
Grand Theft Auto: The Trilogy - The Definitive Edition
- PlataformaPCNSWPS4XBOPS5XBS6IPHIPD
- G¨¦neroAventura, Acci¨®n
- DesarrolladorRockstar Games
- Lanzamiento11/11/2021 (PC, NSW, PS4, XBO, PS5, XBS)14/12/2023 (IPH, IPD, AND)
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorRockstar Games
An¨¢lisis de Grand Theft Auto: The Trilogy - The Definitive Edition.
Grand Theft Auto III, Vice City y San Andreas se relanzan en un recopilatorio con luces y sombras. Rockstar Games no hace honor a su legado.
Hablemos de decepciones. Porque fue un poco decepcionante ver que Rockstar Games anunciaba un recopilatorio con los tres Grand Theft Auto de la generaci¨®n PlayStation 2 ¡ªjuegos que suman en torno a 50 horas de contenido incluso si nos ce?imos a las misiones principales¡ª para luego no tener acceso hasta el d¨ªa del estreno, retrasando un an¨¢lisis que informara sobre las condiciones de los remasters. Pero fue todav¨ªa m¨¢s decepcionante descubrir c¨®mo llegado ese primer d¨ªa, los que se animaron a comprarlo encontraron un producto poco cuidado. Redise?os de personajes cuestionables, severos problemas de optimizaci¨®n, glitches... La lista es larga, y grave en algunas de las plataformas (aunque ninguna se libra de problemas), lo que motiv¨® el review bombing de usuarios antes de que la prensa se pronunciase.
En condiciones normales, un texto como este deber¨ªa haberse dedicado a celebrar una de las sagas m¨¢s influyentes del medio. A rememorar c¨®mo Rockstar se reinvent¨® una y otra vez, c¨®mo sigui¨® subiendo el list¨®n mientras los dem¨¢s intentaban alcanzarle desde la distancia. C¨®mo desat¨® una fiebre por los sandbox, juegos de mundo abierto con acci¨®n, conducci¨®n y gran sensaci¨®n de libertad, que llega hasta nuestros d¨ªas. Y todav¨ªa haremos eso, al menos en cierta medida. Porque Grand Theft Auto III, Vice City y San Andreas merecen tanto el cr¨¦dito de su impacto original como una reexaminaci¨®n de su vigencia moderna. Para muchos, seguro que este recopilatorio supondr¨¢ el reencuentro con uno o varios de ellos tras a?os sin revisitarlos; y para otros, ser¨¢ la puerta de entrada a ciudades que nunca han explorado antes, al menos no en esta forma. Pero avisamos ya: las carreteras vienen con algunos baches.

La ciudad de la libertad y el libertinaje
El mes pasado, con motivo de su vig¨¦simo aniversario, decidimos rejugar Grand Theft Auto III en su plataforma de origen: PlayStation 2. Aunque no tardar¨ªa en ser porteado a PC (y con el tiempo, tambi¨¦n a la primera Xbox), la consola de Sony sirvi¨® como punto de partida para su desarrollo y estreno, recibi¨¦ndolo varios meses antes en un clima de genuina sorpresa. En el camino hacia su lanzamiento, el juego de DMA Design ni siquiera se hab¨ªa contado entre los m¨¢s esperados de 2001, siendo eclipsado en revistas y eventos por nombres como Gran Turismo 3 o Metal Gear Solid 2. Sin embargo, antes de acabar el a?o, GTA III se convirti¨® en un aut¨¦ntico fen¨®meno. Un superventas que multiplic¨® varias veces las cifras de sus antecesores y pr¨¢cticamente monopoliz¨® la ¨²ltima controversia sobre violencia en videojuegos.
Grand Theft Auto III no era quiz¨¢ el mayor portento t¨¦cnico de la ¨¦poca, pero sab¨ªa jugar sus cartas y convencernos de que ten¨ªamos a nuestra disposici¨®n una ciudad entera para hacer lo que quisi¨¦ramos. ?Te gustaba un coche? Corr¨ªas hacia ¨¦l, propinabas un pu?etazo al conductor y ya era tuyo. ?Quer¨ªas sembrar el caos? Te pon¨ªas a pegar tiros y los peatones hu¨ªan despavoridos, a veces cayendo arrollados por la propia polic¨ªa en su desesperado intento de atraparnos. Los cad¨¢veres dejaban manchurrones de sangre, pero tambi¨¦n fajos de billetes o incluso armas; y si aparec¨ªa una ambulancia para ayudar, o un cami¨®n de bomberos acud¨ªa tras la explosi¨®n de los coches, tambi¨¦n pod¨ªamos robarlos y participar en peque?as misiones dedicadas a esos oficios. Lo mismo con los coches de la polic¨ªa, o con un taxi si quer¨ªamos emular cierta recreativa que Sega hab¨ªa estrenado el a?o previo.

