Pau Gasol y los Lakers 2009-10: la temporada de la redenci¨®n
La temporada 2009-10 supuso el quinto anillo de Kobe Bryant y el 16? de los Lakers. Pero, sobre todo, supuso la redenci¨®n de Pau Gasol en unas Finales para la historia.


El 17 de junio de 2008, Pau Gasol se retiraba cabizbajo del Boston Garden. Hab¨ªa tenido que esperar a que el personal de los Celtics limpiara la pista, manchada del Gatorade con el que los jugadores locales hab¨ªan rociado a su entrenador, Doc Rivers, minutos antes de que concluyera el sexto y definitivo encuentro que sellar¨ªa las Finales y pondr¨ªa nombre al ganador del curso baloncest¨ªstico 2007-08. El orgullo verde inherente a la entidad deportiva m¨¢s importante del estado de Massachusetts, hac¨ªa buenos los pron¨®sticos de inicios de temporada, cuando juntaron a uno de los three peats m¨¢s ic¨®nicos de la historia para conseguir un inapelable 66-16 en regular season y llegar a una fase final en los que la historia, a pesar de ser ligeramente distinta en cuando a dificultad, ten¨ªa el final so?ado y, para muchos, tambi¨¦n el esperado. Los Celtics jugaron siete, siete, seis y seis partidos en cuatro rondas de playoffs en las que cosecharon un r¨¦cord de 12-1 en casa para conquistar la NBA 22 a?os despu¨¦s.
Para Pau, esas Finales fueron especialmente duras. Tambi¨¦n aleccionadoras. Pag¨® la novatada en su estreno en esa ronda ante jugadores que, si bien nunca la hab¨ªan jugado, estaban m¨¢s experimentados en cuanto a competitividad en playoffs, algo en lo que superaban con creces al espa?ol, que en los Grizzlies apenas hab¨ªa disputado tres primeras rondas (2004-06) con un inapelable 12-0 de parcial en contra. Su llegada a los Lakers esa temporada dio alas a la franquicia, que se colaba en la eliminatoria por el t¨ªtulo por primera vez desde el 2004 con un excepcional Kobe Bryant, MVP de la temporada. Pau tuvo un estreno m¨¢s que pl¨¢cido en playoffs con los Lakers (36+16+8 ante Denver), pero baj¨® sus estad¨ªsticas respecto al resto del a?o hasta tocar fondo en unas Finales en las que se qued¨® en 13 puntos y 10 rebotes por partido, siempre superado en todo momento por un Garnett (18+13), que no le perdonaba ese mate que le hizo en un Grizzlies-Timberwolves de la 2001-02. La baja de Bynum oblig¨® a Phil Jackson a usar a Pau de cinco directamente, dando paso a Odom al quinteto inicial, lo que provoc¨® que Garnett pudiera ayudar a Perkins en la defensa sobre el espa?ol. Superado f¨ªsica y mentalmente por la intensidad y el poder psicol¨®gico inherente a la figura de uno de los mejores jugadores de siempre, el mayor de los Gasol fue aventajado en un duelo clave para decidir unas Finales a las que los Lakers llegaban con menos argumentos que sus rivales.
Dos a?os despu¨¦s y por las mismas fechas, Pau no era el mismo. Hab¨ªa tenido que soportar esos sainetes en forma de juegos de palabras que jugaban con su nombre y lo reescrib¨ªan como Gasoft (soft es blando en ingl¨¦s). Tambi¨¦n fue derrotado en la final ol¨ªmpica de 2008, sin miembros de los Celtics pero con su compa?ero Kobe Bryant como rival. Y hab¨ªa madurado en la 2008-09, en la que Phil Jackson le exprimi¨® al m¨¢ximo, haci¨¦ndole jugar minutos de la basura en muchos partidos para que se curtiera, llev¨¢ndole al l¨ªmite psicol¨®gico y forz¨¢ndole hasta conseguir de ¨¦l los mejores (o al menor, los m¨¢s completos) n¨²meros de su carrera (18,9+9,6+3,5), que le llevaron al All Star y al Tercer Mejor Quinteto de la temporada. Tambi¨¦n a un enfrentamiento contra Dwight Howard en las Finales, casi un plebiscito con el segundo hombre alto importante en su segundo a?o consecutivo. Pau se fue a 18,6 puntos y 9,2 rebotes en esa eliminatoria, enfrentado en muchos minutos al p¨ªvot m¨¢s dominante de la NBA, uno que se qued¨® en 15+15 (con 4 tapones, eso s¨ª), cuando en semifinales ante los Cavs de LeBron hab¨ªa llegado a los 26+13. Es decir, el de Sant Boi dejaba a uno de los mejores jugadores de la competici¨®n en 11 puntos menos que en la ronda anterior y ganaba su primer anillo, ahuyentando fantasmas y haciendo historia. Menos que Kobe Bryant, que lograba su cuarto campeonato, o Phil Jackson, que superaba a Red Auerbach con 10 entorchados... pero historia al fin y al cabo.
