Los mejores juegos de Blizzard, el estudio que revolucion¨® el PC

Son tiempos duros para los fans de Blizzard. Durante la segunda mitad de los noventa y la primera d¨¦cada del milenio actual, esta compa?¨ªa de origen californiano estaba en la cima del medio. As¨ª como Nintendo hab¨ªa sacudido las consolas con sagas como Mario, Zelda o Metroid, Blizzard hizo lo propio en PC gracias a Warcraft, Diablo y Starcraft. Titanes cuyos nombres todav¨ªa resuenan hoy, aunque principalmente por los logros de anta?o: la ca¨ªda de suscriptores en World of Warcraft, la recepci¨®n del Diablo para m¨®viles o el desastroso lanzamiento de Warcraft 3: Reforged, entre otras decisiones cuestionables, deterioraron considerablemente su imagen antes incluso de que toda Activision se viese envuelta en turbios esc¨¢ndalos laborales.

Ahora, tras la compra de Microsoft, Activision Blizzard est¨¢ llamada a empezar una nueva etapa. Una que, con suerte, quiz¨¢ consiga normalizar las condiciones de trabajo y restaurar ese lustre perdido. Pero como no podemos vaticinar el futuro, hoy nos centraremos en recordar el pasado. Porque algo s¨ª seguro es que su legado, esa capacidad para redefinir una y otra vez g¨¦neros como la estrategia, el rol o los MMO, nunca se desvanecer¨¢. As¨ª que para conmemorar los mejores d¨ªas del estudio, redactores y colaboradores hemos votado para elegir sus diez mejores juegos, sin perder tampoco de vista las importantes contribuciones que hicieron algunas de sus expansiones a la hora de darles continuidad y engrandecer sus leyendas.

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10. Hearthstone (2014)

T¨¦cnicamente no empezamos por una de las tres grandes sagas, aunque casi, porque Hearthstone es un spin-off de Warcraft adaptado al mundo de los juegos de cartas. Y aunque puede que no sea el g¨¦nero al que la mayor¨ªa de los fans de la vieja escuela asocian el nombre de Blizzard, s¨ª ha sido en el que ha logrado un mayor impacto en la ¨²ltima d¨¦cada: a ra¨ªz de su lanzamiento, esta clase de t¨ªtulos no solo experimentaron un repunte muy intenso en su popularidad, favoreciendo la aparici¨®n de imitadores como The Elder Scrolls: Legends, Gwent: The Witcher Card Game o Legends of Runeterra, tambi¨¦n dio lugar a un deporte electr¨®nico con miles de seguidores.

La clave de Hearthstone, pese a distar de ser el primer juego en ofrecer una buena recreaci¨®n de esta clase de duelos en el ¨¢mbito virtual, reside en su cuidada puesta en escena (dise?o, animaciones), su accesibilidad (la condici¨®n de deporte electr¨®nico no est¨¢ re?ida con que cualquiera pueda defenderse en poco tiempo), la fluidez de las partidas y la aparici¨®n regular de expansiones. Sobre el papel pueden sonar a obviedades, pero pocos han clavado tan bien los fundamentos y los peque?os detalles como Blizzard, raz¨®n por la que el juego no solo fue un ¨¦xito de salida, conserv¨® esa propulsi¨®n durante a?os y para muchos todav¨ªa se mantiene en el trono del g¨¦nero.

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9. Diablo (1997)

Diablo es uno de los ¨²nicos dos t¨ªtulos que lanz¨® Blizzard North bajo ese nombre antes de su cierre, pero ya evidenci¨® que el peque?o equipo, reci¨¦n incorporado a la compa?¨ªa, ten¨ªa una visi¨®n capaz de cambiar los action RPG como los conoc¨ªamos hasta entonces. En su inicio, el juego iba a tener combates por turnos, pero tras las presiones de la divisi¨®n principal y una votaci¨®n interna, probaron a implementar la jugabilidad de point and click con combates en tiempo real y se maravillaron con los resultados: matar monstruos, recoger las recompensas y seguir matando monstruos era una experiencia tan ¨¢gil y adictiva que no hab¨ªa otra forma de plantearlo.

