REAL ZARAGOZA / HISTORIAS DE SEGUNDA (VII)
El segundo ascenso del Zaragoza
El 5 de abril de 1942, d赤a de Pascua de Resurrecci車n, el equipo aragon谷s resucit車 para la Primera Divisi車n de la mano de una gloria del f迆tbol espa?ol como Quincoces.
La Guerra Civil aplaz車 durante tres largos a?os el estreno del Zaragoza en Primera Divisi車n. Sin embargo, su debut fue m芍s que notable, finalizando el campeonato 1939-40 en s谷ptima posici車n, por delante del Valencia y el Barcelona, y alcanzando despu谷s las semifinales de la Copa del General赤simo. Pero el equipo aragon谷s, dirigido por el &alifante* Tom芍s, mutilado de guerra en el pie izquierdo, apenas aguant車 dos campa?as en la 谷lite y despu谷s de una desgraciada promoci車n en Madrid frente al Castell車n se vio otra vez en Segunda el 2 de mayo de 1941.
Julio Ari?o, el tercer presidente de la historia del Zaragoza, present車 inmediatamente su dimisi車n, junto a toda su junta directiva, pero antes dej車 firmado al nuevo entrenador, &Pachi* Gamborena, una gloria del Real Uni車n de Ir迆n y de la selecci車n espa?ola de los a?os 20, que no har赤a, precisamente, fortuna en los banquillos. El presidente de la Federaci車n Aragonesa de F迆tbol y socio n迆mero 2 del Zaragoza, Antonio S芍nchez Candial se puso r芍pidamente a buscar nuevo presidente y lo encontr車 en la figura de Francisco Caballero Ib芍?ez, de 44 a?os, ingeniero de Caminos, falangista, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza y miembro de la nueva corporaci車n municipal desde el 20 de julio de 1936, presidente de la delegaci車n provincial de Educaci車n y Descanso y socio del Zaragoza desde 1932. Caballero acept車 el cargo el 17 de mayo de 1941 y cinco d赤as despu谷s reorganiz車 la junta directiva, que se reuni車 por primera vez el 23 de mayo. Continuaron Ara, Cavero, Labarta, Luis Gayarre y Ferrer, todos ellos miembros de la vieja guardia del club y los dos 迆ltimos, representantes de la Sociedad Campo de Deportes de Torrero, la sociedad an車nima propietaria del campo de f迆tbol, aunque los nuevos hombres fuertes de Caballero fueron el vicepresidente Valero y los vocales de la Ejecutiva, el constructor Barbany y el prestigioso catedr芍tico y doctor Lozano Blesa. Por si fuera poco, el 6 de noviembre de 1941, Caballero se convirti車 tambi谷n en el alcalde de Zaragoza, al cesar por motivos de salud Juan Jos谷 Rivas Bosch, en el cargo desde el 12 de enero de 1939.
El 迆nico objetivo de la nueva junta directiva era el regreso inmediato a Primera Divisi車n y el Zaragoza hizo un esfuerzo econ車mico may迆sculo para reforzar su plantilla, con un gasto de 400.000 pesetas en traspasos y primas de fichaje, dentro de un presupuesto total de 715.000 pesetas. Del Atl谷tico Aviaci車n, doble campe車n liguero (1939-41), lleg車 el portero Guillermo, mientras que el secretario t谷cnico Julio Ostal谷, iberista de solera y ex 芍rbitro internacional, pesc車 hasta cinco jugadores del Espa?ol, subcampe車n de Copa en la temporada anterior: el delantero centro Mart赤nez Catal芍, el defensa derecha Benito P谷rez, el medio ala Lecuona, el medio centro Matamala y el interior izquierda Gonzalvo I, que se trajo cedido del Barcelona al menor de sus hermanos, el interior derecha Gonzalvo III. ※El p迆blico de Torrero se muestra celoso con sus jugadores y los mima como pocos. El Zaragoza es un club simp芍tico y mucho m芍s para nosotros que somos aragoneses. Yo soy de Gelsa de Ebro. Mi hermano Mariano naci車 en Mollet, pero su sangre es aragonesa. Hay equipo de clase en el Zaragoza. A poca suerte que tengamos volveremos a Primera Divisi車n§, declar車 a su llegada Gonzalvo I.
