Los fantasmas de los Celtics

Los Celtics tienen 78 a?os de historia. Fueron fundados en 1946, en los albores del baloncesto estadounidense, en esa prehist¨®rica BAA de la que luego surgi¨® la NBA. Referencia deportiva eterna del estado de Massachusetts, tienen 17 anillos en sus vitrinas, son un icono cultural en Am¨¦rica y han movido masas, popularizando el deporte y convirti¨¦ndolo en un fen¨®meno de masas en una competici¨®n que no ha dejado de crecer. Suya es la mayor dinast¨ªa de la historia, la de Bill Russell y Red Auerbach, con 11 campeonatos en 13 a?os, los duelos contra Wilt Chamberlain y contra los Lakers de Jerry West. Y tambi¨¦n participaron, tiempo despu¨¦s, en la resurrecci¨®n de la mejor Liga del mundo, con su asentamiento definitivo como franquicia a la que siempre seguir, en una d¨¦cada en la que la competici¨®n norteamericana llegaba de muchos estragos de la competencia con la ABA. Un subid¨®n inequ¨ªvoco motivado por el ascenso como comisionado de David Stern, la compra de los Lakers por parte de Jerry Buss y el nacimiento de la narrativa, esa que enfrent¨® a Magic Johnson y Larry Bird en una rivalidad para los anales.

Ahora, buscan el retorno a lo m¨¢s alto: llevan 17 anillos, los mismos que sus archienemigos, que igualaron la cifra en 2020 y consiguieron el sexto desde el 2000, cinco con Kobe Bryant, que tambi¨¦n revitaliz¨® una rivalidad contra los Celtics en dos Finales m¨¢s, las de 2008 y 2010, con una de cal y otra de arena. Fue el ¨²ltimo anillo de la marea verde y el ¨²nico desde 1986, con Bird de mes¨ªas. Una espera demasiado larga y una crisis pantagru¨¦lica para una entidad de semejantes dimensiones. Por el camino, la desintegraci¨®n de la plantilla que dio el ¨²ltimo campeonato (Kevion Garnett, Paul Pierce, Ray Allen, Rajon Rondo...) fue y¨¦ndose a otros lugares o a la clandestinidad de forma paulatina, lo que permiti¨® a los Celtics acumular rondas del draft con las que dar forma a su nuevo proyecto. Uno que, por fin en 2024, es favorito sin aristas ni cuestiones al margen. Sin dudas y con mucho optimismo. Pero que, ahora, tiene que hacer algo que es una verdad como un templo, que antes o despu¨¦s todo el mundo en la NBA: ganar. Que no es f¨¢cil. Nunca lo es.

Los Celtics han ganado 64 partidos en regular season, su mayor dato desde que ganaron en 2008 (con 66) y dos m¨¢s que un a?o despu¨¦s (62) cuando la lesi¨®n de Garnett impidi¨® repetir. Mucho ha pasado desde entonces: nadie de esa plantilla queda en activo, Doc Rivers ha pasado de ser un entrenador respetado a uno vilipendiado por la opini¨®n p¨²blica y Danni Ainge, que form¨® el actual equipo desde los despachos, tuvo que salir (ahora est¨¢ en los Jazz) tras muchas temporadas de inmovilismo y siendo permanentemente candidato a realizar traspasos que luego nunca se daban. Brad Stevens, que se pas¨® ocho temporadas en los banquillos una vez acabada la era de Rivers, pas¨® a la directiva y fich¨® a Ime Udoka. Pero el esc¨¢ndalo surgido de la relaci¨®n del t¨¦cnico con una trabajadora motiv¨® una salida que nunca fue muy bien explicada. Joe Mazzulla, entonces asistente, se hizo primero con el puesto de interino y ahora con el oficial. Y los Celtics son el mejor equipo de la NBA y tienen por delante su examen final, ese que siempre se les ha atragantado a pesar de haber estudiado hasta el ¨²ltimo d¨ªa.

