El 'Point God': Chris Paul ya es uno de los grandes de siempre
Torturado por lesiones y errores en momentos cruciales de su carrera, Chris Paul llega a sus primeras Finales con 36 a?os y un legado incuestionable.
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Estos son los n¨²meros de una carrera de ya, o m¨¢s bien por ahora, 16 a?os en la NBA: 18,3 puntos, 4,5 rebotes, 9,4 asistencias y 2,1 robos por noche con un 47% en tiros totales, un 50% en tiros de dos, un 37% en triples y un 87% en tiros libres.
M¨¢s: Son once all star (con un MVP), nueve inclusiones en los quintetos All NBA (cuatro en el primero) y nueve en los All NBA defensivos (siete en el primero). El premio de Rookie del A?o (solo falt¨® un voto, que se llev¨® Deron Williams, para que fuera un¨¢nime), cuatro temporadas como l¨ªder en asistencias de la NBA y seis como l¨ªder en robos. Y dos oros ol¨ªmpicos en (2008, 2012), las mejores versiones del Reedem Team, un equipo que ser¨¢ recordado como casi, casi tan legendario como el Dream Team.
?M¨¢s? S¨ª: estrella de instituto, universidad y baloncesto profesional. El lote completo con solo 1,83 de altura. En el total de su carrera en la NBA, casi ya 20.000 puntos (en el top 50 hist¨®rico) y quinto con m¨¢s asistencias: 10.175. M¨¢s que Magic Johnson, en el grupo de los seis que han llegado a 10.000 y con opciones de superar a Mark Jackson, Steve Nash y Jason Kidd y quedar solo por detr¨¢s del inalcanzable John Stockton (marca extraterrestre: 15.806). En robos, 2.317, otra vez quinto hist¨®rico y otra vez con opciones de retirarse solo por detr¨¢s de un Stockton que es el ¨²nico con 3.000 (3.265 exactamente). Son casi tantos robos como p¨¦rdidas (2.597) y una ratio asistencia/p¨¦rdida de 3,9. Es decir, casi 4 asistencias garantizadas por cada p¨¦rdida de bal¨®n.
?Y m¨¢s! Montones de acciones decisivas en finales igualados, muchos ¨²ltimos cuartos para el recuerdo, un movimiento marca de la casa que es letal (el side step, el paso a un lado con el que gana espacio para lanzar) y, superados los 35 a?os (cumple 36 en mayo) unas medias de 16,1 puntos, 4,7 rebotes, 8,7 asistencias y 1,4 robos. Con 35 a?os y al menos 15 puntos, 8 asistencias y un robo por noche solo est¨¢ ¨¦l (si acaba as¨ª la temporada) y el LeBron James 2019-20. Si quitamos el robo y nos limitamos a 15+8 con al menos 35 a?os, solo aparecen otros dos jugadores en la historia: Steve Nash y Lenny Wilkens. En esta temporada 2019-20 se ha permitido, en este mes de abril, un tramo de cuatro partidos con 40 asistencias y ?una p¨¦rdida! Se alarg¨® a siete con 67 pases de canasta por 3 p¨¦rdidas. En la ¨²ltima d¨¦cada, ha sumado 29 partidos con al menos 10 asistencias sin ninguna p¨¦rdida. M¨¢s que los tres que le siguen¡. Juntos: 10 Rajon Rondo, 9 Mike Conley y Kyle Lowry.
Se retirar¨¢ con m¨¢s de 300 millones de d¨®lares amasados solo en contratos deportivos y un tramo extenso como presidente del sindicato de jugadores (NBPA) durante los a?os en los que estos han disfrutado de la mayor bonanza econ¨®mica y las mejores condiciones laborales que ha conocido la Liga.
