Bethesda y su papel en el futuro de los videojuegos

Por: Alberto Venegas

La empresa estadounidense se ha convertido durante las ¨²ltimas semanas en la protagonista de la informaci¨®n sobre el videojuego. Su omnipresencia no se debe a la publicaci¨®n de ning¨²n videojuego sino a sus propias decisiones empresariales. Decisiones alentadas por el momento de prosperidad en la que vive, ya explicado por nuestro compa?ero Sergio C. Gonz¨¢lez. El anuncio de nuevas iteraciones de sus sagas m¨¢s conocidas y vendidas m¨¢s la promesa de una nueva licencia les ha llevado a crecer y, especialmente, querer controlar todo el proceso de ese crecimiento, desde el desarrollo hasta la distribuci¨®n y la recepci¨®n de sus t¨ªtulos.

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Durante estas semanas se han dado a conocer medidas como la presi¨®n de la empresa a Sony para que la compa?¨ªa nipona permita el juego cruzado entre distintas plataformas. Una medida que impulsar¨ªa el crecimiento de la comunidad de usuarios en torno a sus t¨ªtulos en lugar de fragmentarla por sistemas de ejecuci¨®n. Si consiguen lograr esta apuesta los jugadores de Fallout 76 (2018) tendr¨¢n en com¨²n el t¨ªtulo en lugar de la plataforma elegida. Siguiendo esta l¨ªnea de acci¨®n Bethesda ha anunciado que el nuevo t¨ªtulo ambientado en el Estados Unidos dist¨®pico m¨¢s conocido no se podr¨¢ adquirir en Steam. En su lugar el consumidor podr¨¢ adquirirlo en una plataforma creada ex profeso para su compra, Bethesda.net.

Un camino que ya han seguido otras compa?¨ªas como Activision o Epic Games y cuya finalidad es intentar obtener el mayor beneficio posible de la venta y disfrute de sus t¨ªtulos. Sin embargo el peso de la decisi¨®n de Bethesda es mayor dada la importancia de la modificaciones realizadas por los usuarios. Mods que llegan a competir con las creaciones oficiales. Al eliminar Fallout 76 de Steam suprimen tambi¨¦n la posibilidad de elaborar modificaciones y distribuirlas en canales ajenos a la desarrolladora. Para controlar este proceso ZeniMax Media ha creado Creation Club, una plataforma interna para subir e incluir modificaciones de pago para sus juegos.

Bethesda no solo est¨¢ intentando dominar todo lo referente a la distribuci¨®n y consumo de sus productos sino que tambi¨¦n est¨¢ tratando de controlar, de una manera m¨¢s estricta, la producci¨®n de los t¨ªtulos que distribuye. Durante estas semanas hemos conocido que la saga Fallout pasar¨¢ a ser desarrollada por completo a trav¨¦s de estudios internos. Ser¨¢ imposible, por ahora, volver a recorrer el yermo de la mano de Obsidian. En esta misma l¨ªnea anunciaban recientemente la integraci¨®n del estudio Escalation Studios para que trabajara en proyectos internos, concretamente en Fallout 76 y Starfield. Otro estudio que pas¨® a formar parte de la familia empresarial de ZeniMax Media ha sido Arkane Studios. Desde 2010 forma parte del conglomerado y ha sido ahora cuando Bethesda, en conjunto con su empresa matriz, ha decidido aparcar su licencia m¨¢s conocida, Dishonored.

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Un movimiento que viene a sumar inestabilidad a una fr¨¢gil Arkane que ha visto como en 2017, tras conocer las cifras de venta de Prey, dimit¨ªa su l¨ªder Raphael Colantonio. Unas cifras de ventas que algunos analistas achacan a la decisi¨®n de Bethesda de no enviar copias de prensa a la cr¨ªtica.

