Resident Evil y la evoluci¨®n del Survival Horror a trav¨¦s de la doble trilog¨ªa de Raccoon City

Con el lanzamiento de Resident Evil 3 el viernes, Capcom habr¨¢ logrado un nuevo hito en el medio. Porque este remake no solo es un juego prometedor por su cuenta, o la secuela de nuestro GOTY electo de 2019. Tambi¨¦n supone la segunda conclusi¨®n de una trilog¨ªa que ciment¨® el concepto mismo de Survival Horror para luego reimaginarlo y seguir subiendo el list¨®n en las siguientes generaciones. Es un caso ¨²nico, que hace del cap¨ªtulo de Raccoon City uno de los m¨¢s importantes escritos en cualquier saga o g¨¦nero. As¨ª que antes de ponerle el punto y final correteando por sus calles delante de la todav¨ªa m¨¢s aterradora nueva versi¨®n de N¨¦mesis, tom¨¦monos unos minutos de calma para diseccionar y entender c¨®mo Capcom ha revigorizado una misma f¨®rmula a trav¨¦s de m¨²ltiples secuelas y remakes.

A?adir tambi¨¦n, antes de empezar, que el texto estar¨¢ libre de destripes argumentales, ya que nuestro objeto de estudio ser¨¢n ante todo los componentes jugables. Dicho esto, damos por sentado que el lector tendr¨¢ al menos cierta familiaridad con las entregas tratadas ¨Cen concreto Resident Evil (1996 y 2002), Resident Evil 2 (1998 y 2019) y Resident Evil 3 (1999)¨C, aunque intentaremos ser algo minuciosos en las explicaciones por el bien de la claridad.

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Los fundamentos: Llaves, cintas y bucles exploratorios

El Resident Evil original es un juego para el que normalmente sobran las presentaciones, pero antes de ponernos a saltar entre las dem¨¢s entregas no sobra establecer los fundamentos y su importancia para todo lo que vino despu¨¦s. Planeado inicialmente como un remake de Sweet Home (ay, la iron¨ªa), durante el desarrollo evolucion¨® hasta convertirse en una propuesta muy diferenciada que merec¨ªa su propio nombre. Al cargo de Shinji Mikami, empuj¨® hacia delante sus ideas y las de Alone in the Dark ¨Cotro paso clave en la concepci¨®n del Survival Horror¨C, materializando una obra cuyas lecciones de dise?o siguen vigentes m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s. Y justo por ah¨ª es por donde vamos a empezar a desenrollar la madeja, puesto que las virtudes (o potenciales carencias) del venidero Resident Evil 3 se entender¨¢n mejor si antes tenemos claro c¨®mo funciona el juego de 1996.

Para ello nos centraremos primero en dos elementos clave que, por supuesto, no son los ¨²nicos que definen a Resident Evil, pero s¨ª proporcionan los pilares b¨¢sicos para sustentar al Survival Horror como una aventura exploratoria y no un simple festival de sustos: el dise?o de niveles y la gesti¨®n de recursos. Ambos trabajan en equipo y se retroalimentan, condicionando el modo en el que el jugador se enfrenta a ellos gracias a un puente formado por los ¨ªtems de progresi¨®n. ?stos se encargan de abrir nuevas zonas o acceso a otros ¨ªtems que a su vez lo har¨¢n, ampliando progresivamente el campo de juego y, por extensi¨®n, la exposici¨®n tanto a enemigos como a los bienes finitos (consumibles) para hacerles frente, curarnos o incluso guardar la partida. La gracia es que todos ellos, desde llaves hasta municiones, pasando por las emblem¨¢ticas cintas de tinta, ocupan espacio en un inventario extremadamente limitado (de seis u ocho casillas seg¨²n el personaje elegido), forzando frecuentes visitas a las salas con ba¨²les interconectados en torno a las que gira el dise?o.

