Warriooors, come out to playyy!
Cine, videojuegos y retroinfluencias. The Warriors, Game of the Death y los juegos de lucha
Tiramos de arqueolog¨ªa cin¨¦fila para mostraros pel¨ªculas que est¨¢n en la base de exitosos g¨¦neros dentro del mundo de los videojuegos.
No hace mucho comentamos por aqu¨ª lo portentoso del cine fant¨¢stico y de ciencia ficci¨®n del a?o 1982 del siglo pasado, y c¨®mo hab¨ªa derivado en videojuegos coet¨¢neos e incluso en a?os y d¨¦cadas posteriores. Las pel¨ªculas han ido abasteciendo de ideas al videojuego desde que estos aparecieron como industria all¨¢ por los primeros a?os de la d¨¦cada de los 70 del siglo XX. Siempre a la par, cada pel¨ªcula de ¨¦xito era susceptible de una adaptaci¨®n interactiva. Ya en la presente segunda d¨¦cada del siglo XXI las tornas han cambiado, y es el cine el que se abastece de historias e incluso formas de narrar del videojuego.
Ambos casos, muy evidentes, no deber¨ªan ocultar una tercera v¨ªa de creatividad y sinergia entre ambos medios, y esto son las pel¨ªculas muy anteriores a seg¨²n qu¨¦ juegos que, m¨¢s all¨¢ de inspirar t¨ªtulos hom¨®nimos, su huella se deja sentir en g¨¦neros enteros. Os invitamos a que nos acompa?¨¦is en este alucinante viaje de reconocimiento. Un viaje de retroinfluencias entre el cine y los videojuegos.
The Warriors, yo contra el barrio
Walter Hill, contundente director con cierta huella del salvaje Sam Peckinpah (para el que hab¨ªa trabajado en varias ocasiones), estrenaba en 1979 The Warriors, basada en la novela de 1965 de Sol Yurick del mismo nombre. De desigual fortuna cr¨ªtica, la pel¨ªcula arras¨® en las salas (no sin pol¨¦mica, por diversos altercados entre bandas que coincid¨ªan en los cines y que termin¨® con el triste balance de cuatro muertos). Aunque ese a?o llegaron a las salas varias pel¨ªculas sobre pandilleros, The Warrriors se alz¨® sobre todas ellas marcando escuela en divertidos remedos explotation que, a la postre, cog¨ªan igualmente el futuro dist¨®pico y violento de Mad Max (1980) como referencia (Curso 1984, 1990, los guerreros del Bronx¡). La pel¨ªcula no tard¨® en adquirir la denominaci¨®n de culto, que se ha mantenido firme hasta nuestros d¨ªas. Admiradores confesos, desde Rockstar nos sorprendieron en 2005 con una m¨¢s que digna adaptaci¨®n jugable que lleg¨® a Xbox, PS2 y PSP.
Entrando en faena, atentos al argumento de la pel¨ªcula, porque nos da todas las claves. Anochece en Nueva York. En el Bronx se van reuniendo poco a poco representantes de todas las bandas importantes de la ciudad. Han sido convocados por Cyrus, el l¨ªder de los Riffs, la m¨¢s poderosa de todas ellas. En su discurso ante los cientos de pandilleros Cyrus aboga por la tregua, no m¨¢s guerras entre barrios, y s¨ª por luchar contra el enemigo com¨²n, la polic¨ªa. Las cifras son claras, las pandillas suman un ej¨¦rcito de cien mil frente a los sesental mil efectivos policiales. Son, como reza el subt¨ªtulo de la pel¨ªcula en espa?ol, los amos de la noche.
De repente, entre los v¨ªtores de la multitud, alguien dispara a ese l¨ªder de tintes mesi¨¢nicos, que cae muerto. Se acusa falsamente a los Warriors, que deben salir huyendo si en algo aprecian sus vidas. Tras ese pr¨®logo, el resto del metraje nos muestra la peligrosa aventura nocturna que es volver a Coney Island, territorio de los Warriors, desde el Bronx. Les esperan 48 kil¨®metros de pesadilla.
Cada barrio que van cruzando nuestros sufridos h¨¦roes se encuentra dominado por una banda en concreto. Cada una de ellas, al igual que los Warriors, es reconocible por su uniforme. Si estos llevan chalecos con el nombre de la banda a su espalda en plan Hell Angels, los Rogues visten de cuero, los Hi-Hats portan sombreros de copa, camiseta roja, tirantes y pintan sus caras como mimos; las Lizzies visten est¨¢ndar, pero son todas chicas; los punks van con petos vaqueros y gustan de desplazarse en patines, The Baseball Furies utilizan una equipaci¨®n completa de b¨¦isbol, bate incluido, las caras pintadas de un color y ojeras y labios de negro.