Tambi谷n fue alta el &alifante* Ler赤n, de regreso a Zaragoza cinco a?os despu谷s del inicio de la Guerra Civil, pero el Zaragoza no pudo tramitar su ficha al ser depurado con un a?o de sanci車n por la Ley de Responsabilidades Pol赤ticas por su alistamiento como voluntario en la 43? Divisi車n del Ej谷rcito Popular de la Rep迆blica.
La Segunda Divisi車n, y por tercera temporada consecutiva, cambi車 su estructura y los 24 equipos fueron divididos en tres grupos por proximidad geogr芍fica, en la que los dos primeros de cada grupo se clasificaban para la Fase Final, donde los dos primeros ascend赤an directamente y el tercero y el cuarto, promocionaban. El Zaragoza qued車 encuadrado en el Grupo II junto al Sabadell, Alav谷s, Constancia de Inca, Gerona, Osasuna, Ferroviaria de Madrid y Levante.
Apuntar tambi谷n que a Federaci車n Espa?ola de F迆tbol decidi車 suprimir definitivamente que el equipo visitante obtuviera el 25% de la taquilla de cada partido.
El Zaragoza tuvo un inicio de campeonato catastr車fico, cosechando una fuerte goleada en Inca (5-1), y en la sexta jornada, tras un empate frente al Gerona en Torrero, la prensa ya desvel車 que determinados jugadores, fundamentalmente los llegados desde el Espa?ol, no reconoc赤an la autoridad de Gamborena, un t谷cnico muy reservado y sin car芍cter, que se vio incapaz desde el principio de acabar con la capillitas del vestuario. Una jornada despu谷s, antes de viajar a Vitoria, estall車 ya un mot赤n contra el entrenador irun谷s, lo que provoc車 que el presidente Francisco Caballero convocara a la junta directiva y, en un hecho sin precedentes, dejara entrar a la reuni車n a los informadores deportivos de &Amanecer* (?ngel Castellot), &Heraldo de Arag車n* (Miguel Gay) y &El Noticiero* (Tom芍s Gasca Yus &Zas*) para que dieran cuenta puntual de todo.
Se anunci車 en primer lugar que Gamborena hab赤a presentado su dimisi車n irrevocable, advirtiendo que iba a devolver hasta la 迆ltima peseta de lo que hab赤a cobrado. ※Lamentamos que el car芍cter noble de Gamborena haya encontrado en algunos jugadores una franca y desleal oposici車n§, advirti車 el vocal y futuro presidente Mariano Lasala.
La junta directiva del Zaragoza decidi車 inmediatamente despu谷s imponer sanciones de car芍cter econ車mico por falta de entusiasmo e indisciplina a Mart赤nez Catal芍, Julio Gonzalvo I, Valero, Sabadell y Aldana, con la observaci車n de que si persist赤an en su actitud, dichas sanciones tendr赤an una mayor dureza en lo sucesivo.
A continuaci車n se hizo comparecer a todos los jugadores, anunci芍ndoles primero las sanciones y despu谷s que se ten赤a perfecto conocimiento de la existencia en el equipo de varios grupos distanciados entre s赤 y de uno en concreto claramente indisciplinado hacia Gamborena. ※En lo sucesivo 每les aclar車 Caballero-, impondr谷 la m芍xima disciplina, cueste lo que cueste y caiga quien caiga, aunque se descienda a la Tercera Divisi車n§.
Los jugadores se retiraron cabizbajos y sin decir una sola palabra, pero a los veinte minutos regresaron para pedirle a la junta directiva que no se admitiera la dimisi車n de Gamborena. El presidente les dijo entonces que redactaran primero un escrito de perd車n para darle satisfacci車n al entrenador y que despu谷s se decidir赤a. A la espera de esa decisi車n, se nombr車 al capit芍n Uriarte entrenador provisional, con la ayuda del secretario t谷cnico Julio Ostal谷.