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Al igual que su divisivo control en relaci¨®n al personaje y no el jugador ¨Cconsecuencia del sistema de c¨¢maras fijas que permit¨ªa fondos pre-renderizados con gran nivel de detalle y paranoia por falta de visi¨®n¨C, las severas restricciones del inventario creaban un bucle de exploraci¨®n muy sui g¨¦neris, potencialmente frustrante y a la vez fundamental para moldear la experiencia. Para el jugador, la imposibilidad de coger o soltar objetos en los momentos m¨¢s inoportunos, o de saber cu¨¢les le har¨ªan falta durante la incursi¨®n en una zona reci¨¦n abierta, a?ad¨ªa una fuerte presi¨®n extra al margen de los enemigos. Y para los desarrolladores, esta dependencia de los ba¨²les tambi¨¦n sub¨ªa la exigencia en el dise?o, ya que deb¨ªa replegarse para nunca dejar demasiadas salas de distancia entre nuestra posici¨®n y el almac¨¦n m¨¢s cercano, as¨ª como diferenciar con efectividad las docenas de estancias para facilitar la creaci¨®n de mapas mentales que reduzcan en la medida de lo posible la necesidad ¨Co mejor dicho, frecuencia de uso¨C de los mapas virtuales para orientarse.

Esto, adem¨¢s, tambi¨¦n deriv¨® en un dise?o rico, con m¨²ltiples rutas e incluso objetivos simult¨¢neos. En la siguiente imagen podemos ver las fases de apertura de la mansi¨®n Spencer entre el inicio y la salida hacia el jard¨ªn trasero. Todo lo marcado en verde en el cuadro izquierdo es accesible tras el primer encuentro con un zombi, lo que significa que gran parte de la mansi¨®n ya es explorable y el jugador puede llegar a la llave de espada [1] o al producto qu¨ªmico [2] en funci¨®n del sentido en el que decida explorar. Ambos objetos est¨¢n situados en las salas de guardado de cada ala de la mansi¨®n, por lo que una vez conseguidos no solo proporcionan nuevos objetivos (abrir puertas con la llave, buscar la fuente para el qu¨ªmico), tambi¨¦n reinician el bucle de exploraci¨®n desde un lugar seguro al que volver para gestionar inventario o guardar avances.

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A partir de ah¨ª, el juego vuelve a ofrecer dos opciones en funci¨®n de si primero usamos el qu¨ªmico para conseguir la llave de armadura [3] en el invernadero o si gracias a la llave de espada resolvemos el puzle del piano y los emblemas para conseguir la llave de escudo [4] en el comedor. Superados ambos tr¨¢mites, todas las ¨¢reas accesibles durante la primera visita ya estar¨¢n abiertas con el fin de que localicemos los cuatro blasones [X] ¨Ctambi¨¦n en cualquier orden¨C y desbloqueemos la salida al jard¨ªn [5]. Obviamente, como se puede deducir por la permanencia de algunas salas en gris o la ausencia del s¨®tano, esto no abarca ni la mitad del desarrollo. Y adem¨¢s no todo el juego se adhiere a esta misma clase de estructura (retomaremos el tema m¨¢s adelante). Sin embargo, este tramo encapsula a la perfecci¨®n el Survival Horror en su forma m¨¢s pura: intrincado, pero flexible. Aqu¨ª fue concebida la saga, y aqu¨ª alcanz¨® ya un nivel que todav¨ªa sit¨²a al original entre sus mejores exponentes.

Resident Evil 2002: ?El remake perfecto?

