※El secreto mejor guardado de Am谷rica§: Vin Baker y 100 millones ahogados en la botella
Vin Baker fue un talento sensacional que sucumbi車 al mundo de las adicciones. El alcohol fue la perdici車n de un jugador hoy redimido como asistente.
Leigh Montville, veterano columnista que ha pasado por el Boston Globe y Sports Illustrated, se refiri車 a un jugador a principios de los 90 como ※El secreto mejor guardado de Am谷rica§. As赤 titulaba unas l赤neas que hac赤an menci車n a Vin Baker, un talentoso ala-p赤vot perdido en la Universidad de Hartford, Connecticut, donde fue nombrado All-American durante dos temporadas consecutivas y tiene hoy la camiseta retirada. Fue entonces cuando varias franquicias de la NBA se fijaron en un baloncestista emergente, que hab赤a aparecido en una revista de mucho m芍s prestigio y fama que la universidad en la que jugaba. Pod赤a ser uno de esos robos del draft que permitir赤an emergen a un equipo, llev芍ndolo m芍s alto, aprovechando que su nombre no figuraba entre los primeros puestos y revitalizando as赤 a alguna de esas entidades a las que les costaba adaptarse a la expansi車n de la NBA, que a?adi車 equipos en 1988 (Hornets y Heat), 1989 (Wolves y Magic) y 1995 (Raptors y Grizzlies).
Los Bucks pescaron en r赤o revuelto. A finales de los 70 y principios de los 80, Don Nelson revitaliz車 una franquicia que nunca se recuper車 de la salida de Kareem Abdul-Jabbar y la retirada de Oscar Robertson y, con Sydney Moncrief de l赤der, llev車 al equipo de Milwaukee a ocho apariciones consecutivas en playoffs, siete de ellas con r谷cords de 50 o m芍s victorias, incluida una de 60 (1980-81). Fueron a?os emergentes para un mercado peque?o que pis車 hasta en tres ocasiones las finales de Conferencia sin suerte, algo ya lejano cuando Nelson cerr車 su etapa y Del Harris, de car芍cter continuista y ben谷volo, pis車 la fase final en otras cuatro ocasiones, para doce seguidas sin fallo. Pero la magia se acababa y la necesidad de dar una vuelta al proyecto se hizo evidente. Los Bucks entraron entonces en una 谷poca de crisis y se encomendaron a Mike Dunleavy, un hombre lleno de contradicciones, un entrenador con un talento enorme dedicado casi por entero al mal.
Dunleavy, que consigui車 la haza?a de llevar a los Lakers a las Finales en 1991, ya sin Kareem, con Vlade Divac de p赤vot y un Magic Johnson lleno de sabidur赤a pero abocado a una retirada forzada por el VIH, entren車 tambi谷n a los Blazers de las finales de Conferencia de 1999 y 2000 (dos a?os consecutivos, el 迆ltimo de ellos cayendo ante los Lakers en la m赤tica remontada de Kobe y Shaq en el s谷ptimo partido) y a los Clippers de la 2005-06, los 迆nicos que pisaron playoffs en 14 temporadas de sequ赤a, previa a la compra de la franquicia por parte de Steve Ballmer y la salida por comentarios racistas del taca?o Donald Sterling. Pero Dunleavy nunca estuvo interesado en reconstruir, por mucho que los Bucks se hicieran con sus servicios. Siempre fue un entrenador cortoplacista, que sacaba lo mejor de sus equipos al principio antes del desgaste que siempre produc赤an sus cuestionables m谷todos.
Ah赤 lleg車 Baker, a unos Bucks que le seleccionaron en la 8? posici車n del draft de 1993. Quiz芍 en el tempo de su llegada empez車 su maldici車n: Baker ten赤a un juego carism芍tico, tiro de media distancia, un talento innegable, inteligencia en la colocaci車n, muy buen posteo y poder vertical para hacer mates. Los 90, claro, eran hostiles con este tipo de jugadores, con una finura y gracilidad que sucumb赤an al infierno de una d谷cada hostil y tediosa, marcada por las defensas; heredera clara, como comprendi車 la brillante mente de Pat Riley, de los Bad Boys de Detroit y no del Showtime de los Lakers, con un estilo que jam芍s dependi車 tanto de un mes赤as, el eterno Magic. Baker no dej車 de producir en sus primeros a?os, pero los Bucks no dejaron de perder. Y lleg車 cuando lo hizo, pero su falta de continuidad tras la retirada de Michael Jordan le sentenci車 de la misma manera que indult車 a un Chris Webber que desarroll車 al m芍ximo su talento en los Kings de Rick Adelman, un equipo que se uni車 a otros de la 谷poca (como los Mavs de Don Nelson) para dejar atr芍s las posesiones largas y el juego lento e iniciar una nueva era que culminaron luego los Suns del Seven Seconds or Less. Una nueva forma de jugar que no estaba lejos por a?os, pero s赤 por estilo. Entre medias de todos ellos, Baker ya no era lo que hab赤a prometido. Hab赤a sucumbido al peor enemigo que alguien puede tener: uno mismo.
