Los triple A son despreciados solo por ser juegos de alto presupuesto

Puede que los comentarios en redes sociales no sean el reflejo de lo que las personas en su conjunto piensan realmente sobre un determinado tema. Despu¨¦s de todo, se trata de una visi¨®n sesgada, a menudo embotellada en el perfil de seguidores o de seguidos que cada uno tiene en su burbuja particular. A riesgo de generalizar, me han llamado la atenci¨®n todos esos mensajes que elevan al videojuego independiente hasta el olimpo creativo, una realidad que parece contraponerse a la de los juegos de alto presupuesto. Frente al inmovilismo de los grandes estudios, se argumenta, lo indie constituye una v¨¢lvula de escape para la innovaci¨®n, una ventana hacia mundos inexplorados por ese gran enemigo que es el triple A.

Hay cierto matiz arrogante y de superioridad moral en esa l¨ªnea discursiva: mientras la masa borreguil se divierte con los fuegos artificiales, yo me introduzco de lleno en una experiencia m¨¢s enriquecedora y personal, como si eso fuera exclusivo de las producciones m¨¢s modestas. Es verdad que los proyectos peque?os pueden proporcionar cierta flexibilidad a la hora de experimentar con distintas mec¨¢nicas. Sin embargo, lo que algunas voces acallan es que muchas de las innovaciones importantes se han implementado desde los estudios grandes.

Nintendo redefini¨® el g¨¦nero de las plataformas en 3D con Super Mario 64 ¡ªcomo anta?o hab¨ªa hecho con las dos dimensiones¡ª. Mientras tanto, The Legend of Zelda: Ocarina of Time introdujo el Z Targeting para fijar el blanco, una mec¨¢nica reproducida en multitud de videojuegos hasta la fecha. Nadie imagina ahora un shooter en tercera persona sin un sistema de coberturas similar al dise?ado por Epic Games para Gears of War. De igual forma, la misma empresa ha revolucionado el g¨¦nero battle royale con Fortnite, un videojuego que sirve, incluso, para ofrecer conciertos o mostrar el tr¨¢iler de una pel¨ªcula.

Otro de los argumentos que se suelen sacar a la palestra es que los videojuegos independientes son menos violentos. Sin disponer de un estudio que confirme o desmienta esta hip¨®tesis, dir¨ªa m¨¢s bien que la violencia es un elemento que se explota en la mayor¨ªa de videojuegos, independientemente de si se trata de un indie o de un triple A. Hasta donde yo s¨¦, ni Animal Crossing: New Horizons ni Los Sims 4 son productos de bajo presupuesto, y a¨²n as¨ª, ninguno de ellos se vale de la violencia.

En la industria del videojuego, como en otros sectores creativos, existe un problema derivado del modelo de producci¨®n. De acuerdo con la jerga ling¨¹¨ªstica que se suele usar, la explotaci¨®n laboral se denomina crunch. Los casos m¨¢s sangrantes y m¨¢s medi¨¢ticos se han producido en estudios con cientos de empleados, como Rockstar Games, BioWare o Naughty Dog. El periodista Jason Schreier public¨® varios art¨ªculos con declaraciones de diferentes miembros de estos estudios. Estas piezas reflejaban un panorama desolador, que termin¨® afectando a la salud mental de los trabajadores. A ra¨ªz de estas denuncias, las compa?¨ªas han empezado a buscar soluciones. Pero ?esta es una realidad que afecta ¨²nicamente a los videojuegos de alto presupuesto? No, ocurre en el desarrollos de videojuegos en general. Ya lo dec¨ªa Graeme Struthers, de Devolver Digital: ¡°No estoy de broma, alguna vez uno o dos de nosotros hemos subido a un avi¨®n para viajar a otro pa¨ªs y obligar a la gente a que comiera o a que se tomara una noche libre¡±.

Lo que se?alo con esto es que los videojuegos independientes y triples A no est¨¢n tan separados como algunos parecen creer. S¨ª, millones de d¨®lares pueden parecer una diferencia infranqueable, pero los modelos de producci¨®n y el sistema de mercado en el que se venden es exactamente el mismo. Por eso comparten buena parte de los problemas, para lo bueno y para lo malo.