Detroit Lions 28 ¨C Minnesota Vikings 19
Los Vikings maltratan a Stafford en una remontada implacable
Cazaron siete veces a Stafford, quarterback de los Lions, y terminaron sacando del partido al ataque local que fue inoperante durante toda la segunda mitad.
Los Lions empezaron como cohetes. Dos touchdowns en sus dos primeros drives. Stafford conectando con Megatron como en los viejos tiempos y la defensa maniatando a un Adrian Peterson que sigue sin alcanzar el nivel de juego ¨®ptimo de sus mejores momentos.
Pero fue un espejismo. Los Lions ya nos tienen acostumbrados a esos arranques mete¨®ricos para luego tumbarse a la bartola. Pero esta vez ni siquiera les dio tiempo a sacar la almohada. Una tormenta en forma de siete sacks, y muchas m¨¢s acciones asfixiantes, sacaron mentalmente del partido a Stafford, con la misma fragilidad an¨ªmica de siempre, y a punto estuvieron de hacerlo literalmente, ya que el quarterback tuvo que finalizar el partido con un guante en su mano de lanzar magullada.
Los Vikings no se asustaron por el arranque explosivo de sus rivales. Ya est¨¢n acostumbrados a ellos. Desde el primer minuto plantearon un partido muy serio con un Bridgewater que es la ant¨ªtesis de Stafford. Donde el de Detriot busca fuegos artificiales, el de Minnesota encuentra eficacia sin adornos. Y mientras la defensa vikinga aplanaba a sus rivales, el ataque era como un martillo neum¨¢tico que iba poco a poco haciendo un agujero en el que enterrar a los Lions.
Mediado el segundo cuarto, Bridgewater encontraba a Kyle Rudolph para anotar un touchdown que se sumaba a las miguitas de arena de Blair Walsh, infalible anotando cinco y cinco field goals en el partido, dos de m¨¢s de50 yardas, para que los Vikings se fueran al descanso perdiendo solo de dos 17-15, pese al arranque arrollador de sus rivales.
A los visitantes solo les faltaba que de una vez apareciera un Peterson que en los dos primeros cuartos fue borrado del campo por la defensa de Detroit, muy centrada en ¨¦l, pese a que eso le estaba costando que Bridgewater conectara con eficiencia letal con sus recetores. Sin embargo, esta semana no se le puede poner ning¨²n pero a la defensa de los Lions, que caz¨® en cuatro ocasiones al quarterback rival y siempre presion¨® much¨ªsimo, pese a que se pas¨® en el campo pr¨¢cticamente la segunda mitad completa, por incomparecencia de su ataque.
Con ese panorama, la aparici¨®n de Peterson era inevitable. Por fin consigui¨® romper con uno de sus cortes magistrales, para una carrera de75 yardasque no lleg¨® al touchdown y que pese a todo solo sirve para maquillar una actuaci¨®n gris que comienza a convertirse en un h¨¢bito peligroso.
A partir de ah¨ª pr¨¢cticamente no hubo partido. Los Vikings anotaron un segundo touchdown con un pase estratosf¨¦rico de36 yardasde Bridgewater a Diggs, Walsh sigui¨® con su festival de field goals y solo un safety concedido voluntariamente redonde¨® el 19-28 que clausura definitivamente la triste temporada de unos Lions que en verano asomaban como favoritos.
Mientras, los Vikings, cada vez m¨¢s serios, ya solo parecen necesitar el resurgimiento de Peterson para ser leg¨ªtimos aspirantes. Y quiz¨¢ ni eso, que Bridgewater sin aspavientos, la defensa, y el bloque al completo, est¨¢n jugando a un nivel casi estratosf¨¦rico.