y Amanda Conner. Todos ellos abordaron el trabajo como un homenaje a una obra maestra y, aunque el resultado es m¨¢s que notable, su calidad queda muy lejos de la del original. Mientras Gibbons alab¨® esta iniciativa, Moore atac¨® con dureza las causas econ¨®micas que la hab¨ªan impulsado y que adem¨¢s hab¨ªan terminado con la integridad de su obra.

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Conclusi¨®n

Si a¨²n no has tenido la ocasi¨®n de leer Watchmen est¨¢ es una oportunidad de oro, ya que no solo ofrece una edici¨®n con papel e impresi¨®n de calidad, sino que tambi¨¦n presenta las precuelas realizadas por autores de enorme talento dentro del panoroma del c¨®mic actual. Para muchos, entre los que nos encontramos, es el mejor c¨®mic que han le¨ªdo en su vida y una lectura a la que hay que volver cada cierto tiempo para descubrir los tesoros que fue escondiendo en su d¨ªa Alan Moore en sus p¨¢ginas. Es un c¨®mic de metalectura, con abundantes referencias culturales, pol¨ªticas y filos¨®ficas, pero que devuelve al lector much¨ªsimo m¨¢s de lo que le pide a cambio: leerlo con la mirada de un arque¨®logo en una excavaci¨®n

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