Holanda se clasific¨® sin problemas y Alemania pas¨® gracias al favor que le hizo Escocia venciendo a la CEI, que nada ten¨ªa que ver con aquella URSS que lleg¨® a la final de la ¨²ltima Eurocopa. Se present¨® con la certeza de que tras el torneo se desintegrar¨ªa en otras selecciones tras la disoluci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, por lo que Byshovets fue m¨¢s psic¨®logo que t¨¦cnico: ¡°Vestimos camisetas y escudo que no son de nadie. Si el patriotismo es clave para la motivaci¨®n, ?c¨®mo es posible mentalizar a un equipo as¨ª?¡±. (Foto de apertura: Alemania y Holanda hicieron buenos los pron¨®sticos y se clasificaron).

Beethoven, himno de la CEI

La CEI se present¨® con bandera blanca, la Novena Sinfon¨ªa de Beethoven como himno y siendo un mosaico: once rusos, cinco ucranianos, dos georgianos, un bielorruso y un moldavo.

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La paciencia se impuso

Holanda debut¨® con veinte minutos sensacionales, ahogando a Escocia que se salvaba por el poco acierto de los alocados ataques oranjes. Tras el descanso, Holanda se seren¨® y busc¨® el gol con tranquilidad. Y, cuando peor jugaba, marc¨® Bergkamp. Domin¨® la calidad, se impuso la paciencia.

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H?ssler acudi¨® al rescate

Vogts avis¨®: ¡°Los sovi¨¦ticos s¨®lo han cambiado de nombre¡±. Y los sovi¨¦ticos, ahora bajo el nombre de CEI, le dieron la raz¨®n adelant¨¢ndose en el marcador. Antes, en el primer tiempo, V?ller se lesion¨® en un brazo. Con estas premisas, Alemania parec¨ªa desahuciada, pero un golpe de genio de H?ssler, con un gol de falta, salv¨® los muebles.

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Revoluci¨®n efectiva

A Vogts no le gust¨® el empate ante la CEI y contra Escocia hizo una minirrevoluci¨®n alineando a M?ller, Sammer y Klinsmann. Con estos cambios, aquello fue otra historia. Cierto es que los escoceses se aferraron a su cl¨¢sica garra, pero la efectividad teutona fue determinante. Riedle y Effenberg protagonizaron la victoria y mandaron a casa a Escocia.

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Kharin detuvo a Holanda

Los holandeses se estrellaron contra el muro de la CEI. No pudieron abrir una disciplinada defensa ni marcar a un imperial Kharin. S¨®lo en una ocasi¨®n, Van Basten logr¨® batirle con un espectacular cabezazo en plancha, pero el linier anul¨® el tanto por un inexistente fuera de juego. El empate daba a ambos opciones de clasificarse.

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Alemania perdi¨®, pero pas¨®

?ltimo partido. Enfrente, Holanda y Alemania, que m¨¢s que entre dos equipos la gran rivalidad existente es entre dos pa¨ªses. Los dos himnos fueron apagados por los silbidos rivales. Tal fue as¨ª que los germanos no pudieron o¨ªrlo y deshicieron la formaci¨®n antes de que terminara. En cuanto al partido, los holandeses fueron muy superiores y a los catorce minutos ya ganaban 2-0. Pero como la rendici¨®n no existe en la cultura teutona, Klinsmann acort¨® distancias de cabeza, algo que fue breve porque Bergkamp marc¨® el tercero. Holanda se meti¨® as¨ª en semifinales adonde le acompa?¨® Alemania, gracias a la victoria de Escocia.

Bergkamp sentenci¨® a los alemanes.

Klinsmann acort¨® distancias de cabeza.

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Escocia muri¨® matando

Para pasar, s¨®lo era necesario ganar por dos o m¨¢s goles de diferencia a una Escocia que no hab¨ªa demostrado gran cosa. Sin embargo, al cuarto de hora, la CEI ya hab¨ªa encajado dos goles, obra de McStay y McClair. La impotencia se adue?¨® de los rusos que vieron desvanecidas sus ilusiones. Fruto de esa desesperaci¨®n, lleg¨® el penalti sobre Nevin. McAllister puso la guinda y Escocia muri¨® matando.