Los Ravens de Flacco lideran la AFC Norte... a pesar de Joe
Aferrados a su tradicional fortaleza defensiva, el equipo de Baltimore encabeza inesperadamente la divisi¨®n, invicto pese a las dudas que genera su ataque.
Al igual que nadie acude a un establecimiento de comida r¨¢pida a deleitarse con una exquisitez de la ¡°nouvelle cuisine¡±, ni se dispone a ver un debate televisivo de un programa del coraz¨®n dispuesto a empaparse de sabidur¨ªa psicosocial, nadie puede pretender sentarse a contemplar un partido de los Ravens con la intenci¨®n de presenciar un espect¨¢culo de fuegos artificiales, jugadas asombrosas o individualidades abracadabrantes. Me puedo imaginar la risa a mand¨ªbula batiente del taquillero ante la protesta del indocumentado espectador que solicite la devoluci¨®n del importe de su entrada por no responder el partido a los c¨¢nones de magnificencia que quiz¨¢ sean norma en otros lares. No para Baltimore, que hacen del ganar con sufrimiento un arte.
El equipo no responde a las expectativas. La defensa acusa lagunas de concentraci¨®n. Flacco est¨¢ err¨¢tico. ?Exclusiva mundial, paren las rotativas! No, no se alarmen estimados lectores. Es posible que todav¨ªa estemos sufriendo la resaca de la sobrerreacci¨®n, porque nada de esto es noticia, sino el devenir habitual de este equipo, que tradicionalmente va de menos a m¨¢s.
Ciertamente, la trayectoria de Baltimore puede generar dudas. Han ganado por apenas 13 puntos a 3 equipos cuyo balance global es de 1-8, pero hay que saber c¨®mo funcionan sus engranajes. La defensa atraviesa en ocasiones fases de fragilidad, permitiendo grandes jugadas al contrario, en especial los CBs. No obstante, sabe despertar en los momentos determinantes, consiguiendo intercepciones y sacks para sellar los partidos. Es actualmente la segunda mejor de la liga en yardas encajadas y la cuarta en puntos recibidos. Los equipos especiales son el otro pilar donde descansa la fortaleza del equipo. Si bien han concedido excesivas yardas a los retornadores rivales, e incluso p¨¦rdidas de bal¨®n, tambi¨¦n lograron bloquear patadas clave y anotar decisivos field-goals de larga distancia, gracias a un infalible Tucker que demuestra valer cada centavo de su reci¨¦n renovado contrato. S¨®lo falta que el ataque se una a la fiesta.
Las estad¨ªsticas muestran a Flacco perdido en la mitad de la tabla de los quarterbacks, con m¨¢s intercepciones que touchdowns. La conclusi¨®n r¨¢pida es referirse de nuevo a las dos caras de ¡°Joe Cool¡±, el impreciso QB de temporada regular que no demuestra su calidad hasta playoffs. Por suerte, este deporte es m¨¢s que estad¨ªstica. Si bien hay que reconocer que en ocasiones se encuentra demasiado espeso, carente de chispa para mover la ofensiva, no podemos ocultar que el pasado domingo bati¨® la marca de la franquicia de pases completos consecutivos (21, a s¨®lo uno de empatar el record de la NFL) y demostr¨® que tambi¨¦n tiene pies, anotando un TD de carrera. Tampoco debemos olvidar que sus principales receptores, Smith, Perriman y Pitta, no han completado la pretemporada por diversas lesiones, y que incluso ¨¦l mismo debi¨® recuperarse de la operaci¨®n en su rodilla izquierda. No es de extra?ar que su ¨²nico receptor sano, Wallace, sea quien acapare todos los TDs de pase del equipo. Para encontrar los males del ataque menos anotador de entre los equipos invictos, deber¨ªamos mirar en otra direcci¨®n.
Una l¨ªnea ofensiva nada resolutiva, en la que el center Zuttah est¨¢ teniendo una campa?a complicada, y al novato LT Stanley le est¨¢ costando adaptarse a la NFL. Un juego de carrera ineficaz, donde ni Forsett ni West est¨¢n encontrando huecos para percutir ante la aparente indolencia del coordinador Trestman, m¨¢s enfocado hacia un juego de pase en el que por otra parte, se deber¨ªa involucrar m¨¢s a otros receptores como Aiken, Gilmore o Williams.
Una liga tan corta debe ser por fuerza resultadista, y con la igualdad existente, el balance de 3-0 es totalmente leg¨ªtimo independientemente de calendario y forma de ganar. Las victorias brillantes no cuentan m¨¢s que las otras. Pero como no se solucionen estas deficiencias, el nivel de juego mostrado no ser¨¢ suficiente para alcanzar metas m¨¢s altas.
Sin embargo, hay margen de mejora, con el regreso del OLB Dumervil. Existe la percepci¨®n de menospreciarles por avejentados, como si esto fuera negativo. Vivimos unos tiempos donde se idolatra la juventud y se denuesta la veteran¨ªa. No confundamos irregularidad con decadencia, el FS Weddle o el OLB Suggs demuestran con su categor¨ªa lo equivocado de este razonamiento. Falso adem¨¢s, al ignorar el rendimiento de j¨®venes como el DE Jernigan, o los ILB Orr y Mosley.
Por todo lo anteriormente expuesto, los cuervos est¨¢n volando indetectables al radar; y si bien en temporada regular pueden resultar vulnerables, nadie olvide que son letales en playoffs.