El jugador es, claro, Chris Paul. Uno de los mejores bases de la historia. Esta temporada, la primera en Phoenix Suns, est¨¢ dejando la en¨¦sima demostraci¨®n de que hemos contemplado una carrera legendaria sin, creo, valorarla siempre en una medida justa, sin disfrutarla todo lo que deber¨ªamos. No veremos a muchos jugadores como ¨¦l. La definici¨®n del playmaker, ha hecho siempre mejores a sus equipos, y a sus compa?eros. Siempre: el jugador con mejor porcentaje de tiro fue entre 2012 y 2017 DeAndre Jordan, su p¨ªvot en los Clippers. Cuando cambi¨® Los Angeles por Houston, ese privilegio fue para Clint Capela, su p¨ªvot en los Rockets. Estos son los porcentajes de victorias de sus equipos en la temporada anterior a su llegada y en la primera con ¨¦l como director de operaciones:
NEW ORLEANS HORNETS: de 22% a 46%
LOS ANGELES CLIPPERS: de 39% a 60%
HOUSTON ROCKETS. De 67% a 79%
OKC THUNDER: de 59% a 61%
PHOENIX SUNS: de 46,6% a, por ahora, 70%
Cuando lleg¨® a los Hornets (n¨²mero 4 del draft de 2005) dispar¨® a la franquicia hacia su r¨¦cord de victorias (56) y un asalto real al anillo que se qued¨® en segunda ronda de playoffs (2008). En los Clippers transform¨® una franquicia maldita: seis a?os en playoffs, cuatro con m¨¢s de 50 victorias. En Houston se uni¨® a James Harden para dar a la franquicia su mejor balance de victorias (65-17) y un intento de t¨ªtulo que muri¨® en el s¨¦ptimo partido de la final del Oeste contra uno de los mejores equipos de la historia, los Warriors de Stephen Curry y Kevin Durant. En los Thunder, cuando pareci¨® desechado como jugador de elite, mejor¨® el balance de un equipo que hab¨ªa perdido a Russell Westbrook, Paul George y Jerami Grant. Y en Phoenix ha sido el elemento transformado definitivo de un equipo que lleva desde 2010 sin playoffs y desde 2014 sin balance de victorias por encima del 50%. Con aspecto de aspirante wildcard al anillo, los Suns son, si se apartan los minutos de la basura de los partidos, uno de los ¨²nicos tres equipos (Jazz y Bucks son los otros dos) en el top 10 de la Liga tanto rating ofensivo como defensivo.
?Por qu¨¦ ha costado a veces ubicar a Chris Paul en la elite hist¨®rica de bases? Desde luego, es un jugador que no ha ca¨ªdo bien a muchos rivales porque es francamente crispante en pista, uno de esos competidores con un saco de argucias, capaz como pocos de sacar de quicio a todos en el equipo opuesto: jugadores, cuerpo t¨¦cnico y, por supuesto, aficionados. Adem¨¢s, y este es seguramente el punto crucial, Paul no ha ganado ning¨²n anillo y, hasta ahora, no hab¨ªa disputado unas Finales. Y hasta 2018, con los Rockets, no hab¨ªa jugado una final de Conferencia, algo que con los Suns ha hecho por segunda vez en su carrera. Algo ins¨®lito para un jugador con su nivel y su recorrido (en la Liga desde 2005, recordemos). E incluso entonces, en el que parec¨ªa el a?o, se lesion¨® en el quinto partido contra los todopoderosos Warriors, cuando sus Rockets pusieron el 3-2 a su favor. No volvieron a ganar, ya sin Paul en los dos ¨²ltimos partidos.
M¨¢s lesiones: en la primera ronda de 2016, los Clippers dominaban 2-1 a los Blazers antes de que se lesionaran Paul (fractura en una mano) y Blake Griffin. No ganaron m¨¢s. En 2015 Paul dirigi¨® a los Clippers en una hist¨®rica victoria sobre el campe¨®n, San Antonio Spurs, en primera ronda: siete partidos (4-3) cerrados con una actuaci¨®n prodigiosa del base, que jug¨® el s¨¦ptimo lesionado y anot¨® la canasta ganadora para acabar en 27 puntos y 6 asistencias. La lesi¨®n le pas¨® factura en segunda ronda, cuando los Rockets remontaron un 3-1 a unos Clippers que iban cogiendo aspecto de perdedores en el espectacular proyecto de la Lob City (la ciudad de los alley oops de Paul a Griffin y Jordan). A¨²n as¨ª, Blake Griffin ten¨ªa claro la trascendencia de su base: ¡°?l puso a esos Clippers en el mapa de la NBA¡±.