Los a?os dorados de Baker
Los Bucks consiguieron 20, 34 y 25 victorias en los tres primeros a?os de Bakers, los tres 迆ltimos de Dunleavy. La llegada de Chris Ford no mejor車 las cosas: 33 partidos ganados. A Baker le dio igual: se hart車 a producir en medio del m迆sculo de la 谷poca, revitaliz車 la parte sombr赤a de las trincheras y demostr車 ser un jugador genial. En su primera temporada se fue a 13,5 puntos y 7,6 rebotes, entrando en el Mejor Quinteto de Rookies. En la segunda ya se fue a 17,7+10,3, adem芍s de sumar a esto 3,6 asistencias. La afici車n de los Bucks encontr車 motivos para ir a ver los partidos, algo que se potenci車 con las llegadas de Glenn Robinson en 1994 y de Ray Allen en 1996. Baker disput車 el primero de sus cuatro All Stars consecutivos con 23 a?os, como sophomore. Jug車 406 de los 410 partidos posibles de esas cuatro primeras temporadas, y谷ndose a m芍s de 40 minutos por partido en sus tres 迆ltimas en Milwaukee.
En 1997, lleg車 la oportunidad de Baker mientras los Bucks buscaron la suya propia. Traspasaron al ala-p赤vot a los Sonics con intenci車n de darle m芍s protagonismo a Robinson, quemaron el 迆ltimo cartucho de Chris Ford y, en 1998, ficharon a George Karl (que lleg車 de los propios Sonics, donde entren車 a Baker), con el que disputaron las finales de Conferencia en 2001 ante los Sixers de Allen Iverson, Dikembe Mutombo y Larry Brown en el banquillo. Por entonces, Baker ya era una sombra de lo que hab赤a sido: en su primera temporada en los Sonics, se mantuvo en 19,2 puntos y 8 rebotes, bien adaptado a un proyecto que viv赤a sus 迆ltimos a?os de esplendor con Gary Payton, Sam Perkins o Detlef Schrempf, aunque ya sin ese atl谷tico Shawn Kempt que sali車 en el traspaso que llev車 a Baker a Seattle. El ala-p赤vot disput車 ese a?o sus primeros playoffs, debutando con 25 puntos y 12 rebotes ante los Wolves de Kevin Garnett. Promedi車 15,8+9,4 en 10 partidos, despidi谷ndose con un 28+9 ante los Lakers de Shaq y Kobe, que avanzar赤an para estrellarse en la siguiente ronda ante los Jazz, las finales del Oeste. Tras esos playoffs, Michael Jordan, consagrado con su sexto anillo, se retir車 por segunda vez. La NBA vivi車 uno de sus peores momentos con el lockout de la 1998-99. Y Vin Baker se perdi車.
La ca赤da a los infiernos
Baker cedi車 primero a la presi車n de dejar de ser un buen jugador en un mal equipo a serlo en un equipo que, en su primera temporada, se dispar車 a las 61 victorias. Y luego, a los meses de par車n por el cierre patronal, en los que se dedic車 a celebrar su llegada a los Sonics con festejos empapados de alcohol. Constantes. Diarios. Karl sali車 dando por cerrado un proyecto que no pudo (ninguno lo hizo) con los Bulls de Jordan; y Baker, tras meses de excesos, se present車 con 30 kilos de m芍s y no jug車 su primer partido hasta el 5 de febrero. Disput車 34 encuentros de 50 posibles, se qued車 en 13,8 puntos y algo m芍s de 6 rebotes y vio como Rashard Lewis le adelantaba con la derecha sin que eso le importase demasiado. Tuvo un breve renacer la temporada siguiente, con 16,6 y 7,7 de media, lo que le vali車 para entrar en el Dream Team III y conquistar el oro de Sydney en el 2000. Fue su 迆ltimo gran 谷xito. Sus problemas con el alcohol se acentuaban a la par que su indolencia, cada vez m芍s grande. El conformismo se apoder車 de un personaje ya irrelevante, que pas車 de Sonics a Celtics un a?o despu谷s para apuntalar un proyecto, el de Paul Pierce y Antoine Walker, que hab赤a pisado las finales del Este un a?o antes.
