El fin de una era: los Spurs, fuera de playoffs 22 a?os despu¨¦s
Los Spurs se despiden de 22 temporadas consecutivas en playoffs dejando tras de s¨ª un legado inigualable en torno a una figura hist¨®rica: Gregg Popovich.
Si existe una seguridad objetiva en el mundo, es que por mucho que (nos) pese, todo se acaba. Hasta eso que parece imperecedero, inalterable o inamovible, antes o despu¨¦s, llega a su final. Y en la NBA, por mucho que est¨¦ envuelta en ese aura hollywoodense que transmite una sensaci¨®n de la eternidad m¨¢s absoluta, pasa lo mismo. Nada escapa de las garras del tiempo, por mucho que diversas estrellas o franquicias sean recordadas para siempre. Eso es lo m¨¢ximo a lo que se puede aspirar en la mejor Liga del mundo, a dejar una huella imborrable que trascienda a lo largo de los a?os. Pero al final, por mucho que perdures en la memoria, los d¨ªas de gloria llegan a su fin. Y eso les ha pasado a los Spurs, ese equipo hist¨®rico que ha estado a?o tras a?o en playoffs, ininterrumpidamente, hasta en 22 ocasiones. Una tras otra. A solo una del r¨¦cord del deporte estadounidense. Pero que, como ha ocurrido en otras ocasiones, se ha quedado por el camino de lo que podr¨ªa haber sido un nuevo hito, dejando tras de s¨ª a una de las dinast¨ªas m¨¢s duraderas y exitosas de la historia del deporte.
Los Spurs no estar¨¢n en playoffs por primera vez desde 1997. Dejan su marca en 22 a?os seguidos, los mismo que los Nationals/76ers entre 1950 y 1971. No han podido ser el primer equipo con 23 viajes seguidos a las eliminatorias, no quedaban m¨¢s milagros en los bolsillos de un equipo de leyenda. Uno que en este tramo ha ganado cinco anillos (los mismos que los Lakers en ese per¨ªodo) y han sumado m¨¢s victorias que nadie en playoffs (170) y Regular Season (1.228).
Los Spurs han visto cortada su racha en el a?o del coronavirus, han muerto matando y han luchado hasta el final por un puesto que parec¨ªa imposible y que finalmente lo ha sido. Lo han hecho tras una temporada regular mala que ha supuesto la confirmaci¨®n de una ca¨ªda paulatina a los infiernos, con r¨¦cords cada vez peores y alejados de la m¨¢quina de ganar 50 partidos que eran en su d¨ªa. No los dos a?os anteriores, cuando sumaron 47 y 48 victorias respectivamente, pero s¨ª en este, en el que apenas se han quedado en 33. Su peor balance desde la 1996-97, a?o en el que Gregg Popovich, entonces en los despachos, destituy¨® a Bob Hill y puso rumbo al banquillo para entrenar a un equipo liderado por un David Robinson que hab¨ªa ganado el MVP de la temporada en 1995, apenas dos temporadas antes. La lesiones del p¨ªvot, que volvi¨® para recaer, impidi¨® a los Spurs conseguir r¨¦cords semejantes a las campa?as anteriores, qued¨¢ndose en apenas 20 victorias y, acusaciones de tanking mediante, haci¨¦ndose con el n¨²mero 1 del draft.
Ah¨ª lleg¨® Tim Duncan, un hombre indivisible a Popovich y a la propia franquicia, de la que hoy es segundo entrenador. La sombra del ala-p¨ªvot es alargada, y con Robinson dando un paso hacia atr¨¢s y ¨¦l hacia delante, cay¨® el primer anillo, en 1999. El a?o del asterisco para Phil Jackson (se jugaron 50 partidos y no hubo All Star), una denominaci¨®n que Popovich jam¨¢s le perdon¨®. Ah¨ª se desarroll¨® su animadversi¨®n a los Lakers, que batieron a los Spurs en 2001 y 2002 antes de que la dinast¨ªa angelina cayera en 2003 ante los texanos, que pusieron fin al reinado de la fiebre amarilla y sometieron al Maestro Zen en una serie de playoffs por primera vez desde 1995, cuando estaba en los Bulls. En total fueron 25 eliminatorias consecutivas, un r¨¦cord que lleg¨® a su fin en un mundo en el que, ya se sabe, todo se acaba.