Por supuesto, son misiones sencillas que pronto caen en la repetici¨®n. Recoge pacientes y ll¨¦valos al hospital. Persigue criminales y acaba con ellos. Acude a coches en llamas y ap¨¢galos. Una y otra vez, a contrarreloj. Ahora, en 2021, probablemente solo los mayores fans o los coleccionistas de logros les dedicar¨¢n tiempo; pero entonces serv¨ªan bien a su prop¨®sito de hacer de Liberty City una ciudad viva y cre¨ªble, con rutinas mundanas entrelazadas con las explosivas guerras de bandas criminales en las que el jugador acaba inevitablemente mediando. GTA era y sigue siendo un juego de acci¨®n, pero nunca ha sido el mejor juego de acci¨®n. Su gancho no eran tanto los tiros como esa dedicaci¨®n a crear todo un mundo alrededor de ellos.
El constante ir y venir del tr¨¢fico y los peatones, la transici¨®n natural entre el d¨ªa y la noche, las tormentas, la bruma de la madrugada, las emisoras de radio con chascarrillos y anuncios intercalados entre la variada?selecci¨®n musical. Salir a conducir por las calles de Liberty City era una experiencia absorbente que mantiene su encanto veinte a?os m¨¢s tarde, aunque GTA IV multiplicase el tama?o y el nivel de detalle de la misma ciudad en la generaci¨®n siguiente. As¨ª que cuando las misiones principales nos empujan a matar miembros de bandas rivales, destruir toda clase de veh¨ªculos o huir de la polic¨ªa en estas mismas calles ¡ªcon alg¨²n hit de Flashback FM animando la persecuci¨®n¡ª, GTA III sigue siendo un juego competente pese a carecer de la variedad de objetivos y la carga narrativa de la que se beneficiaron sus sucesores.

Mejor, pero peor
Dicho esto, la nueva edici¨®n, pese a llamarse definitiva, nos quita casi tanto como nos da. Antes de nada, cabe matizar que hemos jugado en Xbox Series X, consola de gama alta donde GTA Trilogy, a priori, deber¨ªa mostrar su mejor cara. Y s¨ª, algunas de las mejoras son incuestionables: el juego cuenta con resoluci¨®n 4K, texturas nuevas con mucha m¨¢s definici¨®n, objetos con m¨¢s pol¨ªgonos, mejoras en el entorno como hierba o agua, reflejos m¨¢s detallados en las carrocer¨ªas de los coches y un sistema de iluminaci¨®n en tiempo real que proyecta luces y sombras de forma din¨¢mica, adem¨¢s de algunas conveniencias jugables como el sistema de apuntado asistido, una rueda para cambiar de arma con m¨¢s comodidad y puntos de control para reiniciar directamente una misi¨®n fallida sin tener que perder nuestras armas (si vamos al hospital o somos detenidos) ni tener que hacer el camino de vuelta al lugar donde empieza. Sin embargo, otros cambios son m¨¢s cuestionables o directamente a peor.
El ejemplo quiz¨¢ m¨¢s claro lo podemos encontrar en la lluvia, ahora sustituida por grandes part¨ªculas blancas que, adem¨¢s de darle un aspecto mucho m¨¢s artificial a la escena por caer en posici¨®n relativa al jugador, como si nos acompa?asen por el escenario, llegan a obstruir bastante la visi¨®n cuando arrecian las tormentas m¨¢s fuertes y adem¨¢s presentan un extra?o glitch ¡ªcom¨²n a los tres juegos¡ª por el que no se muestran frente al mar, r¨ªos u otros cuerpos de agua (aunque de forma ocasional s¨ª aparecen en interiores si activamos secuencias cuando llueve).