Como ya habr¨¦is asociado, esta es la base de los juegos llamados Yo contra el barrio, los cl¨¢sicos beat?em up pixelados en los que recorr¨ªamos la pantalla de izquierda a derecha en un entorno urbano de dudosa reputaci¨®n, repartiendo tortas a diestra y siniestra a un interminable plantel de macarras. Si bien en The Warriors se nos cuenta una vuelta (a casa, a lugar seguro) y en este tipo de juegos se suele tratar de una ida (llegar hasta el jafazo final), la arquitectura del viaje es la misma. En cada barrio aparecer¨¢n nuevos pandilleros que, navaja, cadena o bate en mano, querr¨¢n acabar con nosotros.
Las sagas Streets of Rage, Final Figth o Double Dragon son un buen ejemplo de esta narraci¨®n hecha mec¨¢nica. Streets of Rage cuenta actualmente con el benepl¨¢cito de cr¨ªtica y p¨²blico en su cuarta entrega, y desarrolladoras como Capcom recopilan el g¨¦nero en atractivos paquetes. Se demuestra as¨ª que el inter¨¦s por este g¨¦nero, aunque no viva los laureles de otros tiempos, est¨¢ lejos de sentirse pasado de moda.
En cine la f¨®rmula ha alcanzado tremenda sofisticaci¨®n a trav¨¦s de una fuerte y contundente influencia asi¨¢tica. Tal vez sea la coreana Oldboy (2003), pilar central de la tremenda Trilog¨ªa de la vanganza de Park Chan-wook, la que replica el beat?em up callejero de forma m¨¢s aut¨¦ntica y sincera. Ocurre en su impresionante plano secuencia del pasillo en el que, en el m¨¢s puro desplazamiento izquierda derecha, el protagonista se despacha a gusto con un enorme grupo de delincuentes. Si mencionamos espec¨ªficamente Oldboy es por su declarada atribuci¨®n y porque se basa en un manga previo de Nobuaki Minegishi (Oldboy, 1996/1998). Se cierra as¨ª un c¨ªrculo perfecto de influencias entre el comic, el cine y el videojuego. Y en el caso de esta pel¨ªcula en particular, c¨®mo asimila el lenguaje de un tipo de videojuegos que a su vez se inspir¨® en una pel¨ªcula, la de Walter Hill.
En la misma l¨ªnea, nos gustar¨ªa hacer hincapi¨¦ en c¨®mo las grandes historias perviven a lo largo de los siglos tomando como veh¨ªculo las v¨ªas expresivas m¨¢s populares de cada momento. Es el caso de An¨¢basis, el peligroso regreso al hogar que parte de un hecho hist¨®rico narrado por Jerofonte. Historiador griego disc¨ªpulo de S¨®crates, fue uno de los protagonistas de La expedici¨®n de los 10000. En el 401 A.C. guio la vuelta a casa de un vencido ejercito de mercenarios griegos que tuvo que atravesar 4000 km de terreno enemigo.
Sol Yurick utiliz¨® en 1965 esta premisa como base para su novela The Warriors, escrita como respuesta a la peligrosa idealizaci¨®n de las pandillas que hab¨ªa aparecido en pel¨ªculas como Salvaje (1953) o, sobre todo, la coet¨¢nea y exitosa West Side Story (1961). De ah¨ª a la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Walter Hill en 1979, su posterior perpetuaci¨®n como g¨¦nero dentro de los videojuegos en los 80/90?s, y el cierre del comentado c¨ªrculo con la narraci¨®n interactiva hom¨®nima de la novela/pel¨ªcula, dentro de ese mismo g¨¦nero, en la adaptaci¨®n de Rockstar de 2005. El guerrero griego del siglo V A.C. viste chaleco de pol¨ªgonos en el siglo XXI, pero la historia que cuentan en una y otra encarnaci¨®n no deja de ser la misma.
(V¨ªdeo)Game of the Death. Bruce Lee y los juegos de lucha One Vs One
Si rastreamos los primeros juegos Beat?em up de scroll lateral con movimiento en cuatro direcciones, nos encontramos con uno de sus t¨ªtulos pioneros en el exitoso Kung-Fu Master, estrenado por Irem en 1984. En Jap¨®n se llam¨® Spartan X como homenaje a la pel¨ªcula de Jackie Chan del mismo nombre. Lo curioso es que las similitudes con la pel¨ªcula del hongkon¨¦s se quedaban ah¨ª y en el bautizo de un par de personajes en el juego. Y s¨ª que hab¨ªa una fuerte influencia cinematogr¨¢fica en Kung-Fu Master, lo que ocurre es que esta ven¨ªa de Game of the Death. Protagonizada por Bruce Lee, qued¨® inconclusa porque este muri¨® en 1973 con solo 40 minutos de metraje rodados.
