Una Navidad glacial: Kobe, Shaq y el reencuentro del morbo

Pocos partidos en la historia han generado tanta expectativa como el Lakers-Heat del 25 de diciembre de 2004. David Stern se frotaba las manos ante una de las narrativas m¨¢s emocionantes y aprovechables de siempre. Es m¨¢s, tampoco hab¨ªa que hacer nada: dos jugadores la hab¨ªan protagonizado sin pudor y en ning¨²n momento rehusaron de hacer algo distinto. Lo ¨²nico que el comisionado ten¨ªa que hacer era planear para la jornada de Navidad el reencuentro entre Kobe Bryant y Shaquille O?Neal. El resto, saldr¨ªa solo. De nada servir¨ªa en este caso enfrentar a los angelinos con los ¨²ltimos campeones (los Pistons) para recordar las Finales, algo bastante com¨²n en un d¨ªa as¨ª. La gente ped¨ªa otra cosa y era f¨¢cil concederla. En cuanto sali¨® el calendario de la temporada 2004-05 todo el mundo busc¨® el primer enfrentamiento entre ambas estrellas. Y fue ese d¨ªa, en plenas fiestas, cuando tuvo lugar.

El morbo que rodeaba al partido era tan l¨®gico como comprensible. Shaq y Kobe hab¨ªan sido compa?eros de equipo durante ocho temporadas, que dieron como resultado tres anillos en cuatro Finales y el ¨²ltimo three peat (2000-02) que ha visto la NBA, algo que ni siquiera la dinast¨ªa de los Warriors ha conseguido hacer. Phil Jackson lleg¨® en 1999 para amarrar el proyecto y mantener la paz entre ambos egos, de los m¨¢s grandes de siempre. Pero el matrimonio, siempre lleno de altibajos, se vio abocado a su triste final tras una temporada, la 2003-04, llena de calamidades. Iniciada con los fichajes de Karl Malone y Gary Payton para formar un equipo de Play Station que nunca fue tal, un esc¨¢ndalo en forma de denuncia por violaci¨®n protagonizado por Kobe cuando todav¨ªa no hab¨ªan empezado las hostilidades abri¨® un proceso legal que incluy¨® al jugador, fue resuelto entre bambalinas mucho tiempo despu¨¦s y desmadej¨® la qu¨ªmica de una franquicia que encaraba el fin de una era.

Por si fuera poco, Shaq pidi¨® (exigi¨®) a Jerry Buss una renovaci¨®n por dos temporadas y 60 millones de d¨®lares, un precio demasiado alto para una estrella que empezaba a perder luz, que durante ese curso cumpli¨® 32 a?os y que ya hab¨ªa sido superado por Kobe el curso anterior por n¨²meros y nivel. El Doctor se neg¨® y los problemas y rumores se sucedieron durante toda la temporada, con la prensa especulando sobre si ser¨ªa el p¨ªvot o el escolta el que continuar¨ªa liderando el proyecto. Ya no hab¨ªa espacio para los dos: la convivencia se hab¨ªa tornado en imposible y la guerra abierta entre ambos trascendi¨® a la prensa y se hizo evidente en partidos, viajes y declaraciones cruzadas, una constante que no termin¨® hasta bien entrada la temporada.

Los Lakers llegaron a las Finales, pero cayeron ante los Pistons (4-1) en lo que fue el fin de la alianza, el ¨²ltimo vestigio de lo que en su d¨ªa fue una pareja incre¨ªble, de las mejores de siempre. Shaq fue traspasado el 14 de julio de 2004 a los Heat a cambio de Lamar Odom, Caron Butler, Brian Grant y una futura primera ronda. Phil Jackson, siempre favorable al p¨ªvot, tambi¨¦n se fue. Y Kobe, que todav¨ªa arrastraba los problemas en su reputaci¨®n procedente de la denuncia del pasado verano, se hizo con el poder de la entidad y se convirti¨® por fin en el general en la pista, aunque tuvo que soportar durante un lustro la tortura china de todos los que dir¨ªan que no ser¨ªa capaz de ganar sin Shaq. Se acaba as¨ª una historia que dio de comer y beber a la NBA durante meses. Y la capacidad para estirar el chicle por parte de la competici¨®n norteamericana es legendaria. De la ruptura a los reencuentros. Con todos los ojos puestos en el enfrentamiento. No es para menos.