El jueves 13 de noviembre, los jugadores se volvieron a reunir y, seguidamente, Uriarte y Mart赤nez Catal芍, en representaci車n de todos, comunicaron a la junta directiva que hab赤an hecho las paces y que hab赤an dado a Gamborena toda clase de explicaciones, que 谷ste acept車 y se dio por satisfecho.
Sin embargo, el 29 de noviembre Gamborena anunci車 su dimisi車n irrevocable, argumentando que su madre estaba gravemente enferma en Ir迆n. Dirigi車 un 迆ltimo partido al Zaragoza frente al Sabadell en Torrero (2-2) y rescindi車 su contrato dando todo tipo de facilidades. La directiva ya presum赤a su espantada y ten赤a apalabrado a Jacinto Quincoces, famos赤simo internacional del Real Madrid, elegido el mejor defensa del mundo en el Mundial de Italia 1934, que, ya con 36 a?os, se encontraba recuper芍ndose de una lesi車n de menisco que sufri車 el 2 de noviembre frente al Sevilla en Chamart赤n. El Zaragoza consigui車 del Madrid un permiso especial para que Quinoces, mientras se recuperaba de su dolencia, se instalara en Zaragoza y asesorara y orientara a la junta directiva a cambio de una prima de fichaje de 50.000 pesetas y un sueldo mensual de 1.500, el doble del que ten赤a firmado Gamborena.
Quincoces presenci車 el partido de despedida de Gamborena en el palco de Torrero y declar車 lo siguiente: ※No he encontrado al Zaragoza tan mal como dec赤an. He apreciado falta de compenetraci車n, cosa natural en un equipo que ha hecho tantos cambios de jugadores. Sin embargo, los jugadores tienen gran entusiasmo, con el que suplen la falta de juego. Lo que he contemplado con pena es la frialdad del p迆blico de Torrero§.
Lo cierto es que el Zaragoza despeg車 como un cohete con Quincoces y lleg車 a la 迆ltima jornada como cuarto clasificado, pero con opciones de acabar segundo. El Zaragoza necesitaba ganar al Alav谷s, segundo, por un m赤nimo de dos goles de diferencia y que el Gerona, tercero, perdiera en el campo de la Ferroviaria, que era pen迆ltimo, o ganarle al Alav谷s por cinco goles de diferencia y que empatase el Gerona.
El Zaragoza derrot車 por 5-3 al Alav谷s y alcanz車 la segunda plaza, al superar en el &goal-average* general al equipo de Mendizorroza por una cent谷sima: los vascos ten赤an 32 goles a su favor y 28 en contra y un cociente de 1,142142; el del Zaragoza era de 30/26 y 1,153846. Es decir, la diferencia era de 0,0117037. En el &goal-average* particular los dos equipos estaban empatados.
La Ferroviaria, fuertemente primada por el Zaragoza, derrot車 al Gerona (1-0) con un gol de Carbonilla, un gol y un protagonista que se hicieron muy famosos en la capital aragonesa. Pero este resultado, vital para el Zaragoza, no se conoci車 en Torrero hasta veinte minutos despu谷s de haber concluido el partido frente al Alav谷s. Ostal谷, Quincoces, toda la directiva, los periodistas y los aficionados m芍s conspicuos tuvieron que aguardar ese tiempo de angustia junto al tel谷fono del campo hasta que lleg車 la conferencia de Madrid. Se desat車 entonces un entusiasmo indescriptible, con abrazos y v赤tores al Zaragoza y a la Ferroviaria.
Carbonilla se llamaba Rafael Ferrando Vila, nacido en Murcia, ex jugador del Murcia, Gimn芍stico de Valencia, Nacional de Madrid y Castilla, que deb赤a su apodo al negocio de carb車n que sus padres explotaban en Valencia. Carbonilla recibi車 numerosos regalos de Zaragoza y hasta coplas de jotas: ※Gracias a Carbonilla, que se alboroza, pudo salvar la honrilla, el Zaragoza§.
