As¨ª los veo: los Steelers vuelven calcados a 2017, pero sin Shazier
La lesi¨®n de Shazier precipit¨® el fracaso de los 'Se?ores del Acero' en 2017 y es inexplicable que no buscaran a su sustituto en una agencia libre gris y un draft muy criticado.

Que nadie se enga?e. Todos los a?os en las previas me dejo a los grandes gallos de la NFL para el final. Que escriba las previas de los Steelers ahora no se debe a que espere una implosi¨®n este a?o. El motivo real es que dudo que me d¨¦ tiempo a escribir todas y tendr¨¦ que adelantar la redacci¨®n de los mejores equipos. ?Pero cuidado! Estoy seguro de que los aficionados de los Steelers no estar¨¢n nada contentos con lo que doy a escribir sobre ellos. Lo siento, pero es lo que pienso.
Y es que pocos equipos en la historia han desaprovechado un equipazo tan brutal como el de los Steelers de los ¨²ltimos cuatro a?os. Es incre¨ªble que el tridente Big Ben-Antonio Brown-LeVeon Bell no haya ganado un par de anillos en ese periodo. Han sido, sin duda, el mejor equipo libra por libra de la AFC (s¨ª, sobre el papel tambi¨¦n mejores que los Patriots) y, por unas razones o por otras, siempre han terminado fracasando. Porque en el caso de los Steelers de Big Ben, como sucede en el de los Packers de Aaron Rodgers, llegar a la ronda divisional es un fracaso por mucho que los aficionados de dos tercios de los equipos de la NFL firmar¨ªan con letras se sangre que el equipo de sus amores sucumbiera a esas alturas.
Pero lo peor no es eso. Lo m¨¢s terrible es el tufillo a banda de mercenarios que transmite ese vestuario. No soy idiota. En la NFL actual cada uno de los 32 vestuarios est¨¢ formado por mercenarios que se venden al mejor postor sin que los sentimientos tengan nada que ver. Pero una cosa es la dura realidad y otra muy diferente guardar las formas. Y en Pittsburgh creo que hace demasiado que se las pasan por el arco del triunfo. Hay muchos ejemplos de lo que digo, y el ¡®holdout¡¯ de LeVeon Bell, actualmente en rebeld¨ªa hasta que el equipo no le ofrezca el contratazo que exige, es solo el ¨²ltimo episodio. Cada vez est¨¢ m¨¢s claro que Big Ben amag¨® con la retirada para librarse de Todd Haley como coordinador ofensivo, Martavis Bryant se march¨® despu¨¦s de vomitar todo lo que se le pas¨® por la cabeza y, en general, cada poco salta una pol¨¦mica m¨¢s o menos comentada y casi todos parecen m¨¢s preocupados porque su sueldo est¨¦ no en su aut¨¦ntico valor de mercado, sino en lo que ellos mismos creen que valen.
Insisto, me podr¨¦is decir que eso ocurre en todas y cada una de las franquicias, pero creo que en los Steelers, con el pedazo de equipo que tienen, el asunto es m¨¢s sangrante, porque a la larga est¨¢ afectando al rendimiento general. Los que me segu¨ªs desde hace a?os sab¨¦is que siempre he pensado que el principal problema es Mike Tomlin. Efectivamente, no se puede poner en duda a un tipo que ha ganado una Super Bowl, ha perdido otra y ha llevado al equipo a postemporada en ocho de las once temporadas en los que lo ha dirigido, consiguiendo reunir casi siempre una plantilla competitiva. Pese a todo, desde el principio he cre¨ªdo que Tomlin ha vivido siempre en la ola buena, ganando el anillo con la defensa que hered¨® de Cowher y con Big Ben ya maduro, y justific¨¢ndose despu¨¦s en un ataque maravilloso mientras su defensa ha ido empeorando a?o tras a?o.