Otro problema com¨²n a las tres entregas es la optimizaci¨®n: pese a tratarse de juegos antiguos remasterizados, la versi¨®n de Xbox Series X es incapaz de mantener 60 fps estables. El men¨² de gr¨¢ficos, donde podemos activar o desactivar efectos como bloom o desenfoque de movimiento ¡ªadem¨¢s de bajar un contraste m¨¢s alto de lo normal por defecto, hasta el punto de oscurecer demasiado algunas partes¡ª, tambi¨¦n incluye una opci¨®n para elegir entre fidelidad o rendimiento.
Sin embargo, ninguna de ellas rinde de forma ideal: la primera ofrece detalles extra como charcos de agua reflectantes y mejores sombras si nos conformamos con 30 fps (el framerate original), pero el impacto general es peque?o al lado de la fluidez que se consigue al optar por los 60 fps del modo rendimiento; no obstante, como ya hemos dicho, ese modo a¨²n presenta ca¨ªdas ocasionales. No graves, pero s¨ª perceptibles y sorprendentes teniendo en cuenta la consola de la que hablamos y el hecho de que el juego sigue lidiando con defectos visuales viejos como popping (aparici¨®n repentina) de veh¨ªculos o la evidente sustituci¨®n de versiones de baja calidad, ideadas para distancias largas, por otras m¨¢s detalladas en algunos edificios.

Y es que a falta de un trabajo de restauraci¨®n y optimizaci¨®n m¨¢s minucioso (v¨¦ase como caso opuesto Shadow of the Colossus en PS4), la resoluci¨®n 4K acaba siendo un arma de doble filo. S¨ª, el juego tiene mejor distancia de dibujado y se ve mucho m¨¢s n¨ªtido, pero esa nitidez tambi¨¦n pone el foco sobre detalles que en PS2 se fund¨ªan con el entorno. Es evidente, por ejemplo, que muchos elementos gr¨¢ficos como escaparates de tiendas, carteles o vallas publicitarias no se han retocado a mano, sino que han sido sometidos a una inteligencia artificial para reescalar su resoluci¨®n y el resultado es bastante desigual. En muchos casos dan bien el pego; pero en otros, las im¨¢genes y las letras se distorsionan o emborronan, afeando bastante el conjunto.

Luego est¨¢ el tema de los personajes, que son mejorados sobre los esqueletos originales y causan el notable cambio est¨¦tico ya apreciado durante el ¨²nico tr¨¢iler que precedi¨® al lanzamiento: dado el redondeado aplicado a los modelos, los materiales del texturizado, el mayor contraste y la reflectancia de la iluminaci¨®n, los personajes adquieren un aspecto m¨¢s sint¨¦tico, en ocasiones incluso llegando a parecer de pl¨¢stico (especialmente si llueve y se aplica una capa de brillo extra). Eso sin entrar en el estrabismo del que, por alg¨²n motivo, ahora hacen gala secundarios como Asuka o Ray Machowski, contribuyendo todav¨ªa m¨¢s a la sensaci¨®n de remaster poco cuidado pese a las m¨²ltiples mejoras que ofrece en varios frentes.

Tampoco sobra tratar la presencia de bugs que, al menos en nuestro caso, no ha sido un problema constante, pero s¨ª ha asomado de vez en cuando. Algo a tener en cuenta aqu¨ª es que el original ya ten¨ªa una naturaleza ca¨®tica en las rutinas, una impredictibilidad que tanto entonces como ahora puede frustrar misiones por causas ajenas al jugador (como una IA de polic¨ªa demasiado agresiva o la explosi¨®n de coches a la primera de cambio, por eso los reinicios sin pasar por el hospital o la comisar¨ªa son bienvenidos). Pero tambi¨¦n hay errores de programaci¨®n m¨¢s convencionales, como la citada aparici¨®n de lluvia en interiores, el clipping de las ruedas en el asfalto, la mala alineaci¨®n de las hojas en carreteras en pendientes o el descubrimiento de muros sin colisiones activas. No siempre ocurre, de hecho la mayor parte del tiempo no; pero cuando lo hace, empa?a una vez m¨¢s una experiencia con bastantes fisuras.

