Ace Combat 7 Skies Unknow, an¨¢lisis: El cielo es nuestro

?Does the color of the sky mean anything special to you??. Doce a?os despu¨¦s de que el cielo se ti?era de rojo, la m¨ªtica franquicia de Bandai Namco vuelve por todo lo alto (valga la redundancia) con una entrega valiente, variada y, sobre todo, s¨®lida. Lejos queda ya Fires of Liberation, protagonista de la ¨¦poca m¨¢s brillante de Xbox 360. Ahora, gracias al avance tecnol¨®gico que nos brinda la actual generaci¨®n, nos ponemos el casco para sobrevolar un conflicto que pondr¨¢ en jaque la paz mundial.

Ace Combat 7 es el resultado del poso de los a?os, de conocer sus propias flaquezas y explotar al m¨¢ximo sus capacidades sabiendo lo especial de su naturaleza. No es nada f¨¢cil escalar en una propuesta que no deja tanto margen a la composici¨®n. Por ello, Project Aces ha hecho lo que mejor sabe hacer: mantenernos pegados al sill¨®n. En las pr¨®ximas l¨ªneas conocer¨¦is un poco m¨¢s los motivos por los que hemos quedado tan satisfechos.

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Conflicto global

El mundo ha quedado patas arriba. Osea y Erusea vuelven a levantar las armas; ya no nos sorprende. Desde los inicios, tan solo bastaba una peque?a chispa para desatar el infierno armament¨ªstico. Ace Combat 7 nos sit¨²a en un principio junto a la ingeniera Avril Mead, una joven que cumpli¨® su sue?o y el de su abuelo: surcar el cielo a bordo de un reactor construido por sus propias manos. Pudo hacerlo al cabo de los a?os, eso s¨ª, pero el destino le guardar¨ªa una amarga sorpresa. Justo en el d¨ªa clave, la guerra comenz¨®, por lo que se vio inmersa de lleno sin saberlo. Por una serie de eventos que no revelaremos desde aqu¨ª, termina en una prisi¨®n de Osea que hace las veces de se?uelo para el enemigo. Aunque desde el cielo parezca que existe cierta actividad, la realidad es que todos los aviones de la base son puro atrezo. Atraer las miradas es lo ¨²nico que quieren.

Avril ser¨¢ la encargada de llevar el hilo narrativo durante los v¨ªdeos argumentales, localizados entre misi¨®n y misi¨®n, sirviendo como complemento en paralelo de los sucesos vividos en las fases de acci¨®n. En el otro lado de la balanza se encuentra Trigger 15, un piloto de las fuerzas de Osea reci¨¦n llegado a sus filas. Durante las primeras misiones, demostrar¨¢ de qu¨¦ pasta est¨¢ hecho, hasta que un error le env¨ªa directo a correr la misma suerte que la ingeniera. Seremos mudos; la relaci¨®n con nuestros compa?eros est¨¢ supeditada ¨²nicamente a nuestro hacer en el campo de batalla. Ellos nos guiar¨¢n y llevar¨¢n su parte proporcional del peso del gui¨®n.

Lo cierto es que al principio puede dar lugar a confusi¨®n, sobre todo para aquellos menos ¨¢vidos con el historial de la saga. Strangereal es un reflejo ficticio de la Tierra, y hasta que no conseguimos unir los puntos sobre las facciones que toman partido en el combate, no nos sentiremos completamente sumergidos en su mundo. Sin embargo, por las cosas que le ocurren a Trigger 15, al final logra ponernos en su propio pellejo. Ser¨ªamos aut¨®matas de no rechazar la cantidad de obst¨¢culos que nos bloquean el camino constantemente.

Tambi¨¦n es cierto que el gui¨®n no es la m¨¢xima revoluci¨®n. El resumen de la historia data de la t¨ªpica fantas¨ªa japonesa donde la coalici¨®n estadounidense y europea (Osea) se enfrenta a Rusia (Erusia). Prueba a verbalizarlos; su parecido es intencionado.

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Lucha contra el clima

Se nos vienen a la cabeza docenas de momentos ¨¦picos vividos durante la campa?a de Ace Combat 7. Al escribir estas l¨ªneas, a?oro la sensaci¨®n de v¨¦rtigo al evadir en el ¨²ltimo momento un cohete enemigo. Y es que las veinte misiones que la componen son el ejemplo de c¨®mo introducir al jugador en una monta?a rusa de emociones. Durante los primeros compases las cosas est¨¢n calmadas. Los tutoriales nos van indicando las principales mec¨¢nicas encontradas en las fases, mientras nos adaptamos al tipo de control elegido. Desde aqu¨ª os recomendamos con fervor el modo experto, en vez del arcade. De esta manera, puedes controlar el rumbo del avi¨®n completamente con los dos sticks. Es el balance perfecto entre la libertad de movimientos y la satisfacci¨®n por completar piruetas, la guinda que necesitaba un pastel que transmite con relativo realismo el peso de la aeronave y los efectos que le repercuten los agentes externos.

Poco a poco conoceremos, entre otros elementos, la importancia del clima y c¨®mo repercute en nuestro habit¨¢culo. Por ejemplo, si pasamos mucho tiempo entre nubes, el motor ir¨¢ congel¨¢ndose hasta entrar en p¨¦rdida, o las precauciones que hay que tener al permanecer bajo una tormenta. Fue precisamente en plena misi¨®n cuando lo aprendimos por las malas. Cuando los truenos brillan sobre la c¨¢psula, dejan instant¨¢neas para el recuerdo. Sin embargo, si nos relajamos demasiado, pueden terminar impactando en el caza¡­ y os pod¨¦is imaginar la que se forma. Todos los sistemas el¨¦ctricos comienzan a fallar, y durante unos minutos permaneceremos sin informaci¨®n en la interfaz.

