Popovich, un ser en el firmamento
El nuevo contrato de Popovich le convirti¨®. si no lo era ya, en un ser imperecedero. El Hall of Fame es el broche de oro a una carrera de leyenda.
Los Spurs son lo que son, para San Antonio y para el mundo, gracias a Gregg Popovich. Su inabarcable figura es parte inherente de la historia de la NBA, que no se puede entender sin ¨¦l. Consolidado por m¨¦ritos propios y datos objetivos como uno de los mejores entrenadores de la historia, el entrenador ha firmado una extensi¨®n de cinco temporadas con su equipo de toda la vida. Una muestra m¨¢s de que se retirar¨¢ cuando ¨¦l quiera y en el momento que quiera, con la promesa adem¨¢s de que percibir¨¢ los 80 millones correspondientes aunque decida retirarse antes. Un personaje que no se acaba, que no lo deja, que no se retira. Que ha visto pasar ante sus ojos a una ristra interminable de jugadores que, uno tras otro, han ido diciendo adi¨®s al baloncesto mientras ¨¦l, imperturbable, sigue en pie. Nadie puede tumbarle. Y no se atisba su final, por mucho que la fecha est¨¦ en esas cinco temporadas que hay por delante. Es un buen l¨ªmite, ya que podemos seguir disfrutando de su persona bastante rato.
Ninguna franquicia ha sido mejor que los Spurs desde que Popovich decidiera despedir a Bob Hill y cambiar los despachos por los banquillos en la 1996-97. Las lesiones de David Robinson permitieron al entrenador dejarse llevar y el mal r¨¦cord que los texanos tuvieron entonces les llev¨® a Tim Duncan. Y ah¨ª surgi¨® la magia. Tanking o no, un eterno debate que nunca se resolver¨¢, Popovich siempre ha dicho que ah¨ª empez¨® todo. ¡°Yo lo que hice fue seleccionar a Duncan. El resto sali¨® solo¡±, dir¨ªa a?os despu¨¦s. Cualquiera dir¨ªa que todo es tan f¨¢cil como eso. Con el legendario ala-p¨ªvot, uno de los mejores jugadores de siempre, Popovich conquist¨® cinco anillos en seis finales. Y sigui¨® llegando a playoffs en su retirada, en 2016. En total, 22 temporadas consecutivas en la fase final, las mismas que los Nationals/76ers entre 1950 y 1971. No pudieron ser el primer equipo con 23 viajes seguidos a las eliminatorias, no quedaban m¨¢s milagros en los bolsillos de un equipo de leyenda. Pero qu¨¦ m¨¢s da. Queda para la posteridad.
En ese tramo, los Spurs no solo conquistaron cinco campeonatos, tambi¨¦n sumaron m¨¢s victorias que nadie en playoffs (170) y en regular season (1.228). Popovich s¨®lo tard¨®n unos a?os m¨¢s, ya con r¨¦cords negativos constantes, en ser el entrenador con m¨¢s partidos ganados de siempre, superando a Don Nelson: 1.367. Y con m¨¢s del 64% de victorias, algo que s¨®lo le deja por detr¨¢s de Phil Jackson (70%). En playoffs, que no ha vuelto a disputar desde 2019, est¨¢ a una de Pat Riley (171), mientras que el Maestro Zen parece inalcanzable en esa categor¨ªa (226). Fue precisamente Jackson el que defini¨® en su clandestinidad, antes de fichar por los Lakers, al t¨ªtulo de los Spurs en 1999 como ¡°el anillo del asterisco¡±. S¨®lo hubo 50 partidos y no se disput¨® All-Star. Popovich jam¨¢s le perdon¨® sus palabras y con ¨¦l tuvo grandes batallas en playoffs. Ambos t¨¦cnicos se enfrentaron en 2001, 2002, 2003, 2004 y 2008. Los Spurs s¨®lo ganaron la serie de 2003, en el segundo anillo de la dinast¨ªa. Una peque?a muesca que no empeque?ece la grandeza de un ser legendario.
