Sexualizaci¨®n masculina: subversi¨®n de la virilidad convencional

A la hora de explorar la narrativa de los videojuegos, el sexo de uno de los temas m¨¢s tab¨². Su exploraci¨®n en los videojuegos se ha abordado desde diferentes perspectivas, como ha estudiado la dise?adora Brenda Romero en su ensayo Sex in Video Games: desde la propia est¨¦tica del juego, pasando por la implementaci¨®n del erotismo en sus mec¨¢nicas o como una forma de recompensar al jugador. Asimismo, hemos disfrutado de juegos que han explorado el erotismo desde una perspectiva positiva, as¨ª que nos hemos avergonzado de otras tantas escenas perturbadoras que pretend¨ªan ser excitantes.?

En el marco de la representaci¨®n del erotismo en videojuegos, observamos c¨®mo la sexualizaci¨®n de personajes es una de las bazas m¨¢s comunes a la hora de atraer el inter¨¦s del jugador o recompensarle por sus gestas virtuales. R¨ªos de tinta se han escrito sobre la cosificaci¨®n de las mujeres en favor de buscar el placer audiovisual de un p¨²blico al que se presupone masculino y heterosexual. La cr¨ªtica cinematogr¨¢fica Laura Mulvey, en su ensayo Placer visual y cine narrativo, acu?a el t¨¦rmino ¡°mirada masculina¡± para definir la representaci¨®n de las mujeres desde una ¨®ptica masculina y voyer¨ªstica: Al espectador, tanto masculino como femenino, se le invita a obtener placer a trav¨¦s de c¨®mo la mujer se representa como un objeto de deseo: ¡°Su apariencia est¨¢ tan codificada para causar un potente impacto visual y er¨®tico que podemos discutir sobre c¨®mo altera la misma connotaci¨®n de ser percibida¡±. En el mismo ensayo, Mulvey habla c¨®mo las propias mujeres han aprendido a verse y valorarse desde esta mirada masculina.

La sexualizaci¨®n desde la perspectiva homoer¨®tica

Los videojuegos no son ajenos a la sexualizaci¨®n como mecanismo de escribir, presentar y narrar personajes. La mirada masculina ha sido debatida en diferentes medios, as¨ª como la representaci¨®n femenina y c¨®mo ¨¦sta afecta a la percepci¨®n de la realidad de los espectadores. En The Mary Sue se expone c¨®mo se ha creado una distorsi¨®n de la imagen de la mujer: ¡°Seamos claras, son los hombres j¨®venes quienes interiorizan estas im¨¢genes sobre el cuerpo de las mujeres. Se les ha alimentado con una dieta estricta de mujeres hipersexualidadas en los medios durante tanto tiempo que algunos incluso se rebelan ante el m¨¢s leve cuestionamiento de la misma, por no hablar de sus reacciones ante intentos de cambiar las cosas. Pensad en las respuestas de la mayor¨ªa de fans masculinos cuando el cuerpo de una mujer se cambia en un videojuego, ya sea Mortal Kombat o Final Fantasy. Sienten que estos juegos son ¨²nicamente para ellos y que al hacerlos m¨¢s inclusivos o realistas se les est¨¢ arrebatando algo¡±.

Kate Cox, cr¨ªtica de videojuegos, analiza en su ensayo The Gamer Gaze los mecanismos de sexualizaci¨®n femenina, m¨¢s all¨¢ de prejuicios superficiales y conceptos err¨®neos. Asimismo, tambi¨¦n aborda un contraargumento que suele esgrimirse cuando surge el debate de la representaci¨®n femenina: ?Qu¨¦ hay de los hombres sexualizados? En ocasiones, se mide err¨®neamente la sexualizaci¨®n por la cantidad de ropa que lleve un personaje, si bien influyen otros factores, como el rol de la c¨¢mara a la hora de dirigir la mirada del jugador. Cox presenta como ejemplo las escenas de la ducha en Heavy Rain: mientras que la de Madison se recrea en mostrarnos su cuerpo en diferentes ¨¢ngulos, la de Ethan es mucho m¨¢s breve y, en este caso, la c¨¢mara muestra su desnudo de forma m¨¢s escueta y comedida.

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La representaci¨®n de la belleza masculina en videojuegos, por otro lado, s¨ª est¨¢ sujeta a una serie de c¨¢nones de belleza determinados: cuerpos musculados y/o atl¨¦ticos, muchos de ellos idealizados y mostrados con el torso desnudo. No obstante, la presentaci¨®n de estos mismos personajes, seg¨²n se?ala Cox, busca inspirar en el jugador una sensaci¨®n de poder, la cual no est¨¢ re?ida con el deseo er¨®tico que pueda despertar. La cr¨ªtica compara las poses m¨¢s cl¨¢sicas de personajes como Ezio, Superman y Solid Snake, y se?ala un denominador com¨²n en su lenguaje corporal: desde la firmeza, transmiten seguridad y fuerza. Mattie Brice, en su ensayo On Men¡¯s Sexualization in Video Games, analiza por qu¨¦ no es suficiente mostrar un hombre musculado para sexualizarlo: ¡°Lo que consideramos como partes er¨®ticas del cuerpo y c¨®mo se exponen en los medios nos ayuda a c¨®mo retratar hombres sexualizados. Los pechos femeninos se consideran er¨®ticos en muchas culturas (y en diferentes grados), y de ah¨ª vienen las leyes que proh¨ªben a las mujeres exponerlos en p¨²blico. Si el pecho y los brazos masculinos evocasen el mismo enfoque sexual, se encontrar¨ªan en la misma situaci¨®n. No obstante, es necesario anotar que es legal y esperable que las mujeres expongan sus pechos parcialmente, a pesar de su connotaci¨®n sexual. Es aqu¨ª donde nace el punto de partida de la sexualizaci¨®n femenina: enfatizar lo que es ilegal e impropio de mostrar en p¨²blico sin pasarse de la raya. La ¨²nica zona tab¨² en el hombre se encuentra bajo su cintur¨®n, as¨ª que el pecho y los brazos masculinos no amenazan la sexualidad de nadie. Entonces, la sexualizaci¨®n masculina pasar¨ªa por poner el ¨¦nfasis y el enfoque en sus encantos de forma similar a c¨®mo lo hacemos en las mujeres: sacarlos en ropa interior y con pantalones de talle bajo, o con pantalones ajustados que realcen el bulto y la forma del trasero, etc. Como esto viola la mirada masculina, tan interiorizada en nosotros, considerar¨ªamos esta idea muy inc¨®moda. Sin embargo, los medios dirigidos a los hombres gays ya explotan dicha t¨¦cnica. Y, como la sexualizaci¨®n masculina s¨®lo aparece en un contexto homoer¨®tico, no es sorprendente verla tan ausente en videojuegos¡±.

