Ibar esquiva la pena de muerte: condenado a cadena perpetua
El jurado que en enero declar¨® culpable de tres asesinatos al sobrino de Urtain, dict¨® la sentencia. El espa?ol de 46 a?os volver¨¢ a apelar.
Cadena perpetua. C¨¢rcel de por vida, pero no la muerte. Pablo Ibar conoci¨® hoy la decisi¨®n del jurado que el pasado 19 de enero le declar¨® culpable de un triple asesinato cometido en Miami en 1994.?Seguir¨¢ vivo. El expelotari de 46 a?os, sobrino del m¨ªtico boxeador vasco Urtain, tiene ahora otra lucha por delante despu¨¦s del suplicio de cuatro juicios en los que siempre se ha declarado inocente. Porque volver¨¢ a apelar. No se rendir¨¢.
Ibar asisti¨® en el tribunal de Fort Lauderdale (Florida), en medio de una tremenda y angustiosa tensi¨®n, a la lectura del veredicto por el juez Dennis Bailey, al que el lunes acus¨® de ¡°parcialidad¡± por sus decisiones en la segunda fase del proceso. Su familia llor¨® y se abraz¨®. Se trataba de una elecci¨®n entre la vida y la muerte. Una peque?a victoria.?
Antes, siete mujeres y cinco hombres del jurado (cinco afroamericanos, cuatro hispanos y tres anglosajones) escucharon las conclusiones del implacable fiscal Chuck Morton, que volvi¨® de su jubilaci¨®n tras liderar el proceso del a?o 2000 en el que se sentenci¨® a muerte a Ibar, y de la defensa. Morton fue contundente:?¡°En este caso todos ustedes son testigos oculares de la pesadilla de 22 minutos que termin¨® con la vida de tres personas¡±. Vieron otra vez el v¨ªdeo inculpatorio en el que una persona se parece a Ibar Y despu¨¦s votaron. La condena a muerte, que en Florida se ejecuta con una inyecci¨®n letal, deb¨ªa ser por unanimidad. No la hubo. Se abre, pues, un resquicio.
Era el mismo jurado en el que Kurt Collins, uno de sus miembros, se retract¨® un d¨ªa despu¨¦s del veredicto denunciando presiones durante la deliberaci¨®n. Sin consenso, se tendr¨ªa que haber repetido el juicio. El juez decidi¨® no investigarlo, y le apart¨®. Tambi¨¦n?apart¨® a uno de los suplentes cuando revel¨® que hab¨ªa accedido a datos que no deb¨ªa conocer porque les est¨¢ prohibido informarse por su cuenta durante el proceso.
El caso es que Ibar, y su padre C¨¢ndido y su esposa Tanya, seguir¨¢n con un calvario que le ha tenido 24 a?os en prisi¨®n, 16 de ellos en el corredor de la muerte, pero no volver¨¢ a ¨¦l. Es culpable del asesinato del due?o de una discoteca, Casimir Sucharski, y de dos de sus empleadas, Sharon Anderson y Marie Rodgers, en un chalet de Miramar. El primer juicio se declar¨® nulo en 1999 al no haber veredicto un¨¢nime. Un segundo se aplaz¨® al ser detenido su abogado. Y en un tercero en el 2000 fue condenado a muerte. Por el camino, su presunto c¨®mplice en el crimen, Seth Pe?alver, fue exonerado y en 2016 el Tribunal Supremo de Florida orden¨® repetir el juicio. Las pruebas, para su defensa, nunca han sido concluyentes. Tanya apel¨® al coraz¨®n del jurado diciendo que su marido era "un buen hombre y un buen padre" de sus hijos de 7 y 12 a?os. Alguno la crey¨®...
Seg¨²n Andr¨¦s Krakenberger, portavoz de la Asociaci¨®n contra la Pena de Muerte Pablo Ibar que le ayud¨® a recaudar los 1,3 millones de d¨®lares necesarios para afrontar la defensa, hay ¡°sobrado armamento apelatorio para conseguir otra anulaci¨®n y repetici¨®n¡±. ¡°Pero hablamos de ocho a?os m¨¢s¡±,?advierte. El recurso se basar¨¢ en ¡°una serie de decisiones del juez Bailey que sin duda pesaron en el resultado¡± y en ¡°la inobservancia de una serie de testimonios, peritajes y pruebas por parte del jurado¡±. El recurso se presentar¨¢ ante el Tribunal de Apelaciones del 4? Distrito de Florida.?
A los Urtain les toca, otra vez, levantarse desde la lona. Pero mientras hay vida, hay esperanza. Pablo sonri¨® al conocer la sentencia.?