A ra¨ªz del ¨¦xito del primer Resident Evil, muchos juegos tanto dentro como fuera de la saga revisaron esta f¨®rmula, aunque naturalmente las interpretaciones m¨¢s cercanas las encontramos tanto en su inmediata secuela de 1998 como, sobre todo, en su remake de 2002. Dirigido de nuevo por Mikami, el t¨ªtulo de GameCube fue una reconstrucci¨®n desde los cimientos que mejor¨® sustancialmente gr¨¢ficos, control, gui¨®n y doblaje, adem¨¢s de a?adir nuevos puzles, zonas, acciones defensivas o rutinas enemigas entre otras cosas. Largo y tendido se ha escrito sobre sus virtudes, que lo encumbran como el remake quintaesencial. Pero lo cierto es que si bien el resultado es una versi¨®n potenciada que a simple vista parece dejar al original obsoleto, al profundizar descubrimos una obra mejor comprendida al lado de su inspiraci¨®n, que suaviza para novatos y a la vez subvierte para fans. El dise?o es similar y mantiene el objetivo de encontrar tres llaves para acceder a los cuatro ¨ªtems que desbloquean el jard¨ªn trasero, pero ya desde el minuto uno hay diferencias de peso.

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El porcentaje de salas disponibles de inicio es considerablemente menor, ya que nos quiere ¡°empujar¡± hacia dos de las zonas nuevas: una conexi¨®n entre la planta baja y el primer piso situada en el extremo oeste, que lleva en ruta hacia la punta de flecha [1] para luego habilitar las dos direcciones en usos futuros; y un peque?o cementerio pegado al vest¨ªbulo principal con entrada a una cripta que requiere dicha punta de flecha para conseguir la llave de espada [2] y descubrir que ahora los cuatro objetos principales ¨Cm¨¢scaras en vez de blasones¨C se deben introducir aqu¨ª para conseguir el nuevo emblema que abre el jard¨ªn. Despu¨¦s de esto muchas de las zonas originales, incluyendo las dos salas con ba¨²l (se?aladas en rojo), s¨ª son accesibles, pero se sigue jugando con las expectativas al cambiar el lugar o funci¨®n de ¨ªtems como el producto qu¨ªmico, no necesario para conseguir la llave de armadura. ?sta es localizable casi de inmediato en un pasillo que sube desde la estancia de la punta de flecha, pero al recogerse activa una trampa, por lo que nos vemos obligados a participar en una cadena de eventos con un silbato, perros y una falsificaci¨®n que la reemplaza.

Teniendo en cuenta eso, y que ninguna de las m¨¢scaras ¨Co la llave de escudo¨C es accesible hasta que tenemos la llave de armadura, queda patente que REmake cuenta con un desarrollo algo m¨¢s lineal. Sin embargo, esto no tiene por qu¨¦ ser negativo a pesar de la connotaci¨®n que suele adquirir tal t¨¦rmino. La relativa linealidad es un lujo que el juego se permite porque el dise?o dispone otros eventos o descubrimientos en los que participar con m¨¢s flexibilidad (como la b¨²squeda paralela de blasones, ahora ¨²tiles para conseguir la magnum) y a la larga tambi¨¦n saca m¨¢s partido a la mansi¨®n. Uno de los grandes puntos de inflexi¨®n en el original era su repoblaci¨®n con unas criaturas reptilianas llamadas Hunters, que trastocaban por completo cualquier sensaci¨®n de confianza a nuestro regreso. REmake es fiel a esa tradici¨®n, pero se adelanta y ya usa contra nosotros la falsa familiaridad durante la primera estancia: los zombis no eliminados abren puertas para moverse a salas contiguas, alterando nuestros planes de navegaci¨®n; y los s¨ª derrotados, a menos que explote su cabeza o quememos sus cad¨¢veres, vuelven a la vida en forma de temibles Crimson Heads.

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De este modo empieza algo m¨¢s guiado, pero a medida que atravesamos sus cuellos de botella escala con nuevos peligros, inconveniencias (tras un par de usos, una de las puertas m¨¢s transitadas deja de abrir en una direcci¨®n por la rotura del pomo), problemas de gesti¨®n mediante el uso de queroseno o cartuchos de escopeta (multiplican las posibilidades de decapitaci¨®n), e incluso fragmenta el regreso en dos visitas (esta vez el laboratorio final conecta de forma m¨¢s directa) con objetivos a?adidos y nuevas oportunidades de elecci¨®n. Por otro lado, y poniendo ya rumbo hacia la siguiente parada, un desarrollo secuencial tambi¨¦n puede facilitar situaciones m¨¢s originales que coger llaves y buscar las cerraduras apropiadas. Como en el caso del producto qu¨ªmico para envenenar una planta, la r¨¦plica guardada en la correa de un perro sirve para introducir un peque?o episodio con su propia l¨®gica y narrativa, diferente tanto a lo visto en el t¨ªtulo original como en el resto del propio remake. Y convirti¨¦ndose, por tanto, en una parte memorable que ayuda a definir mejor la experiencia sin traicionar por ello las reglas m¨¢s b¨¢sicas que sustentan el juego.