El resultado era lo de menos

El partido estuvo lleno de morbo. El Staples Center rindi¨® tributo a Shaq en la presentaci¨®n, en la que Kobe se levant¨® a aplaudir porque eso era lo que tocaba. Jack Nicholson, habitual en primera fila pero que se sol¨ªa ausentar en Navidad, s¨ª estuvo presente en la cita y salud¨® al p¨ªvot. Los Lakers llegaban con un r¨¦cord de 14-12 de manos de Rudy Tomjanovich, entrenador que llev¨® a los Rockets del nunca subestimes el coraz¨®n de un campe¨®n a los anillos de 1994 y 1995. Un hombre que se fue tras 43 partidos (24-19) y que no estaba preparado ni f¨ªsica ni an¨ªmicamente para llevar un equipo tras superar un c¨¢ncer en los a?os anteriores. Los Lakers caer¨ªan sin el t¨¦cnico, que hizo un buen papel a pesar de todo, y acabaron 34-48, fuera de playoffs por primera vez en la carrera de Kobe, en el und¨¦cimo puesto del Oeste incluso por detr¨¢s de los Clippers. Un gran golpe al ego del hist¨®rico escolta, que arrastr¨® muchos problemas f¨ªsicos y se perdi¨® 16 partidos esa temporada.

Esa es otra historia. Todo el mundo quer¨ªa ver si habr¨ªa salido entre Kobe y Shaq. Y lo hubo, si es que a eso se le puede llamar saludo. El escolta tuvo la iniciativa, pero apenas se juntaron y ni se miraron a los ojos. La primera vez que ambos se cruzaran en pista, las declaraciones posteriores, las previas... todo importaba. Y el resultado tambi¨¦n, aunque en ello estar¨ªan m¨¢s centrados ambos jugadores. Kobe lo dio todo, pero se desfond¨® al final: 42 puntos, 3 rebotes y 6 asistencias, pero 12 de 30 en tiros de campo, 9 p¨¦rdidas y 1 de 9 entre el ¨²ltimo cuarto y la pr¨®rroga, 5 minutos extra que fueron un regalo para los aficionados. Shaq acab¨® con 24 tantos y 11 rechaces, expulsado por faltas al final y aplaudiendo desde el banquillo el intento de triple para ganar de loa Mamba Negra, que habr¨ªa supuesto la victoria. Los Heat ganaron 102-104 y pusieron un r¨¦cord de 22-7, logrando su und¨¦cima victoria consecutiva, una racha que lleg¨® a 14.

Wade destac¨® en ese encuentro con 29 puntos y 10 asistencias. Los Heat llegaron a las 59 victorias con Stan Van Gundy en el banquillo y el escolta era una estrella emergente que, ya con Pat Riley en el curso siguiente, logr¨® el MVP de las Finales en 2006, el cuarto anillo para Shaq, uno que Kobe vio desde casa. La NBA se frot¨® las manos: aquel sigue siendo el partido de Navidad m¨¢s visto de la historia, el reencuentro de Kobe Bryant y Shaquille O¡¯Neal despu¨¦s del traspaso del p¨ªvot: 7,3 de rating medio, 13,1 millones de personas delante de la televisi¨®n. Una absoluta pasada que ha superado a muchos enfrentamientos de playoffs y que la mejor Liga del mundo trat¨® de estirar, planificando el mismo duelo las dos siguientes temporadas y el mismo d¨ªa, esta vez en Miami por partida doble. Todas esas victorias, por cierto, fueron para los Heat. Y en la ¨²ltima de ellas no particip¨® Shaq por lesi¨®n.

Kobe y Shaq se reconciliaron al cabo del tiempo. Phil Jackson intermedi¨® en ello tras regresar a los Lakers a la temporada siguiente, mientras que ambos jugadores segu¨ªan fraguando sus leyendas, con el reencuentro en el All Star de 2009 y el MVP compartido como premio y foto para la historia. Tambi¨¦n la NBA sac¨® r¨¦dito de ello, igual que lo hab¨ªa hecho con la separaci¨®n y la discusi¨®n. Al final, es la competici¨®n norteamericana la que mejor sabe utilizar la narrativa a su antojo y potenciar esas historias que tanto gustan a los aficionados. Lo mismo pas¨® con la de Kobe y Shaq, que protagonizaron una relaci¨®n llena de altibajos que signific¨® una dupla absolutamente brutal en pista, un divorcio m¨¢s que doloroso y una posterior pacificaci¨®n postergada que supuso el broche de oro a una historia maravillosa, tanto en la toxicidad, como en la pol¨¦mica y en las buenas intenciones. As¨ª es la NBA.

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