Sin embargo, fueron las Finales de 2010 las que realmente gratificaron al espa?ol, curando su orgullo herido en 2008. Pau se iba a 18,3 puntos y m¨¢s de 11 rebotes durante la temporada regular, en la que repiti¨® All Star y Tercer Quinteto. Y esta vez no se arredaba en playoffs: 18+12 de promedio en primera ronda ante los Thunder, incluido un palmeo ganador para sentenciar la eliminatoria en el sexto y definitivo partido; 23,5+14,+2,8+2,8 en semifinales ante los Jazz y 20+7 en las finales del Oeste, en las que ¨¦l, como el resto, estuvo opacado con un Kobe que hizo lo que quiso ante los Suns (33,4+7,2+8,3). Los Lakers llegaban a las Finales esta vez como favoritos ante unos Celtics que se colaban en ellas de manera tan inopinada como merecida, tras ganar a los ¨²ltimos Cavaliers de la primera etapa de LeBron en Ohio (62-20) en semifinales y superar luego a esos Magic a los que el ¨¦xito les lleg¨® demasiado pronto para volver a reeditar el legendario duelo, tan com¨²n en los 60 y 80 y con esa pr¨®rroga que tuvo en el siglo XXI, con las dos ¨²ltimas series por el t¨ªtulo entre los dos equipos m¨¢s ganadores de la historia.
Cambian las tornas
Garnett en esta ocasi¨®n llegaba con 33 a?os a las Finales y una lesi¨®n importante en 2009 que le hab¨ªa dejado sin una fase final en la que las cosas podr¨ªan haber sido bien distintas si los Celtics hubieran contado con ¨¦l. El equipo dirigido por Doc Rivers llegaba con 16 victorias menos que en 2008, 50, y sin ventaja de campo, cosa que solo hab¨ªa tenido en primera ronda tras clasificarse cuarto del Este. Eso s¨ª, la plantilla era demoledora, con Pierce, Allen, un Rondo cada vez m¨¢s protagonista, Perkins de cinco y un banquillo con microondas como Nate Robinson, un Glenn Davis que caminaba por la fina l¨ªnea que separa el efectismo de la efectividad y Rasheed Wallace, que buscaba poner la guinda a su carrera con otro anillo y segu¨ªa siendo una amenaza en el triple y un seguro atr¨¢s. Y los Lakers, que esta vez s¨ª llegaban con Bynum sano, hab¨ªan cambiado a Ariza por Artest en verano y manten¨ªan un bloque que parec¨ªa estar ante su ¨²ltima oportunidad, aunque somos ventajistas al hacer este an¨¢lisis a tiempo pasado. Al fin y al cabo, partir¨ªan como uno de los favoritos en la 2010-11, aunque el juego cada vez m¨¢s resentido y ya con ciertas dudas en algunos (pocos) momentos del 2010, que explotaron en esa serie ante los Mavs con la que tan injustamente (por la carrera que ha tenido) Phil Jackson se desped¨ªa de los banquillos.
Un a?o antes y sin saber todo esto, con un Fisher m¨¢s mayor, un Kobe que hab¨ªa pasado por ciertas lesiones (sobre todo en la rodilla) y que llegaba con un esguince de dedo, vendado durante todos los playoffs, a las Finales y un Odom que no estuvo a gran nivel en abril, los Lakers llegaban como favoritos, pero tambi¨¦n con la urgencia de la mente carcomida, de tener que quitarse la espina clavada del 2008 y demostrar que se pod¨ªa ganar a esos Celtics imposibles de atacar cuando se pon¨ªan a defender de verdad. Y de nuevo, la clave pasar¨ªa por el duelo de Pau ante Garnett, que marcar¨ªa (y marc¨®) la eliminatoria. El espa?ol avis¨® en el primero duelo, con 23 puntos, 13 rebotes, 3 asistencias y 3 tapones, dejando en 16... y solo 4 rechaces a Garnett. Curiosamente, la lucha por el rebote ser¨ªa trascendental para el devenir del duelo, por lo que se aumentaba, aun m¨¢s si cabe, la importancia de los dos hombres interiores. El equipo que ganaba el rebote ganaba el partido. Fue el mantra m¨¢s repetido por Doc Rivers, un entrenador inteligente que alent¨® a los suyos para el segundo duelo, que ganar¨ªan imponi¨¦ndose bajo los tableros y con 8 triples y 32 puntos de Ray Allen, dejando a Kobe en 21 despu¨¦s de haber anotado 30 (con 7 rebotes y 6 asistencias) en el choque inicial. Eso s¨ª, Pau volv¨ªa a imponerse a su n¨¦mesis y fue el mejor del partido: 25 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 6 (?!) tapones por los apenas 6+4+6 de KG, que tuvo muchos problemas de faltas.
