El waterpolo militar de Rudic
El t¨¦cnico de Belgrado, ganador de cuatro oros ol¨ªmpicos y llamado ¡°el maestro¡±, decide retirarse a los 71 a?os y pone fin a los m¨¦todos de entrenamientos yugoslavos.
Ratko Rudic (Belgrado, 1948), entrenador que ha llevado a Yugoslavia (1984 y 1988), Italia (1992) y Croacia (1992) a colgarse el oro ol¨ªmpico, decidi¨® esta semana retirarse de los banquillos. No es la primera vez que lo anuncia, pero a sus 71 a?os y tras las consecuencias devastadoras del COVID-19 se antoja la definitiva. Rudic abandona el Pro Recco italiano sin poder levantar la Champions, quiz¨¢s el ¨²nico trofeo como entrenador que le ha faltado en una vitrina ¨²nica. Se retira ¡°el mejor t¨¦cnico de la historia¡±, en palabras de Dani Ballart; o ¡°un maestro para los entrenadores¡±, en boca de Felipe Perrone.
El nombre de Rudic sembr¨® el terror especialmente en los 80 y los 90, ¨¦poca en la que sus entrenamientos militarizados eran la comidilla en los vestuarios del waterpolo. ¡°Fue el primero en innovar y acercar el gimnasio al agua. Los jugadores alternaban las pesas con la piscina. Su objetivo era adquirir una resistencia f¨ªsica y mental completas¡±, recuerda Ballart, internacional espa?ol de 1991 a 2005, testigo de las proezas de Rudic siempre como rival.
De hecho, las historias de Rudic y de la generaci¨®n de oro del waterpolo espa?ol, que entre 1991 y 2001 gan¨® dos medallas ol¨ªmpicas y cuatro mundiales, pudieron entrelazarse. Despu¨¦s de la renuncia del seleccionador Toni Esteller en 1990, Quim Pujol, entonces director t¨¦cnico del waterpolo, pens¨® en Rudic como sucesor. Pero Espa?a hab¨ªa llegado unos d¨ªas tarde. El serbio les dijo que acababa de comprometerse con Italia. Espa?a se lanz¨® entonces por el croata Dragan Matutinovic. La final de Barcelona 92 la gan¨® la Italia de Rudic en la segunda pr¨®rroga a la Espa?a de Matutinovic. Ambos t¨¦cnicos, de la escuela balc¨¢nica, compart¨ªan m¨¦todos, pero Rudic llev¨® a la excelencia el suyo, logr¨® prolongarlo en el tiempo y ser el padre de una manera de entrenar que le ha mantenido 35 a?os en los banquillos.
Con Italia, Rudic lider¨® una selecci¨®n temible, campeona ol¨ªmpica en 1992 y del mundo en 1994. ¡°En el Europeo de Viena, en 1995, decidi¨® prescindir de la famosa Vecchia Signora y confiar en los j¨²niors, que hab¨ªan sido campeones del mundo en 1993. Y se llevaron ese Europeo¡±, recuerda Ballart. Despu¨¦s de Italia, y tras ser sancionado un a?o por intentar agredir a los ¨¢rbitros en los cuartos de final de los Juegos de Sidney, Rudic se traslad¨® a Los ?ngeles para entrenar a Estados Unidos. Pero ah¨ª topo con otra mentalidad.
¡°Cada d¨ªa es el peor de mi vida¡±, relataba el boya Ryan Bailey. Los estadounidenses nadaban una media de 3.000 metros en cada entrenamiento, pero cuando lleg¨® Rudic empezaron a nadar 5.000, despu¨¦s 7.000, m¨¢s tarde 10.000 para luego pasar a 12.000, 14.000¡ hasta ?18.000 en un d¨ªa! ¡°No era necesario hacer eso. Todo era mental. ?l quer¨ªa empujarte a ti mismo cuando estuvieras cansado¡±, recuerda Layne Beaubien, otro jugador de la ¨¦poca.
Pero Estados Unidos fracas¨® en Atenas 2004. Acab¨® s¨¦ptimo, la peor clasificaci¨®n de las ¨²ltimas ediciones. Rudic aplic¨® los mismos m¨¦todos a los hijos de familias adineradas que practicaban waterpolo en California que a los j¨®venes de pa¨ªses como Italia o Yugoslavia, donde el deporte es una oportunidad para tener una vida mejor. Su sistema no cuaj¨® y decidi¨® regresar a su casa para entrenar a Croacia. Con el equipo balc¨¢nico fue campe¨®n mundial y ol¨ªmpico. Y se embarc¨® en otro reto, Brasil, clasificada para R¨ªo 2016, los Juegos de su pa¨ªs.
¡°Vivimos tres a?os muy duros, pero todos sab¨ªamos que era la ¨²nica forma de que Brasil pudiera hacer algo en los Juegos. Ten¨ªamos estr¨¦s las 24 horas. Rudic cre¨® a 13 locos soldados que dieron el 100%... y estuvimos a punto de liarla¡±, rememora Adri¨¤ Delgado, ahora internacional con Espa?a y antes con Brasil.
El equipo sudamericano, selecci¨®n menor del waterpolo, acab¨® en R¨ªo 2016 ganando a Serbia y perdiendo en cuartos de final. Con Rudic llegaron a ser octavos. ¡°La preparaci¨®n mental es bestial. Es un maestro¡±, rememora Perrone, que ha estado en todos los pa¨ªses y lleva 20 a?os en la elite del waterpolo.
Detr¨¢s de esa piel tan dura como el m¨¢rmol se escond¨ªa una persona con sensibilidades. ¡°Yo estaba en la selecci¨®n por otro entrenador. Cuando lleg¨® Rudic, sinceramente, me aterr¨¦, por su car¨¢cter y por todo lo que hab¨ªa escuchado. Adem¨¢s, yo me iba a jugar a Hungr¨ªa y cre¨ªa que ya no me llamar¨ªa. Sent¨ªa que hab¨ªa perdido la oportunidad de mi vida¡±, explica Delgado. ¡°Pero habl¨¦ con ¨¦l y me dijo que estuviera tranquilo, que la experiencia en Hungr¨ªa me ir¨ªa bien y que ya nos organizar¨ªamos. Eso me calm¨®¡±, coment¨® el actual jugador del CN Barcelona.
¡°Ten¨ªa la habilidad de controlarlo todo. Todos trabajaban para ¨¦l. En las comidas de equipo ¨¦l se colocaba en una posici¨®n que pod¨ªa ver todo. Siempre dec¨ªamos que si lo mirabas ¨¦l te estaba mirando¡ Y era verdad¡±, recuerda Perrone. ¡°No se perd¨ªa ni un detalle. Tambi¨¦n era un cachondo. Al preparador f¨ªsico le pon¨ªa hielo o un tenedor en la silla antes de las comidas para que se pinchara¡±, explica Delgado.
Ya m¨¢s tierno por la edad, Rudic deja incompleto el sue?o de ganar la Champions con el Pro Recco italiano. Ha decidido poner punto final despu¨¦s de cinco medallas ol¨ªmpicas (cuatro oros y un bronce), cinco medallas mundiales (tres oros y dos bronces) y seis medallas europeas (tres oros, dos platas y un bronce). Hijo de militar, ha conseguido marcar una ¨¦poca con sus m¨¦todos que crearon escuela. Su retirada cierra el tel¨®n.