NBA | BUCKS 109 - SUNS 103 (2-2)
Middleton y la ley del sufrimiento
Los Bucks ponen del rev¨¦s las Finales de la NBA con un triunfo que empata (2-2) rumbo a Phoenix. Exhibici¨®n sin premio de Booker, noche negra de Paul y excepcional Middleton.
Es la ley del sufrimiento, del dolor, de la angustia. Y ah¨ª, en la noche oscura de las almas, tiene ventaja Milwaukee Bucks, que viene de dos a?os recibiendo azotes groseros por sus patinazos en playoffs; de no contar para casi nadie esta temporada y de remontar a los Nets (destrozados por las lesiones, claro) un 2-0 despu¨¦s de perder el segundo partido 125-86 y convertirse en el saco de golpes favorito de Am¨¦rica. Eso tiene un valor cuando las Finales de la NBA llegan al terreno en el que ahora se est¨¢n metiendo, de cabeza. El de apretar los dientes y encontrar formas de ganar. El de no tener en cuenta qui¨¦n tiene un pico m¨¢s alto de talento, qui¨¦n parec¨ªa mejor hace una semana o qui¨¦n iba ganando un ratito antes: en partidos como este (109-103 final) se desemboca en los ¨²ltimos minutos con la sensaci¨®n de que el primer cuarto se jug¨® hace un mes. Con eso, en la noche oscura de las almas, tambi¨¦n hay que saber jugar.
Se trata de saber ganar, o de saber perder para poder ganar. De haber perdido la cuenta de las derrotas a trav¨¦s de las que se ha hecho camino, qu¨¦ remedio. De estar dispuesto a todo. De transformar la energ¨ªa negativa en carburante, de encajar golpes sin ir a la lona. Los que sean y de quien sean. De crear un ecosistema en el que t¨² seas las especie dominante. Y de no tener memoria, de jugar sin recordar qu¨¦ acaba de pasar. Si fallas un tiro, vuelves a intentar el siguiente. Si tu rival desmonta una buena defensa por pura calidad, o las que sean, la repites en cada secuencia, una y otra vez. No existe el pasado y el futuro llega demasiado deprisa.
La Final 2021 de la NBA lleg¨® a Wisconsin con 2-0 para unos Suns con un aroma evidente a inevitabilidad. Aparentemente muy superiores. Pero la serie, incluido el segundo partido en Arizona, ha ido virando de forma rotunda. Ahora est¨¢ 2-2, y ya no hay mucha forma de defender que los Suns siguen siendo claramente mejores. No en toda la temporada o de cara al pr¨®ximo curso: para los siete pr¨®ximos d¨ªas en los que se van a jugar dos o tres partidos, los que sea que acaben resolviendo el anillo. Con 2-0 en contra, el p¨²blico del Fiserv Forum (mucho, much¨ªsimo ruido), gritaba Bucks In Six: los Bucks ganar¨¢n en seis partidos. Parec¨ªa una boutade, una forma de no avinagrar su primera final en 47 a?os. Pero ahora, unos d¨ªas despu¨¦s, los Bucks se han asegurado un sexto partido en Milwaukee. Uno al que llegar¨¢n para sobrevivir, otra vez, o para culminar la revoluci¨®n, el terremoto. Una Final que empez¨® fr¨ªa (la superioridad de los Suns, la rodilla de Giannis Antetokounmpo¡) est¨¢ hirviendo, hist¨¦rica. Es un manicomio. Ya no cuenta nada, solo el pr¨®ximo partido. Solo el s¨¢bado, de vuelta en Phoenix. Los tambores de guerra ya no asoman: atruenan.