A partir de ah¨ª, la generaci¨®n aleatoria de escenarios y recompensas consegu¨ªan que cada partida fuese diferente e impredecible. No hab¨ªa un equipamiento ideal en el que acomodarse, quiz¨¢ en la siguiente zona consigui¨¦semos algo mejor. O en la siguiente. Ahora, en pleno 2022, no cabe duda de que ha envejecido lo suyo, pero lo ha hecho con bastante dignidad a pesar de su relativa sencillez y los posibles desequilibrios creados por su primitiva naturaleza procedural. La composici¨®n con gr¨¢ficos 2D permiti¨® un nivel de detalle entonces no posible con los primitivos pol¨ªgonos, y su atm¨®sfera a¨²n resulta genuinamente perturbadora y opresiva gracias a la sombr¨ªa direcci¨®n art¨ªstica, su cuidado apartado sonoro y la ocasional imaginer¨ªa macabra.

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8. Diablo III (2012)

Es incuestionable que Diablo III supuso una decepci¨®n para muchos fans. Tras doce a?os de espera, y sin el equipo original al tim¨®n, la tercera entrega ten¨ªa expectativas casi imposibles que cumplir, aunque la fricci¨®n surgi¨® de su disposici¨®n a cambiar cosas que funcionaban: la direcci¨®n art¨ªstica era m¨¢s colorida, como si se tratase de un spin-off de World of Warcraft; el desarrollo era m¨¢s lineal; se simplificaron o eliminaron mec¨¢nicas de Diablo II; el looteo reduc¨ªa la aparici¨®n de botines realmente ¨²tiles para dar valor a una subasta de objetos con dinero real; y la necesidad de conectarse a Internet incluso para jugar en solitario tambi¨¦n gener¨® bastante molestar.

Dicho todo eso, todav¨ªa era muy bueno en lo esencial: ese bucle de matanzas y recompensas que nos empujaba hacia m¨¢s matanzas. El salto pleno a las tres dimensiones sirvi¨® para dar otro empaque al mundo y los combates, multitudinarios y fluidos, todav¨ªa eran muy adictivos siempre que nos convenciese el nuevo estilo. No tiene ese aroma a cl¨¢sico del primer Diablo, pero ofrece una experiencia m¨¢s completa y accesible que el original. Sin altibajos pronunciados en la dificultad y con una variedad mucho mayor de localizaciones y enemigos. Decepcionante o no, Diablo III sigue siendo uno de los mejores hack and slash de la d¨¦cada pasada.

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Aqu¨ª abrimos la primera tangente hacia una expansi¨®n porque, si bien el proceso de actualizaci¨®n de Diablo III ha sido muy gradual, con multitud de actualizaciones antes y despu¨¦s del propio Reaper of Souls, este lanzamiento reforz¨® considerablemente el t¨ªtulo gracias a un acto nuevo, menos lineal y m¨¢s tenebroso (el mejor del juego), y el estreno del modo aventura. En ¨¦l se prescind¨ªa de cualquier amago de historia ¡ªm¨¢s guiada y rimbombante que las de entregas previas en el juego base¡ª y nos lanzaba a misiones sueltas para disfrutar de desaf¨ªos en dosis cortas. Su sistema de recompensas tambi¨¦n se ajust¨® y se elimin¨® la infame casa de subastas. Aunque para muchos segu¨ªa sin ser el Diablo III so?ado, Reaper of Souls logr¨® subir el list¨®n.

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7. Warcraft II: Tides of Darkness (1995)

Toda saga tiene un inicio y el de Warcraft, naturalmente, es Wacraft: Orcs & Humans, la entrega original de 1994. Sin embargo, ese meritorio juego original fue tan r¨¢pido sucedido como superado. Lanzado ya al a?o siguiente, Tides of Darkness refin¨® un concepto con potencial y estableci¨® a Blizzard como el gran referente de los RTS (Real Time Strategy), eclipsando tambi¨¦n en cierta medida al genial Command & Conquer ¡ªotro lanzamiento ilustre de 1995 para el g¨¦nero¡ª. Warcraft II agiliz¨® la interfaz gracias a un uso m¨¢s vers¨¢til del rat¨®n; mejor¨® las rutinas de las unidades, anta?o m¨¢s torpes y limitadas; y a?adi¨® batallas a¨¦reas y navales, adem¨¢s de ofrecer un contexto narrativo m¨¢s elaborado para las escaramuzas.