Todas estas acciones nos conducen a una misma direcci¨®n, la estrategia de ZeniMax Media, empresa matriz de Bethesda Game Studios, de controlar todos los procesos de elaboraci¨®n, distribuci¨®n y recepci¨®n de sus productos digitales y entablar una relaci¨®n directa con el consumidor a trav¨¦s de pasar por encima de los intermediarios, en este caso plataformas y mercados digitales como los desarrollados por Sony, Microsoft, Nintendo o Valve.

Bethesda no es una empresa independiente sino que forma parte de la ya citada ZeniMax, compa?¨ªa de distribuci¨®n medi¨¢tica fundada por los propios fundadores de Bethesda, Christopher Weaver y Robert A. Altman, en 1999. ZeniMax consigui¨® durante la primera d¨¦cada del siglo alcanzar un importante tama?o financiero a trav¨¦s de la inversi¨®n privada. Durante esta d¨¦cada la empresa estadounidense adquiri¨® sus principales estudios internos, id Software (2009), Arkane Studios (2010) y MachineGames (2010) atando sus productos a la distribuci¨®n de su firma. Sin embargo su car¨¢cter privado nos impide conocer el valor total de la empresa aunque en el a?o 2016 estaba valorada en 2,5 billones de d¨®lares estadounidenses.

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Una cifra que, probablemente, haya crecido durante estos dos ¨²ltimos a?os gracias al lanzamiento de productos para tel¨¦fonos m¨®viles como el exitoso Fallout Shelter (2015 y 2017) que ha conseguido recaudar m¨¢s de 90 millones de d¨®lares estadounidenses, The Elder Scrolls: Legends (2017) o el pr¨®ximo The Elder Scrolls: Blades (2018). Todos ellos desarrollados por estudios internos de ZeniMax Media y distribuidos por la propia empresa, Bethesda Softworks. Todos ellos con acceso gratuito y progreso mediante pagos internos.

La apuesta de Bethesda por el multijugador rompe con la tradici¨®n del estudio. La firma estadounidense ha trabajado y cosechado su reputaci¨®n en el medio a trav¨¦s del desarrollo de grandes videojuegos abiertos con la saga The Elder Scrolls como estandarte. Sin embargo la deriva de la industria hacia t¨ªtulos de car¨¢cter abierto y con una vida ¨²til m¨¢s amplia ha tenido su impacto en la empresa. El lanzamiento de The Elder Scrolls: Online (2014) fue dubitativo pero su desarrollo le permiti¨® alcanzar en 2017 unas cifras de 10 millones de jugadores totales y 2,5 mensuales. El trabajo continuo en el t¨ªtulo ha convertido en este juego en uno de los m¨¢s populares dentro de los MMO. Este ¨¦xito vino a repetirse con Fallout Shelter. Por lo tanto la decisi¨®n de crear un t¨ªtulo mulitjugador basado en esta misma licencia no es de extra?ar. Fallout 76 une dos conceptos probados con ¨¦xito, la licencia creada por Black Isle en 1997 y convertida en un icono del medio y el g¨¦nero battle royale, un estilo de juego que se ha convertido en el buque insignia del medio en t¨¦rminos financieros.

Ante este crecimiento Bethesda se ha permitido mantener y resucitar otras licencias que, si bien no les ha reportado el ¨¦xito financiero esperado, les ha valido el reconocimiento de la cr¨ªtica como por ejemplo los ya citados Dishonored y Prey pero tambi¨¦n el renacimiento de licencias como Doom y Wolfenstein. Adem¨¢s, el lanzamiento de estos t¨ªtulos, en t¨¦rminos comerciales, ha sido beneficioso para la industria porque rellenaba los huecos entre los lanzamientos de las grandes licencias del estudio. Por ejemplo, MachineGames ha desarrollado un t¨ªtulo cada a?o desde 2014 con la ¨²nica salvedad de 2018. Precisamente este, el largo tiempo entre un lanzamiento y otro, era uno de los puntos d¨¦biles achacados por los inversores desde 2010. Por lo tanto, el lanzamiento de estos t¨ªtulos mantiene la reputaci¨®n y el ideario en defensa del modo para un jugador, estimula la inversi¨®n a trav¨¦s del lanzamiento continuo de t¨ªtulos y la consecuente atenci¨®n medi¨¢tica permanente y permite a?adir nuevas formas de aproximaci¨®n m¨¢s cercanas al multijugador, como tendremos ocasi¨®n de ver en Doom Eternal y Wolfenstein: Youngblood. Una apuesta m¨¢s segura que su aproximaci¨®n a la realidad virtual de hace unos a?os que tambi¨¦n planean mantener durante el futuro m¨¢s inmediato.