La misma Mattie cita dos t¨ªtulos como ejemplos de sexualizaci¨®n masculina desde una perspectiva homoer¨®tica: Cho Aniki y Muscle March, los cuales muestran hombres semidesnudos y en poses atrevidas. Por otro lado, la autora explica c¨®mo el tono humor¨ªstico del juego crea un contexto en el que el jugador, en vez de fantasear con dichos personajes, los percibe como una parodia.

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Sujetos y objetos de deseo

Sin embargo, ?la ¨²nica forma de sexualizar a un hombre en un videojuego es realzando su cuerpo de cintura para abajo? ?Es el cine er¨®tico gay el ¨²nico referente a la hora de explorar el atractivo masculino? En el ocio digital observamos nuevas formas a la hora de explorar la sensualidad de los hombres, m¨¢s all¨¢ de aplicar la perspectiva homoer¨®tica. Al igual que encontramos mitos er¨®ticos como Lara Croft, quien ha trascendido a la cultura popular, observamos tambi¨¦n personajes masculinos cuyo atractivo ha despertado pasiones entre el p¨²blico. La web Gameinatrix, dirigida a las jugadoras, realiz¨® un sondeo entre sus lectoras para que ¨¦stas escogieran a los caballeros m¨¢s deseados entre mundos de p¨ªxeles: Dante (Devil May Cry) se erigi¨® con el primer puesto, seguido de Auron (Final Fantasy X), Sam Fischer y Solid Snake. La belleza del cazador de demonios va m¨¢s all¨¢ del exotismo que le proporciona su cabello blanco, o por su figura atl¨¦tica. Su carisma reside en su descaro y elegancia, y tanto Capcom y Ninja Theory han explotado su potencial er¨®tico: en Devil May Cry 3 prescind¨ªa de camiseta ¡ªque no de su ic¨®nico abrigo rojo¡ª, mientras que Ninja Theory le presentaba desnudo parcialmente en una de las primeras escenas del juego.

Asimismo, en los otome japoneses, dirigidos al p¨²blico femenino, observamos el ideal del bishonen: hombres j¨®venes con una belleza sublime, delicada y andr¨®gina, que busca incitar a las jugadoras a perseguir un romance virtual con ellos. A su vez, es muy habitual reproducir la fantas¨ªa del har¨¦n inverso, en el que una protagonista femenina se encuentra rodeada de varios pretendientes muy deseables. El bishonen tambi¨¦n lo hallamos en t¨ªtulos de otros g¨¦neros, como observamos en Vaan de Final Fantasy XII o en Sephiroth (Final Fantasy VII).

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En cuanto a la sexualizaci¨®n como perfomatividad de g¨¦nero, Douglas habla de c¨®mo la sensualidad se ha construido como un valor ¨²nicamente femenino, mientras que la virilidad tradicional se opone a todos las caracter¨ªsticas que hacen a una mujer er¨®ticamente atractiva. Entonces, a la hora de escribir un personaje masculino sensual, se acaba optando por la reproducci¨®n de estereotipos femeninos: ¡°Los personajes masculinos tradicionalmente configurados como sexies, lo son a trav¨¦s de su vanidad e afici¨®n por la moda. As¨ª, su sensualidad se basa en su habilidad de actuar como un objeto de deseo, lo cual suele escribirse desde una ¨®ptica queer o tratada como un chiste. El caso es que, cuando cosificamos cuerpos masculinos, o los tratamos como objetos de deseo, desafiamos los convencionalismos de g¨¦nero.¡± Bajo esta definici¨®n, en la cual se engloba el bishonen, Douglas sit¨²a a personajes como Vega de Street Fighter o Maxi y Raphael de Soul Calibur. Raiden (Metal Gear), podr¨ªa englobarse bajo esta categor¨ªa.

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Con todo, la belleza vende y es inevitable sentir inclinaci¨®n por personajes que nos resulten atractivos y/o sensuales. No obstante, explorar c¨®mo se dibuja el sex appeal de los personajes es una forma m¨¢s de ahondar en la creatividad para abrirnos las puertas a una mayor variedad de personajes, tanto masculinos como femeninos, cuyo encanto no s¨®lo sea reducido a la cantidad de piel que ense?an ni a su valor er¨®tico.

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