En Boston la serie tom¨® un nuevo cariz; los Lakers recuperaban r¨¢pidamente la ventaja de campo a pesar del mejor Garnett ofensivo de toda la serie, 11 de 16 en tiros de campo para 25 puntos. Pero de nuevo fue superado en rebotes por Gasol, que consigui¨® un doble-doble de 13+10 en una actuaci¨®n algo m¨¢s tibia pero igualmente importante. La t¨®nica continu¨® en el Garden, con 13+6 de Garnett en el cuarto por los 21+6 de Pau y 18+10 contra 12+12. En ninguno de los siete encuentros, el ala-p¨ªvot, que hab¨ªa liderado en cuatro ocasiones la Liga en rebotes, pudo superar en esa estad¨ªstica a su emparejamiento natural, que se fue a los 19 puntos, 13 rebotes, 9 asistencias y 3 tapones en el sexto duelo, en el que los Lakers empataron la eliminatoria. Garnett se quedar¨ªa en 12+6 y Perkins se lesionaba, un contratiempo que no lo era tanto cuando su sustituto iba a ser Rasheed Wallace, otro que se las sab¨ªa todas con el que el de Sant Boi se las iba a ver en el s¨¦ptimo.
La redenci¨®n
Ser¨ªa en el s¨¦ptimo donde llegar¨ªa la redenci¨®n. Los Lakers estaban fallones, y se iban por detr¨¢s al descanso, llegando a tener una desventaja de 13 puntos en el tercer periodo (36-49). Kobe estaba fall¨®n (acab¨® con 6 de 24) y Pau no andaba muy fino (6 de 16) en un encuentro en el que los angelinos vivieron del rebote ofensivo hasta el ¨²ltimo periodo, iniciado con un 2+1 que el propio Pau sac¨® ante Glenn Davis. Un pase del espa?ol a Artest pon¨ªa a los Lakers a uno (61-60) y otro m¨¢s, esta vez para Fisher, colocaba el empate en el luminoso (64-64) a falta de 6 minutos para el final. Kobe apareci¨® en el momento preciso para anotar 5 de los siguientes 7 puntos para dar a los Lakers una ventaja que ya no perder¨ªan, pero que cost¨® mucho mantener. Al fin y al cabo, se estaban enfrentando a los Celtics.
Antes del postrero e hist¨®rico triple de Artest, Pau anot¨® la que probablemente sea la canasta m¨¢s importante de su carrera. Recibi¨® al poste el pase de Odom, que cortaba y se llevaba al defensor, y se jugaba el uno contra uno contra Rasheed Wallace. Ah¨ª estaba, un hombre de Sant Boi, solo contra el mundo. O lo que es lo mismo, contra uno de los ala-p¨ªvots m¨¢s talentosos de siempre. Pau poste¨® a la perfecci¨®n, se llev¨® a Wallace dentro de la zona, casi debajo de la canasta, rectific¨® en el aire y anot¨® tras botar el bal¨®n una vez en el aro. Y todo con la ayuda de Garnett y Pierce, que fueron a taponar en cuanto le vieron suficientemente cerca y siguiendo las instrucciones de Tom Thibodeau, asistente defensivo de Rivers. Es decir, que el espa?ol anot¨® una canasta crucial a falta de menos de 90 segundos para el final del partido (pon¨ªa el 76-70), por encima de dos de los mejores ala-p¨ªvots de la historia, que tambi¨¦n son dos de los mejores defensores de todos los tiempos. Y con Pierce sumado a la fiesta. La repetici¨®n en slow motion revel¨® como peligrosamente el pie izquierdo del ala-p¨ªvot rozaba el suelo cuando el bal¨®n todav¨ªa no hab¨ªa dejado del todo su mano. La jugada, inapreciable a tiempo real, no gener¨® protestas ni fue revisada, y ha pasado a la historia como una de las m¨¢s importantes de su carrera.
