Tarde de paseo para el Madrid
Benzema y Kroos ponen nombre, desde fuera del ¨¢rea, a la abrumadora victoria blanca ante un Valencia inexistente. Carvajal volvi¨® a lesionarse. Isco sigue por detr¨¢s de Arribas.
En esta temporada de avance y rebobinado, la Champions le pilla al Madrid trabajando. Despach¨® a un Valencia fantasma con un partido sobresaliente en autoridad y no tanto en remate. Sin un goleador de cabecera, le ha cogido costumbre a resolver desde fuera del ¨¢rea, que es escalar los partidos por la vertiente norte, pero su actitud prob¨® que tampoco en Carnaval se va a bajar de esta Liga y que anda intacta su fama de buen perseguidor. Por alguna raz¨®n por explicar, Zidane corta siempre el cable rojo un segundo antes de la explosi¨®n.
El Valencia tiene seis ligas, ocho copas, seis t¨ªtulos europeos y dos presencias en finales de Champions, pero ahora, Lim mediante, come en otra mesa. Ha perdido, esperemos que circunstancialmente, ese aire aristocr¨¢tico que le distingui¨® siempre en el f¨²tbol espa?ol. Ahora rueda en el pelot¨®n, en el mejor de los casos, tras un vaciado extremo de una plantilla que hace a?o y medio le gan¨® una Copa al Bar?a. Ahora, y s¨¢lvense Gay¨¤, Carlos Soler y el que pueda, tiene apariencia de equipo del mont¨®n, m¨¢s cerca del peligro que de la gloria. Como tal se comport¨® en Valdebebas: un grupo encerrado atr¨¢s, sin respuesta, abandonado a su suerte, tratando al Madrid como si no fuera de su Liga. O como si su Liga estuviera escandalosamente m¨¢s abajo.
El Madrid quiso ensayar con fuego real el once de B¨¦rgamo, ese grupo al que el club le encomienda la misi¨®n de mantener el alumbrado en la temporada. Y es que las siete bajas del equipo afectan m¨¢s a los posibles que a los probables (Ramos y Hazard, que a¨²n es un lienzo en blanco, al margen) tras los regresos de Carvajal y Lucas V¨¢zquez. Zidane no se atrevi¨® con los dos a un tiempo y eso salvo a Vinicius, figura de quita y pon. M¨¢s quita que pon con el t¨¦cnico franc¨¦s. Pero esta vez se alargar¨¢ su estancia en el once porque antes de la primera media hora volvi¨® a romperse Carvajal por cuarta vez en el curso.
La lesi¨®n de Carvajal
Una contratiempo de verdad, porque el vigor del lateral le pone alas al Madrid. En ¨¦l empez¨® la jugada del primer gol, aunque Benzema lo puso casi todo. Cundi¨® el p¨¢nico cuando en el primer minuto Correia pis¨® involuntariamente sobre el tobillo del franc¨¦s. Renque¨® un ratito y luego fabric¨® un gol creativo, es decir, de la nada. Recibi¨® cerca de una esquina del ¨¢rea, alz¨® la vista y con un golpe de cadera dibuj¨® una rosca perfecta al palo contrario que fue inalcanzable para Jaume. Es, definitivamente, un jugador anfibio: sobrevive magnificamente dentro y fuera del ¨¢rea. As¨ª que su vigilancia exige cubrir tanto territorio que muchos de los rivales del equipo blanco no dan para tanto.
Antes de su gol, el partido ya era del Madrid. En esta larga transici¨®n, la generaci¨®n heroica est¨¢ muy por delante de la generaci¨®n incierta. Modric, Casemiro y Kroos se apoderaron del encuentro desde esa posici¨®n tranquila que anula al adversario pero tiene pocas pretensiones en el ¨¢rea ajena. De hecho, antes del hechizo de Benzema, s¨®lo registr¨® un disparo, de Casemiro, raso y centrado, que salv¨® en maniobra extra?a con un pie Jaume.
Kroos sentencia
Al Valencia, de tanto apretarse el cintur¨®n se le ha quedado cintura de avispa: un centro del campo sin peso y sin profundidad. A¨²n no es capaz de averiguar en qu¨¦ momento se perdi¨® Guedes, relevado con justicia en el descanso. Y es que el Valencia no dej¨® huella en campo adversario. No tuvo sustancia ni peligro. Fue un bomb¨®n para el Madrid, que en otra ¨¦poca le hubiera despedazado. Ahora le faltan colmillos. Ahora es m¨¢s artiller¨ªa que infanter¨ªa. Ca?onea desde fuera del ¨¢rea con cierta frecuencia pero la pisa poco. As¨ª lleg¨® tambi¨¦n el segundo gol, en uno de esos disparos rasos de Kroos que cogen a contramano al portero aunque vengan de muy lejos. Su derechazo le baj¨® la persiana al partido y al ¨¢nimo del Valencia.
Aun jugando muy por debajo de su rango, el Valencia tuvo un cierto arrebato de dignidad en los primeros minutos de la segunda mitad. Maxi mand¨® un zapatazo lejano que exigi¨® por primera vez a Courtois, pero una cosa es la voluntad y otra la capacidad. Aquella intentona desabrig¨® su repliegue y por ah¨ª un Madrid muy mirado con la eficiencia energ¨¦tica se col¨® unas cuantas veces. A Mendy le anularon un gol por un tal¨®n. Como ante el Getafe, apareci¨® all¨ª en arranque de ariete. Motor no le falta para escalar tan alto.
Arribas por delante de Isco
Luego Zidane repiti¨® mensaje: Arribas por delane de Isco, sin que cupiera esta vez la media verdad esgrimida ante el Getafe de que el malague?o s¨®lo hab¨ªa entrenado en la v¨ªspera del partido. El chaval debut¨® el duelo con un disparo en la l¨ªnea de la tarde, desde fuera del ¨¢rea. Ese descaro le ha llevado hasta aqu¨ª.
Vista la candidez del Valencia, Zidane retir¨® a Benzema y Modric, dos muy principales, cuando la distancia a¨²n no era insalvable. No hab¨ªa amenaza enfrente. No la hubo durante todo el encuentro. No fue la del Valencia una versi¨®n menor sino postnuclear.