Hack-a-Shaq: O¡¯Neal y la historia de una tortura
En la mejor temporada de su carrera, Shaquille tuvo que soportar el martirio de los tiros libres. Una t¨¢ctica que no perdur¨® a pesar de ser imitada, pero que el p¨ªvot sufri¨® m¨¢s que nadie.


Shaq estaba en plenitud. Nunca hab¨ªa jugado tan bien ni hab¨ªa dominado tanto. La llegada de Phil Jackson dio una nueva perspectiva al p¨ªvot, que jam¨¢s estuvo en mejor forma. Anot¨® m¨¢s, rebote¨® mejor, mejor¨® en el pase y se convirti¨® en el epicentro del tri¨¢ngulo ofensivo, que el Maestro Zen, con Tex Winter siempre en la sombra, se encarg¨® de desarrollar y perfeccionar con el paso de los a?os. El v¨¦rtice interior del tri¨¢ngulo y sus variaciones t¨¢cticas disfrutaron de su mayor justificaci¨®n con un jugador generacional, que se retir¨® como uno de los mejores de siempre. Una carrera que no se puede entender sin la figura del legendario entrenador a su lado. A su vera gan¨® tres anillos consecutivos. El primero de ellos, en la 1999-00, la primera del t¨¦cnico, que supo moldear al center y permitir que su relaci¨®n con Kobe Bryant, siempre llena de altibajos, fuera lo m¨¢s pac¨ªfica posible. Eso s¨ª, no todo fue un camino de rosas para esos Lakers... ni para Shaquille. Que, en medio de la marejada de ¨¦xitos y distinciones individuales, sufri¨® una tortura sin paliativos.
El Hack-a-Shaq no tuvo un arraigo demasiado grande ni goz¨® de una continuidad que lo convirtiera en un problema, pero s¨ª alent¨® una variable t¨¢ctica que dej¨® desmadejado el ego de una figura de la trascendencia de O¡¯Neal. Para ¨¦l fue un calvario, el que supon¨ªa en su mente acudir a la l¨ªnea de tiros libres. De forma constante y permanente, pas¨® de hacerlo por la l¨®gica pura de ser el l¨ªder absoluto de un ataque a pisar la l¨ªnea casi de forma insultante. En 19 temporadas en la NBA, Shaq promedi¨® un 52,7% desde ah¨ª, con siete de ellas bajando el 50% y llegando a un bochornoso 42,2 en la 2006-07. En 10 de esas campa?as, acudi¨® m¨¢s de 10 veces a la l¨ªnea; y s¨®lo super¨® el 60% una vez, con un 62,2 en la 2002-03, algo que adem¨¢s ocurri¨® en 12 de sus 17 participaciones en playoffs. Su mec¨¢nica de tiro, tan cuestionable como ineficaz, le imped¨ªa acertar con asiduidad y pr¨¢cticamente empujaba el bal¨®n con una mano hacia la canasta mientras su cuerpo se inclinaba hacia delante.
Todo empez¨® al 6 de noviembre de 1999, en el que era el tercer partido de la temporada para los Lakers y el cuarto para sus rivales ese d¨ªa, los Blazers. Eran los dos principales favoritos (acabaron con 67 y 59 victorias, primeros y segundos del Oeste respectivamente), dos equipos llamados a conquistar el anillo, uno que en Oreg¨®n no ganaban desde 1977 (con Bill Walton) y que a los angelinos se les resist¨ªa desde 1988, una espera demasiado larga tras una d¨¦cada de Showtime, en la que Magic enamor¨® y Jerry Buss consigui¨® el objetivo de coleccionar estrellas en pista a trav¨¦s de acumularlas en las gradas. Fue el propietario el que potenci¨® el cambio del viejo Forum al Staples Center, que se estrenaba en 1999 y que hoy se llama Crypto Arena. El advenimiento de una nueva era, la de la fiebre amarilla. Pero antes hab¨ªa que remar; y, en medio de todo ello, Shaq mantendr¨ªa una lucha personal... contra s¨ª mismo.
