La alegr¨ªa es contagiosa en los Cleveland Indians
El equipo de Ohio va lanzado hacia los playoffs, ganando encuentros de forma dram¨¢tica y con un fortaleza mental extraordinaria.
Corren buenos tiempos en la ciudad de Cleveland. No hace demasiado los Cleveland Cavaliers del hijo pr¨®digo de Akron, un tal Lebron James, dieron la gran sorpresa en las finales de la NBA al derrotar a los todopoderosos Golden State Warriors al remontar un 3-1, la primera vez que ocurre eso en el mundo de la canasta.
Y los Cleveland Browns pues¡ tienen a Robert Griffin III absolutamente desatado y con muchas esperanzas puestas en lo que pueda ocurrir este a?o. Si no me cre¨¦is, preguntad a Mariano Tovar, pero eso es harina de otro costal.
Los Cleveland Indians son el equipo de la ciudad del estado de Ohio, un club que lleva funcionando desde 1901, entonces bajo el nombre de los Cleveland Blues y esa una franquicia que ha personificado como ninguna (quiz¨¢s con la excepci¨®n de los Browns), el eterno estigma del perdedor, qued¨¢ndose con las mieles del ¨¦xito en numerosas ocasiones (v¨¦ase John Elway y ¡®The Drive¡¯ o la remontada de los Marlins en 1997 contra Jos¨¦ Mesa).
Sin embargo, 2016 es el a?o de la Buena Esperanza o el de las mejores intenciones. ?Qu¨¦ duda cabe! Si los Cavaliers lo han conseguido, ?por qu¨¦ no van a poder hacerlo los Indians? Si los Browns afrontan el a?o en la NFL con ¨¢nimos renovados, ?por qu¨¦ no van a brillar los del pasatiempo nacional?
Actualmente, los Indians tienen una marca de 71-51, justo veinte encuentros por encima del cincuenta por ciento, a medio partido de los Texas Rangers que son los que tendr¨ªan ahora la ventaja campo en la Liga Americana y hasta la finalizaci¨®n de las Series Mundiales por la victoria en el pasado All-Star, esto es, tienen en su mano la posibilidad de conseguirlo.
Y todo esto lo han conseguido sin la aportaci¨®n de su mejor jugador, un Michael Brantley, que s¨®lo ha jugado once encuentros y que no volver¨¢ a estar sobre los terrenos de juego hasta los entrenamientos primaverales de 2017.
Todos los equipos pasan por esas dificultades y casi nadie puede presumir de mantener ese bloque tipo durante el a?o porque la gente se lesiona. No es ciencia, sino una certeza absoluta.
Desde el 1 de junio tienen el mejor r¨¦cord (45-27), con una leve ventaja sobre el club, los Toronto Blue Jays, al que acaban de superar en su estadio, un Progressive Field que est¨¢ siendo la inspiraci¨®n para un turno que se muestra como el tercero m¨¢s prol¨ªfico tras Red Sox y Rockies.
M¨¢s all¨¢ del balance de victorias y derrotas, la clave est¨¢ siendo c¨®mo se obtienen las primeras y es que s¨®lo los Red Sox tienen un balance m¨¢s favorable en la Liga Americana que el +105 entre carreras anotadas y permitidas, lo que viene siendo el mejor baremo para evaluar las posibilidades de un equipo.
El ataque ha recibido numerosas sorpresas y eso b¨¢sico para construir un grupo que sea un tormento para los rivales. Nadie contaba que con el bate de Mike Napoli fuese a producir 29 home runs y 87 carreras impulsadas, pero ah¨ª est¨¢n. La combinaci¨®n para la doble jugada compuesta por Francisco Lindor y Jason Kipnis est¨¢ causando estragos ya sea con su swing (34 home runs y 50 dobles) y con sus piernas (26 robos de base entre ambos). El experimento con Juan Uribe en la esquina caliente no ha salido bien, pero el comod¨ªn del club, Jos¨¦ Ram¨ªrez, ha estado siempre disponible ya fuera para actuar ah¨ª o en el outfield, capeando el temporal cuando m¨¢s se necesitaba. Resulta complicado ver a alguien que haya progresado m¨¢s que este comod¨ªn, que se ha convertido en un fijo con sus 43 hits de bases extra y sus 20 robos de base.
El outfield se ha sobrepuesto a la baja de Brantley y el cuarteto compuesto por Tyler Naquin, Lonnie Chisenhall, Rajai Davis y Abraham Almonte han conformado un grupo muy heterog¨¦neo que ha producido en gran cantidad en todos los sentidos, ya sea en potencia o en velocidad, cuando no en ambos supuestos.
Nada mejor para ilustrar la ilusi¨®n (y las esperanzas del club) que el home run dentro del parque por parte de Tyler Naquin contra Roberto Osuna. No es que se vayan a conseguir muchas acciones como esa, pero la electricidad que hab¨ªa sobre el campo es de las que hacen afici¨®n y que esperan reproducirse cuando m¨¢s importa, en octubre.
O el home run de dos carreras de Jos¨¦ Ram¨ªrez para decantar la balanza a favor de los de Ohio, que ganaban el encuentro y la serie contra un rival directo por el factor campo.
?Y eso que ni siquiera hemos hablado de esa gran rotaci¨®n y de Andrew Miller, el factor X definitivo en las aspiraciones de los Indians!
La clave est¨¢ en poder clasificarse para los playoffs, algo que en Cleveland no se consigue desde 2007, cuando desperdiciaron un 3-1 en las Series de Campeonato de la Liga Americana ante los Red Sox.
Mucho ha transcurrido desde el ¨²ltimo triunfo de los Indians en las Series Mundiales, concretamente desde 1948. Y es que aunque parezca mentira, los Chicago Cubs no son los que tienen el monopolio de los sinsabores, que de eso en Cleveland saben tambi¨¦n un poco.