Tampoco lo hace el hecho de sentar a Duncan y permitir un rebote ofensivo de Chris Bosh para que el triple hist¨®rico de Ray Allen dejara a los Spurs sin un anillo, el quinto, que hicieron efectivo un a?o despu¨¦s, tambi¨¦n contra los Heat y en una aut¨¦ntica oda al baloncesto. Los ¨²ltimos a?os, sin el tr¨ªo calavera, el que formaba Duncan con Tony Parker y Manu Gin¨®bili, ha consistido en r¨¦cords negativos que apuntaban a la retirada del t¨¦cnico. Especialmente cuando el propio Duncan y Becky Hammon se postulaban como sus sustitutos. El primero estuvo una temporada y se fue. La segunda, cansada de esperar una oportunidad que no llegaba (las cositas que le faltan todav¨ªa a la NBA), fich¨® por las Aces de la WNBA, firm¨® el contrato m¨¢s alto de la historia de la competici¨®n y conquist¨® el anillo en su primer a?o. Mientras tanto, ah¨ª sigue Popovich, que no se va. Su renovaci¨®n aleja los ecos de una retirada que sigue postergada. Y la llegada de Victor Wembanyama da una nueva perspectiva a la situaci¨®n.
?El nuevo Duncan?
La llegada del franc¨¦s, llamado a ser jugador generacional, puede iniciar de nuevo el ciclo. El que consigui¨® el propio Popovich con el n¨²mero 1 del Draft de 1997, el primero hasta el de este a?o de la historia de los Spurs. Es imposible aventurarnos a descubrir qu¨¦ va a pasar y hay pocas opciones de que la historia se repita. En realidad, no las hay, ya que cinco anillos en seis Finales es algo solo al alcance de los m¨¢s grandes. De esa siempre corta estirpe de titanes a la que pertenece Tim Duncan. De ese reducido grupo de estrellas que han escrito algunas de las p¨¢ginas m¨¢s incre¨ªbles de la NBA en su larga historia.
Ya veremos si entra ah¨ª Wembanyama, que tiene todos los ojos puestos en ¨¦l. Ser¨¢ su trabajo y el de su entorno el que se tenga que encargar de que toda la presi¨®n que va a gestionar, soportar. Aguantar. No se ve¨ªa una proyecci¨®n semejante desde que LeBron James lleg¨® a la NBA, hace ya 20 a?os. El Rey cumpli¨® las expectativas y su corona ser¨¢ perpetua, estar¨¢ siempre en su cabeza. Pero la historia no siempre ha sido as¨ª, y hemos visto tambi¨¦n una ristra, m¨¢s o menos llamativa, de promesas incumplidas. Ben Simmons se viene tan r¨¢pidamente a la cabeza como Zion Williamson, el ¨²ltimo ejemplo notable. Y as¨ª podr¨ªamos continuar, eternamente, hasta el final de los tiempos. Ya veremos qu¨¦ pasa con Wembanyama: al fin y al cabo, es m¨¢s sencillo pertenecer a cualquier grupo que no sea el de LeBron. Que est¨¢ formado por una persona: ¨¦l mismo.
Ahora, toca jugar. Del franc¨¦s hemos visto cosas interesante en la Liga de Verano, pero tambi¨¦n nerviosismo. Su f¨ªsico es espectacular, pero tambi¨¦n preocupa por las lesiones que pueda sufrir, como ya vimos hace un a?o en el caso de Chet Holmgren. En 2022, Wembanyama sufri¨® del psoas y el cuidado de su f¨ªsico ser¨¢ una constante que determinar¨¢ su continuidad y su futuro. Si est¨¢ sano, ya le conocemos: intimidaci¨®n y rebote, un manejo excelso para sus 2,26 metros de altura y condiciones para tirar desde tres y desde, b¨¢sicamente, cualquier lado de la pista. Hace da?o dentro y fuera, puede penetrar y cuenta con m¨¢s altura y envergadura que cualquier rival. Una m¨¢quina.
Ha llegado el momento. El jugador con m¨¢s proyecci¨®n de los ¨²ltimos a?os se une a un ser celestial, el mejor entrenador en activo de la NBA. Un joven que se entrega a sus inicios y un hombre que se niega a atisbar el final. Y un ciclo que, 26 a?os despu¨¦s, se repite con un nuevo n¨²mero 1 del draft que promete conquistar una NBA que no espera a nadie. Solo falta por ver si la historia es la misma. Si se puede repetir todo de nuevo. Si esto es el renacer de los Spurs y la pen¨²ltima bala de Popovich o si es todo un mero espejismo y todo acabar¨¢ en el limbo. La espera se nos har¨¢ larga, pero empezaremos pronto a ver hasta qu¨¦ punto Wembanyama puede ser lo que muchos piensan que va a ser. El que si es, sin ninguna duda, es Gregg Popovich. Que entra en el Hall of Fame, pero ya ten¨ªa antes de eso asegurado un sitio en el firmamento. Un aura llena de grandeza.