Los 5,2 puntos fueron la confirmaci車n del desastre, por mucho que bajara de peso antes de resurgir levemente meses despu谷s, con 11,3 de promedio antes de ser traspasado a unos Knicks con los que disput車 playoffs por 迆ltima vez. El problema fue mayor: traspas車 la l赤nea roja de jugar habiendo bebido y tuvo un encontronazo con Jim O*Brien, al que no le pudo ocultar su estado de ebriedad en un entrenamiento. Tomaba hierba antes de los partidos, p赤ldoras, bebi車 m芍s para evitar la ansiedad y vaciaba el minibar de los hoteles jugara bien o mal, sin disimular un consumismo irracional. Pas車 por desintoxicaci車n, pero recay車, lo que oblig車 a los Celtics a suspenderle, algo que potenci車 su ya mencionada llegada a los Knicks. Su falta de coordinaci車n, p谷rdida de salto vertical o desorientaci車n eran evidentes cuando jugaba. Ya no bastaba el medio bote de colonia que se echaba para disimular el olor. Y despilfarraba el dinero, con un mill車n perdido en Las Vegas en una sola noche siendo el jugador mejor pagado del equipo. Insostenible.
Baker acab車 su carrera sin pena ni gloria pasando brevemente por Rockets y Clippers, donde se reencontr車 con Dunleavy, su primer entrenador. Disput車 su 迆ltimo partido en la NBA con 34 a?os, el 19 de abril de 2006. Uno de esos que no vale para nada y en el que se da descanso a los titulares pensando en playoffs. Consigui車 10 puntos y 4 rebotes. Nadie le reclam車 m芍s que los Marinos De Anzoategui de Venezuela, con los que entren車 pero no lleg車 a debutar. En 2007 fue detenido al conducir borracho tras salir de un casino. Sus deudas hicieron que le embargaran su casa, de casi 1000 metros cuadrados y valorada en 2,3 millones de d車lares. Sus ganancias en salarios fueron de algo m芍s de 97 millones de d車lares y se estima que perdi車 m芍s de 100 por problemas financieros. La depresi車n y el alcoholismo acabaron con su carrera. Perdi車 la lucha contra s赤 mismo. Pas車 de estrella emergente al bochorno y el desastre. Se ahog車 en la botella.
Eso s赤, no todo son penas para Vin Baker. Dej車 de beber el 17 de abril de 2011, tras m芍s de una d谷cada empapado en alcohol y entrando y saliendo de rehabilitaci車n. El 3 de junio de ese mismo a?o fue contratado como entrenador de la escuela de secundaria St. Bernard en Uncasville, en su Connecticut natal. Se acerc車 a la religi車n, un camino a la salvaci車n m芍s 迆til que el alcohol, y a las ense?anzas espirituales de Dennis Rodman, que con su pol谷mica habitual acab車 de ayudarle con un partido de exhibici車n contra el equipo nacional de Corea del Norte para celebrar el cumplea?os de Kim Jong-un (las cosas de Rodman). Tras esto, administr車 un Starbucks de Connecticut. Rehabilitado, empez車 a comentar partidos de los Bucks en Fox Sports. Jason Kidd lo acerc車 de nuevo a la franquicia que le escogi車 en el draft, con la que empez車 a trabajar entonces mientras compatibilizaba otros cargos, como el de jefe del departamento de baloncesto de Camp Greylock, funci車n que acept車 en 2017. En 2019, volvi車 a las pistas como entrenador, siendo uno de los asistentes de Mike Budenholzer. Le cont車 su historia a Giannis Antetokounmpo y a muchos m芍s. Gan車 el anillo de 2021 en ese puesto. Consigui車 la redenci車n. Dej車 atr芍s al alcoh車lico. Y abraz車 la sobriedad. Mucho mejor que abrazar la botella, claro.
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