El recopilatorio ha corrido a cargo de Grove Street Games (antes conocido como War Drum Studios), el mismo equipo que hace a?os se encargara de adaptar la trilog¨ªa a m¨®viles y ahora parece haber cogido esa base ¡ªen vez de la de PS2 o los siguientes ports de sobremesa¡ª como punto de partida, heredando bugs y adquiriendo otros en la transici¨®n al motor Unreal Engine. Explica bastantes cosas, y tambi¨¦n arroja luz sobre el trato tan poco preferencial que ha recibido el proyecto por parte de Rockstar y Take-Two Interactive, m¨¢ximos responsables al final del d¨ªa. Aunque no sabemos todas las complicaciones del desarrollo, y quiz¨¢ nunca las sepamos a ciencia cierta, salta a la vista que Definitive Edition se habr¨ªa beneficiado o bien de otro enfoque, una reconstrucci¨®n m¨¢s a fondo a partir de los cimientos de 2001-2004, o bien de un retraso para pulir un producto que claramente requiere m¨¢s trabajo.
Vicios de los ochenta
Llegados a este punto, casi podr¨ªamos parar. La nota que encabeza el texto es un 6 sobre 10 porque, a pesar de la taras y la gran sensaci¨®n de oportunidad perdida que nos deja, las virtudes originales y las mejoras que s¨ª se han implementado con ¨¦xito todav¨ªa hacen que los tres t¨ªtulos a¨²n sean jugables y disfrutables (al menos en Series X, hacemos otra vez hincapi¨¦ en ello porque no todas las versiones son iguales y algunas s¨ª pueden caer en el terreno del suspenso). Nuestra recomendaci¨®n para los que a¨²n no hayan comprado el recopilatorio es esperar a posibles parches que mejoren el acabado, pero no por ello vamos a negar que nuestra experiencia ha sido positiva la mayor parte del tiempo, sobre todo al avanzar de juego en juego y revivir la evoluci¨®n de Rockstar a medida que maduraba la f¨®rmula. Lo que es otra forma de decir que el regreso a Vice City nos ha quitado muchas de las penas.

A diferencia de Liberty City o Los Santos, esta genial parodia de la Miami ochentera ¡ªrepleta de homenajes a cl¨¢sicos del g¨¦nero mafioso como Scarface, Atrapado por su pasado y Corrupci¨®n en Miami¡ª todav¨ªa no ha sido reimaginada en plataformas m¨¢s potentes, as¨ª que The Definitive Edition le ayuda a cruzar parte de ese puente y le convierte en uno de los principales reclamos del recopilatorio. Adem¨¢s, pese a estrenarse apenas un a?o despu¨¦s de GTA III, el Vice City de PS2 ya experiment¨® una mejor¨ªa considerable en aspectos gr¨¢ficos, jugables e incluso narrativos.
Claude, el protagonista mudo de GTA III, dio paso a Tommy Vercetti, g¨¢nster con voz y motivaciones propias que tambi¨¦n empieza haciendo recados para otros cabecillas, pero pronto asciende a una posici¨®n de poder e intenta levantar su propio imperio, forzando tratos con negocios locales, invirtiendo en propiedades y ganando nuevas rivalidades. En el terreno visual, la remasterizaci¨®n vuelve a mejorar cosas a la vez que se cobra algunos sacrificios: los sombreados y las l¨ªneas de expresi¨®n ideadas para las limitaciones de PS2 (y las teles de tubo todav¨ªa predominantes en 2002) creaban un estilo propio que los nuevos modelos e iluminaci¨®n no terminan de recrear. La presentaci¨®n es m¨¢s plana, bordeando de nuevo en ese acabado plasticoso o cartoon que, comprensiblemente, puede no ser del agrado de los puristas; aunque su impacto se da m¨¢s en las secuencias que explorando la ciudad.

En las calles de Vice City, las largas hileras de palmeras y los coloridos neones nocturnos se benefician del tratamiento. El aura de hiperrealidad ochentera, mucho m¨¢s centrada en la cultura pop que en cualquier intento de fidelidad hist¨®rica, da mejor el salto que la sobriedad de GTA III, y su c¨¢lido clima tropical reduce tanto la frecuencia como la intensidad de la lluvia, reduciendo tambi¨¦n el problema antes tratado. M¨¢s evidente es el uso de versiones de baja calidad de los edificios en el horizonte, consecuencia tanto del incremento en la nitidez y la distancia de dibujado como de que Vice City no sea una urbe tan dominada por los rascacielos como Liberty City. Para est¨¢ndares actuales es una ciudad peque?a, aunque eso termina jugando a su favor porque rara vez requiere hacer trayectos largos en coche o moto (novedad respecto a GTA III) y es mucho m¨¢s f¨¢cil familiarizarse con el mapa y recordar d¨®nde est¨¢n las propiedades en venta que al principio todav¨ªa no podemos comprar (pisos, clubs o incluso un estudio de cine con su propia subtrama).
Las misiones tambi¨¦n son mucho m¨¢s variadas, y aunque no faltan las rutinarias opcionales de taxista, ambulancia, etc., las principales tan pronto nos mandan matar a un objetivo con una motosierra como perseguir a otro con un carrito de golf, vigilar intercambios criminales, conducir por los tejados de la ciudad en moto, usar una ametralladora desde un helic¨®ptero, manejar otro de radiocontrol para boicotear una obra (misi¨®n algo infame que ahora se deja jugar mejor), buscar una posici¨®n adecuada para sacar fotos incriminatorias, robar un tanque, lanzar panfletos publicitarios desde una avioneta, conducir un coche sin aminorar la velocidad para que no explote la bomba que el fan loco de un grupo de rock le ha colocado o hacernos pasar por polic¨ªa para poner nosotros una en un centro comercial. Hay de todo.

