The Sinking City
- PlataformaPS46XBO6NSW6PC6
- G¨¦neroAventura, Acci¨®n
- DesarrolladorFrogwares
- Lanzamiento27/06/2019 (PS4, XBO, PC)12/09/2019 (NSW)
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorBigben Interactive
The Sinking City, an¨¢lisis: terror submarino
Las mentes tras los ¨²ltimos juegos de Sherlock Holmes nos traen una nueva obra basada en el universo literario de Lovecraft, The Sinking City.
Hac¨ªa tiempo que desde Frogwares no se apostaba por otra licencia alejada de la Londres de Sherlock Holmes. La ¨²ltima muestra de renovaci¨®n data de 2013, con un Magrunner: Dark Pulse que mezcl¨® los mitos de Lovecraft y la ciencia ficci¨®n de un modo que dividi¨®, en parte, a su comunidad. Quiz¨¢ de ese poso nacer¨ªa el t¨ªtulo que tenemos hoy entre manos, un juego que toma la investigaci¨®n del detective m¨¢s famoso de todos los tiempos para dotarle de tintes sobrenaturales.
The Sinking City, a priori, podr¨ªa parecer la t¨ªpica historia basada en el mito de los hundidos. No lo es durante el primer cuarto de juego; a partir de ah¨ª, por alguna raz¨®n que escapa a nuestra comprensi¨®n, la compa?¨ªa ha preferido volver a tocar los clich¨¦s ya manidos de otras interpretaciones de su universo. No podemos ocultar nuestra decepci¨®n, sobre todo cuando en las impresiones que os ofrec¨ªamos durante el pasado mes de abril evidenciaban el ¨¦xito de algunas decisiones dentro del plano jugable. Nada de eso queda ya.
Sumergido entre dos mundos
Encarnaremos en todo momento a Charles Reed, un detective privado que traslada su investigaci¨®n personal desde Boston hasta el epicentro de la locura: Oakmont. Por causas que todos sus habitantes desconocen, la incesante tormenta que ha sacudido los cimientos de la ciudad termin¨® por inundar sus calles. Del agua, unos seres sobrenaturales se erigieron, lo que puso en jaque a las fuerzas del orden. Lo que parec¨ªa un mal sue?o acab¨® convirti¨¦ndose en real.
La sociedad se ha resquebrajado por completo. Colectivos humanos e innsmouthianos se echan la culpa entre s¨ª, lo que ha terminado desembocando en una cacer¨ªa de brujas con la vuelta al poder de organizaciones de extrema derecha. Todo se ha desmadrado en una ciudad sin ley, incluso el dinero ha perdido su valor; las balas son la ¨²nica divisa aceptada en esta suerte de isla a la deriva. Entre todo este caos entramos nosotros, sin saber muy bien qu¨¦ est¨¢ ocurriendo. Lo ¨²nico que queremos encontrar son respuestas a las visiones que asolan a Reed noche tras noche.
La aventura principal se divide en ocho casos, divididos entre partes individuales y otras que afectan proporcionalmente al transcurso del hilo com¨²n que las conecta. Terminarlo nos tomar¨¢ sobre unas 14 horas, dependiendo de lo h¨¢biles que se¨¢is con las pistas obtenidas y navegando por el mundo. De los aspectos jugables hablaremos un poco m¨¢s tarde; ahora toca profundizar en un gui¨®n que nos deja sabor amargo, tanto por lo que pudo ser y no fue como por problemas narrativos que precipitan a la confusi¨®n sobre determinados momentos.
Y es que todo se podr¨ªa resumir en la decepci¨®n generalizada que sentimos tras ver el espectro completo de The Sinking City. Esas primeras tres o cuatro horas nos permiten observar una obra que ha tomado la seriedad que le corresponde el universo Lovecraft a la hora de tratar diferentes temas pol¨¦micos. Nos referimos principalmente al conflicto racial, esta vez acusado entre los colectivos mencionados hace un par de p¨¢rrafos. Por ello nos veremos envueltos en casos de extrema crudeza, casi un reflejo de nuestra historia no tan lejana, en los que estar¨¢n envueltos grupos como el KKK, el poder de la religi¨®n sectario frente a la raz¨®n y diferentes estamentos del poder corruptos hasta las trancas.
Sobre el papel funciona bien, incluso la traves¨ªa audiovisual cuando aparecen en escena esos elementos funciona, pero no entendemos qu¨¦ ocurri¨® durante el proceso creativo para que de un minuto a otro desaparecieran del tablero como si nunca hubieran existido. Recuerdo especialmente el caso que ata?e al Ku Klux Klan. Parec¨ªa que su oleada de violencia afectar¨ªa a la situaci¨®n del resto de habitantes, pero nada m¨¢s lejos de la realidad: una vez terminado su caso, no volvimos a verles. Lo mismo ocurre con todas las organizaciones que tocamos en la aventura.