RE2: Que el ritmo no pare, no pare, no

Damos ahora una peque?a pirueta y saltamos hacia a un tiempo intermedio entre las dos versiones del primer Resident Evil. Lanzado un par de a?os despu¨¦s del original, Resident Evil 2 fue un ¨¦xito fulgurante y, para tanto muchos medios como jugadores, una evoluci¨®n natural del cl¨¢sico define-g¨¦neros de Mikami. Sac¨® notas m¨¢s altas, vendi¨® m¨¢s copias y aunque en estos casos dif¨ªcilmente hay tal cosa como unanimidad, s¨ª parece haber cierto consenso sobre que se alz¨® como el mejor de la trilog¨ªa incluso aunque al a?o siguiente le plantase cara la otra secuela de la que hablaremos m¨¢s adelante. Para explicar esto, que por supuesto no sale de la nada, ni se limita al mejor acabado gr¨¢fico o a peque?os ajustes en el control producto de la experiencia, tenemos que cambiar un poco nuestro enfoque sobre el dise?o de niveles. Echaremos igualmente un vistazo r¨¢pido a la secci¨®n inicial para tener un poco m¨¢s de contexto ¨Cy por si alguien tiene curiosidad¨C, pero a partir de ahora nos centraremos en otros tres elementos de importancia creciente: escalada, ritmo y rejugabilidad.

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La escalada retoma un poco lo tratado sobre Hunters y Crimson Heads, el uso de nuevas situaciones y peligros para evitar que el jugador se acomode y la experiencia pierda intensidad de forma progresiva. Es un fen¨®meno se da a lo largo de un mismo juego, pero tambi¨¦n a la hora de planear una secuela que llegar¨¢ a gente que ha completado una o varias veces la entrega previa. Huelga decir que esto no significa que se empiece a un nivel de exigencia similar al que termin¨® el anterior, la desensibilizaci¨®n a veces incluso se combate bajando la dificultad para centrarse m¨¢s en el espect¨¢culo. Por suerte no es el caso de RE2, o al menos no de un modo tan dram¨¢tico como otros exponentes posteriores de la saga: el arranque en medio de las calles de Raccoon City, con veh¨ªculos en llamas y un pu?ado de zombis a nuestro alrededor es una efectiva declaraci¨®n de intenciones sobre la mayor magnitud del conflicto, pero el juego incrementa de forma bastante proporcional enemigos y recursos para tener m¨¢s acci¨®n sin quitar importancia a la gesti¨®n.

La introducci¨®n de Lickers nada m¨¢s llegar a la comisar¨ªa ¨Cen vez de al regreso como los Hunters¨C es otra muestra del peque?o ajuste de filosof¨ªa que adem¨¢s nos da pie a hablar del ritmo. Porque si bien el edificio denota la influencia de RE1 en una estructura con dos alas construidas alrededor de salas de ba¨²l, el juego traza un itinerario de ida y vuelta al s¨®tano como parte de la b¨²squeda inicial (cuatro enchufes con tem¨¢tica de ajedrez). Al igual que REmake, RE2 opta por cuellos de botella m¨¢s estrechos, aunque los usa para crear un desarrollo ligero, donde la exploraci¨®n sigue teniendo fuerte presencia, pero el jugador se mueve por bloques m¨¢s asumibles y con mayor carga narrativa para reforzar objetivos a corto plazo. En cierto modo, la comisar¨ªa fusiona el tipo de dise?o de la mansi¨®n con el de secciones posteriores como la casa de invitados o las cuevas, atadas entre s¨ª para favorecer la cohesi¨®n y el backtracking (a veces hasta el defecto: cuesta no ver el deslizamiento desde el reloj del tercer piso hasta los s¨®tanos como un atajo para el jugador y los propios desarrolladores).