As¨ª que hoy, en agosto de 2018, los Steelers vuelven a ser un equipo irreconocible para los aficionados m¨¢s veteranos, con un ataque explosivo, una defensa de juguete y una capacidad de conjura m¨¢s viva en las redes sociales que en el vestuario. Con un entrenador al que nadie tose pero que le pone la zancadilla a un rival que pasa a su lado por la banda sin que se le caiga la cara de verg¨¹enza.
Pese a todo, un a?o m¨¢s me parecen el mejor equipo de la Americana de largo, con el ¨²nico (y grav¨ªsimo) lunar de no haber encontrado sustituto para Shazier, y todo lo que no fuera jugar la Super Bowl me vuelve a parecer un fracaso. Una cosa es que no me guste la deriva que ha tomado la franquicia, y otra muy diferente que en deporte gane el que m¨¢s puntos anota, y el ataque de Pittsburgh tiene casi siempre todas las papeletas para sacudirle a sus rivales hasta en el cielo de la boca.
ATAQUE: un calco del de 2017
Parto de la base de que al final, de una manera o de otra, LeVeon Bell se vestir¨¢ de negro en septiembre para volver a rondar las 2.000 yardas conjuntas entre carrera y pase y una docena de touchdowns como poco. Una vez aceptado ese presupuesto, que de no cumplirse podr¨ªa hacer saltar por los aires el polvor¨ªn de acero porque dudo mucho que James Conner sea capaz de tapar un socav¨®n as¨ª, los Pittsburgh Steelers tienen exactamente el mismo ataque que en 2017. Un calco casi exacto que cuenta con el mejor corredor, el mejor receptor y uno de los cinco o seis mejores quarterbacks de la NFL. Simple y llanamente.
Que en la NFL se repita una l¨ªnea ofensiva dos a?os seguidos es complicad¨ªsimo, pero los Steelers han conseguido un milagro de redoble de tambores manteni¨¦ndola por tercer a?o consecutivo. Ya todos recitamos de memoria el Villanueva-Foster-Pouncey-DeCastro-Gilbert como si fuera una delantera de f¨²tbol europeo de los a?os cincuenta. El a?o pasado Gilbert se perdi¨® algunos partidos y Hubbard, el sexto hombre de esta l¨ªnea, se ha marchado a Cleveland. Por eso han elegido en tercera ronda a Okorafor como posible heredero en el tackle derecho. Todos ellos son estrellas y deber¨ªan seguir formando una de las tres mejores l¨ªneas de la NFL, con DeCastro como gran estrella y el espa?ol Alejandro Villanueva convertido en left tackle de lujo.
El grupo de receptores sigue quitando el hipo con Antonio Brown y JuJu Smith-Schuster. La marcha de un Martavis Bryant venido a menos quedar¨¢ cubierta por James Washington, una elecci¨®n de segunda ronda que deber¨ªa hacer mucho da?o en el slot desde el primer d¨ªa. Siguen flojeando con Jesse James, que se queda corto, pero Big Ben tiene una capacidad incre¨ªble para conseguir que hasta los tight end vulgares parezcan algo.
Ya que hablamos de Big Ben, en la primera mitad de la pasada temporada parec¨ªa acabado. El 8 de octubre ante los Jaguars vivi¨® el peor momento de su carrera con cinco intercepciones y una actuaci¨®n pavorosa. Sin embargo, en la segunda mitad del a?o jug¨® el mejor football de su carrera. Si vuelve as¨ª de enchufado, ser¨¢ imparable y aspirar¨¢ al MVP.
En resumen, el ataque de Pittsburgh ser¨¢ exactamente el mismo que en 2017, solo con alguna leve limpieza facial. No s¨¦ si eso es bueno o malo, porque los a?os no pasan en balde y los rivales empiezan a conocerles al dedillo. Eso s¨ª, juegan de memoria y muy pocos bloques ofensivos saben improvisar como lo hacen ellos.