Al final, los matices que parec¨ªan cimentar una historia s¨®lida y diferente terminan ech¨¢ndose por la borda. El cultivo real que nos deja es otra historia m¨¢s sobre un min¨²sculo porcentaje de lo que abarca todo el trabajo de Lovecraft, volviendo a caer en el t¨®pico rancio que tantas veces hemos visto en este medio. Incluso las decisiones que tomamos durante los casos apenas afectan al tramo final; de hecho, puedes optar por cualquiera de los tres finales independientemente de lo que decidas hacer hasta el momento. Tampoco te permite seguir por Oakmont una vez completado, ni siquiera para hacer las actividades secundarias que hayamos dejado atr¨¢s. Decisi¨®n inaudita que esperamos que se resuelva a trav¨¦s de las actualizaciones.
Detective a tiempo completo
Nada m¨¢s poner un pie en tierra firme seremos empujados a esclarecer los hechos de nuestro primer caso. Esta especie de tutorial encubierto nos pondr¨¢ a tono sobre todas las mec¨¢nicas jugables que veremos durante todo The Sinking City. Pese a heredar parte del sistema de investigaci¨®n de Sherlock Holmes, elimina los puzles para a?adir mec¨¢nicas extra¨ªdas del m¨¢s all¨¢. Para Charles, ver una escena del crimen le permite ver destellos de lo ocurrido en ese tramo de tiempo. Adem¨¢s de comprobar las pruebas irrefutables de la vida real, algunos objetos le permiten entrar en una dimensi¨®n paralela en la que se le gu¨ªa hacia d¨®nde fueron el resto de pistas.
Una vez recolectadas varias evidencias, podremos elaborar hip¨®tesis a trav¨¦s del palacio de la mente, un men¨² en el debemos unir dos hilos para extraer una conclusi¨®n que sostenga nuestro argumento final. Fallar en la mezcla es indiferente, puesto que no existe penalizaci¨®n alguna; cuando demos con las dos mitades correctas, el juego nos avisa autom¨¢ticamente del ¨¦xito, por lo que no hay que temer nada. Aqu¨ª podremos decidir qu¨¦ hacer en ¨²ltima estancia a ra¨ªz del sistema de decisiones del que ya hemos hablado.
No todo estar¨¢ relegado a la parte ¡®tranquila¡¯ de la vida del detective; tambi¨¦n hay lugar para la acci¨®n, de la que ya os avisamos que deja mucho que desear. Esas abominaciones del fondo campan a sus anchas por gran parte de los interiores del escenario. Solo nuestra arma nos separa de perecer en el intento por sacar a la luz la verdad. Dentro del plantel de enemigos tan solo existen cuatro arquetipos diferentes (sin contar una versi¨®n del b¨ªpedo que puede resucitar), todos muy sencillos de pillar la mec¨¢nica ya que utilizan el cl¨¢sico sistema por ataques ¨²nicos y puntos cr¨ªticos. En un principio tenemos la sensaci¨®n de estar demasiado expuestos al da?o, pero al poco de comprender c¨®mo funciona veremos que se convierte en un third person shooter del mont¨®n malo. Tampoco mejora cuando nos enfrentamos a enemigos humanoides, sobre todo por lo err¨¢tico que resulta la inteligencia artificial, la cual tiene graves problemas a la hora de detectarnos e interactuar con el escenario. Bueno, es que simplemente corren en l¨ªnea recta hacia nosotros, reviviendo los fantasmas de hace dos generaciones.
Debido a la espiral de locura en la que vive Reed, visionar seres deformes o im¨¢genes grotescas le har¨¢ bajar el nivel de cordura, una barra localizada junto a la vitalidad que nos permite conocer el punto en el que se encuentra nuestra salud mental. Al descender, comenzaremos a tener alucinaciones de todo tipo, y a medida que lo hace incluso pueden aparecer otros enemigos fantasmales o cambiar parte del entorno. Suena bien, ?verdad? Las primeras veces sentimos que realmente tiene un impacto en el juego, pero cuanto m¨¢s progresamos veremos que es bastante sencillo lidiar con ella. Durante todo el juego solo vimos esos enemigos tenebrosos en dos ocasiones, los cuales desaparecen al instante si utilizamos un kit neurol¨®gico. Otra decisi¨®n m¨¢s que no funciona en la pr¨¢ctica.
