HISTORIAS PARA NO SALIR DE CASA
Once hombres sin piedad
M¨¢spoli, Gonz¨¢lez, Tejera, Gambetta, Varela, Andrade, Ghiggia, P¨¦rez, M¨ªguez, Schiaffino y Mor¨¢n. Los once h¨¦roes uruguayos del Maracanazo.
M¨¢spoli, Gonz¨¢lez, Tejera, Gambetta, Varela, Andrade, Ghiggia, P¨¦rez, M¨ªguez, Schiaffino y Mor¨¢n. Los once h¨¦roes uruguayos que desafiaron las leyes del f¨²tbol y de la l¨®gica. Once mitos del balompi¨¦ que silenciaron un estadio en el que ni uno solo de los 175.000 espectadores presentes habr¨ªa imaginado un desenlace as¨ª. Once jueces implacables que inundaron de tristeza, llanto y hasta suicidios, un pa¨ªs que solo se hab¨ªa preparado para celebrar una gran fiesta y que en ning¨²n momento contempl¨® que en el deporte tambi¨¦n se puede perder.
No hubo una sola palabra entre Obdulio Varela, el gran capit¨¢n charr¨²a y Jules Rimet en el momento de la entrega de la Copa porque el presidente de FIFA se vio totalmente superado por los acontecimientos, como reconoci¨® a?os m¨¢s tarde. No hubo medallas para los campeones porque todo el oro disponible se hab¨ªa empleado en fabricar preseas para los jugadores locales, un error que no fue subsanado hasta 1976. Hab¨ªa banda, pero no hab¨ªa m¨²sica porque las ¨²nicas canciones previstas para la ceremonia de entrega del trofeo eran el himno de la sele?ao y un tema compuesto expresamente para ese partido que se llamaba Brasil campe¨®n. Todo lo que ten¨ªa que ver con aquella selecci¨®n derrotada fue apartado, repudiado, incluida aquella equipaci¨®n completamente blanca que Brasil jam¨¢s ha vuelto a utilizar.
El ¨²nico consuelo para aquel grupo de jugadores fue que dos de ellos (que no hab¨ªan disputado un solo minuto en aquel Mundial) siguieron compitiendo por limpiar el honor de sus compa?eros y en 1958 y 1962 por fin bordaron dos estrellas sobre el escudo de una selecci¨®n que hoy es pentacampeona: el portero suplente Castilho y el fant¨¢stico Nilton Santos.
Huevos y Tomates
?Cu¨¢l ha sido la mayor sorpresa en la historia de la Copa del Mundo? Muchos pensar¨¦is en "El Maracanazo" de 1950, si bien es cierto que hay mucha leyenda en esa historia porque, en realidad, Uruguay era una grand¨ªsima selecci¨®n, repleta de jugadores fant¨¢sticos, como qued¨® m¨¢s que demostrado aquella tarde en Rio de Janeiro. En mi opini¨®n, la primera gran sorpresa en la historia del torneo, pero sorpresa grande de verdad, se produjo el 19 de julio de 1966 en Ayresome Park.
La cat¨¢strofe de Superga en 1949 hab¨ªa devastado al f¨²tbol italiano, incapaz de superar la fase de grupos de la Copa del Mundo en 1950, 1954 y 1962, adem¨¢s de perderse la cita de 1958. El Mundial de Inglaterra era la oportunidad perfecta para que la bicampeona recuperara su orgullo y todo lo que Italia necesitaba aquella tarde en Middlesbrough para pasar a cuartos, por primera vez en 28 a?os, era un empate contra la desconocida Corea del Norte.
Todo se empez¨® a torcer con la lesi¨®n de Giacomo Bulgarelli que oblig¨® a la selecci¨®n Azzurra a jugar durante una hora con diez hombres (a¨²n no estaban permitidos los cambios). Y s¨®lo unos minutos despu¨¦s del infortunio del centrocampista del Bologna lleg¨® el gran mazazo: un derechazo de Pak Doo-ik ante el que nada pudo hacer Enrico Albertosi iba a suponer una nueva eliminaci¨®n de Italia y uno de los momentos m¨¢s terribles en la historia del combinado transalpino y es que, en su regreso a casa, los jugadores fueron recibidos en el aeropuerto con lanzamientos de huevos y de tomates por parte de su propia afici¨®n, elevando el nivel de la humillaci¨®n hasta cotas insospechadas.
Solo dos a?os despu¨¦s, Italia resurgi¨® de sus cenizas y gan¨® la Eurocopa en casa, pero 36 a?os m¨¢s tarde, esta vez en medio de un esc¨¢ndalo arbitral como ha habido pocos, el colegiado ecuatoriano Byron Moreno hizo todo lo posible para reabrir de nuevo aquella herida de 1966 y convertir a Italia en la ¨²nica selecci¨®n que ha sido eliminada por las dos Coreas (Norte y Sur) en la historia de la Copa del Mundo.