Con 57-51 en el marcador favorable a los Blazers, Mike Dunleavy se gir¨® al banquillo. Era un entrenador de contradicciones, con un talento enorme pero dedicado casi por entero al mal, con buenos resultados deportivos (con los Lakers en 1991, esos Blazers, o los Clippers de 2006), pero con una forma de hacer las cosas que desgastaba muy r¨¢pido los proyectos. En ese momento, hizo una de esas cosas que le convert¨ªan en alguien ambivalente y mand¨® a un joven Jermanie O¡¯Neal a la pista a hacer faltas a Shaq de forma indiscriminada. Le hab¨ªan defendido mucho aprovechando la ausencia de Kobe, pero Dunleavy quer¨ªa matar el partido. Jermanie hizo 5 faltas en 5 minutos y provoc¨® dos t¨¦cnicas a su par, que fue expulsado, antes de volver al banquillo, felicitado por todos, y dar salida a un Avrydas Sabonis que camp¨® a sus anchas en la zona y anot¨® 11 puntos. Del 77-70 se pas¨® a un 97-82. Los Blazers consiguieron su cuarta victoria en cuatro partidos esa temporada. Y en la hoja de estad¨ªsticas se mostraba una clara diferencia: 17 de 34 en tiros libres para los Lakers, 21 de 22 para Portland. Shaq, 3 de 11: y 10 de 28 en lo que llevaba de temporada. En otra palabra: problemas.
Una tortura inacabable
Los Lakers se enfrentar¨ªan a los Mavericks en la siguiente jornada, un equipo que entrenaba un Don Nelson al que se le atribuye la creaci¨®n del Hack-a-Shaq. Algo que no es as¨ª, Dunleavy mediante. Pero es innegable que el legendario entrenador potenci¨® al m¨¢ximo dicha t¨¢ctica. Phil Jackson arremeti¨® contra los ¨¢rbitros en el partido anterior, pero tambi¨¦n responsabiliz¨® a Shaq de su expulsi¨®n, algo que no sent¨® bien a un p¨ªvot que se fue ese d¨ªa sin hablar con la prensa. Ante los Mavs, la cosa fue a m¨¢s: Shaq llevaba 10 puntos y 8 rebotes s¨®lo en el primer cuarto y finaliz¨® con un espectacular 30+20... pero de nuevo ensombrecido. Los Lakers, que llegaron a mandar de 21, recibieron un 1-9 que puso el marcador 88-75 con 4 de 9 desde la personal de Shaq en ese periodo. Shawn Bradley primero y Dirk Nowitzki despu¨¦s hicieron 10 faltas en un lapso de 4 minutos, en los que el p¨ªvot amarr¨® tan s¨®lo 6 de los 14 tiros libres en los que dispuso. Phil Jackson sent¨® al p¨ªvot con algo m¨¢s de 3 minutos de partido para evitar estas situaciones y con los angelinos 11 arriba. Y Shaq se sinti¨® humillado.
El resultado final fue de 105-97 para los Lakers, que consegu¨ªan su 17? victoria consecutiva ante los Maves, que fueron 18 dos d¨ªas despu¨¦s, esta vez en Dallas. O¡¯Neal se qued¨® en 10 de 23 en ese encuentro y en 3 de 14 en el siguiente, un paup¨¦rrimo 21,4%. Jackson, que se llevaba bien con Nelson, defini¨® esta t¨¢ctica como ¡°divertida¡± y dijo p¨²blicamente (las cosas del Maestro Zen) que su jugador nunca ser¨ªa un buen lanzador desde la personal. Shaq, desquiciado, se vio s¨®lo ante el peligro y se desesper¨®. Una sonada pelea con Charles Barkley un partido despu¨¦s, ante los Rockets, le provoc¨® la expulsi¨®n y un partido de sanci¨®n. En su regreso, acumul¨® 9 de 35 tiros libres en los tres siguientes encuentros, una racha que se redonde¨® con un 2 de 14, su peor porcentaje de la temporada (14,3%) en Denver, la Mile High, donde el tremendo desnivel por culpa de la altitud siempre hizo estragos en la estrella.
