Los Bears se muestran leg¨ªtimos en la destrucci¨®n de los Rams

Antes de comenzar este partido la duda era si los Saint Louis Rams eran un equipo leg¨ªtimo de playoff en la conferencia nacional. Para pasmo de propios y extra?os, la respuesta es afirmativa... pero con el otro equipo del encuentro: los Chicago Bears son los que parecen capacitados para aspirar a la postemporada.

Resulta muy extra?o decirlo. Los Bears han sido uno de los equipos m¨¢s criticados, y con menos expectativas, de toda esta temporada. Sus victorias han ido cayendo ante la indiferencia general. Y varias de sus derrotas han sido por escasa diferencia y con jugadas claves que bien pudieron caer para el otro lado. Pero tras la destrucci¨®n de los Saint Louis Rams de hoy, que esos s¨ª que estaban considerados como un equipo muy serio, ya no caben dudas de que los Bears son un, cuando menos, buen equipo de la tabla media en la liga. Lo que, penurias matem¨¢ticas aparte, te califica como candidato a pelear por playoff.

Para explicar lo que sucedi¨® en este partido es necesario subrayar que todos los ¨®rdenes del juego pertenecieron a los de Chicago. Ganar por 37 a 13 suele indicar eso mismo.?

La primera piedra de la gran victoria fue el juego de Jeremy Langford. El sustituto de Matt Forte en el puesto de corrredor principal de los Bears est¨¢ siendo una revelaci¨®n. Aparte de correr con dureza y convencimiento, aporta precisi¨®n en el juego de pase. Duele decir que este ataque juega mejor con el chaval que con el gran Forte, pero a fe que lo parece. Adem¨¢s, fue protagonista con una big play de m¨¢s de 80 yardas que empez¨® a decantar, en la primera mitad, el duelo.

La segunda piedra fue la conexi¨®n entre Jay Cutler y Zach Miller. La defensa de los Rams tuvo algunos momentos de presi¨®n al QB, con la l¨ªnea defensiva como protagonista, pero la secundaria, y el cuerpo de linebackers, sufrieron mucho con las lecturas y las decisiones del pasador, que estuvo soberbio. Nunca mejor que en uno de los TDs, a Miller en concreto, con un pase de talento, de soltar el brazo en el momento adecuado y al lugar preciso.

Pero la tercera piedra fue tan importante como las otras dos, y fue una defensa convincente que anul¨® a Todd Gurley y, con ¨¦l, a todo el ataque de Saint Louis. Porque poner el bal¨®n en las manos de Nick Foles y decirle "g¨¢nanos" es la mejor forma de limitar a los Rams.

Atados en la carrera, con Gurley chocando contra un muro, la soluci¨®n de los de Jeff Fisher mostr¨® la poca confianza del cuerpo t¨¦cnico en su QB: una serie de catastr¨®ficas jugadas de screens y reverse varios para Tavon Austin. La defensa de los Bears, muy bien dirigida por Vic Fangio, se sab¨ªa ese atajo al dedillo y oblig¨® al peque?o receptor a recorrer cientos de yardas... pero de forma horizontal, por lo que el resultado siempre fue muy poca cosa.

Con este desarrollo, y este dominio, el partido se fue rompiendo y fue entonces cuando comenzaron a llegar las intercepciones, los fumbles y las desgracias para los perdedores, las m¨¢s de las veces en el propio cuerpo de Foles, que se fue con la sensaci¨®n de ser una calamidad. Lo cierto es que el partido se perdi¨® antes de eso, y con una incidencia menor de Nick, tanto en lo bueno como en lo malo.

Los Rams caen en casa. ?Caen con dureza. Caen con un mont¨®n de dudas en el puesto de QB y en una defensa que parec¨ªa inexpugnable. Caen a 4-5 de r¨¦cord en una divisi¨®n en la que eso no es tolerable. Y los Bears, por contra, ascienden a 4-5 tambi¨¦n, pero con el orgullo de haber batido a aquellos que los hemos ninguneado y la idea de que tienen equipo para seguir peleando por el imposible de la wild card en la NFC, que por victorias les queda muy lejos pero por juego no tanto.