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Si unimos todos los hilos del tapiz que hemos ido tejiendo en este art¨ªculo podremos observar tres colores, el primero es el control interno de la producci¨®n, distribuci¨®n y recepci¨®n de todos los productos de Bethesda a trav¨¦s de la creaci¨®n de su propia plataforma, Bethesda.net, su propio sistema de distribuci¨®n, venta y aplicaci¨®n de modificaciones, Creation Club, el intento de controlar la recepci¨®n de sus t¨ªtulos por la prensa a trav¨¦s del control de las copias y la eliminaci¨®n de todos los intermediarios posibles entre la empresa y el consumidor. Un mismo camino que han emprendido o intentado emprender otras empresas como Sony a trav¨¦s de su videoconsola, su plataforma digital de venta y sus estudios internos, Nintendo o Netflix.

El segundo color es la tendencia hacia el multijugador. El multijugador entendido y aplicado en todas las vertientes posibles. The Elder Scrolls: Online es un MMORPG tradicional que recoge la herencia de obras ya consagradas como World of Warcraft (2004). Fallout 76, en cambio, entronca con la tradici¨®n moderna de los battle royale y la une a una licencia ic¨®nica. Y, por ¨²ltimo y quiz¨¢s m¨¢s importante, los t¨ªtulos para m¨®viles repiten el ¨¦xito de otras licencias que han sabido cosechar un ¨¦xito gigantesco a trav¨¦s del acceso gratuito y el servicio de micropagos con una apariencia audiovisual que busca la universalidad y la capacidad de ser ejecutado en cualquier tel¨¦fono.

Y, por ¨²ltimo, el tercer color, el lanzamiento contin¨²o de t¨ªtulos anuales que buscan la permanencia y la visibilidad medi¨¢tica para atraer la inversi¨®n privada, principal fuente de financiaci¨®n de empresas privadas como ZeniMax Media. Bethesda Software, la empresa de distribuci¨®n del conglomerado, ha lanzado desde 2010 una media de tres juegos por a?o. La mayor¨ªa de ellos dedicados a un solo jugador que han cosechado, siempre, un ¨¦xito de cr¨ªtica pero una recaudaci¨®n financiera por debajo de lo esperado. Una serie de lanzamientos que ha permitido a Bethesda mantener su discurso en defensa del modo para un jugador, el estilo de juego que los convirti¨® en reconocibles dentro de la industria. Modo de juego que, en la actualidad, est¨¢ derivando hacia formatos mixtos de participaci¨®n en la partida, como demuestra la pausa que han obligado a tomar a Dishonored y las decisiones que han tomado para los nuevos Doom y Wolfenstein.

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El tapiz que teje el presente y el futuro de Bethesda es extrapolable a cualquier gran empresa de desarrollo y distribuci¨®n de videojuegos comerciales. La evoluci¨®n de la empresa estadounidense es un ejemplo perfecto de la deriva de la industria hacia el control de la producci¨®n, distribuci¨®n y recepci¨®n de sus productos, lanzamientos de t¨ªtulos anuales, preeminencia del apartado multijugador, peso cada vez m¨¢s importante del tel¨¦fono m¨®vil y la b¨²squeda de financiaci¨®n a trav¨¦s de la continua atenci¨®n medi¨¢tica.