366 HISTORIAS DEL F?TBOL MUNDIAL | 4 DE MAYO
Se estrella ?Il Grande Torino? (1949)
A finales de los cuarenta, el Torino era posiblemente el mejor equipo del mundo. Hab¨ªa ganado sucesivamente el Scudetto los a?os 1946, 1947, 1948 y estaba a punto de ganar el de 1949. A cuatro jornadas del final llevaba cuatro puntos de ventaja al segundo. A esa racha podr¨ªamos sumar el de 1943, dado que en 1944 y 1945 la Segunda Guerra Mundial interrumpi¨® el campeonato italiano. Aquel equipo era base de la selecci¨®n italiana, a la que aport¨® seis jugadores para el amistoso que jug¨® en marzo de ese mismo a?o en Chamart¨ªn, en el que gan¨® 1-3 con una gran exhibici¨®n. Todo el mundo alababa y quer¨ªa ver en aquel tiempo al ?Grande Torino?, que ten¨ªa su m¨¢xima estrella en su interior izquierda, Valentino Mazzola, alto, bello y rubio. As¨ª que no es extra?o que nada m¨¢s ganar su t¨ªtulo de liga de 1949 volara a Lisboa, contratado para un amistoso, homenaje a Francisco Ferreira, capit¨¢n del Benfica. En el regreso sucedi¨® la cat¨¢strofe.
Cuando el avi¨®n, un Fiat G-212, llegaba a Tur¨ªn, hab¨ªa niebla. Algo se complic¨® en el descenso, el piloto tom¨® la ruta equivocada y el avi¨®n fue a estrellarse contra el formidable muro de piedra de la bas¨ªlica de Superga, que remata una colina justo al lado de la ciudad. Nadie sobrevivi¨® al terrible impacto. Fallecieron los cinco miembros de la tripulaci¨®n, tres periodistas que acompa?aron al equipo como enviados especiales, dos directivos, dos t¨¦cnicos, el masajista y dieciocho jugadores, la flor y nata del f¨²tbol italiano. Una l¨¢pida con sus nombres puede verse hoy en el muro contra el que se estrell¨® el avi¨®n. Todav¨ªa es lugar de peregrinaci¨®n de hinchas del Torino, que jam¨¢s pudo recobrarse de aquello. Desde entonces solo ha ganado un Scudetto, el de 1976, aunque sigue siendo el equipo favorito de los turineses, por delante de la Juve, el gran equipo de Italia, pero mirado con cierta desconfianza en su propia ciudad. El impacto fue tal que al Mundial de 1950, en Brasil, Italia no se atrevi¨® a viajar en avi¨®n, sino que lo hizo por mar, durante una larga traves¨ªa de dos semanas, entren¨¢ndose en carreras sobre la cubierta del barco. Italia hizo poco en aquel Mundial, que muy bien podr¨ªa haber ganado si hubiese contado con las estrellas del Torino, tr¨¢gicamente desaparecidas.
Kubala hab¨ªa sido invitado a reforzar al Torino en aquel partido de exhibici¨®n. Y hab¨ªa aceptado. Kubala se hab¨ªa fugado de Hungr¨ªa no mucho antes, y estaba en Italia a la espera de resolver su vida y contrat¨¢ndose para partidos amistosos cuando pod¨ªa. Pero justo cuando iba a reunirse con el Torino supo que su mujer y su hijo hab¨ªan conseguido tambi¨¦n salir de Hungr¨ªa, y fue a reunirse con ellos a Udine, donde se estaba gestando el Hungaria, un equipo de exiliados en el que jugar¨ªa ¨¦l mismo, con su cu?ado, Dau?ik, de entrenador. Eso salv¨® su vida.
El recuerdo de Valentino Mazzola revivi¨® a?os m¨¢s tarde en la persona de su hijo Sandro, gran estrella mundial en las filas del Inter e Italia. La viuda se hab¨ªa trasladado a vivir a Mil¨¢n, de ah¨ª que el nuevo Mazzola no llegara a jugar en el Torino. Que quiz¨¢ hubiese podido, en torno a ¨¦l, reconstruir aquel gran equipo desaparecido.