Aunque su antecesor ya hab¨ªa dispuesto de dos campa?as, una para los humanos y otra para los orcos (si bien entonces a¨²n muy similares), Tides of Darkness II disfrut¨® de una escala m¨¢s ¨¦pica gracias a sus secuencias, el mayor tama?o de los mapas y tambi¨¦n el mayor n¨²mero ¡ªy variedad¡ª de unidades en cada combate; todo ello sin que el juego se dejase de manejar mejor en todo momento. Es algo que, por supuesto, tambi¨¦n benefici¨® al multijugador, esta vez habilitado para ocho usuarios en vez de solo dos. Entre eso, el editor de mapas, algunas expansiones y el relanzamiento en 1999 para beneficiarse del online de Battle.net, Warcraft II logr¨® mantenerse vigente durante a?os y paliar la espera por la tan inevitable como tard¨ªa tercera entrega.

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6. Overwatch (2016)

El juego m¨¢s reciente es tambi¨¦n uno de los m¨¢s at¨ªpicos de la lista, tanto por no entroncar en ninguna de las sagas antes establecidas como por internarse en un g¨¦nero nuevo para Blizzard, los FPS. Su origen en realidad se remonta a un intento frustrado de arrancar otro MMO bajo el liderazgo de Jeff Kaplan, dise?ador clave desde WoW vanilla hasta Wrath of the Lich King; pero tras el fracaso inicial, los conceptos de personajes se reacomodaron en otro entorno, m¨¢s en l¨ªnea con Team Fortress 2. Con esa nueva visi¨®n en mente, Overwatch prescindi¨® de cualquier tipo de campa?a y dedic¨® todos sus esfuerzos a ser el mejor shooter por equipos posible. Y durante bastante tiempo, pocos tuvieron dudas de que lo consigui¨®.

La habilidad de Blizzard creando secuencias CG se puso al servicio del universo y sus protagonistas, con dise?os, personalidades y habilidades cambiaban de forma significativa la experiencia de juego, pon¨ªan ¨¦nfasis en la necesidad de colaborar (adoptar roles de ataque, tanque o apoyo) para cumplir objetivos que no se limitaban a sumar m¨¢s bajas que el equipo rival. La posibilidad de cambiar de h¨¦roe durante la partida a?adi¨® versatilidad t¨¢ctica, los eventos peri¨®dicos renovaban el inter¨¦s y las nuevas incorporaciones a la plantilla se convirtieron en aut¨¦nticos acontecimientos. En la actualidad su popularidad ha deca¨ªdo bastante, pero en sus mejores d¨ªas se erigi¨® como el reino de un subg¨¦nero donde todos los dem¨¢s quedaban a su sombra.

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5. Starcraft II: Wings of Liberty (2010)

Al igual que en el caso de Diablo III, los fans de Starcraft tuvieron que esperar doce a?os para ver c¨®mo Blizzard daba continuidad a la saga con gr¨¢ficos poligonales. Pero a diferencia de Diablo III, Starcraft II s¨ª convenci¨® a la mayor¨ªa, al menos cuando se trataba de la jugabilidad. La narrativa fue un punto algo m¨¢s contencioso, dado que a pesar de la mejorada puesta en escena, el ocasional melodrama quedaba m¨¢s expuesto ante los valores de producci¨®n hollywoodenses. Starcraft II no pod¨ªa ser solo un gran juego de estrategia en tiempo real, tambi¨¦n ten¨ªa que ser ¨¦pico. Apabullante. Tanto que no bastaba un juego y se plante¨® como una trilog¨ªa.