Siempre pasa algo

Los Celtics acumulan 11 presencias consecutivas en la fase final, todas correspondientes a un proceso que ha pasado por varias etapas pero que ha tenido el com¨²n denominador de acumular una cantidad ingente de fantasmas de cara a la consecuci¨®n del t¨ªtulo. En todas esas participaciones ha habido: tres primeras rondas, unas semifinales de Conferencia, cuatro finales de Conferencia y unas Finales de la NBA. Siempre han competido, casi siempre han optado al t¨ªtulo y lo han llegado a tener verdaderamente cerca en varias ocasiones, con Stephen Curry arrebatando la posibilidad de un t¨ªtulo que acariciaban en 2022 y que la estrella, generacional, impidi¨® con una exhibici¨®n en el ¨²ltimo cuarto del cuarto partido, que habr¨ªa supuesto un 3-1 pr¨¢cticamente definitivo. Ah¨ª es donde nadie pudo evitar la cat¨¢strofe y el baj¨®n moral que supuso la exhibici¨®n del base hizo que los verdes no volvieron a ganar en esa serie, que perdieron 4-2 en el TD Garden, entre las l¨¢grimas de Curry y una dinast¨ªa que cerraba de forma preciosa un c¨ªrculo perfecto.

No ha sido la ¨²nica vez que se han quedado cerca: en la primera parte del proyecto, fue LeBron James el que hizo naufragar los intentos de un equipo todav¨ªa joven, llamado a grandes cosas y cuyas derrotas entonces no invitaron ni mucho menos a una urgencia que tampoco existe ahora, aunque la sensaci¨®n empieza a empujar de alguna forma: 4-1 en 2017, con Isaiah Thomas como h¨¦roe pero lesionado en esa serie. Y, ante los Cavs, volvieron a caer al a?o siguiente, en unos playoffs espectaculares sin Kyrie Irving ni Gordon Hayward, fuera de circulaci¨®n. El 10-0 en el TD Garden se convirti¨® en 10-1 por obra y gracia del Rey, y los Cavaliers emergieron en el s¨¦ptimo partido cuando perd¨ªan de 15 puntos en la primera mitad. LeBron, que se fue a 46 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias en el sexto encuentro, logr¨® 35+15+9 en el s¨¦ptimo. Y fue su alargada sombra, la que acab¨® por martillear el ¨²ltimo intento del equipo entrenado por Doc Rivers en 2012, la que impidi¨® que un equipo que jugaba con Terry Rozier de base titular y Jayson Tatum (20 a?os entonces) y Jaylen Brown (21) como l¨ªderes obligados, que hasta entonces mostraron una madurez ins¨®lita para semejante precocidad.

Las cosas se fueron diluyendo despu¨¦s, con Kyrie causando estragos y manchando su reputaci¨®n primero, su sonada salida y otras finales de Conferencia, en la burbuja que les impidi¨® disfrutar de una ventaja de campo tradicionalmente clave en el Este despu¨¦s. Pero lo que ha demostrado este equipo es que sabe renacer de lo que muchos piensan que son sus cenizas tambi¨¦n ha sido uno de los distintivos de estos Celtics, que pasaron de puntillas por el final de Stevens con una primera ronda que finiquit¨® una temporada para olvidar, certificaron que con Kemba Walker las cosas no iban a ir mejor y dieron carpetazo a unos a?os locos con la llegada de Udoka. M¨¢s all¨¢ de los vaivenes personales del t¨¦cnico, los verdes dieron entonces un estupendo salto hacia delante. Y la impronta que dej¨® el t¨¦cnico se ha quedado en la plantilla, que dirige ahora el que entonces era su subalterno en una l¨ªnea continuista y ascendente al mismo tiempo.