La pel¨ªcula tuvo varios estrenos estando siempre en continua mutaci¨®n. El primero de ellos, en 1978, solo cog¨ªa una cuarta parte del material original y lo mezclaba con otro extra¨ªdo de pel¨ªculas previas del m¨ªtico maestro de las artes marciales, as¨ª como con otras escenas rodadas con dobles. Suena a desprop¨®sito, ?verdad?, aunque lo que nos interesa aqu¨ª es otra cosa.
En la premisa original, se ve¨ªa a Bruce Lee enfundado en un mono amarillo con listas negras (exacto, el mismo que homenajeaba Tarantino en Kill Bill) llegando a una pagoda de cinco pisos en la que se encontraba a un luchador en cada uno de ellos. A cu¨¢l m¨¢s letal, los compa?eros que le acompa?aban ca¨ªan y ¨¦l ten¨ªa que seguir solo en combates uno contra uno. No se grabaron en su momento las peleas de cada piso, pero llama la atenci¨®n la personalizaci¨®n de las plantas y las distintas disciplinas de los enemigos que obligaban a nuestro protagonista a adaptar su estilo en cada combate.
En la base de la pagoda, Lee y sus compa?eros se enfrentaban a un grupo de luchadores cintur¨®n negro de k¨¢rate. Vemos aqu¨ª la influencia directa que ejerci¨® en Kung-Fu Master. Aunque el juego repet¨ªa f¨®rmula piso tras piso (tambi¨¦n cinco), en la pel¨ªcula Bruce Lee se enfrentaba sucesivamente a un luchador filipino, otro coreano y finalmente a un gigantesco afroamericano (nada menos que la estrella de los Lakers Kareem Abdul-Jabbar, disc¨ªpulo de Lee en la vida real).
Esto nos lleva directamente a los juegos de lucha One Versus One. En ellos, al igual que en la pel¨ªcula, cada fase est¨¢ representada por un luchador (que puede ser de un pa¨ªs diferente, lo que marca la est¨¦tica del escenario) y con caracter¨ªsticas muy particulares a las que debemos adaptar nuestro estilo de lucha. Street Fighter 2 es en este caso el que abander¨® con su tremendo ¨¦xito toda una revoluci¨®n en el g¨¦nero. No es dif¨ªcil imaginar, en el juego de Capcom, las similitudes de Abdul-Jabbar con un Dhalsim de largos brazos y piernas.
Si volvemos al enfoque del edificio de varias plantas en el que nos esperan desaf¨ªos m¨¢s complicados conforme vamos subiendo, este se ha visto reflejado en juegos de diferentes g¨¦neros, JRPG?s incluidos (v¨¦ase Ys I), y en pel¨ªculas como la indonesia The Raid (2011) o la norteamericana Dredd (2012). La primera, potente y claustrof¨®bica, recuerda mucho a c¨®mo se estructuran ciertos videojuegos de acci¨®n. La segunda, por lo que m¨¢s quer¨¢is, intentad verla en 3D, est¨¢ planificada con este efecto siempre en mente, y os puede volar la cabeza de la misma manera que les ocurre a algunos de los personajes que aparecen en ella.
Llegamos al final de este art¨ªculo, pero no del bloque en el que queremos introducirlo como primer cap¨ªtulo. De vez en cuando bucearemos en similares influencias y os traeremos por aqu¨ª nuestras conclusiones. Ya tenemos en mente pel¨ªculas, con m¨¢s de 50 a?os a sus espaldas, que con sus persecuciones automovil¨ªsticas marcaron el camino a seguir a queridas franquicias de conducci¨®n como Driver o Burnout; o c¨®mo cl¨¢sicos del western y el cine de g¨¢nsteres est¨¢n en el ADN de Rockstar. Por supuesto, pod¨¦is dejar en los comentarios vuestras aportaciones para enriquecer este art¨ªculo y los que vengan despu¨¦s. ?Qui¨¦n sabe si alguna de ellas termina convertida en la base para un largo texto en esta, vuestra casa? Nos leemos.
Super Street Fighter II Turbo HD Remix
- Acci¨®n