Lo cierto es que al Zaragoza le salieron las cosas redondas en la segunda vuelta: el Osasuna gan車 en Gerona, el Constancia tambi谷n empat車 contra pron車stico en Mendizorroza y, como ha quedado apuntado, la Ferroviaria acab車 ganando al Gerona en la 迆ltima jornada. No es extra?o que ?ngel Castellot escribiera en &Amanecer*: ※La sola presencia de Quincoces bast車 para que el equipo recobrase la confianza, pero Pit芍goras tambi谷n nos ha echado una mano y bien agradecidos le quedamos§.
Seis equipos alcanzaron la fase final de ascenso: Betis, Murcia, Gij車n, Salamanca, Sabadell y Zaragoza. De nuevo el equipo aragon谷s tuvo un inicio p谷simo, con derrota en Torrero frente al Murcia (0-1) y goleada en El Molin車n (4-0), pero una racha de cinco victorias consecutivas le llevaron a depender de s赤 mismo en la 迆ltima jornada. La liguilla de la fase final fue de infarto y estuvo salpicada de principio a fin de irregularidades. El Betis, por ejemplo, mostr車 una escandalosa apat赤a en Murcia en la pen迆ltima jornada (6-0), cuando ya estaba matem芍ticamente ascendido, lo que le complic車 las cosas de forma inesperada al Zaragoza. Por suerte, al equipo aragon谷s le alcanzaba con un empate en la Cruz Alta en la jornada final para liquidar la cuesti車n. Y, precisamente, ese empate era el resultado que necesitaba el Sabadell para concluir la liguilla en la cuarta plaza y eludir al Barcelona en la promoci車n.
Como an谷cdota, se?alar que diez d赤as antes del partido, el Zaragoza recibi車 una carta firmada por varios voluntarios zaragozanos de la Divisi車n Azul celebrando por anticipado el ascenso y solicitando el env赤o de un bal車n reglamentario para poder jugar en sus descansos al f迆tbol en Rusia.
Quincoces, en la v赤spera del partido definitivo de la Cruz Alta: ※Yo no he hecho otra cosa que restablecer la disciplina por las buenas. Los muchachos confiaron desde el primer momento en m赤, y con ello tan s車lo he tenido que dedicarme a acoplar a los jugadores como mejor rendimiento pod赤an dar al conjunto. Tengo seguridad absoluta en el ascenso. En Sabadell empataremos§. Y claro que empataron: a tres. El Zaragoza lleg車 a ir perdiendo 3-1 a veinte minutos del final, pero logr車 dos goles casi seguidos y ah赤 ya se acab車 el partido. Ya nadie quiso arriesgar. El p迆blico abuche車 a los dos equipos y se neg車 a devolver los balones que llegaban a la grada, llegando, incluso, a lanzarlos fuera del recinto, a la misma calle. En medio de un gran esc芍ndalo, el 芍rbitro Escart赤n alarg車 quince minutos el encuentro, pero el empate se mantuvo inamovible. El Murcia, que ten赤a un directivo en la Cruz Alta, present車 un escrito de reclamaci車n denunciando el ama?o, pero la Federaci車n Espa?ola dio el resultado por v芍lido.
El 5 de abril de 1942, d赤a de Pascua de Resurrecci車n, el Zaragoza resucitaba para la Primera Divisi車n. Y Torrero, que se hab赤a llenado por completo para escuchar la narraci車n radiof車nica de &Juan de Torrero* (Francisco Mart赤n Pamplona) del partido de Sabadell por los altavoces, volvi車 a celebrar otro ascenso seis a?os despu谷s. Sin embargo, falt車 el calor, el entusiasmo y el alborozo de la primera vez, porque hubo mucha suerte, demasiado sufrimiento y el equipo nunca acab車 de jugar bien.