Wings of Liberty fue la primera parte de dicha trilog¨ªa, pero no una peque?a o incompleta a pesar de ello. S¨ª era quiz¨¢ algo m¨¢s breve que el Starcraft original, pero su campa?a estaba formada por misiones minuciosamente dise?adas para sacar partido a una base m¨¢s refinada que revolucionada. No solo funcionaba como privilegiado tutorial para introducir las posibilidades t¨¢cticas del multijugador, era un fin en s¨ª mismo, un modo m¨¢s denso y elaborado, con m¨¢s variables a las que adaptarse. Por otro lado, aunque para muchos Brood War se mantuvo como el gran referente competitivo, las ligas de su multijugador tambi¨¦n acertaron a la hora de organizar a los usuarios por habilidad y ofrecer una experiencia Starcraft a la altura.

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M¨¢s all¨¢ de algunas excepciones, la campa?a de Wings of Liberty se hab¨ªa centrado en la raza Terran, dejando las posibilidades avanzadas de los Zerg y los Protoss para el multijugador. As¨ª que llegado 2013, Heart of the Swarm puso el foco en los Zerg; y luego en 2015, Legacy of the Void hizo lo propio con los Protoss. Esta especializaci¨®n permiti¨® ahondar m¨¢s en las caracter¨ªsticas y temas de cada especie, y Legacy of the Void, adem¨¢s, sirvi¨® como conclusi¨®n satisfactoria no solo para la trilog¨ªa, sino para Starcraft como saga. Tras bastantes idas y venidas, Sarah Kerrigan encontr¨® un prop¨®sito clim¨¢tico, y los jugadores tambi¨¦n recibieron un multijugador puesto al d¨ªa, con algo m¨¢s de ¨¦nfasis en la microgesti¨®n para alargar su vida competitiva.

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4. Starcraft (1998)

Pero cuando se trata de una vida competitiva larga, pocos juegos en el medio se pueden codear con el primer Starcraft. Siguiendo al ¨¦xito de Warcraft II, Blizzard no se conform¨® con hacer la siguiente secuela e intent¨® renovar la f¨®rmula en el espacio. Aliens en vez de orcos. No obstante, el primer prototipo ¡ªpresentado ya en el E3 de 1996¡ª no llam¨® la atenci¨®n del p¨²blico, as¨ª que el estudio decidi¨® sacudirlo m¨¢s a fondo: cambi¨® los sprites planos y la vista superior por gr¨¢ficos prerrenderizados y una perspectiva isom¨¦trica que daban m¨¢s profundidad visual a la acci¨®n. Aunque para profundidad, la conseguida al aumentar a tres el n¨²mero de razas enfrentadas.

Aqu¨ª nacieron los Terran, los Zerg y los Protoss, especies que protagonizaban sus propias campa?as sin necesidad de esperar a expansiones. Estas segu¨ªan un estricto orden secuencial y, aunque en retrospectiva resultan m¨¢s sencillas que las de Starcraft II, eran completamente diferentes entre s¨ª (a diferencia de las de humanos y orcos en Warcraft II), escalaban la narrativa unas encimas de otras, y serv¨ªan como punto de entrada para un metagame complejo donde las unidades, estructuras y din¨¢micas de cada raza creaban un multijugador antol¨®gico, profundo, sin rival en su ¨¦poca. No solo se convirti¨® en el nuevo gran abanderado de los RTS, tambi¨¦n en uno de los deportes electr¨®nicos m¨¢s populares. Y eso que todav¨ªa hab¨ªa margen de mejora...

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Lanzada pocos meses despu¨¦s del juego base, Brood War fue una de esas expansiones que deciden llamarse como tal para evitar la presi¨®n y las expectativas que invocan las secuelas. Y tambi¨¦n para arrancar desde el minuto uno con la clase de exigencia que no ser¨ªa razonable forzar a un novato. Pero en la pr¨¢ctica se trat¨® casi de un juego nuevo, con horas y horas de campa?as siguiendo a las de su antecesor, muchas unidades y variables nuevas, y microgesti¨®n para crear esa bestia del metagame que solo jugadores con destreza y paciencia pod¨ªan dominar. Es Starcraft en su forma m¨¢s hardcore, pero tambi¨¦n satisfactoria a niveles altos, raz¨®n por la que se ha seguido jugando y retransmitiendo a?os despu¨¦s de salir Starcraft II.