Ese a?o cay¨® el segundo anillo para los texanos, el ¨²ltimo de un David Robinson que puso punto y final a su extraordinaria carrera y el primero de Tony Parker y Manu Gin¨®bili. Los Spurs repitieron en 2005 (ante los Pistons) y en 2007 (contra los Cavaliers de LeBron), antes de entrar en unos a?os de incertidumbre, con ligero baj¨®n de Duncan y lejos de los anillos pero con temporadas regulares encomiables en las que segu¨ªa batiendo un r¨¦cord tras otro.? Popovich progres¨® junto a su equipo, cambi¨® cosas, domin¨® la era del pick and roll como antes hab¨ªa dominado la de los hombres altos y se meti¨® de lleno en la del triple sin descarrilar. El ataque ya no pod¨ªa ser monopolizado por la joya de su corona (Duncan) y los texanos desarrollaron un juego cada vez m¨¢s colaborativo que dio como resultado las Finales de 2013 y el anillo de 2014. El primer a?o supuso el mayor error de la carrera de Pop, que sent¨® a Duncan cuando no ten¨ªa que hacerlo y vio como Chris Bosh se aprovechaba de su ausencia para atrapar un rebote ofensivo, habilitar a Ray Allen, y que ¨¦ste forzara la pr¨®rroga cuando los Heat ya estaban perdidos y la gente se hab¨ªa empezado a ir del estadio. El segundo fue la redenci¨®n, acabando con El Rey LeBron en una de las mayores exhibiciones de juego colaborativo de la historia.
Fue el ¨²ltimo anillo de la dinast¨ªa, el quinto en total, los mismos que los Lakers desde la retirada de Jordan siendo ambos equipos los principales dominadores de los ¨²ltimos 20 a?os. Pero mientras que los angelinos se ausentaban de playoffs, viv¨ªan la peor crisis de su historia e intentaban superar la retirada del hoy a?orado Kobe Bryant, los Spurs siguieron al pie del ca?¨®n. Sobre todo Popovich, que vivi¨® su ¨¦poca m¨¢s nost¨¢lgica mientras ve¨ªa como Tim Duncan se retiraba en 2016. Le siguieron Gin¨®bili (2018) y Parker (2019), que pas¨® por los Hornets antes de poner punto y final a su carrera. E incluso sin el big three m¨¢s ic¨®nico de la historia, Popovich se las arregl¨® para disputar los playoffs el a?o pasado, llevando a los Nuggets al s¨¦ptimo partido en primera ronda y mostr¨¢ndose competitivo cuando ten¨ªa que hacerlo.
No se puede hablar de la NBA sin hacerlo de los Spurs, igual que es indivisible la entidad texana de Popovich, el hombre que les puso en el mapa. 23 a?os despu¨¦s y con 71 primaveras (cogi¨® el equipo con 48), el t¨¦cnico sigue siendo una de las mentes m¨¢s brillantes de la competici¨®n, tiene un muy bien dirigido (y social) discurso que contrasta con la ausencia de parafernalia inherente a los equipos que ha dirigido y es, sin duda alguna, uno de los mejores entrenadores de la historia. Con cinco anillos (y tres premios a Mejor Entrenador) su legado va m¨¢s all¨¢ de lo que ha ganado, y su durabilidad y dominio en el tiempo ha conformado r¨¦cords hist¨®ricos, que van desde las innumerables veces que ha disputado los playoffs a haber sumado hasta 18 temporadas consecutivas por encima de las 50 victorias. Es el fin de una era en la NBA. Y, por mucho que todo se acabe, los Spurs y su espectacular dinast¨ªa habr¨¢n conseguido dejar su huella en la historia del deporte y convertirse en imperecederos para las memorias. Con Popovich a la cabeza, claro.