Todo esto sin olvidar quiz¨¢ la mejor banda sonora licenciada no ya de esta saga, sino de cualquier otra que se haya permitido esta clase de inclusiones. Aqu¨ª es buen momento para comentar que, debido a las cuestiones de derechos de autor involucrados, se han perdido algunas de las canciones que estaban en los lanzamientos originales. La principal omisi¨®n en Vice City seguramente sea Michael Jackson, que ya no cede dos de sus temas, pero el repertorio sigue siendo extenso y absolutamente fenomenal. Africa de Toto, Out of Touch de Hall and Oates, 99 Luftballons de Nena o 2 Minutes to Midnight de Iron Maiden son solo algunos de los muchos cl¨¢sicos no faltan a la cita. Incluyendo, por supuesto, La vida es una lenteja.
En definitiva, aunque no podemos dejar de lado el asterisco que acompa?a a todo el recopilatorio, Vice City es m¨¢s f¨¢cil de recomendar que GTA III. Aunque se pierda parte del estilo y tono originales, alg¨²n que otro glitch se abra camino de vez en cuando y las animaciones todav¨ªa sean m¨¢s arcaicas de lo que casa con los nuevos modelados, el conjunto sale bien parado. El juego es denso y variado; el guion y las actuaciones a¨²n son s¨®lidas; el humor es ¨¢cido y a veces pueril, aunque encapsula con eficiencia otro tiempo para la franquicia y el medio; y los ajustes jugables (apuntado, rueda de armas, puntos de control) tambi¨¦n suman de forma positiva. Es un muy buen juego que quiz¨¢ mecer¨ªa un trato un poco mejor, pero todav¨ªa se mantiene como uno de los sandbox m¨¢s emblem¨¢ticos y alocados casi dos d¨¦cadas despu¨¦s de su estreno.

Ah shit, here we go again
Algo menos entusiastas tenemos que volver a ser, por desgracia, con San Andreas. Lanzado ya dos a?os despu¨¦s de Vice City, el tercer juego culmin¨® la trilog¨ªa multiplicando varias veces la escala y las posibilidades. Carl Johnson, alias CJ, pod¨ªa vestirse de mil formas diferentes (Vercetti tambi¨¦n cuenta con varios trajes a su disposici¨®n, pero es una faceta m¨¢s limitada), tener citas, entrenarse para aumentar su resistencia o abandonarse a la comida r¨¢pida para engordar. Tambi¨¦n pod¨ªa mejorar su habilidad conduciendo cada tipo de veh¨ªculo o usando cada tipo de arma. Conquistar los barrios de Los Santos para su banda iniciando aut¨¦nticas batallas campales en las calles y salir, tarde o temprano, a recorrer el resto de San Andreas, un estado con tres ciudades y varias zonas rurales entre medias.
A su llegada no hab¨ªa nada igual, y en cierto modo sigue sin haberlo. Aunque Grand Theft Auto V reimagin¨® Los Santos y sus alrededores de una forma mucho m¨¢s amplia y detallada, la aventura de CJ todav¨ªa tiene unos tintes de odisea no recapturados por juegos m¨¢s grandes. Desde los inicios humildes y problem¨¢ticos en su barrio natal, pasando por la salida accidentada de Los Santos, los atracos en peque?os pueblos junto a Catalina, el establecimiento de un negocio y una vida nueva en San Fierro, los chantajes que le empujan hacia el desierto de Las Venturas, la posterior entrada en el opulento mundo de los casinos y el regreso final a Los Santos para cerrar el c¨ªrculo, el viaje de San Andreas goza de una progresi¨®n ambiental y narrativa an¨®malamente ¨¦pica para un juego sobre pegar tiros y robar coches.