No funciona solo porque no se haya medido bien su uso, sino porque tambi¨¦n es sencillo romper el juego a trav¨¦s de las habilidades pasivas. Contaremos con tres ¨¢rboles de habilidad centrados en aspectos de la salud, combate e inventario. Entonces, claro, alcanzar las mejoras psicol¨®gicas est¨¢ a nuestro alcance casi desde el primer momento, lo que hace inservible los esfuerzos desde Frogwares de hacer un buen sistema de locura a la altura de otros t¨ªtulos como Eternal Darkness: Sanity¡¯s Requiem.
Oakmont, una ciudad sin ley
Algo que s¨ª nos ha cautivado es c¨®mo se ha dado forma al contexto. La ciudad muestra un rostro decadente, de ciudadanos sin esperanza que sobreviven al amparo de la ley del m¨¢s fuerte. Eso s¨ª, nos hubiera gustado que tuviera un papel m¨¢s importante a nivel de interacci¨®n. Tal como es ahora mismo funciona como un mero decorado que hace de puente entre misi¨®n y misi¨®n. Navegar por sus calles es aburrido, para qu¨¦ negarlo. La monoton¨ªa de los viajes entre puntos termina siendo una losa que pesa cuando llevamos varias horas en ¨¦l.
No le favorece el reciclado de los interiores. Visto dos, visto el resto, incluso a la hora de descubrir los secretos que en apariencia deber¨ªa ser dif¨ªciles de encontrar. Las sensaciones empeoran al descubrir losproblemas t¨¦cnicos con los que cuenta. Hacer acciones tan simples como abrir el mapa nos puede tomar hasta diez segundos de carga. Lo mismo ocurre cuando intentamos entrar en interiores, recintos que en un primer momento funcionan en tiempo real y que al poco se descubren que precisan de otro tiempo de carga repentino al pasar por la puerta. No exageramos cuando os decimos esto, y es que entrar en lugares como el ayuntamiento o el hospital pueden tomar hasta quince o veinte segundos. Por no hablar del exceso de screen tearing, molesto cuando estamos entre cuatro paredes. Todo esto corresponde a PlayStation 4 Pro, versi¨®n que hemos utilizado para analizar The Sinking City.
En lo positivo podemos destacar la apuesta por incluir mec¨¢nicas de la vieja escuela en cuanto a la navegaci¨®n por el escenario. El t¨ªtulo no cuenta con ninguna gu¨ªa que nos lleve al siguiente objetivo, sino que debemos ser nosotros quien a trav¨¦s de las descripciones descubramos ad¨®nde ir. Por el mapa podemos colocar marcas donde creamos que puedan estar; habitualmente se nos dice en qu¨¦ distrito y entre qu¨¦ calles est¨¢. Nosotros, mediante la exploraci¨®n, debemos ser quien descubra c¨®mo tirar un poco m¨¢s del hilo.
Algunas zonas estar¨¢n infestadas de enemigos, las cuales se muestran por el mapa con un icono rojo. Entrar en ellas tiene su recompensa, puesto que cuentan con ba¨²les con un buen n¨²mero de suministros. Suministros que utilizaremos para crear balas, utensilios de combate u objetos curativos. Realmente apenas tendremos que entrar en ellas para tener un buen surtido, puesto que en los casos principales se nos lleva por interiores que cuentan con los utensilios necesarios para sobrevivir.
Conclusi¨®n
The Sinking City es un quiero y no puedo. Las brillantes horas iniciales dan pie a un juego mon¨®tono, as¨¦ptico y que echa por tierra todos los intentos por diferenciarse del resto de obras basadas en el universo Lovecraft. Algunos casos individuales est¨¢n bien narrados, sobre todo los secundarios, que s¨ª cuentan con un buen nivel; pero a medida que avanzamos cae en un sinsentido del que no sabe c¨®mo salir airoso. Ni el combate, err¨¢tico, ni la exploraci¨®n, aburrida, dan motivos para permanecer mucho m¨¢s en Oakmont.
Lo mejor
- Las misiones secundarias est¨¢n bien construidas.
- La inclusi¨®n de mec¨¢nicas de la vieja escuela.
- Las horas iniciales, lo mejor de The Sinking City.
Lo peor
- El combate deja que desear, sobre todo por la err¨¢tica IA.
- Navegar por Oakmont es mon¨®tono, sirve como un mero decorado.
- Cae en los clich¨¦s manidos a la hora de tratar el universo de Lovecraft.
- Problemas t¨¦cnicos en la versi¨®n de PS4 Pro.
- Narrativamente es confuso a partir de los tramos finales.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.