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3. Warcraft III: Reign of Chaos (2002)

Warcraft III no necesit¨® doce a?os para regresar como Diablo III o Starcraft II, aunque los siete que pasaron desde Warcraft II siguen siendo una cantidad considerable para los ritmos actuales. Pero la distinci¨®n m¨¢s importante es que aqu¨ª s¨ª que no hubo dudas sobre si la nueva encarnaci¨®n era mejor que la previa. En un mundo post-Starcraft, con Blizzard al tope de sus capacidades, Reign of Chaos plante¨® una ambiciosa epopeya jugable-narrativa con cuatro frentes: a los humanos y los orcos, ahora se a?ad¨ªan elfos y muertos vivientes. A diferencia de Warcraft II, todas ellas ten¨ªan importantes diferencias en el desarrollo de las misiones y las funciones de las unidades; a diferencia de Starcraft, estas campa?as pod¨ªan jugarse en cualquier orden.

La historia se narraba de forma m¨¢s natural, con interludios en las arenas de batalla gracias al solvente motor 3D (adi¨®s a las exposiciones est¨¢ticas), y h¨¦roes como Arthas o Thrall no solo llevaban la voz cantante en las secuencias, tambi¨¦n como unidades con habilidades propias para desequilibrar la balanza y escribir a pie de campo un relato que luego, a cambio, pod¨ªa alterar su rendimiento en misiones futuras. Warcraft III fue el punto de inflexi¨®n que dio paso a la Blizzard moderna. La de World of Warcraft, Diablo III, Overwatch... Y no solo por su est¨¦tica o ser el primer juego tridimensional de la compa?¨ªa, sino por ese modo de fundir ambas facetas y lograr que los jugadores se involucrasen tanto en el universo como en la jugabilidad.

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2. Diablo II (2000)

El segundo juego de Blizzard North es tambi¨¦n nuestro n¨²mero dos, m¨¦rito importante teniendo en cuenta los nombres que ha dejado atr¨¢s. Reci¨¦n reestrenado en una versi¨®n remasterizada, Resurrected, Diablo II nunca ha dejado de estar en el imaginario colectivo como EL hack and slash (considerando el t¨¦rmino en su vertiente action RPG de looteo, no los juegos de acci¨®n de la escuela de Devil May Cry). Un juego cuya sombra no solo ha enturbiado la recepci¨®n de Diablo III, tambi¨¦n se ha proyectado sobre casi cualquier otro juego del g¨¦nero posterior. Parte de ello, como siempre en estos casos, tiene que ver con la nostalgia y el hecho de aparecer en el momento adecuado aportando las novedades y mejoras tambi¨¦n adecuadas.

Mejores gr¨¢ficos y animaciones, m¨¢s velocidad, m¨¢s personalizaci¨®n mediante los ¨¢rboles de habilidades, m¨¢s localizaciones, m¨¢s enemigos, m¨¢s libertad para explorar... La lista sigue y sigue, hasta el punto en el que casi hace quedar mal al original pese a ser tambi¨¦n un cl¨¢sico dentro de sus posibilidades. Por supuesto, desde entonces otros juegos han mejorado una o m¨¢s cosas sobre esa base ¡ªempezando por el apartado t¨¦cnico¡ª, han dise?ado de forma m¨¢s minuciosa sus niveles o han aliviado frustraciones mec¨¢nicas con las que era m¨¢s f¨¢cil lidiar hace dos d¨¦cadas que en la actualidad. Pero cuando se trata de esa tormenta perfecta, el momento y el lugar, no hay nada como Diablo II. Y es posible que nunca lo haya.

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Claro que hoy en d¨ªa, cuando se habla de Diablo II se tiende a fusionar el juego base con esta ampliaci¨®n. Como en el caso de Diablo III, el acto nuevo a?adido al final fue f¨¢cilmente el mejor, pero adem¨¢s la actualizaci¨®n tambi¨¦n enriqueci¨® los actos previos gracias a la incorporaci¨®n de dos clases, asesino y druida (subiendo a siete el n¨²mero total), runas para aumentar todav¨ªa m¨¢s las posibilidades de personalizaci¨®n, adem¨¢s de muchos otros a?adidos y retoques (incluyendo m¨¢s resoluci¨®n) con vistas a mejorar la experiencia general. Podr¨ªamos obviarlo porque en el fondo es m¨¢s Diablo II; pero dado que ayud¨® a forjar la leyenda de un juego casi eterno, no sobra la menci¨®n.