Paul (como casi todos los grandes jugadores) tambi¨¦n ha tenido fallos estrepitosos en momentos trascendentales: contra los Thunder en segunda ronda de 2014 o, sin ir m¨¢s lejos, con la camiseta de los propios Thunder y contra sus ex, unos Rockets a los que llev¨® a siete partidos en los playoffs de la burbuja, el pasado oto?o, pero a los que no pudo apuntillar en un mal final de s¨¦ptimo en el que acumul¨® errores, de decisi¨®n y ejecuci¨®n. Para colmo, le ha perseguido el soniquete de su fallido traspaso a los Lakers, el famoso veto o no veto (seg¨²n quien lo cuente) de la NBA, que ejerc¨ªa de propietaria puente de los Hornets y par¨® la operaci¨®n porque pensaba que no era lo suficientemente beneficiosa para el vendedor. Fue un 11 de diciembre de 2011. Tres d¨ªas despu¨¦s, se hizo el traspaso a los Clippers y Paul se qued¨® sin jugar al lado de Kobe Bryant. Uno de los grandes what if de la historia reciente de la NBA.
Cuando sali¨® de Houston Rockets, tras un mal segundo a?o en el que su conexi¨®n con James Harden salt¨® por los aires, su contrato se convirti¨® en una cuesti¨®n p¨²blica de toxicidad que ha acabado no si¨¦ndolo tanto. Despu¨¦s de una extensi¨®n de cuatro a?os y 68 millones en 2008 y otro acuerdo de 5x107 en 2013, se llev¨® uno de 4x160 en el verano de 2018, ya con 33 a?os y con una player option para la pr¨®xima temporada (2021-22) de 44,2 millones. Con 36 a?os. A priori veneno puro, ahora mismo no tanto. No a la vista del rendimiento de un jugador que ha superado cualquier expectativa en las dos ¨²ltimas temporadas, precisamente cuando se hab¨ªa cuestionado (verano de 2018) cu¨¢nta gasolina le quedaba en el dep¨®sito. Tanto es as¨ª que ahora no es descartable que renuncie a esos 44 millones (inimaginable hace no tanto) e intente firmar un contrato por un volumen m¨¢s alto y m¨¢s temporadas. As¨ª de bien est¨¢ jugando en unos Suns que, por ahora, tienen todo lo que Paul pide para seguir m¨¢s all¨¢ del pr¨®ximo verano. De hecho, el base apret¨® para ir a Arizona y no tuvo tanto inter¨¦s por jugar en aspirantes del Este como Sixers y Bucks. Lo de los Suns le ol¨ªa bien y, por ahora, parece que su instinto ten¨ªa raz¨®n.?
Paul, al que se acus¨® de influir en los cambios del convenio colectivo (como rostro del sindicato) para poder pegar el estacazo de esa ¨²ltima s¨²per extensi¨®n, ha acabado metiendo una marcha no del todo esperada en este tramo de su carrera, el que est¨¢ aup¨¢ndole definitivamente como uno de los grandes directores de juego de siempre.
Una promesa que ya era muy real para quienes le ve¨ªan jugar en Wake Forest, en la legendaria guerra de universidades de Carolina del Norte (las batallas de la Tobacco Road y la ACC), el estado en el que creci¨® y se hizo All American en el instituto de West Forsyth, donde en su ¨²ltimo a?o promedi¨® 30,8 puntos, 9,5 rebotes y 6 robos. Y firm¨® un partido de 61 puntos como homenaje a su abuelo, que hab¨ªa sido asesinado con 61 a?os poco antes y al que siempre ha considerado una figura esencial en su vida. Paul, que pens¨® en dejar el baloncesto a un lado cuando recibi¨® ese mazazo, ide¨® el homenaje, alcanz¨® 61 en una acci¨®n de 2+1, fall¨® el tiro libre adicional a prop¨®sito para no pasarse y se fue al banquillo a llorar en brazos de su padre, sin ning¨²n inter¨¦s (ten¨ªa tiempo de sobra) por batir el r¨¦cord del estado (66 puntos). Por entonces ya era CP3, el apodo que le pusieron en su familia porque compart¨ªa iniciales con su padre y su hermano mayor. Despu¨¦s se convirti¨® en mucho m¨¢s que un base, el Point God (juego de palabras con dios y base, god y point guard). Uno de los grandes jugadores de siempre.