Una oportunidad de oro

Los Celtics no s¨®lo han ganado 64 partidos, tambi¨¦n han sido el segundo mejor ataque de la NBA y la quinta mejor defensa. Han sido un martillo pil¨®n que ha pegado palizas a diestro y siniestro, sin conceder nada a sus rivales. Y con unos movimientos en verano que por fin han sido los adecuados, Stevens mediante: Marcus Smart, un icono cultural en Boston, fue finalmente traspasado. Y, mientras tanto, los Bucks dejaban escapar a Jrue Holiday para fichar a Damian Lillard y de forma bastante incomprensible. El base lleg¨® a Boston. Y se ha postulado como genial en su puesto, uno que siempre ha tra¨ªdo quebraderos de cabeza al actual proyecto. Jrue es ese tipo de jugador esencial para ganar el anillo, que m¨¢s hace cuantas menos responsabilidades tiene, que nunca estorba y siempre aporta. Y su presencia ha permitido que el bal¨®n fluya mejor que nunca, sin que Jaylen se empe?e en llevar la batuta de la distribuci¨®n (nunca ha sido su mayor virtud) y el movimiento y la circulaci¨®n sean una de las mejores armas de este equipo.

Esto, unido a la llegada de Kristaps Porzingis, necesaria por la edad de Al Horford (37 a?os) y los constantes problemas f¨ªsicos de un Robert Williams que ha acabado en los Blazers, ha terminado de conformar una plantilla con profundidad de banquillo y que ha evitado (esto siempre es importante) lesiones importantes. El let¨®n se ha ido por encima de los 20 puntos por partido, Tatum ha llegado a 26,9 y no va a ganar el MVP porque en muchos partidos decididos ha descansado antes de tiempo, lo que le ha impedido engordar la estad¨ªstica. Jaylen Brown ha llegado a 23, Derrick White a los 15 y Jrue a los 12,5. Eso, con Payton Pritchard consolidado en la segunda unidad (9,6 en los 82 partidos, s¨®lo 5 como titular) y aportaciones esenciales de Al Horford, Sam Hauser o un Xavier Tillman que lleg¨® en febrero y ha dado mucho aire al juego interior de los Celtics, especialmente en las ausencias de Porzingis, siempre bien regulado en minutos (menos de 30) y partidos (57, con alguna que otra molestia) por el cuerpo t¨¦cnico del equipo.

Y m¨¢s: los Celtics han sido el s¨¦ptimo mejor equipo de la NBA en porcentaje de tiros de campo, el segundo en porcentaje de triples, el segundo en porcentaje de tiros de dos, el s¨¦ptimo en porcentaje de tiros libres, el segundo en rebotes y en tapones, adem¨¢s del que menos balones pierde por partido y el segundo que menos faltas personales hace. Y, claro, el mejor net rating de la mejor Liga del mundo, demostrando adem¨¢s un dominio espectacular: han ganado 19 partidos con m¨¢s de 20 puntos de diferencia, de los cuales seis han sido por encima de los 30, uno de 40 y tres superando los 50. El ¨²nico problema que plantea esto, si es que alguien quiere tener dudas, es que han perdido 13 de los 35 partidos que se han resuelto en menos de 10 puntos. En los resueltos en 5 o menos, el r¨¦cord disminuye hasta el 10-9. Algo que puede ser importante, ya veremos cu¨¢nto, en el momento de la verdad.

Y ah¨ª ser¨¢ donde tengan que emerger los Celtics, que quieren poner el broche de oro a un proyecto fant¨¢stico con la consecuci¨®n del anillo prometido. Eso, y acabar con los fantasmas del pasado, el m¨¢s reciente el de las ¨²ltimas finales de Conferencia, cuando remontaron un 3-0 a los Heat pero remaron para morir en la orilla, en el s¨¦ptimo, en el que Tatum se lesion¨® del tobillo en la primera jugada y finaliz¨® con 4 de 13 en tiros de campo, mientras que Jaylen hizo un 8 de 23. Les tembl¨® el pulso y perecieron, pero volvieron a estar a un paso. Eso s¨ª, ahora son maduros, el recuerdo de la derrota puede convertirse en fortaleza y tienen una plantilla perfecta para conquistar el campeonato si consiguen resolver las cosas y tirar hacia delante con el orgullo inherente a una franquicia eterna y las ganas de ganar que est¨¢n demostrando. De Bill Russell a Larry Bird. De Larry Bird a Kevin Garnett. Y del anillo de 2008 a, ya veremos, si el de 2024. El premio final y el retorno a lo m¨¢s alto. Es lo que quieren, buscan y desean estos Celtics. Y est¨¢n en el mejor momento para ello. El suyo.

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