El estado de la plantilla: los centrales
Claro, a m¨ª me dicen centrales y yo hago una pareja con Jorge Griffa y a su lado Luis Pereira, nos ha fastidiado. Y eso que con Glar¨ªa el primero y Benegas o Eusebio el segundo, el rendimiento que alcanzaron fue alt¨ªsimo. Puestos a buscar, Jayo e Iglesias, Ovejero y Heredia, Ruiz y Arteche o en su mejor momento Santi y Soloz¨¢bal tambi¨¦n nos dar¨ªan una defensa fet¨¦n. Y es que ya lo dec¨ªa Graci¨¢n, uno de Calatayud que era jesuita y escribi¨® cosas muy sensatas, "no ha de pensarse en la victoria si no hay capacidad para defenderse de la derrota" fue una de ellas. Baltasar Graci¨¢n, muy atl¨¦tico.
Hoy: al eje de la retaguardia llegan dos buenos futbolistas, Ujfalusi y Heitinga. El segundo de ellos era el coraz¨®n del Ajax, no se puede imaginar la gente atl¨¦tica hasta que extremo es adorado por la hinchada ajacied: tanto es su carisma que no solamente se ha entendido que quisiera venir a Espa?a, sino que en los foros del equipo holand¨¦s se organizan viajes al Calder¨®n para acompa?ar a su capit¨¢n. Una cosa semejante a lo que se siente en nuestra casa con Fernando Torres que juega fuera pero no es ajeno. Heitinga defiende y la mueve con criterio, el conocido buen gusto de esa escuela futbol¨ªstica, pero tiene un par de virtudes ofensivas interesantes: un desplazamiento largo de categor¨ªa, excelente pasador, y unos cuantos goles por temporada, sobre todo en segundos palos. Un tulip¨¢n que va a enganchar al Aleti con Holanda mucho m¨¢s de lo que han conseguido para sus equipos otros de los suyos que campean por aqu¨ª. Un futbolista contagioso.
Tambi¨¦n Ujfalusi. El jefe checo fue capaz de jugar en todos los puestos de la defensa en Florencia: quien es capaz de hacer eso en un cuadro de los mejores de Italia tiene mucho adelantado. Agresivo como su aspecto, tiene en la anticipaci¨®n su don. No la pierde, no hace tonter¨ªas, elige bien: o la juega o la rompe. Le ver¨¦is en ocasiones salir de la zona con bal¨®n, impetuosamente, como arrebatado, romper l¨ªneas y llegar hasta el ataque; cuando eso suced¨ªa rug¨ªa la curva viola de la Fiore. Ellos dos est¨¢n aqu¨ª para no equivocarse, se les pide lo suyo: empezar jugando desde atr¨¢s y que los dem¨¢s, por ellos, puedan actuar tranquilos y no al rev¨¦s. Si est¨¢n a su altura, har¨¢n que los dem¨¢s de atr¨¢s tambi¨¦n mejoren. Y que un chaval¨ªn llamado ?lvaro Dom¨ªnguez crezca hasta sobrepasarles.