Pau a¨²n tuvo tiempo de recoger el rebote ofensivo tras un caprichoso intento de tirple de Kobe y devolverle el bal¨®n para que sacara la falta y anotara dos tiros libres que pon¨ªan la directa hacia el campeonato. Vujacic cerraba desde la personal un encuentro en el que Pau se comi¨® a Garnett. 19 puntos, 18 rebotes (9 ofensivos), 4 asistencias y 2 tapones, jugadas clave en el ¨²ltimo periodo y una defensa formidable a su n¨¦mesis, que acab¨® con 18 tantos, pero 3 irrisorios rebotes y que en ning¨²n momento de las Finales y m¨¢s especialmente del s¨¦ptimo partido pudo con un jugador que lograba su redenci¨®n particular y al que se le saltaban las l¨¢grimas en la conclusi¨®n de un partido hist¨®rico.
El encuentro signific¨® mucho para muchos. Fue el ¨²ltimo campeonato que ganaron los Lakers, que desde entonces han vivido la mayor crisis de su historia, sobre todo en lo que se refiere a la sequ¨ªa de playoffs vivida de 2013 hasta la actualidad, cuando la suspensi¨®n les ha impedido, de momento, regresar a ellos. Tambi¨¦n fueron las ¨²ltimas Finales para los Celtics, que no han vivido una crisis semejante pero tampoco han regresado nunca a esa eliminatoria. El partido fue feo, tosco, todos fallaron, incluido un Ray Allen que llevaba 21 de 21 en tiros libres hasta que err¨®, en el ¨²ltimo cuarto del s¨¦ptimo partido, ah¨ª donde los nervios atenazan hasta las manos con mejor pulso. La balanza se decant¨® de lado de los angelinos, que ahuyentaban los fantasmas del 2008 con mucha ma?a y con un equipo m¨¢s completo que dos a?os antes pero, todo hay que decirlo, con menos superioridad a la mostrada por sus rivales por aquel entonces.
?Y Pau? M¨¢s all¨¢ del Gasolismo generado en Espa?a sobre si tendr¨ªa o no que haberse llevado el MVP de las Finales, el premio para ¨¦l fue a¨²n mayor. Nunca ha reclamado para s¨ª ese trofeo a pesar de los 18,6 puntos, 11,6 rebotes, 3,7 asistencias y 2,6 tapones. Kobe, entre sus muchos errores, acab¨® con 23+15 en el s¨¦ptimo partido, y se fue en la serie y ante la telara?a forjada por la defensa bostoniana a 28+8+4, con 2 robos por partido, tres por encima de los 30 y uno de 38 con una exhibici¨®n de 19 en el tercer periodo. Mucho se puede hablar sin llegar a una conclusi¨®n que depende de subjetividad y gustos, aunque en l¨ªneas generales la opini¨®n generalizada es que Kobe fue el justo ganador del trofeo. No en vano, estamos hablando de uno de los mejores de siempre.
Eso s¨ª, para Pau el premio fue mucho mayor. El de la cura interior, el de haber dejado a su eterno enemigo en 15 puntos y menos de 6 rebotes, permiti¨¦ndole llegar a los 10 en un solo partido, super¨¢ndolo en los momentos clave y pasando por encima suya en el s¨¦ptimo y definitivo. Gasol, que en 2008 solo anot¨® 12 puntos en todos los ¨²ltimos cuartos combinados por 27 de su rival, se fue a 31 en 2010 por 23 de Garnett. 9, con 6 rebotes, en ese s¨¦ptimo hist¨®rico. Para ¨¦l fue la limpieza espiritual, esa de la que siempre hablaba Phil Jackson, y que consigui¨® hacerle escapar casi del todo de esa nomenclatura de Gasoft y esas cr¨ªticas que siempre le persiguieron en Estados Unidos: no sabe defender, es d¨¦bil de cintura para abajo, no tiene car¨¢cter... Ni el cambio de look con esa frondosa barba le permiti¨® cambiar el punto de vista de los analistas, algo que s¨ª logr¨® en esas Finales, en la que se llev¨® algo mucho m¨¢s importante que el anillo y que la propia redenci¨®n. M¨¢s all¨¢ de todo eso y de que las cr¨ªticas volvieran a cebarse con ¨¦l tiempo despu¨¦s (la eliminaci¨®n contra Dallas, la llegada de Mike Brown), lo que Pau consigui¨® en es serie fue, y eso no se lo quita nadie, el protagonismo en un encuentro trascendental para la NBA. Su lugar en la historia. La reivindicaci¨®n.