?Volver¨¢ Chip Kelly a la NCAA tras su irregular campa?a?

Durante la historia del f¨²tbol americano ha habido diversos genios que han triunfado como entrenadores de la NCAA, pero que no han podido digerir el salto a la NFL. Ha habido otros que, de hecho, ni siquiera lo han intentado. Mitos del deporte universitario como Paul ¡°Bear¡± Bryant o Joe Paterno jam¨¢s aceptaron ofertas de equipos profesionales. Se ve¨ªan m¨¢s como profesores que como ejecutivos. De igual manera, tampoco imagino a Bill Belichick yendo casa por casa para convencer a adolescentes y a sus caprichosos padres de elegir un programa educativo concreto.

De hecho, los casos como el de Pete Carroll, ganador de la Super Bowl y el t¨ªtulo NCAA, son contados. Nick Saban se retir¨® a tiempo. Es cierto, dej¨® a los Dolphins colgados, pero supo mantener su prestigio retornando a la liga universitaria para arrasar con Alabama. Steve Spurrier no pudo con los Redskins ni con su propietario Daniel Snyder. El hombre a?or¨® tanto a la Universidad de Florida, que no dud¨® en comprometerse con South Carolina para decir ¡°hasta siempre¡± a la NFL.

?Volver¨¢ tambi¨¦n Chip Kelly a la NCAA?

Probablemente...

Kelly maravill¨® al f¨²tbol americano con su ¡°fast-paced offense¡± en la Universidad de Oregon, conduciendo a los Ducks a una marca de 46-7 en las cuatro temporadas en que fue head coach, incluyendo la presencia en la final universitaria de 2011, hecho sin precedentes en la historia de una instituci¨®n m¨¢s conocida por sus ¨¦xitos en el atletismo. Su salto a la NFL era inminente. Muchos equipos llamaron a su puerta, hasta que acab¨® eligiendo recalar en Philadelphia, donde sustituy¨® a Andy Reid al frente de los Eagles.

La primera temporada de Kelly en la NFL fue una grata sorpresa. Su energ¨ªa y capacidad de motivaci¨®n dieron la vuelta a unos Eagles que hab¨ªan concluido la campa?a anterior con una marca de 4-12 para devolverlos a la senda del triunfo, concluyendo con 10-6 y un t¨ªtulo de la Divisi¨®n Este de la NFC. Tras caer en la primera ronda de playoffs contra los New Orleans Saints, Kelly repiti¨® la marca de 10-6 en 2014, pero se qued¨® fuera de la postemporada al perder tres de sus ¨²ltimos cuatro partidos.

En el verano, Chips se puso manos a la obra para arreglar el desaguisado del invierno anterior y, aprovechando la gran autoridad que le otorga el propietario Jeffrey Lurie, la cual solo ostentan Carroll en los Seahawks y Belichick en los Patriots, se encarg¨® de hacer diversos movimientos de despacho en los que el Kelly ejecutivo dinamit¨® la labor del Kelly entrenador. As¨ª, trajo a sus filas jugadores de ataque cuyas cualidades no son las adecuadas para ejecutar la ¡°fast-paced offense¡±. Sam Bradford es un buen pasador, pero su movilidad no es la indicada para el sistema de Kelly. DeMarco Murray fue el corredor que m¨¢s yardas terrestres gan¨® en la NFL en 2014 y, adem¨¢s, al firmarlo Philadelphia lo arrebat¨® a su principal enemigo, Dallas, pero es un corredor de mucha fuerza y pocos movimientos r¨¢pidos, no especialista en recepciones en campo abierto, habilidades necesarias en la filosof¨ªa atacante de Kelly. Del apartado wide receivers es hasta triste hablar, pues los Eagles tienen uno de los grupos m¨¢s grises de toda la liga, tras haber dejado ir, en la etapa Kelly, a excelentes receptores como DeSean Jackson y Jeremy Maclin.

Curiosamente, gracias a estar en la peor divisi¨®n de la NFC, tras solo ganar seis partidos en catorce jornadas, los Eagles todav¨ªa tienen posibilidades de acceder a los playoffs, siempre y cuando ganen los dos encuentros que les restan, incluyendo un dur¨ªsimo duelo en casa ante Washington el s¨¢bado que viene. Kelly respira gracias a haber obtenido victorias mediante espectaculares acciones de defensa y equipos especiales (no en ataque) en sus visitas a Patriots y Jets. Sin embargo, su estrategia ha funcionado de forma nefasta. Murray ha sido relegado a tercer corredor del equipo, lo cual, independientemente del aspecto deportivo, significa un negocio ruinoso para un club que le paga al running back ocho millones de d¨®lares por temporada. Bradford, que se ha perdido dos partidos lesionado, ha lanzado 16 pases de touchdown en la temporada, tres menos que Russell Wilson en las ¨²ltimas cinco semanas. Sumando esfuerzos, los wide receivers de los Eagles han atrapado 13 pases de anotaci¨®n en la campa?a, los mismos que el Giant David Beckham solo. Philadelphia ¨²nicamente ha podido ganar tres de los siete partidos disputados en casa, situaci¨®n que tiene muy molesta a una de las aficiones m¨¢s exigentes de toda la liga.

?Volver¨¢ Chip Kelly a la NCAA?

?Seguramente!

Cinco cosas que pienso:

1. Me parece que ya lo he dicho, pero lo pienso y lo aseguro: la lesi¨®n de Jimmy Graham ha dado vida a un juego de pase de los Seahawks que, para funcionar, necesita involucrar a sus wide receivers.

2. Pienso que ni el mism¨ªsimo Doug Baldwin hubiera cre¨ªdo, cuando lleg¨® a la NFL como agente libre en 2011 (nadie lo eligi¨® en el draft), que en catorce partidos de su quinta temporada en la liga llevar¨ªa las mismas recepciones de touchdown (13) que en toda su carrera en la Universidad de Stanford.

3. Pienso que las dos sorpresas m¨¢s grandes en fantasy football de esta temporada, adem¨¢s del propio Baldwin y el wide receiver de los Jaguars, Allen Robinson, se llaman Kirk Cousins y Gary Barnidge.

4. Pienso que si Gary Kubiak quiere llegar a los playoffs, tiene que mantener a Brock Osweiler como quarterback titular (y aun as¨ª las cosas no pintan color de rosa para los Broncos). Ahondando sobre el mismo tema, pienso que Peyton Manning debe ser humilde ante la situaci¨®n que vive, lo cual no har¨¢ m¨¢s que hacer su leyenda m¨¢s grande, sabiendo reconocer que el joven Osweiler est¨¢ dirigiendo mejor el ataque qu¨¦ el, sin echarle siempre la culpa a las lesiones.

5. Pienso que el f¨²tbol americano profesional es con diferencia el deporte m¨¢s emocionante que hay. El que tenga la menor duda, que mire dos d¨ªas para atr¨¢s y contempla el espect¨¢culo que nos ofrecieron Panthers y Giants en Nueva York (Nueva Jersey) y Broncos y Steelers en Pittsburgh.