Jarro de agua fr¨ªa de los Nets al incendio de Chicago
Los de Brooklyn sacan su mejor cara ante el l¨ªder de su Conferencia con el Big Three en cancha, pero sobre todo con Durant y un tercer cuarto magistral.
Si algo tienen los Brooklyn Nets es que son imprevisibles. Pueden haber perdido cinco de sus ¨²ltimos siete partidos, llegar a casa del l¨ªder de su Conferencia y jugar (y ganar) mejor que nunca. Si algo tienen tambi¨¦n es que no necesitan ser un equipo para ganar, les basta con las individualidades, aunque si se ponen a jugar en equipo, como ha ocurrido hoy en el tercer cuarto, apaga y v¨¢monos. Y si algo tienen los Nets es, por supuesto, a Kevin Durant. Como argumento para ganar partidos seguramente no haya dos palabras mejores que esas actualmente. De todo ello pueden dar buena cuenta los Chicago Bulls, que llegaron al United Center preparados para vivir una fiesta y se fueron a casa con cara de de no haberlo pasado demasiado bien.
Todo sucedi¨® en el tercer cuarto. Hasta ese momento el partido estaba igualado, en el marcador (60-62 al descanso) y en la pista, con la grada encendida tom¨¢ndose el encuentro como lo que era, una ocasi¨®n especial dentro de la temporada regular. Un momento clave para que su equipo diera un golpe en la mesa, para que dijera "aqu¨ª estoy yo y he venido para quedarme". Para demostrar, en definitiva, que los Bulls van muy en serio. Para convencer a los ¨²ltimos esc¨¦pticos. Todo eso se evapor¨® a la vuelta de los vestuarios. El incendio que se estaba montando en el United Center fue sofocado por el cuerpo de bomberos de Brooklyn, con su capit¨¢n Durant al frente.
Con un parcial total de 19-39 en esos 12 minutos, el marcador al final del tercer periodo (79-101) no dejaba lugar a dudas. A los Nets s¨®lo les quedaba aguantar la ventaja, comportarse como un equipo serio, algo que no se ve todas las noches pero que hoy si pas¨® en Chicago. Esta vez s¨ª fueron un grupo disciplinado en el ¨²ltimo cuarto y una m¨¢quina del infierno en el tercero. La pesadilla de cualquier aspirante al anillo este a?o se apareci¨® en la ciudad del viento. Con Kevin Durant anotando a un ritmo endemoniado (17 tantos, su mejor cuarto de la temporada, 10 de ellos en s¨®lo dos minutos), con James Harden asistiendo de todas las formas y colores (16 pases de canasta al final del partido) y con Patty Mills siendo ese secundario de lujo que cualquiera querr¨ªa tener (21 puntos, 6/8 desde el per¨ªmetro). Ni siquiera hizo falta que Kyrie Irving sacase su talento a relucir en su tercer partido de la temporada.
Los Bulls siguen primeros del Este (1,5 victorias sobre los Nets ahora), su temporada est¨¢ siendo magn¨ªfica y esta derrota no puede ni debe empa?arla. Queda mucha temporada regular por delante, pero cualquier cosa que sea llegar a playoffs con ventaja de campo ser¨¢ un ¨¦xito rotundo, no digamos ya si mantienen la primera posici¨®n. Sin embargo, la derrota de esta noche es un aviso para navegantes. Ya saben, por si no se hab¨ªan dado cuenta, que entre los peligros que se pueden encontrar en el camino al anillo est¨¢ uno que todos sabemos que existe, aunque muchas veces no se deja ver. Uno vestido de negro que ha pasado como un cicl¨®n por Chicago para llevarse una pizca de la ilusi¨®n que hab¨ªa empapado la ciudad.?