PSICOLOG?A

Es cierto: algunos hombres no maduran nunca

Seg¨²n una experta, "no tienen referencias de c¨®mo tienen que comportarse en el nuevo c¨®digo social y cultural; esto se traduce en que asumen roles de ¡°huida¡± y se refugian en un tiempo o momento vital que no les corresponden".

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Si hace unos d¨ªas descubr¨ªamos las posibles se?ales para saber si los hombres est¨¢n madurando, hoy una experta nos explica todo lo contrario, nos cuenta que hay hombres que no maduran nunca y que el s¨ªndrome de Peter Pan existe de veras. Y nos cuenta c¨®mo ha cambiado el modelo de deportista de ¨¦lite tambi¨¦n.

"S¨ª, desde luego que los hay. El s¨ªndrome de Peter Pan existe y se asocia a aquellas personas que no terminan de madurar o no asumen la edad que realmente tienen, por la promesa de la eterna juventud", afirma Almudena Moreno, doctora en Sociolog¨ªa por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y profesora titular de la Universidad de Valladolid (UVa).

"Nos encontramos, adem¨¢s, en un momento peculiar a nivel sociol¨®gico ya que se est¨¢ resquebrajando el modelo patriarcal tradicional y, en concreto, los hombres se encuentran perdidos. Podr¨ªamos decir que no tienen referencias de c¨®mo tienen que comportarse en el nuevo c¨®digo social y cultural; esto se traduce en que asumen roles de "huida" y se refugian en un tiempo o momento vital que no les corresponde. No aceptan el paso del tiempo, ni adquieren el rol que se espera de ellos a nivel social o familiar, lo que puede acabar siendo contraproducente para ellos", a?ade la colaboradora de Brugal.

?Existe de verdad la crisis de los 40 o es una mentira extra para seguir haciendo lo que les d¨¦ la gana?

M¨¢s que las llamadas crisis, existen momentos o etapas en los que cada persona hace balance de su vida. El momento concreto (los 40, los 50) no es algo marcado ni fijo, sino que todo dependo de c¨®mo haya evolucionado tu vida y del proceso personal que hayas experimentado.

La cronolog¨ªa vital de la sociedad ha cambiado mucho recientemente, por lo que es m¨¢s complicado que cuadren o encajen los momentos vitales de personas que tienen la misma edad, debido a sus circunstancias personales o profesionales de cada uno de ellos.

En particular, a los hombres les cuesta asumir el paso del tiempo o algunas responsabilidades concretas, por lo que tienen a retraerse a momentos anteriores y son ellos mismos los que se declaran "en crisis". En ese momento necesitan hacer cosas por ellos mismos y priorizan esta necesidad frente a otras responsabilidades. Digamos que cuando se produce un cambio vital importante o llevan una temporada estancados en una etapa, se paran a reflexionar y buscan recuperar las promesas de la juventud que no han cumplido todav¨ªa. Si las consiguen alcanzar, se sienten m¨¢s plenos y de acuerdo con la imagen que se hab¨ªan creado de si mismos cuando eran j¨®venes.

?Qu¨¦ 'mecanismo' hay para que las mujeres planifiquen toda su vida y ellos, en cambio, vayan a lo que surja cuando surja sin planificar, sin darse cuenta del camino?

Esta percepci¨®n viene porque los estilos de organizaci¨®n social son (o han sido) muy distintos para ellas y para ellos. Hasta ahora, a los hombres les ven¨ªa pr¨¢cticamente dada la vida privada, resuelta; el padre de familia solo ten¨ªa que preocuparse de llevar dinero a casa mientras que la mujer era la que planificaba todo lo referente a la familia y el hogar, consinti¨¦ndoles en exceso.

Aunque la sociedad evoluciona hacia otros modelos familiares, hay que tener en cuenta la tendencia a repetir lo que hemos visto en casa, es decir, a la reproducci¨®n de estereotipos culturales a trav¨¦s de los procesos de socializaci¨®n, donde se generan unas pautas de comportamiento que afectan especialmente al ¨¢mbito familiar; y es que todos, inconscientemente, repetiremos cosas que hemos visto hacer a nuestros padres, en nuestras casas.

Sin ir m¨¢s lejos y sin darnos cuenta, hoy en d¨ªa seguimos educando de manera diferente a los ni?os que a las ni?as. Estamos evolucionando, pero las correcciones y, sobre todo, sus efectos, son muy lentos y tardar¨¢n en tener impacto en la sociedad.

?Por qu¨¦ ahora todos los hombres, desde los 20 hasta los m¨¢s de 40, se centran en salir, salir, salir... y se olvidan de la pareja estable y la familia?

Esta situaci¨®n es resultado del proceso de individualizaci¨®n, en el que nos refugiamos en el "yo, yo, yo". Tener pareja o familia, supone renunciar a espacio para m¨ª, a tiempo para m¨ª... en definitiva, reducir (que no renunciar) al yo, al hedonismo, al placer.

A priori todo esto podr¨ªa tener sentido, pero tambi¨¦n es contradictorio en el caso de los hombres. A los hombres no les gusta sentirse solos y mientras el hedonismo es ef¨ªmero, la inversi¨®n de tiempo en una relaci¨®n se traducir¨¢ a corto, medio y largo plazo, en un c¨ªrculo familiar consolidado, que le acompa?ar¨¢ y cuidar¨¢ de ¨¦l.

En el otro lado, nos encontramos con las mujeres que, a pesar de ser las que principalmente abogan y propician la estabilidad familiar, convivimos mejor con la soledad y la autonom¨ªa. Las mujeres asumen m¨¢s y mejor el individualismo.

El deportista de antes era m¨¢s maduro / disciplinado que el de ahora, ?chavales con 17 a?os encumbrados a las portadas de los diarios?

El modelo de deportista de ¨¦xito ha cambiado en los ¨²ltimos a?os. Lo que hoy se vende como gran figura del deporte transmite fama, un estilo de vida hedonista que dif¨ªcilmente es compatible con la disciplina y la seriedad que exige el d¨ªa a d¨ªa de un deportista de ¨¦lite.

Esto no quiere decir que los deportistas de hoy en d¨ªa no se esfuercen ni hagan sacrificios, hablamos de la imagen que transmiten los grandes perfiles que impactan en la sociedad de consumo.

La fama, el placer, la exposici¨®n medi¨¢tica, la manera en la que explotan su imagen y sus relaciones... todo esto cobra un protagonismo en la vida de los deportistas que supone una gran contradicci¨®n con lo que deber¨ªa ser y, adem¨¢s, que puede acabar siendo problem¨¢tico para el desarrollo de la carrera profesional de estos j¨®venes talentos.