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Como resultado, RE2 tiene una estructura menos abierta que RE1, pero tambi¨¦n m¨¢s control sobre la variedad e intensidad de su contenido, y es algo que juega a su favor en t¨¦rminos de rejugabilidad. El original ya contara con dos protagonistas entre los que elegir, diferenciados por el inventario, peque?as sutilezas jugables (resistencia, tama?o de hitboxes) e interacciones con otros personajes que, adem¨¢s, pod¨ªan variar entre partidas seg¨²n ciertas decisiones ¨Cno siempre conscientes¨C. RE2 parte de esta idea, pero la potencia creando cuatro campa?as con desarrollos bastantes dispares por la exclusividad de eventos, zonas (la imagen de antes se basa en ¡°Leon A¡± y por eso varias salas son inaccesibles), jefes o incluso el final real. Jugar tanto con Leon como con Claire es imprescindible para ver toda la historia y todos los puzles, pero el orden tambi¨¦n es determinante y crea dos ¡°c¨¢nones¡± paralelos con diferentes puntos de entrada a la comisar¨ªa e incluso la aparici¨®n de un nuevo enemigo, Mr. X, que ense?ar¨ªa lecciones fundamentales para el futuro de la saga.

RE2 Remake: El factor X

Estrenada un par de generaciones despu¨¦s del remake de la primera entrega, la reimaginaci¨®n de Resident Evil 2 es, como cabr¨ªa esperar, un nuevo Resident Evil para una nueva ¨¦poca. Despu¨¦s del ¨¦xito de reinvenciones tan radicales como las de Resident Evil 4 o Resident Evil 7, en Capcom descartaron a volver a las c¨¢maras fijas, fueron algo m¨¢s generosos con el inventario y limitaron el uso de cintas para guardar a la dificultad m¨¢s alta. Desde su prematuro anuncio en 2015, el juego se convirti¨® en uno de los m¨¢s deseados, pero tambi¨¦n en un proyecto sobre el que sobrevolaron ciertas dudas. Por suerte, a la hora de la verdad el equipo demostr¨® estar formado tanto por gente de enorme talento como por fans de un g¨¦nero que durante a?os ¨Cpr¨¢cticamente desde el propio primer remake¨C no hab¨ªa estado pasando por su mejor momento, y materializaron un matrimonio casi perfecto entre avances tecnol¨®gicos, comodidades modernas y un minucioso trabajo de dise?o destinado a recapturar todas las complejidades y tensi¨®n caracter¨ªsticas del Survival Horror dentro de un molde mucho m¨¢s inmersivo. Tres lustros despu¨¦s, el rey hab¨ªa vuelto.

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M¨¢s all¨¢ de la monumental mejora en gr¨¢ficos y control, el juego utiliza la iluminaci¨®n ¨Co falta de¨C al servicio de su ambientaci¨®n, el sonido envolvente para localizar peligros, el movimiento ininterrumpido entre habitaciones para aligerar la exploraci¨®n ¨Co asomarse para mirar con cautela¨C y el cambio de perspectiva para replantear la gesti¨®n de recursos: los zombis son m¨¢s resistentes, pero la cantidad de balas no se infla para convertirlo en un Shooter, as¨ª que es vital apuntar a la cabeza ¨Chay incluso un sistema de cr¨ªticos regulado desde la retina¨C o alguna extremidad para provocar mutilaci¨®n que reduzca su movilidad. Alguna idea del RE2 original, como tapiar ventanas que posteriormente se convertir¨¢n en punto de entrada para nuevos zombis, tambi¨¦n fue convertida en mec¨¢nica de pleno derecho, y adem¨¢s incorpora los ¨ªtems defensivos y la naturaleza m¨¢s impredecible de los enemigos en REmake, cambio de salas incluido, o la p¨®lvora para crear diferentes tipos de munici¨®n en RE3.

