Kyrie, LeBron y unos Lakers al rescate: "Todav¨ªa hay tiempo"
Los Lakers son los m¨¢ximos exponentes para la reanudaci¨®n: "Howard todav¨ªa no ha decidido nada", asegura su agente. LeBron y Kyrie, separados ante el futuro.
Las historias de Kyrie Irving y de LeBron James est¨¢n entrelazadas, pero no del todo unidas. Nadie olvidar¨¢ jam¨¢s el anillo cosechado en 2016, los 41 puntos conseguidos por el alero y el base de manera simult¨¢nea en el quinto encuentro de la eliminatoria y con 3-1 arriba para los Warriors, ni el triple ganador del talentoso playmaker que cerr¨® la mayor remontada de la historia de las Finales. El Rey se coron¨® definitivamente con un campeonato que ahuyent¨® fantasmas del pasado, entregando la esquiva recompensa a la tierra prometida y saldando la deuda que hab¨ªa quedado pendiente con esa pol¨¦mica The Decision, cuyo terremoto fue mayor incluso de lo que pudieron preveer los m¨¢s ac¨¦rrimos haters de la eterna (y eternizada) figura del alero. Esa segunda etapa de LeBron en Cleveland no se puede entender sin un Irving que fue el protagonista que puso la guinda al dominio de su compa?ero, como tampoco sin la capacidad innata de un jugador adimensional que puso rumbo a tierras m¨¢s f¨¦rtiles y mercados m¨¢s grandes para escapar, como no pod¨ªa ser de otra manera, de la sombra m¨¢s grande jam¨¢s proyectada en la ¨²ltima d¨¦cada.
Desde entonces, ambos jugadores, un matrimonio que acab¨® con un divorcio que quiso aparentar un pacifismo menor del que realmente tuvo, han vivido sus respectivas aventuras, asegurando siempre que su relaci¨®n es buena a pesar de la separaci¨®n. Todo jugador que haya coincidido con LeBron ha sentido alguna vez el agobio de su figura, las exigencias desmedidas que suponen jugar, muchas veces, para alguien antes que por algo, con el consiguiente pensamiento, hasta ahora siempre equivocado, de que pueden ser mejores que su compa?ero. Nunca antes LeBron hab¨ªa tenido un compa?ero as¨ª, a pesar de haber compartido equipo con egos inabarcables como el de un O'Neal con el que nunca congeni¨® a pesar de encontrarse en la parte final de su carrera, o los Wade. Bosh o Ray Allen de turno, que siempre aceptaron una posici¨®n subalterna en la que Irving nunca se sinti¨® c¨®modo. Kyrie inici¨® en verano de 2017 una particular ca¨ªda a los infiernos que ha acabado con otro a?o de sainete en Brooklyn, todo despu¨¦s de pasar dos temporadas en los Celtics, frenando un proyecto en progresi¨®n que intenta recuperarse hoy (con cierto ¨¦xito) de la mayor mancha de su (todav¨ªa) corto curr¨ªculum. LeBron, tras una de las mayores exhbiciones de la historia de los playoffs en 2018, puso rumbo a Los ?ngeles para completar uno de los mayores relatos que jam¨¢s ha habido en la historia de la competici¨®n. Uno que ha luchado contra la oposici¨®n de los fan¨¢ticos, una aceptaci¨®n eternamente postergada y, ahora, con el paso del tiempo.
Es, posiblemente, uno de los motivos ocultos de las intenciones de LeBron para reanudar la temporada, siendo el m¨¢ximo exponente de los que se muestran favorables. Camino de los 36 a?os, ve la oportunidad del anillo tan cerca que tiene que apretar todo lo que se pueda para que se reanude una temporada que Kyrie, en el otro lado, quiere cancelar. Y con sus propios motivos ocultos, que pensar¨¢n algunos, ya que el base, lesionado del hombro, no jugar¨¢ m¨¢s pase lo que pase, sin asumir de esta manera el mismo riesgo que muchos de sus compa?eros. Ah¨ª es donde se han vuelto a encontrar ambas estrellas, nunca abiertamente enfrentadas pero tampoco unidas, en una lucha sin cuartel por dos ideas contrarias en las que confluyen motivos econ¨®micos, sanitarios y tambi¨¦n sociales, con la muerte de George Floyd muy reciente y manifestaciones multitudinarias que quieren influir en unas elecciones que est¨¢n a la vuelta de la esquina (3 de noviembre) y que pueden marcar el futuro de un pa¨ªs que tiene, todav¨ªa, a Donald Trump sentado en el Despacho Oval.
Cuesti¨®n de influencias: Kyrie y LeBron, separados ante el futuro
En plena era de los jugadores empoderados, nunca la opini¨®n de los jugadores ha tenido tanto peso como ahora. Si a LeBron se le han achacado despidos como el de David Blatt y, en menor medida, Luke Walton, fueron los jugadores los que provocaron el ¨²ltimo lockout que ha sufrido la NBA, en la 2011-12 y con una temporada reducida a 66 partidos. Sin embargo, los que la NBPA luch¨® entonces unida hoy lo hace por separado, y las opiniones est¨¢n divididas por todos los lados. Sin rastro de Billy Hunter o Derek Fisher, perfiles m¨¢s moderados para la patronal y con una mayor capacidad de negociaci¨®n entre bambalinas, han llegado caras que no tienen problema en reivindicar en p¨²blico cosas que antes se hac¨ªan en privado. En los ¨²ltimos a?os, el sindicato ha roto barreras raciales y de g¨¦nero con Michele Roberts de directora ejecutiva, y ha tenido a Chris Paul un portavoz excelso, con menos labia negociadora que Fisher pero m¨¢s influencia entre la clase alta de la Liga.