La t¨¢ctica no tuvo continuidad, pero s¨ª m¨¢s episodios llenos de bochorno. La NBA ya advirti¨® que si en los 2 ¨²ltimos minutos de los partidos se echaban encima de alguien sin bal¨®n ser¨ªan sancionados con una flagrante. Jackson, en m¨¢s de una ocasi¨®n, quitaba al p¨ªvot hasta que llegaba ese marco temporal, cuando le volv¨ªa a introducir. El 18 de abril, a dos jornadas del final de la regular season, Nelson se encarg¨® de demostrarle al mundo que Shaq era mal tirador desde la personal, como si a alguien se le hubiera olvidado. De nuevo en Texas y con 74-75 a favor de los Lakers, Nelson dio la orden y, primero Bradley (que tir¨® al p¨ªvot literalmente al suelo, como si eso fuera f¨¢cil) y luego Damon Jones por partida doble, cargaron contra el p¨ªvot, que sum¨® 6 intentos desde la personal y ning¨²n acierto en 49 segundos. Los Mavs, sin opciones de playoffs, cerraron 80-75 el cuarto y ganaron por primera vez a los Lakers desde el 5 de abril de 1995 (112 a 102 al final). Shaq acab¨® con 8 de 19 en tiros libres en un d¨ªa de muchas rotaciones para Jackson, al que le daba igual el resultado al tener los angelinos el primer puesto del Oeste asegurado. El p¨ªvot finaliz¨® con 38 puntos y 20 rebotes, pero de nada import¨®. La gente volv¨ªa a hablar de la tortura.
Los Lakers se fueron a 67 victorias ese a?o, acumularon rachas de 16 y 19 partidos ganados de forma consecutiva y Shaq se hizo con el MVP de la temporada, el MVP del All Star y el MVP de las Finales, adem¨¢s de figurar en el Mejor Quinteto, en el Segundo Mejor Quinteto Defensivo y convertirse en el m¨¢ximo anotador, segundo m¨¢ximo reboteador y tercer m¨¢ximo taponador. La t¨¢ctica se sigui¨® utilizando, pero sin demasiado ¨¦xito: en esos mismos playoffs, Dunleavy volvi¨® a hacer su aparici¨®n y mand¨® 27 veces (13 aciertos) a la l¨ªnea al p¨ªvot en el duelo inaugural de las finales del Oeste, esa que los Lakers ganaron en el s¨¦ptimo partido, con una remontada para los anales motivada por Kobe Bryant y que tuvo en el alley oop con Shaq la foto para el recuerdo. En las Finales, Larry Bird lo intent¨® todo en el segundo asalto, en el que Jalen Rose lesion¨® a Kobe y los Pacers mandaron 39 veces a O¡¯Neal a la personal, r¨¦cord hist¨®rico. De nada import¨®: los 18 aciertos de ese d¨ªa son anecd¨®ticos y el p¨ªvot se fue a 40 puntos y 24 rebotes en el encuentro tras sumar 43+19 en el primero. La fiebre amarilla salt¨® de pronto y los Lakers volvieron a ganar (4-2) el t¨ªtulo por primera vez en m¨¢s de una d¨¦cada. Shaq promedi¨® 38 puntos y 16,7 rebotes en dicha serie. M¨¢s Superman que nunca, por mucho que los tiros libres no entraran.
Una carrera inigualable
Shaq siempre asegur¨® que su problema con los tiros libres era mental y que en los entrenamientos llegaba a lanzar con un 80% de acierto. Nunca solucion¨® ese tema, uno de los peros que tuvo durante una carrera en la que el cuidado del f¨ªsico y la alimentaci¨®n, a la par que su indolencia defensiva, le impidieron ser dominante durante m¨¢s tiempo. Y todav¨ªa quedaban escenas para el bochorno, adem¨¢s de titulares en los que dejaban en evidencia esta carencia y que nunca gustaron al p¨ªvot, que tambi¨¦n tuvo la mayor cantidad de tiros libres lanzados sin acierto durante un partido: 0 de 11, un 8 de diciembre ante los Sonics. Curiosamente, en la temporada en la que tambi¨¦n consigui¨® su mejor actuaci¨®n en lo referente a los aciertos, sumando 13 de 13 el 17 de abril ante los Nuggets. La constante fue siempre esa y las im¨¢genes de los jugadores rivales, ya fueran su par natural o las ayudas exteriores, le hiciera falta r¨¢pidamente cada vez que recib¨ªa, se repet¨ªan sin cesar. En muchas de esas acciones el p¨ªvot consegu¨ªa tambi¨¦n la canasta y sumaba el 2+1 (que generalmente se quedaba en 2+0). Al fin y al cabo, mover una mole de semejante envergadura no es f¨¢cil.