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1. World of Warcraft (2004)

?Sorprendidos? Probablemente no. Aunque los fans de Diablo, Starcraft, Overwatch o el Warcraft cl¨¢sico de estrategia pueden preferir alguno de los otros juegos de la compa?¨ªa, y con razones de peso para sustentarse, World of Warcraft es un caso aparte. Un fen¨®meno cultural que trasciende a los videojuegos, como Mario, el ¡°comecocos¡± (alias Pac-Man) o los marcianitos de Space Invaders. Es la franquicia m¨¢s popular de Blizzard, y aunque quiz¨¢ no siempre haya sido la mejor ¡ªsu naturaleza MMO?la ha hecho tambi¨¦n la m¨¢s voluble¡ª, es incuestionable que ha marcado un antes y un despu¨¦s para el g¨¦nero y las interacciones online en general. En una ¨¦poca en la que las cuotas y las exigencias de otros MMORPG disuad¨ªan de entrar a la inmensa mayor¨ªa del p¨²blico, Blizzard propuso uno accesible y atractivo.

La direcci¨®n art¨ªstica era agradable a la vista. Los jugadores entend¨ªan y progresaban sin necesidad de ser expertos en juegos de rol; no eran penalizados severamente al morir y pod¨ªan revertir decisiones sobre los atributos de sus personajes. El dise?o de las misiones y las raids, del mundo y los NPCs... Todo evolucion¨® hacia el siguiente nivel y boom. Aunque no sin algunas complicaciones (colas, desconexiones, lag), World of Warcraft logr¨® atrapar a fans viejos y crear nuevos. Muchos nuevos. Blizzard multiplic¨® una y otra vez los n¨²meros de otros MMO y sigui¨® invirtiendo (gran parte de sus problemas iniciales derivaron de no predecir tanta demanda), mejorando y a?adiendo contenido. Las comunidades crecieron y la gente se enganchaba, a veces hasta extremos poco saludables, creando cierta controversia, pero tambi¨¦n viralidad. La fiebre World of Warcraft hab¨ªa llegado para quedarse.

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Entre 2004 y 2010, el juego experiment¨® un crecimiento constante gracias tanto a las experiencias nuevas que promet¨ªa para jugadores con poca o ninguna experiencia, como por las expansiones que se encargaron de renovarlo en mayor profundidad: razas, localizaciones, mazmorras, nivel m¨¢ximo... La demanda era tal que en 2007, The Burning Crusade logr¨® batir el r¨¦cord de ventas de un juego de PC durante sus primeras 24 horas. Fue en esta ¨¦poca cuando WoW alcanz¨® los 10 millones de suscriptores (como referencia, antes 1 ya era un hito), aunque el pico vino con Wrath of the Lich King, la segunda expansi¨®n. En ella reaparecieron Arthas y su legi¨®n de no muertos desde Warcraft III, y sus m¨²ltiples a?adidos y mejoras se encargaron de empujar WoW hacia los 12 millones, as¨ª como de cerrar la etapa cl¨¢sica de WoW.

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Pero todo lo que sube, baja, e inmediatamente despu¨¦s de Wrath of the Lich King, Cataclysm hizo honor a su nombre y propuso un reinicio m¨¢s dr¨¢stico. Ya no es que hubiese nuevas historias, localizaciones y ajustes jugables, el dise?o del mundo conocido se alter¨® por completo, dejando el World of Warcraft de los a?os anteriores en el pasado para estimular a los jugadores con un nuevo. La estrategia surti¨® efecto al principio?y la tercera expansi¨®n volvi¨® a batir r¨¦cords de ventas; pero una vez jugando, no todos los usuarios estuvieron conformes con los cambios y por primera vez las suscripciones empezaron a bajar. Fue una tendencia que se mantendr¨ªa de ah¨ª en adelante, expansi¨®n tras expansi¨®n, y con el tiempo tambi¨¦n derivar¨ªa en la creaci¨®n de WoW Classic: la oportunidad de regresar a antes del cataclismo.

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