El viento caza a Landa
El vasco perdi¨® 1:21 en un abanico, dentro de un grupo donde viajaban otros favoritos: Pogacar, Carapaz, Porte... Segunda victoria para Van Aert.
Wout van Aert, ese corredorazo que lo mismo trabaja para Primoz Roglic en la monta?a, que gana una gran cl¨¢sica como la Mil¨¢n-San Remo, o un Mundial de ciclocross, se impuso en el esprint de Lavaur, para rematar una etapa trepidante, en la que el pelot¨®n vol¨® desde la salida a un promedio de 47,54 km/h. Es su segundo triunfo en esta edici¨®n del Tour de Francia, tras el conquistado dos d¨ªas antes en Privas, y el tercero en su palmar¨¦s. El grupo delantero lleg¨® lanzado, con el pelot¨®n roto en pedazos, y con varios gallos descolgados por el furor del viento. Mikel Landa fue uno de los perjudicados, a 1:21, igual que Tadej Pogacar, Richie Porte y Richard Carapaz. Los Pirineos asoman este s¨¢bado como una buena opci¨®n para resarcirse. Comenz¨® lo bueno.
El Bora de Peter Sagan sali¨® como un cohete, con un desaf¨ªo en la cabeza: el maillot verde. Y seguramente con el orgullo herido por las cr¨ªticas, merecidas, recibidas en el pelot¨®n por la falta de combatividad de las jornadas anteriores. A sus 30 a?os, Sagan sabe que para ganar su octavo premio de la regularidad ya no le basta con un cuerpo a cuerpo con los velocistas puros, que tiene que idear estrategias diferentes, guerrillas intermedias. Y all¨¢ parti¨® el equipo alem¨¢n a toda mecha, en una salida sinuosa, a 46,2 km/h, para provocar una escabechina entre los esprinters. Emanuel Buchmann, el l¨ªder del Bora para la general, lleg¨® a poner su bicicleta a 96,3 km/h, una barbaridad sin precedentes registrados. Se quedaron descolgados Sam Bennett, con el verde enfundado, Caleb Ewan, Cees Bol¡ El italiano Matteo Trentin gan¨® la partida a Sagan en la meta especial, pero el eslovaco accedi¨® al liderato de la regularidad, con los lobos de la velocidad eliminados. Primer objetivo cumplido.
En este primer r¨ªo revuelto, Thomas de Gendt solt¨® la ca?a a ver si pescaba alg¨²n extra. No parec¨ªa el mejor trazado para intentarlo, pero el carisma del belga no se ha forjado por su conformismo, sino por sus aventuras locas y sus viajes a ninguna parte. De Gendt fue capturado a la altura de Castres, con el pelot¨®n posicionado para una nueva andanada, la batalla decisiva. Pelea entre gallos.
El viento iba a provocar abanicos a partir de ese punto, todo el mundo lo sab¨ªa. Y, aun as¨ª, caz¨® varias piezas gordas. Mikel Landa, sin compa?eros despu¨¦s de un accidente m¨²ltiple del Bahrain, comenz¨® a decir adi¨®s a lo que en la v¨ªspera del Tour hab¨ªa calificado como ¡°la oportunidad¡± de su ¡°vida¡±. Igual que Tadej Pogacar, el otro peligro esloveno. Adem¨¢s de Richie Porte, el candidato que s¨®lo aparece en las apuestas, pero nunca en la clasificaci¨®n. El Ineos, el Jumbo y el Astana hab¨ªan movido el ¨¢rbol y hab¨ªa ca¨ªdo fruta madura. El Movistar, alerta, s¨ª resisti¨® en el grupo de cabeza. Bien por Alejandro Valverde y Enric Mas.
Richard Carapaz, gafado en este primer tercio de su debut en el Tour, sufri¨® una aver¨ªa en plena tensi¨®n, pero en esta guerra no se rescata a los heridos. El Ineos descolg¨® a Jonathan Castroviejo para neutralizar desperfectos, pero delante nadie toc¨® el freno. La carrera estaba lanzada. No se miraba atr¨¢s. Poco pudo hacer el vasco por Carapaz, salvo darle cari?o. El grupo de Landa y Pogacar atrap¨® al ecuatoriano, una v¨ªctima m¨¢s de la ventolera, en v¨ªsperas de su terreno: los Pirineos. Las p¨¦rdidas fueron de 1:21. Toca remontar. Este s¨¢bado llega la gran monta?a: Ment¨¦, Bal¨¨s y Peyresourde. Y ya no van todos de la mano. D¨ªa grande de ciclismo. Por fin.