La mezcla de peso y altura de Shaq y la capacidad que ten¨ªa para mover su cuerpo siempre fueron santo y se?a de un jugador que era capaz, en sus buenos tiempos, de atrapar un rebote y correr toda la pista para machacar en el lado contrario. Y nunca solucion¨® lo de los tiros libres, pero s¨ª que tuvo momentos en los que estuvo especialmente acertado: en las Finales de 2001 intent¨® m¨¢s de 15 tiros libres de media, 22 en el primer partido (10 aciertos), el de los 48 puntos de Allen Iverson. Se fue por encima del 50% en acierto, una cifra que contrast¨® con los 38,7% de las Finales del 2000. En 2002, sus n¨²meros fueron realmente buenos: en la hist¨®rica serie ante los Kings, las finales del Oeste de los reyes sin corona, se fue al 63,8%, con 13 de 17 y 11 de 16 en los dos ¨²ltimos duelos. En las Finales ante los Nets de Jason Kidd (con Bryon Scott en el banquillo), subi¨® hasta el 66%, con m¨¢s de 11 aciertos en 17 intentos de media, haciendo inservibles los intentos del rival de aprovecharse de unos errores que entonces no existieron. Todo esto se le olvid¨® en las Finales de 2006, en su cuarto anillo, ya en decadencia y con Dwayne Wade de l¨ªder y Pat Riley de mes¨ªas: 1 de 9 en el choque inicial, 1 de 7 en el segundo y 2 de 12 en el quinto. Un 29,2% final. M¨¢s en su l¨ªnea, por decirlo de alguna manera.
Las dificultades de Shaq fueron comparadas entonces con Wilt Chamberlain, otro hombre alto que pec¨® de errores constantes desde la personal. El hombre de todos los r¨¦cords se qued¨® en un 51,1% de acierto desde ah¨ª, por debajo incluso del 52,7% con el que se retir¨® O?Neal. La t¨®nica, que fue siempre t¨ªpica, de Chamberlain, era la de fallar muchos tiros libres y la t¨¢ctica de sus rivales, como en el caso de Shaq, la de mandarle a la l¨ªnea siempre que pod¨ªan. Y aqu¨ª tuvo lugar una curiosidad muy grande: el gigante de Philadelphia (entonces con la nomenclatura de Warriors) anot¨® 100 puntos ante los Knicks el 2 de marzo de 1962. Y en ese encuentro, que finaliz¨® con un 36 de 63 en tiros de campo (nadie ha lanzado tanto como ¨¦l en un partido), acudi¨® hasta en 32 ocasiones a la l¨ªnea de personal... y anot¨® 28. Un dato curioso que confirm¨® que, una vez met¨ªa los tiros libres, sus estad¨ªsticas se disparaban de forma espectacular.
Curiosidades al margen, Shaq fue todo un referente en su ¨¦poca y se retir¨® con un curr¨ªculum envidiable. En los playoffs del 2000 lanz¨® 296 tiros libres por los 824 de la temporada regular, sufri¨® la tortura de la personal, no pudo consigo mismo en ese aspecto pero prevaleci¨® en todos los dem¨¢s. Con 4 anillos en 6 Finales (perdi¨® una con los Magic en 1995 y otra con los Lakers en 2004), fue campe¨®n ol¨ªmpico en Atlanta tras ser descartado en Barcelona 4 a?os antes (entr¨® por ¨¦l Christian Laettner), disput¨® el All Star en 15 ocasiones (con 3 MVPs), estuvo 14 veces en los Mejores Quintetos, fue 2 veces M¨¢ximo Anotador y MVP de la temporada en una ocasi¨®n, m¨¢s 3 en las Finales. Un curr¨ªculum lleno de ¨¦xitos que adem¨¢s soport¨® la tortura, una muy grande para ¨¦l, de los tiros libres. Y alguien intr¨ªnseco a la historia de la NBA por ¨¦xitos y narrativa: su relaci¨®n con Kobe Bryant, la que tuvo con Phil Jackson, sus actuaciones (a veces pol¨¦micas) en la TNT o su capacidad para sacar siempre una sonrisa a la gente son parte indispensable de su carrera deportiva. Una de las m¨¢s grandes de la historia de la mejor Liga del mundo y que nada ni nadie es capaz de ensombrecer. Ni siquiera el Hack-a-Shaq.
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