Sin embargo, incluso la NBPA est¨¢ dividida. Chris Paul y Michele Roberts negociaron con Adam Silver la reanudaci¨®n, pero Kyrie Irving, vicepresidente del sindicato, es ahora favorable a la cancelaci¨®n a pesar de que se vot¨® por unanimidad entre los jugadores el plan propuesto por la NBA para el retorno de la competici¨®n (28-0). Incluso CJ McCollum, que aplaudi¨® el voto en contra de la directiva Jody Allen, de los Blazers, estuvo involucrado en un escturinio sin voces en contra a pesar de las preocupaciones por las medidas sanitarias, algo que la NBA est¨¢ intentando resolver a toda costa. Este es solo uno de los motivos por el que se aboga por la cancelaci¨®n, aunque la muerte de George Floyd ha marcado profundamente a la competici¨®n e Irving ha excusado su boicot a la reanudaci¨®n para que nadie se olvide de la lucha contra el racismo que en estos momentos vive Estados Unidos.
Y luego est¨¢ LeBron. Sin cargo oficial dentro del sindicato, se trata probablemente del hombre con m¨¢s influencia de toda la NBA, superando incluso a algunas franquicias, due?os y directivos. Su voz, siempre escuchada, se ha postulado en todo momento a favor de la reanudaci¨®n, y tambi¨¦n ha dicho que no hay mejor manera de reivindicar a Floyd que yendo a jugar. Y todo esto, sabiendo adem¨¢s, las catastr¨®ficas consecuencias que podr¨ªa tener la cancelaci¨®n, con un l¨ªmite salarial en ca¨ªda libre, un lockout cuyos perjuicios son imposibles de medir, y una generaci¨®n que llega sin la seguridad de la pasada y con muchas dudas en una Liga en la que un porcentaje muy alto de los jugadores, ya lo sabemos, vive al d¨ªa, Algo que puede tener menos en cuenta un Irving que, alejado de la clase media, se llevar¨¢ su parte del pastel en ese contrato que firm¨® de 164 millones en los pr¨®ximos cuatro a?os, el ¨²ltimo de ellos opci¨®n de jugador. Uno que se puede ver reducido, pero cuyo beneficiario no se ver¨¢ tan perjudicado como un baloncestista de clase media que tiene mucho que perder y poco que ganar.
Los Lakers se posicionan
Dentro de los equipos, el que m¨¢s claramente se ha posicionado han sido los Lakers. Referencia eterna de la NBA, segunda franquicia m¨¢s ganadora de la historia (16 campeonatos) y la que m¨¢s Finales ha disputado (30), los angelinos son una voz autorizada que no ha hecho comunicados oficiales pero cuya plantilla se prodiga por los medios trasladando mensajes de unidad? contantes y abogando por la reanudaci¨®n. Un art¨ªculo de Dave McMenamin para la ESPN ha revelado algunas de las opiniones de los angelinos, que niegan que haya divisi¨®n y mandan un mensaje claro: "Hay tiempo para resolver las cosas, como Liga y como equipo". La realidad es, como muchos esperan, que hasta el 30 de julio no habr¨¢ una reanudaci¨®n, por lo que hay tiempo de sobra para que las aguas vuelvan a su cauce y todo se tranquilice. Ese es el deseo de muchos jugadores angelinos, que tienen la ventaja de que la NBA no ha variado un ¨¢pice su plan. De hecho, ha aumentado los d¨ªas de competici¨®n (ahora la temporada se puede prolongar hasta el 13 de octubre) y ha dejado claro que har¨¢ todo lo posible para que las medidas sanitarias sean suficientes. Algo que ha apoyado, por cierto, Michele Roberts, alineada con el sector de Chris Paul dentro de la NBPA y con LeBron indirectamente fuera del sindicato.
Y luego est¨¢n los casos internos de los propios Lakers, que son Dwight Howard y Avery Bradley. Ambos estuvieron en la videollamada organizada por Kyrie en la que hubo involucrados hasta 100 jugadores, un n¨²mero muy alto que cuenta con la influencia del base de los Nets. Sin embargo, Charles Briscoe, agente de Howard, ha dicho que el p¨ªvot todav¨ªa no ha decidido nada. "Su declaraci¨®n fue sobre el racismo y la injusticia social. No ha dicho que no se deba jugar al baloncesto. Solo que, ahora mismo, su cabeza est¨¢ con este problema", aseguraba en las declaraciones recogidas por McMenamin. Los Lakers intentan con esto dar un mensaje de unidad que ya fue apoyado recientemente por Danny Green, otro hombre muy respetado por estas lindes y que se encarg¨® de decir que la mayor preocupaci¨®n est¨¢ en las medidas sanitarias. Algo que puede ser cierto o no, pero que va en consonancia con lo que se pensaba en un inicio y que es algo que no se ha dejado de repetir a pesar de la desgracia de Floyd, que ha valido como argumento primario para un Kyrie que lidera una secci¨®n que pueden no estar de acuerdo con la reanudaci¨®n, pero por diferentes motivos.
Solo el tiempo dir¨¢ como acaba esto. De momento, los Lakers son el mercado m¨¢s grande que se ha postulado y lejos quedan esos Knicks que con James Dolan y su relaci¨®n personal con Trump han quedado atr¨¢s de progresismo del que est¨¢ haciendo gala el resto de la competici¨®n. Ahora mismo, lo ¨²nico que sabemos es que los jugadores est¨¢n entrenando y la temporada empieza el d¨ªa 30 de julio. El resto, ya lo veremos. Como ha dicho Patrick Beverley, en tono jocoso o no: "Si LeBron dice que juguemos..." Pues eso.