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Pero la clave para hablar de una campa?a que rebosa calidad, radica en un punto que hemos repetido a lo largo del texto: variedad. Cada misi¨®n plantea objetivos y situaciones diferentes que nos dejan, literalmente, con la boca abierta. Desde tener que evitar zonas de radar para infiltrarnos en un punto clave, pasando por escoltas, persecuciones contra pilotos especiales y mucho m¨¢s. Queremos ejemplificarlo con el retrato de una de ellas: La misi¨®n comienza d¨¢ndonos tan solo cinco minutos para lograr una cantidad de puntos determinada. ?De qu¨¦ manera? Pues atacando por sorpresa una refiner¨ªa de petroleo enemiga. Al acabar, los supervivientes comienzan a escapar con la gasolina que buenamente pueden salvar. Pero en ese momento el paisaje se envuelve de una creciente tormenta de arena que nos impide ver el terreno salvo que estemos por debajo de los tres pies. A partir de ese momento, el juego se convierte en una cacer¨ªa donde nos zambullimos en la arena como un delf¨ªn en el oc¨¦ano mientras buscamos por el radar se?ales de vida.

La mayor¨ªa de misiones giran en torno a los veinticinco minutos para ser completadas. Una m¨¢s arriba y otras m¨¢s abajo. Aunque durante las primeras horas puedan hacerse un pel¨ªn mon¨®tonas, su r¨¢pido arranque hace que las horas se pasen, de nuevo, volando. Uno de los aciertos que ganan desde la primera mirada, reside en el uso del motor gr¨¢fico. Unreal Engine 4 funciona en una de sus mejores representaciones desde que se iniciara la generaci¨®n de PlayStation 4 y Xbox One. En concreto, la versi¨®n a la que hemos tenido acceso, Xbox One X, luce de esc¨¢ndalo. La inmersi¨®n es total gracias al logro de alcanzar las sesenta im¨¢genes por segundo tan demandadas en un juego que exige precisi¨®n.

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Construye tu propio hangar

?Qu¨¦ ser¨ªa de Ace Combat sin los propios protagonistas de la saga? La s¨¦ptima entrega plantea un progreso que ser¨¢ bien conocido por todos sus seguidores. Al completar misiones de la campa?a o partidas multijugador, obtendremos puntos de experiencia a canjear en el extens¨ªsimo ¨¢rbol tecnol¨®gico. Su planteamiento ramificado permite ir desbloqueando nuevos modelos de caza, piezas o tipos de misil a medida que vamos comprando los anteriores.

No todos los cazas ser¨¢n iguales. Unos servir¨¢n para combate aire-aire; otros, para aire-tierra. Tambi¨¦n hay lugar para los vers¨¢tiles, que ofrecen un poco de todo pero a la vez no despuntan en nada. Ah¨ª entra en juego la capacidad del jugador para detectar qu¨¦ necesita y aplicarlo en la previa de la misi¨®n. Y no ser¨¢ por falta de informaci¨®n. La representaci¨®n hologr¨¢fica y la charla de nuestro superior no deja ning¨²n cabo suelto. Siempre estaremos plenamente informado de lo que se prev¨¦ a continuaci¨®n, aunque, claro, siempre hay un margen de error en el que adaptarnos a las malas.

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Las piezas a las que alud¨ªamos con anterioridad son de vital importancia para los objetivos en dificultad dif¨ªcil (cuenta con los tres niveles de reto cl¨¢sicos). Dependiendo de la mejora que introduce, se dividir¨¢ en armamento, maniobra u ¡®otros¡¯, que es el caj¨®n de sastre que abarca el resto. No podremos llevar todas las que queramos, sino que tendremos un l¨ªmite. Algunas de ellas no estar¨¢n disponibles para la faceta multijugador por motivos de balanceo. Normal.

El eje principal del argumento tambi¨¦n fluye a trav¨¦s del avance tecnol¨®gico, en especial con las nuevas t¨¢cticas de Erusea. Han puesto a todos sus cient¨ªficos a investigar un modelo de dron capaz de seguir el comportamiento de los mejores pilotos humanos entre su ej¨¦rcito. Los modelos que nos atacar¨¢n (el famoso arsenal bird) no ser¨¢n nada sencillos de abatir, pero gracias al fant¨¢stico elenco de aviones que tenemos en el cat¨¢logo, podremos plantar cara. Somos de la parte rom¨¢ntica, que gusta de saborear planos tan c¨¦lebres como el MiG-29 o el F22-A; el surtido de fabricantes reales est¨¢ bien servido con m¨¢s de veinte modelos.

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Como es natural, en una primera vuelta es imposible completar el ¨¢rbol entero. Ace Combat 7 se presta much¨ªsimo a la rejugabilidad, a intentar dar de nuevo el todo por el todo para rascar puntos en el marcador global, adem¨¢s de conseguir finalizarla en todos los niveles de dificultad. Donde s¨ª que le notamos m¨¢s flojo es en el apartado multijugador. Los dos modos de juego disponibles se nos antojan escasos, y termina cansando un poco volver a los mismos escenarios una y otra vez. Quiz¨¢ ah¨ª ten¨ªan (y tienen) un potencial tremendo que explotar que vaya m¨¢s all¨¢ del competitivo. Por otro lado, lament¨¢blemente al tener la versi¨®n de la consola de Microsoft, no hemos podido probar las misiones extra compatibles con la realidad virtual. Todos esper¨¢bamos en un principio que fuese compatible en su totalidad, pero a ¨²ltima hora se redujo a unas peque?as c¨¢psulas de experiencias.