?Por qu¨¦ el f¨²tbol americano s¨®lo se juega en oto?o?
La NFL es el deporte m¨¢s popular de Estados Unidos y tiene un calendario que llama la atenci¨®n por escaso y extra?o. Los motivos para que sea as¨ª son fundados.
Acostumbrados a vivir inmersos en el f¨²tbol, porque si eres aficionado al deporte en Europa o en Am¨¦rica Latina has nacido envuelto en ¨¦l lo quieras o no, el primer gran choque que produce un deporte como el f¨²tbol americano al verlo desde lejos es el del calendario. Cuesta entender por qu¨¦ un negocio multimillonario de tales proporciones se limita casi en exclusiva a los meses del oto?o, por qu¨¦ las temporadas son tan cortas y por qu¨¦ se juega en una estaci¨®n espec¨ªfica y no en otras. Hay razones, por supuesto, para que ¨¦sto sea as¨ª.
F¨²tbol americano, heredero del rugby
El f¨²tbol americano nace del rugby a mitad del siglo XIX y encuentra su ser, como ¨¦ste en aquel entonces, en el mundo universitario. La adaptaci¨®n, el cambio de reglas, la conversi¨®n en otro deporte diferente sigue un camino gradual hasta que el 6 de noviembre de 1869 se juega el primer partido reconocido: Rutgers - Princeton.
Ese ver la luz en las universidades iba a ser la ra¨ªz fundamental de todas las peculiaridades posteriores. Los inviernos, en el siglo XIX y en Estados Unidos, eran dur¨ªsimos, por lo que los deportes al aire libre s¨®lo ten¨ªan sentido en oto?o y primavera. El baloncesto ocup¨® su lugar en los pabellones cuando fuera no se pod¨ªa ni parar. Y en verano no hab¨ªa clases, no hab¨ªa actividad en los campus, por lo que no se disputaba ning¨²n deporte universitario.
Verano, estaci¨®n ideal para la MLB
De hecho, el verano era coto exclusivo del b¨¦isbol. Con una liga profesional ya m¨¢s que establecida, y convertido en el pasatiempo nacional, el juego de las bases y los bates no ten¨ªa ning¨²n rival para los d¨ªas de sol, c¨¦sped reci¨¦n cortado y agradables atardeceres.
Pronto se vio que el f¨²tbol americano era un deporte de una violencia notable. Con ausencia de protecciones y juego sucio por todas las partes, se produjeron lesiones grav¨ªsimas y hasta muertes en el campo. ?sto llev¨® a numerosos cambios de normas, a la aparici¨®n de las protecciones y a la eliminaci¨®n de la primavera como periodo apto para el juego. Entre que los jugadores sufr¨ªan mucho si jugaban tanto, y que las universidades a¨²n estaban preocupadas porque los chicos preparasen los ex¨¢menes, el f¨²tbol americano qued¨® recluido al oto?o.
Con el paso de los a?os, el deporte profesional emergi¨® y ocup¨® el lugar primordial. En 1920 se fund¨® la NFL y poco a poco, muy poco a poco, comenz¨® a ganar terreno a la competici¨®n universitaria y al b¨¦isbol. No ser¨ªa hasta la d¨¦cada de los 70 del siglo XX en la que podr¨ªamos empezar a hablar de la posibilidad de ser m¨¢s importante que ambas competiciones.
El caso es que, desde su nacimiento, se consider¨® poco honorable para los profesionales del f¨²tbol americano una dedicaci¨®n exclusiva al deporte. Lo normal es que jugasen en oto?o y el resto del a?o tuviesen otro trabajo.
Temporada regular de NFL y de NCAA
Con el crecimiento econ¨®mico y social de la liga lleg¨® la profesionalizaci¨®n absoluta y el estrellato para sus protagonistas, pero no el aumento de partidos. La temporada regular de la NFL es de 16 partidos y la de la NCAA de 12. Y, con el aumento de la consciencia sobre los riesgos que comporta este juego, ampliarlo no parece que sea un objetivo realista porque, directamente, los jugadores quedan maltrechos tras toda una temporada.
La NFL s¨ª que coloniz¨® un mes del invierno y otro del verano. Enero qued¨® reservado para los playoffs. Agosto para la pretemporada. La maquinaria de una liga tan poderosa, con tanta demanda de informaci¨®n, tan seguida y con tanto dinero en juego, hace que poco menos que se haya convertido en un ente abierto los doce meses del a?o.
Pero las ra¨ªces sociales, climatol¨®gicas y f¨ªsicas que conformaron al f¨²tbol americano como un deporte de oto?o siguen siendo uno de los cimientos m¨¢s firmes de la cultura que acompa?a a este juego, y los partidos no van a dejar de disputarse en la estaci¨®n que les pertenece.