Los Ravens deben aprovechar el bye para pensar en su futuro
De ganar la Super Bowl a ocupar los ¨²ltimos puestos de la conferencia les llevan a la dudar entre seguir peleando o prepararse para el futuro.
Baltimore, como los viejos rockeros, nunca muere. Pero es evidente que los a?os no pasan en balde y sus ¨²ltimas grabaciones carecen de la fuerza de anta?o. Como las modelos maduras, conservan su regia belleza, pero poco a poco sus otrora contundentes curvas pierden la batalla contra la ley de la gravedad. Un asado de cordero sigue resultando apetitoso, pero tras la ¨²ltima recomendaci¨®n dela Organizaci¨®n Mundial dela Salud, ya no nos lo volveremos a comer con id¨¦ntica fruici¨®n. Podr¨ªa seguir poniendo ejemplos pero creo que capt¨¢is el mensaje: aunque los Ravens siguen siendo buenos, ya no son lo que nos ten¨ªan acostumbrado.
En la siempre competida AFC Norte, casi tan sorprendente como la inmaculada marcha de los Bengals podr¨ªa considerarse que los Ravens, favoritos para buena parte de los analistas incluso para representar a la Conferencia en la Super Bowl, apenas lleven dos victorias con la mitad del campeonato disputado. Ciertamente, se podr¨ªa debatir la justicia de este balance cuando las derrotas sufridas han sido muy al l¨ªmite y todas por apenas una anotaci¨®n, pero este mismo argumento se puede volver en contra dado que los dos triunfos tambi¨¦n llegaron ¡°in extremis¡± gracias a sendas patadas del kicker, Justin Tucker. Dos constantes han marcado sus partidos: un arranque dubitativo que obliga al equipo a remontar, y la incapacidad para resolver los finales apretados. Algo extra?o en una franquicia como ¨¦sta, que siempre se ha caracterizado por su resoluci¨®n en los momentos decisivos. La raz¨®n no puede deberse a un ¨²nico factor.
Obviamente, la plaga de lesiones debe encabezar la lista. Desde el ilusionante receptor novato que a¨²n ni siquiera ha debutado (Perriman), al veterano l¨ªder defensivo (Suggs), la enfermer¨ªa c¨®rvida no ha dejado de tener inquilinos. Taliaferro (RB), Elam (SS) y Campanaro (WR) ya no van a volver. Titulares como Monroe (LT), Gilmore (TE), Canty (DE) o Lewis (FS) tambi¨¦n se han perdido varios partidos, as¨ª como multitud de jugadores de relevo. Resulta evidente la complicaci¨®n para presentar una alineaci¨®n altamente competitiva domingo tras domingo. No obstante, uno de los principales valores que todos admir¨¢bamos de esta plantilla era su profundidad de banquillo. Sin embargo, j¨®venes que deber¨ªan haber dado un paso adelante, como Upshaw (LB), Hurst (OT) o Brown (WR) se han estancado en su progresi¨®n. Igualmente, los refuerzos tra¨ªdos en primavera como Arrington (CB), o en emergencia con la competici¨®n ya iniciada en respuesta a las lesiones, como Babin (LB), no han funcionado como se esperaba.
Aun as¨ª, bajo mi punto de vista, el principal problema que arrastran estos Ravens de 2015, estad¨ªsticamente los peores de su historia, es el pobre rendimiento de quienes deber¨ªan ser sus referentes. El RB Forsett no est¨¢ siendo capaz de repetir su campa?a de 2014, en parte porque otro pilar del equipo, la l¨ªnea ofensiva, tampoco est¨¢ a su nivel habitual. De la secundaria siempre hemos esperado que, con Webb y Jimmy Smith sanos, volver¨ªa a ser una unidad a tener en cuenta, pero ambos est¨¢n decepcionando enormemente. As¨ª las cosas, ni el motivador discurso de Ray Lewis pidiendo que sigan a Flacco puede arreglar este desprop¨®sito.
Cuando tantas cosas salen mal, es l¨®gico buscar los males en la banda. El coordinador defensivo Dean Pees es el objetivo principal de la ira de los aficionados. Se le cuestiona desde sus planteamientos tan poco agresivos, a que deber¨ªa estar en el campo en vez de en la cabina de la grada. La defensa, orgullo de una afici¨®n y emblema del equipo, lleva encajados una media de 26,8 puntos por partido, y cuesta trabajo recordar cu¨¢ndo consigui¨® el ¨²ltimo turnover. En ataque, tambi¨¦n Trestman est¨¢ muy discutido, y no son pocos quienes consideran que el equipo juega mejor cuanto m¨¢s se aleja de su filosof¨ªa. El hecho de que siempre la primera jugada del inicio de los partidos, o de la segunda parte, sea un pase corto al FB Juszczyk, ya es de chiste. Por otro lado, tampoco sale indemne de las cr¨ªticas el General Manager Newsome, tanto por su gesti¨®n de la plantilla en pretemporada, como por no encontrar la manera de enderezar la nave cuando aparecieron las primeras v¨ªas de agua. A tal punto se ha llegado que ni el head-coch se escapa, y hasta se plantean si no ser¨ªa el momento de dar carpetazo a la era John Harbaugh. En mi opini¨®n, se trata de reacciones excesivas, ya que en esta disputada competici¨®n, ning¨²n equipo est¨¢ a salvo de tener una mala temporada.
Pirro, rey de Epiro entre los a?os 307 y 302 a. de C., fue uno de los mejores generales de su ¨¦poca. En una cruenta victoria contra los romanos, sufri¨® tal n¨²mero de bajas que lleg¨® a exclamar: ¡°?Otra victoria como ¨¦sta y tendr¨¦ que volver solo a Epiro!¡±. Desde entonces, cada vez que se consigue una victoria a costa de sufrir numerosas p¨¦rdidas, se habla de ¡°victoria p¨ªrrica¡±. Pues bien, as¨ª fue la del domingo. La baja para el resto de la liga de Steve Smith se me antoja irrecuperable, y puede que suponga el golpe que necesitan para empezar a pensar m¨¢s en 2016 que en este a?o. Est¨¢ claro que matem¨¢ticamente a¨²n tienen opciones (s¨®lo est¨¢n a 2 partidos del wildcard), pero resulta m¨¢s realista plantearse durante esta semana de reflexi¨®n por el bye, si no es el momento de comenzar a dar m¨¢s oportunidades a los j¨®venes para construir un proyecto de futuro. Especialmente, siendo conscientes de que jugadores como Steve Smith, Suggs, Dumervil, Forsett, Canty¡ est¨¢n ya por edad en el ocaso de sus carreras.