No fue bien recibida en un principio la presencia de Hrubesch en la lista de Derwall, pero el delantero se encarg¨® de silenciar las cr¨ªticas con dos goles que dieron el segundo t¨ªtulo europeo a la Rep¨²blica Federal de Alemania. Su inspiraci¨®n de cara a puerta neutraliz¨® un error garrafal del colegiado rumano Rainea que, en el minuto 27 de la segunda parte, juzg¨® como penalti una falta de Stielike a Van der Elst fuera del ¨¢rea. Al final se produjo la reacci¨®n que desemboc¨® en el bicampeonato. (Foto de apertura: ).

La RFA pudo con el offside

La final romana parec¨ªa f¨¢cil para los alemanes, pero no fue as¨ª pese a que Hrubesch abriera pronto el marcador. Los belgas utilizaron con ¨¦xito la t¨¢ctica del fuera de juego y se vieron favorecidos por un penalti inexistente de Stielike. Se esperaba una pr¨®rroga y tal vez un desenlace por penaltis cuando el imponente Hrubesch emergi¨® de nuevo para dar el triunfo a Alemania.

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1-0 10¡¯ ¨C Hrubesch

En pleno dominio germano, apareci¨® la gran revelaci¨®n de la Eurocopa: Bernd Schuster. El rubio alem¨¢n hizo una gran jugada al borde del ¨¢rea, pared con Allofs incluida, y sirvi¨® en bandeja a Hrubesch, que no desperdici¨® la ocasi¨®n para marcar con un gran derechazo.

1-1 72¡¯ - Vandereycken

El empate vino acompa?ado de la pol¨¦mica. El colegiado rumano Nicolae Rainea sancion¨® como penalti una zancadilla de Stielike a Van der Elst fuera del ¨¢rea. De nada sirvieron las protestas del madridista. Van der Eycken fue el encargado de transformar la pena m¨¢xima despu¨¦s de enga?ar a Schumacher.

2-1 89¡¯ - Hrubesch

Minuto 89. Duod¨¦cimo c¨®rner en terreno belga. Rummenigge bot¨® el saque de esquina y, como una exhalaci¨®n, entrando desde atr¨¢s, Hrubesch remat¨® impecable, arrolladora e imparablemente. Alemania era bicampeona de Europa.

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Las nuevas figuras belgas

Un periodista del News Blad de Bruselas bautiz¨® a la selecci¨®n belga como los Diablos Rojos por el ¨ªmpetu con que afrontaron su primer partido internacional, en 1905, contra Francia. Desde entonces, s¨®lo un gran ¨¦xito: la medalla de oro de Amberes de 1920. Pero en esta Eurocopa, B¨¦lgica vivi¨® uno de sus mejores momentos. Roz¨® el t¨ªtulo gracias a una nueva generaci¨®n de futbolistas, encabezada por Pfaff, Gerets y Ceulemans, que protagonizar¨ªan la edad de oro del f¨²tbol belga.

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Los checos fueron terceros

Los tifosi asistieron en escaso n¨²mero y recibieron con una sonora pitada a la squadra azzurra. La selecci¨®n checa se limit¨® a defenderse y a esconder la pelota poniendo en rid¨ªculo a los pupilos de Bearzot. Jurkemik inaugur¨® el marcador y Graziani empat¨®. Tal era la tensi¨®n acumulada que, tras el gol, el punta italiano dedic¨® una butifarra al p¨²blico hostil. Se recurri¨® a los lanzamientos de penalti para adjudicar la consolaci¨®n y triunf¨® Checoslovaquia cuando Netolicka detuvo el lanzamiento de Collovati (9-8). Anteriormente, Panenka lanz¨® el penalti que aseguraba el 5-5, aunque esta vez sin recurrir a su invento de Belgrado. Cuatro a?os antes, Checoslovaquia logr¨® el t¨ªtulo europeo tambi¨¦n desde los once metros.

Italia se estrell¨® en su noveno penalti. El tiro de Collovati fue detenido por el checo Netolicka. Esta es la secuencia de la parada. A continuaci¨®n, marcar¨ªa Barmos y Checoslovaquia fue tercera.