En el plano del dise?o, tanto el edificio R.P.D. como las zonas posteriores se ven reconstruidas desde sus cimientos con nuevas estancias, conexiones y puzles. Aunque la distinci¨®n entre escenarios se resiente algo en el proceso (esta vez jugar Leon A y Claire B, o viceversa, engloba casi todo el contenido), el desarrollo se toma bastantes licencias para condensar m¨¢s eventos en cada partida. La b¨²squeda de los enchufes de ajedrez, por ejemplo, se mueve a unas cloacas mucho m¨¢s intrincadas, y un detonador antes solo usado por Claire ahora es un ¨ªtem com¨²n. Hablando de eso, la comisar¨ªa mantiene dos bloques exploratorios separados por una visita al s¨®tano, pero cada uno tiene su propia colecci¨®n, estructurada de forma m¨¢s flexible, y la segunda se ve aderezada por la aparici¨®n de un Tyrant con gabardina (apodado Mr. X) que nos sigue incesantemente. Aqu¨ª es donde los elementos se entrelazan en un todo armonioso ¨Cuso del sonido para detectarlo, conocimiento del dise?o para planear rutas de escape, recompensa a la previsi¨®n de tapiar ventanas para encontrar menos obst¨¢culos, etc¨C y el juego alcanza un cl¨ªmax temprano pero muy intenso.

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A pesar de peque?as concesiones e ideas legadas ¨Cpor momentos puede recordar a un ¡°grandes ¨¦xitos¡± de la saga¨C, en un mundo post-RE6 el renovado compromiso de RE2 Remake con el Survival Horror es m¨¢s inspirador que nunca. El espect¨¢culo guionizado deja de nuevo paso a situaciones org¨¢nicas, donde el jugador toma o pierde el control en base a su conocimiento de los sistemas y el dise?o. Donde la gesti¨®n importa, y donde se pueden poner a prueba diferentes rutas o t¨¢cticas en diferentes partidas. Aunque tras superar la comisar¨ªa Mr. X nos da un respiro, el juego sigue apretando con los G Adultos (duele la ausencia de ara?as, pero a nivel mec¨¢nico el beneficio es m¨¢s que evidente), las nuevas y mejoradas mutaciones de Birkin o el replanteamiento de los zombi-planta. Aunque las ideas del RE2 original est¨¢n siempre presentes, como reimaginaci¨®n empuja mucho m¨¢s los l¨ªmites que el anterior remake y consolida una segunda edad dorada para la saga que ahora crea altas expectativas sobre su continuidad en el remake de la tercera entrega. Hablando de lo cual...

RE3: Terror en las calles

Seguro que todos los fans han escuchado alguna vez que Resident Evil 3: Nemesis naci¨® como un spin-off y se reconvirti¨® a entrega principal mediado el desarrollo. La intenci¨®n inicial era crear una aventura ligera, protagonizada por un grupo de mercenarios abri¨¦ndose camino por Raccoon City en pleno apocalipsis zombi. Como bien sabemos, despu¨¦s el plan cambi¨® y el juego final es algo diferente, ya que los ¨²ltimos meses se dedicaron a empujarlo hacia un cauce m¨¢s similar al de RE1 y RE2. No obstante, el resultado todav¨ªa delata su origen y hace de RE3 un t¨ªtulo que bajo una fachada conservadora alberga algunas de las ideas m¨¢s interesantes de la saga. La primera y m¨¢s evidente es el enfoque urbano, que durante el arranque cambia el gran edificio con dos alas y m¨²ltiples pisos por un entramado de calles. No por ello se convierte en un mundo abierto, pero la premisa tiene un impacto claro en el dise?o, m¨¢s sencillo, horizontal y tambi¨¦n con m¨¢s cuellos de botella.