En dos de las cuatro veces que se ha remontado un 2-0, el campe¨®n enlaz¨® cuatro triunfos mientras todos, incluido su rival, se preguntaba qu¨¦ demonios estaba pasando. Lo hicieron los Blazers de Bill Walton en 1977 y lo repitieron los Heat de Dwayne Wade en 2006, contra los Mavericks de Dirk Nowitzki. De 2-0 a 2-4. El ¨²ltimo que escap¨® de esa tumba fue Cleveland Cavaliers, cuando levant¨® un 2-0 y un 3-1 a los Warriors del 73-9, un equipo que parec¨ªa pluscuamperfecto y con un backcourt superlativo antes de que la Final se metiera en el fango. En la noche negra de las almas. Aquellos Cavs ten¨ªan, claro, a LeBron James y Kyrie Irving. Una de las (ahora) tres parejas de compa?eros que han sumado cada uno al menos un partido de 40 puntos en una Final. Antes lo hab¨ªan hecho Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar con los Lakers. Y ahora lo han conseguido Giannis Antetokounmpo y Khirs Middleton, con los Bucks. El m¨²sculo, la fe, la capacidad para sobrevivir y las estrellas propias devorando a las del rival. ?Se est¨¢ repitiendo el patr¨®n? El que quiera tiene derecho a imaginarlo. Los Suns siguen con sus opciones intactas, a las puertas de una miniserie a tres partidos con dos en su pista, incluido el hipot¨¦tico s¨¦ptimo y definitivo. Pero llegaron a Wisconsin con un colch¨®n que, sencillamente, se ha desvanecido. En el contador de victorias y en el div¨¢n del psiquiatra. A los Suns les queda el factor cancha. Y el talento. A los Bucks, ahora mismo, casi todo lo dem¨¢s. El quinto partido ser¨¢ una olla a presi¨®n en la que los Suns tendr¨¢n que evitar aquel viejo axioma del p¨®quer: si a los cinco minutos no sabes qui¨¦n es el primo, es que el primo eres t¨².
Middleton le roba los titulares a Booker
Los Suns parecieron haber asimilado su patinazo del tercer partido: 4-12 en cuatro minutos con circulaci¨®n, m¨¢s cuerpos para sellar la zona y alejar del aro a Giannis Antetokounmpo y puntos de Devin Booker, que despu¨¦s de los diez del choque anterior jug¨® como hacen las grandes estrellas, sin miedo y sin freno de mano. El escolta tuvo momentos geniales, verdaderos estados de trance durante los que pareci¨® que todo el resto del guion estaba condicionado por su talento. Que los Suns ganar¨ªan. Anot¨® 20 puntos en la primera parte y 18 en el tercer cuarto, con un 7/7 en tiros de campo. Sin meter un triple y con un recital de suspensiones maravillosas desde esas zonas templadas que muchos equipos han ido abandonando. Pero, en paralelo, se carg¨® de faltas. Y en el ¨²ltimo cuarto hizo la quinta r¨¢pido, se perdi¨® muchos minutos y solo sum¨® 4 puntos m¨¢s, y eso despu¨¦s de que le perdonaran la sexta falta en una acci¨®n flagrante (muy flagrante) sobre Jrue Holiday. Acab¨® con 42 puntos y ya tiene (540 ahora) el r¨¦cord de puntos en un estreno en playoffs (era 521, de Rick Barry). Pero su talento delicioso, sus canastas po¨¦ticas, no bast¨®. No fue el Booker game.
?Por qu¨¦? Porque avanzado el ¨²ltimo cuarto ning¨²n compa?ero hab¨ªa llegado a 10 puntos. Lo hicieron despu¨¦s Jae Crowder (15 con 8 rebotes y mucho trabajo) y Cam Johnson (10 y un amago heroico en ese ¨²ltimo parcial). DeAndre Ayton evit¨® cargarse de faltas pero su influencia en el juego (6 puntos, 17 rebotes, 5 asistencias) fue poca cuando m¨¢s falta hac¨ªa. Mikal Bridges fue demasiado trasparente y Chris Paul jug¨® un partido horripilante: 10 puntos en 13 tiros y 7 asistencias por 5 p¨¦rdidas. Cometi¨® errores decisivos, e impropios, en los ataques definitivos, y acumula 15 p¨¦rdidas en los ¨²ltimos tres encuentros y 17 en la serie. M¨¢s de cuatro de media. Contra los Lakers, perspectiva, sum¨® 9 en seis partidos; contra los Nuggets cinco en cuatro y contra los Clippers, ocho en otros cuatro. Algo falla ah¨ª: el lenguaje corporal fue preocupante (se toc¨® las rodillas varias veces), la clarividencia se qued¨® en el hotel. Mucho por m¨¦rito de Jrue Holiday en, desde luego, un asunto a medir en lo que se avecina. Las Finales de Paul han bajado escalones d¨ªa a d¨ªa tras su exhibici¨®n del primer partido. Una met¨¢fora del estado general de su equipo.
