Doncic pierde de vista a Voulgaris
El controvertido ejecutivo ha dejado definitivamente los Mavericks. Un art¨ªculo de The Athletic lo se?al¨® como enemigo de Doncic y figura de m¨¢xima influencia sobre Mark Cuban.
Sigue el verano de transformaci¨®n total en los Mavericks, despu¨¦s del tumultuoso final de la temporada pasada, en la que la franquicia texana tuvo un cierre convulso. Desperdici¨® una oportunidad clara (ventajas de 0-2 y 2-3 con el sexto partido en su pista) de protagonizar un bombazo en primera ronda de playoffs contra los Clippers. Y justo despu¨¦s, lleg¨® el vendaval. Rumores cada vez m¨¢s vociferantes de mala relaci¨®n entre Luka Doncic y Kristaps Porzingis y el final de una era con la salida del directivo Donnie Nelson y el entrenador Rick Carlisle. Al menos, Doncic firm¨® su s¨²per extensi¨®n rookie, un nuevo contratazo de cinco a?os extra y 207 millones de d¨®lares. Y, seg¨²n el periodista Tim MacMahon, Porzingis est¨¢ dispuesto a empezar de cero con el nuevo organigrama t¨¦cnico tras acabar el pasado curso convencido de que lo mejor para ¨¦l era ser traspasado.
Mucha de la inestabilidad y los l¨ªos internos de los Mavs se asociaron, tras la aparici¨®n de un art¨ªculo explosivo en The Athletic, a la figura de Haralabos Voulgaris, un profesional del mundo de las apuestas deportiva contratado por los Mavs en 2018 como, te¨®ricamente, director de investigaci¨®n cuantitativa y desarrollo. Mark Cuban, el propietario, quer¨ªa el enfoque novedoso y arriesgado de Voulgaris en el an¨¢lisis estad¨ªstico avanzado, y seg¨²n fuentes de los Mavs, este fue ganando poder en la toma de decisiones de la franquicia y busc¨¢ndose enemigos por el camino. Uno de los m¨¢s sonados, Luka Doncic. El esloveano hab¨ªa tenido, seg¨²n el art¨ªculo de The Athletic, desencuentros fuertes y conocidos dentro del equipo con una figura que para muchos era la voz que susurraba en el o¨ªdo de Cuban y con la que se vincul¨® la salida de Nelson.
Ahora se ha confirmado, lo hizo Brad Townsend en el Dallas Morning News, que Voulgaris no seguir¨¢ en los Mavs. Acababa contrato, y durante el verano no hubo respuestas claras sobre un asunto que el propio Cuban esquiv¨® ante los medios. El nuevo orden, con Nico Harrison como hombre fuerte en los despachos y Jason Kidd como entrenador, ha facilitado la salida de Voulgaris, que tras las informaciones publicadas aclar¨® en redes sociales que pidi¨® salir de los Mavs y que cuando su propuesta no se acept¨® se limit¨® a que, ahora ha sucedido, acabara su contrato con la franquicia. Para muchos es una gran noticia de cara a la paz interna en los Mavs, donde algunos cre¨ªan que las cosas estaban tan tensas que pod¨ªan afectar al futuro de Doncic en el equipo. Pero ahora el esloveno ha renovado y ya no tendr¨¢ cerca a un Voulgaris del que no se fiaba en absoluto.
Un desencuentro muy sonado
En el citado art¨ªculo de The Athletic, Tim Cato y Sam Amick airearon trapos m¨¢s sucios de lo deseable que apuntaban casi todos en la misma direcci¨®n: Haralabos Voulgaris. Este lleg¨® para ocupar un puesto relacionado con estad¨ªstica y anal¨ªtica avanzada que, sin embargo, apenas acab¨® explicando su influencia real en los Mavericks. El propietario, Cuban, ejerce un gobierno f¨¦rreo que convierte en personaje esencial a quienquiera que se gane su favor. Y ese lleg¨® a ser el caso de Voulgaris, que seg¨²n Cato y Amick se convirti¨® en la voz que escuchaba Cuban y un personaje que influ¨ªa en todas las operaciones deportivas del equipo (traspasos, renovaciones, elecciones de draft¡), incluidas las alineaciones y rotaciones de Rick Carlisle, del que se dijo antes de su salida que enfad¨®a los jugadores, tambi¨¦n a Doncic, por su forma de mover el equipo y de dise?ar el juego. Seg¨²n el art¨ªculo, concesiones a Voulgaris para no perder el puesto.
La influencia cada vez mayor y la forma de actuar de Voulgaris enfadaron a muchos empleados de los Mavs, incluidos miembros del equipo, entre ellos un Luka Doncic que no se entend¨ªa con ¨¦l. ¡°No sabe c¨®mo hablar con la gente¡±, dijo un trabajador an¨®nimo de la organizaci¨®n en el art¨ªculo. Cuban, por su parte, sigui¨® defendiendo casi hasta el final a su protegido: ¡°Me gusta mucho lo que aporta. Hace un gran trabajo de apoyo a Rick Carlisle y nuestros ejecutivos deportivos con el enfoque ¨²nico que tiene de las estad¨ªsticas y los datos. Tiene un don para entender la inteligencia artificial y la forma de generar ventajas gracias a ella¡±.
La fricci¨®n entre Voulgaris, que hizo fortuna apostando (con sus propios programas de inteligencia anal¨ªtica y algoritmos) en la NBA desde los 90, y Doncic fue evidente entre el destacamento de los Mavs en un partido de febrero contra los Warriors. Tras una p¨¦rdida del esloveno, el ejecutivo (sentado a pie de pista con su port¨¢til) hizo un gesto con los brazos con el que parec¨ªa decir a Doncic que se calmara. Aunque luego asegur¨® que no hab¨ªa sido as¨ª exactamente, fue la gota que colm¨® el vaso para el ex del Real Madrid, que le grit¨® ¡°Don¡¯t fucking tell me to calm down¡± (no me pidas puta calma). Como ya lo ten¨ªa enfilado, Doncic tampoco le perdon¨® que se fuera antes de tiempo en una derrota contra los Knicks, y se?al¨® en el vestuario que les hab¨ªa dejado tirados.
En los Mavs no entend¨ªan que un casi reci¨¦n llegado tomara decisiones deportivas trascendentales, incluidas las correspondientes a los picks de draft, o que dictara decisiones de forma directa a Carlisle. As¨ª que ahora se ve como una excelente noticia la salida de un personaje que ha tenido un paso complicado, y un rol oscuro, en unos Mavericks que buscan dar un salto adelante en el Oeste y ser m¨¢s que un simple equipo de playoffs. Ese es el reto del nuevo r¨¦gimen en los despachos¡ y de Luka Doncic en la pista.