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En t¨¦rminos de objetivos a cumplir, el desarrollo s¨ª ofrece bastante libertad, sobre todo tras alcanzar el tranv¨ªa situado en el otro extremo de la ciudad. Hasta ah¨ª, el itinerario est¨¢ compuesto por una serie de peque?as secciones con exploraci¨®n autocontenida, muy al estilo de lo que es habitual en la segunda mitad de las entregas previas o m¨¢s tarde en esta misma. Pero una vez superadas todas ellas, el juego propone volver hacia atr¨¢s y localizar cuatro ¨ªtems ¨Ctres si ya conseguimos el primero de camino¨C para poner en marcha dicho tranv¨ªa. Como idea es un giro ocurrente al regreso a la mansi¨®n Spencer del original: primero nos familiarizamos con cada zona por separado y luego reexploramos la ciudad completa con nuevos objetivos, eventos y un par de ¨¢reas extra. Sin embargo, no contar con un dise?o tan ramificado como sus antecesores limita algo las posibilidades del backtracking, menos flexible con las rutas de ida y vuelta que con el orden para acometer cada b¨²squeda.

La buena noticia es que RE3 propone cambios sustanciales m¨¢s all¨¢ de este replanteamiento en la exploraci¨®n ¨Cbienvenido a pesar de sus posibles carencias por su contraste con la predominancia de espacios cerrados hasta entonces¨C. Aqu¨ª por supuesto toca hablar de N¨¦mesis, que recoge el testigo de Mr. X y se convierte en una amenaza tan omnipresente que gana un sitio en el t¨ªtulo. Versi¨®n potenciada del Tyrant, N¨¦mesis corre, dispara un bazooka y reaparece con frecuencia incluso despu¨¦s de abandonar el n¨²cleo urbano. La mayor¨ªa de los combates son opcionales, aunque al noquearlo conseguimos ¨ªtems y tranquilidad. En otros puntos s¨ª act¨²a como jefe al uso y debe ser derrotado, o activa unos eventos especiales (¡°Live Selection¡±) donde una interfaz nos hace elegir entre opciones con diferentes consecuencias. Esto nos lleva a otra de las ideas interesantes, y es la forma en la que RE3 combate la ausencia de dos campa?as con multitud de variaciones, sea mediante estos eventos guionizados, otros m¨¢s sutiles o incluso algunos generados al azar.

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Gracias a esta amalgama de sistemas podemos interactuar con los mercenarios Carlos y Nicholai en diferentes lugares, empezar a explorar algunas de las zonas posteriores desde diferentes salas, resolver de nuevo puzles con soluci¨®n variable o incluso encontrar diferentes armas, recursos o enemigos en estancias con una rotaci¨®n asignada. Teniendo en cuenta que RE3 da m¨¢s peso al combate, con nuevas acciones evasivas, p¨®lvora para crear municiones a la carta, zombis m¨¢s agresivos, un incremento en tanto la cantidad como la variedad de criaturas, el reparto de objetos explosivos por el mapa para su uso estrat¨¦gico y el ya tratado N¨¦mesis, el resultado no solo es un desarrollo m¨¢s intenso en el minuto a minuto, sino tambi¨¦n con unas dosis a?adidas de impredictibilidad que premian la capacidad de adaptaci¨®n. Puede que como Survival Horror tradicional RE3 no termine de plantar cara a sus compa?eros, pero como interpretaci¨®n m¨¢s ligera y arcade de la f¨®rmula Resident Evil es un esfuerzo muy meritorio ¨Csobre todo conociendo su origen¨C, que consigui¨® acortar la distancia entre terror y acci¨®n sin necesidad de abandonar el g¨¦nero.

C¨®mo aprovechar¨¢ el nuevo remake este legado es algo que todos podr¨¦is comprobar a partir de viernes, cuando por fin salga a la venta. Aunque si quer¨¦is saber ya nuestra opini¨®n al respecto, solo ten¨¦is que echar un vistazo al an¨¢lisis publicado hoy mismo.