El vuelo final de Giannis Antetokounmpo
Los Suns perdieron aunque ganaban 76-82 al final del tercer cuarto. A pesar de la sensaci¨®n de infalibilidad que por entonces transmit¨ªa Booker. A pesar de que estaban 82-89 avanzando en el ¨²ltimo parcial, 90-95 un poco despu¨¦s y 97-99 a falta de 2:30, su ¨²ltima ventaja. Perdieron a pesar de que los Bucks parecieron, en tramos muy extensos, incapaces de anotar un tiro cuando su vida depend¨ªa de ello: 40% en tiros totales, 24% en triples (7/29). Perdieron porque volvieron a concender muchos rebotes de ataque (17-5 final), porque no supieron sufrir cuando no quedaba otra y porque su finura colectiva apareci¨® con cuentagotas y muy poco tras el descanso (12 asistencias antes, 6 despu¨¦s). Una zozobra maquillada por Booker. Y porque perdieron 17 bolas (5-17). Entre eso y los rebotes de ataque, los Bucks tuvieron 19 tiros m¨¢s (97 por 78) y, otra vez, m¨¢s puntos desde la l¨ªnea de personal (24-16 con 10 m¨¢s lanzados). Los Suns perdieron y acabaron pareciendo encogidos, apocados, enredados en algo que no deber¨ªa estar pasando. Pero que est¨¢ pasando. El s¨¢bado vuelven a casa, y falta que les hace. Necesitan aferrarse a eso, sufrir y olvidar. Jugar con la mente y el coraz¨®n solo en cada jugada, como si no hubiera pasado nada antes y no existiera nada despu¨¦s. Eso es lo que est¨¢ impulsando a los Bucks. Eso es lo que, llegados a este punto, decide los anillos.
El m¨¦rito de los Bucks es colosal. Enfrentados a sus contradicciones, a una s¨²per estrella rival en trance y a unos problemas para anotar en cinco contra cinco que habr¨ªan dejado sin esp¨ªritu a otros, menos expertos o menos habituados al dolor. Las cicatrices, al fin y al cabo, cuentan historias, dan testimonio. El Booker game acab¨® siendo el Middleton game porque Khris Middleton siempre aparece. Pasa de muy buen jugador a s¨²per jugador cuando m¨¢s lo necesita su equipo. Lo hizo contra los Nets, contra los Hawks cuando se lesion¨® Giannis y lo hizo en este partido cuando sobrevolaba el 3-1 y se buscaban h¨¦roes. Desde el 97-99 anot¨® 10 puntos seguidos, seis m¨¢s que los Suns en los ¨²ltimos 135 segundos. Acab¨® con 40, 6 rebotes y 4 asistencias. 24 puntos en la segunda parte, 14 en el ¨²ltimo cuarto. Canasta tras canasta mientras Paul se descos¨ªa y Booker no recuperaba temperatura tras enfriarse por culpa de las faltas.
Giannis Antetokounmpo termin¨® esta vez con solo 26 puntos pero sum¨® 14 rebotes, 8 asistencias, 3 robos y 2 tapones, el ¨²ltimo una acci¨®n colosal, que ser¨¢ leyenda de las Finales si los Bucks ganan el t¨ªtulo: a falta de 1:14 y con 101-99, Booker lanz¨® un alley oop perfecto a Ayton pero Giannis recuper¨® desde muy atr¨¢s, devor¨® una distancia imposible y puso la mano en el cielo de Milwaukee para firmar una acci¨®n defensiva con aroma a historia. ?C¨®mo el tap¨®n de LeBron a Iguodala en 2016? Insisto, el que quiera seguir buscando paralelismos¡
Giannis tuvo m¨¢s problemas en est¨¢tico pero empuj¨® siempre, carg¨® con todas las consecuencias y no se desanim¨® nunca. Ni dej¨® que su equipo lo hiciera. Acab¨® en +8 la segunda parte tras terminar en negativo sus minutos de la primera (+5 total). Defendi¨®, rebote¨® y jug¨® cuesta abajo cada vez que los Suns perdieron la bola. No pareci¨® tan Superman esta vez, y por eso su partido tiene m¨¢s m¨¦rito todav¨ªa, m¨¢s importancia. Como el de Jrue Holiday, que volvi¨® a ser un desastre en ataque (13+7+7 pero 4/20 en tiros) pero un torbellino en defensa. Si los Bucks ganan el t¨ªtulo, su cepo sobre Chris Paul a partir del segundo partido ser¨¢ una de las principales razones, haga lo que haga en la otra canasta. La energ¨ªa y la fe ciega de Tucker y Connaughton (instrumental en los quintetos peque?os) hicieron el resto. Y el Fiserv Forum, y la sensaci¨®n de que los Bucks se han llevado tantos golpes en los ¨²ltimos tiempos que no les importa morir, no tienen miedo a asomarse al abismo. Y ah¨ª, en esa pelea de voluntades, se puede acabar decidiendo el t¨ªtulo tras este cuarto partido ag¨®nico. Ah¨ª van los Suns tambi¨¦n, qu¨¦ remedio: nadie dijo que fuera a ser f¨¢cil, ?no?