Dicho esto, lo que en PlayStation 2 era una fuente de asombro casi constante, en Xbox Series X se topa con esa concatenaci¨®n de detalles que acaban lastrando su visi¨®n. La distancia de dibujado, por ejemplo, se ha ampliado tanto que priva al juego de su sensaci¨®n de escala original, revelando lo peque?as y cercanas que son las ciudades en realidad (especialmente si cogemos un avi¨®n y sobrevolamos el mapa). Por otro lado, el uso de algoritmos para mejorar los escenarios resulta en algunos entornos sorprendentes, con iluminaci¨®n realista y vegetaci¨®n frondosa, pero tambi¨¦n una mayor cantidad de errores como los que comentamos al hablar de GTA III, sea hierba mal alineada sobre el terreno, sean texturas de caminos que no conectan correctamente entre s¨ª o sean fisuras literales en el escenario. Aunque la mejora global es innegable, tarde o temprano estos descubrimientos aparecen para afear el conjunto y evidenciar, una vez m¨¢s, que el recopilatorio todav¨ªa no estaba listo para salir.

Como en las otras entregas, los personajes tambi¨¦n se han sometido a un tratamiento que mejora y empeora las cosas al mismo tiempo. El tono m¨¢s realista y elaborado al que aspiraban las actuaciones en 2004 es dif¨ªcil de vender ahora, cuando las animaciones y los modelados no terminan de casar con las nuevas texturas e iluminaci¨®n, resultando en los mayores anacronismos visuales de la trilog¨ªa. La posibilidad de alterar las proporciones corporales de CJ, adem¨¢s, tambi¨¦n propicia algunas poses poco naturales, ideadas para acomodarse al mayor nivel de gordura sin dar lugar a clipping con los brazos; y las indumentarias elegidas no siempre se ajustan igual de bien, en algunos casos incluso dejando ver peque?os orificios al no empatar de forma adecuada los miembros. Pese a ser la entrega m¨¢s avanzada, tambi¨¦n es la que m¨¢s revela sus entresijos de un modo que sus creadores nunca pretendieron.

?Es un mal juego? En absoluto. Su variedad supera a la de Vice City (aunque tambi¨¦n le gana en el tiempo dedicado a la transici¨®n entre misiones u objetivos), sus actividades opcionales (carreras, citas, guerras de bandas, etc.) nos pueden absorber durante muchas horas y su desarrollo principal est¨¢ cargado de momentos memorables que todav¨ªa sorprenden y entretienen todos estos a?os despu¨¦s. Aunque nos hayamos centrado en los aspectos negativos para prevenir a los compradores dudosos y reclamar parches que alivien sus problemas, muchos de los cambios son a mejor y, al menos en Series X, nos parece una opci¨®n decente para rejugarlo o descubrirlo por primera vez (en PC con mods ya se abre otro debate, uno que lamentablemente Take-Two intenta callar por la fuerza). Pero aunque haya tiempo para remediar sus carencias en el futuro, la primera impresi¨®n ya queda ah¨ª y no es la m¨¢s favorable. San Andreas merec¨ªa m¨¢s. La trilog¨ªa merec¨ªa m¨¢s.

Conclusi¨®n
Grand Theft Auto III, Vice City y San Andreas vuelven con mejoras gr¨¢ficas y jugables, pero tambi¨¦n un acabado bastante descuidado en algunas ¨¢reas. En Series X, nuestra plataforma elegida para el an¨¢lisis, el rendimiento no siempre es lo estable que deber¨ªa, la distancia de dibujado pone el foco sobre carencias que antes se camuflaban mejor y los bugs aparecen de vez en cuando para aguar todav¨ªa m¨¢s la fiesta. No es un desastre constante, y entre desliz y desliz todav¨ªa ilustra por qu¨¦ estos juegos marcaron una ¨¦poca y se recuerdan con tanto cari?o por millones de jugadores. Pero precisamente por eso Rockstar Games y Take-Two deber¨ªan haber tratado mucho mejor el recopilatorio.
Lo mejor
- Muchas de las mejoras gr¨¢ficas les sientan bien.
- Retoques como el apuntado o los puntos de control mejoran la experiencia.
- Los juegos de base son muy buenos y se siguen disfrutando.
Lo peor
- Defectos y glitches impropios de productos terminados.
- Rendimiento mejorable incluso en Series X.
- Algunos cambios cuestionables en el dise?o visual.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.