DEFENSA: no hay relevo para Shazier
Parece incre¨ªble, pero es aqu¨ª donde vivir¨¢n o morir¨¢n los Steelers. No han encontrado sustituto para Shazier, su linebacker estrella, que a los 25 a?os ha tenido que retirarse por una grave lesi¨®n cervical. Nos siguen contando que est¨¢ trabajando para volver a jugar, aunque ya han confirmado que no ser¨¢ este a?o. Sin embargo, en el fondo casi nadie se cree que Shazier puede conseguir mucho m¨¢s que hacer una vida normal, lo que vista su lesi¨®n, y como se present¨® a saludar en el draft, parece ya un milagro.
Lo sorprendente es que han hecho muy poquito para cubrir su baja. En la agencia libre reforzaron secundaria y se trajeron a Jon Bostic, que no es un linebacker estrella, y demasiado har¨¢ si cumple como pe¨®n. En el draft, m¨¢s secundaria, el quarterback Mason Rudolph en tercera ronda (por favor, que alguien me lo explique) y un Nose Takle en s¨¦ptima ronda. Lo dicho, el mismo equipo que en 2017 con mejores safeties¡ pero sin l¨ªder defensivo.
Sobre el papel, Cameron Heyward, Javon Hargrave y Stephon Tuitt vuelven a formar un tr¨ªo fabuloso en la l¨ªnea. Y el reci¨¦n fichado Morgan Burnett puede formar con Sean Davis y Terrell Edmunds (elegido en 1? ronda del draft) un tr¨ªo de safeties muy polivalentes que quiz¨¢ se conviertan en la clave que resucite a esta defensa con su capacidad de jugar en diversas posiciones. Sin embargo, a casi todo el mundo le parece un error tremendo la elecci¨®n de Edmunds, que para muchos ten¨ªa valor de tercera ronda y a duras penas. Si Keith Butler, coordinador defensivo, quiere resucitar a la defensa desde ah¨ª, quiz¨¢ deba empezar a buscar otras opciones. Como consuelo, el grupo de cornerbacks es muy bueno con Joe Haden y Artie Burns como 1 y 2 y Mike Hilton en el slot.
Por muy buenas que parezcan la l¨ªnea de tres y la secundaria, todo apunta a que el p¨®ker de linebackers seguir¨¢ sin funcionar. Dupree y TJ Watt y Vince Williams sumaron 21 sacks en 2017, pero en el resto de las facetas del juego solo cumplieron cuando estaba Shazier; en cuanto se lesion¨® se diluyeron para crear un agujero que hizo parecer buenos ataques terriblemente mediocres y hacer n¨²meros estratosf¨¦ricos a quarterbacks horripilantes. Nadie cree que Jon Bostic sea suficiente refuerzo como?para resolver el rompecabezas, pero si Mike Tomlin lo consigue hacer, me envainar¨¦ todo lo dicho sobre ¨¦l y comenzar¨¦ a considerarle por fin un head coach leg¨ªtimo para una franquicia legendaria.
CONCLUSI?N
Un a?o m¨¢s, los Steelers tendr¨¢n uno de los ataques m¨¢s explosivos de la NFL, pero ser¨¢ su defensa la que marque la temperatura de sus aut¨¦nticas opciones. De entrada, su divisi¨®n sigue pareciendo un chollo, su calendario un regalo y la AFC en general, un solar. El a?o pasado apost¨¦ porque conseguir¨ªan una temporada perfecta y en 2018 parece factible que lleguen invictos al bye de la semana 7, y desde ah¨ª solo se intuyen tres o cuatro rocas peligrosas en el camino. Pese a su defensa, deber¨ªan rondar el 13-3 y aspirar al mejor r¨¦cord de la conferencia. Eso s¨ª, en enero no ser¨¢ suficiente con Big Ben, Antonio Brown y LeVeon Bell. El camino de un nuevo anillo pasa por recuperar el alma defensiva perdida durante esta etapa con Tomlin al frente de un vestuario de mercenarios geniales.